El negocio de las promesas populistas
JUAN CARLOS VARELA | EL UNIVERSAL
miércoles 15 de abril de 2015 12:00 AM
Después de seguir un poco la Cumbre de las Américas y la cantidad de habladera de tonterías que ese tipo de foros produce, me vino a la memoria una parte de la exposición de motivos de la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras (Lottt) en la que se hacen una serie de cambios en la Ley y que (si bien suenan muy bien) son irrealizables en un país con un gran desempleo y escasez.
La Lottt dice: "Se establece que el Estado garantizará que el proceso social de trabajo y de educación se oriente a la creación de las condiciones materiales, sociales e intelectuales requeridas para el desarrollo integral de la familia.
La trabajadora en estado de gravidez, gozará de protección especial de inamovilidad desde el inicio del embarazo y lo extiende de un año de la Lottt vigente a dos años después del parto. Extiende la inamovilidad de un año a dos años en los casos de adopción de niñas o niños menores de tres años.
Se establece que la trabajadora en estado de gravidez tendrá derecho a un descanso durante seis semanas antes del parto y veinte semanas después. Esto incluye a la madre que adopte un hijo o hija menor de tres años.
Se extiende la inamovilidad del padre a dos años después de nacido el hijo o hija y se recoge la licencia de 14 días para el padre por nacimiento, ambas establecidas en la Ley de Protección a la Familia, la Maternidad y la Paternidad.
Se modifica el término guardería por el centro de educación inicial y se incorpora la obligación de que tengan salas de lactancia.
Se indica que la trabajadora o el trabajador que tenga un hijo, hija o más, con alguna discapacidad o enfermedad que le impida o dificulte valerse por sí misma o por sí mismo, estará protegida o protegido de inamovilidad laboral en forma permanente, conforme a la ley".
Sin duda, la Lottt busca proteger a los trabajadores que deciden tener o adoptar un bebé, desde el punto de vista teórico es un buen avance pero desde el punto de vista práctico no se cumple a cabalidad y representa un problema para las empresas que deciden asumir los costos. El Instituto Venezolano de los Seguros Sociales debería asumir el pago del salario del trabajador durante el reposo pre y posnatal, pero la realidad es que esto no siempre se cumple. Y tanto por contratos colectivos como por decisión de las empresas, muchas de ellas asumen el pago de parte o de todo el salario del trabajador mientras está de reposo pre y post natal.
En un país como el nuestro con una economía tan inestable, que cada día tiene más cargas impositivas y penales para los empresarios seguir asumiendo este gasto se hace cada vez más difícil y el mayor perjudicado termina siendo el trabajador que no podrá disfrutar de este beneficio.
Si el Gobierno asfixia al empresariado al no otorgarle dólares, al no controlar la inflación, promulgando leyes con altas cargas penales y monetarias se hace cada vez más difícil que los empleadores obtengan la ganancia suficiente para poder mantener y pagar a toda su nómina.
Hasta la escasez ha hecho merma en la producción nacional, según cifras de Fedecámaras hay 36% de ausentismo laboral en las empresas porque los trabajadores deben hacer colas para conseguir los productos de primera necesidad.
Ahora la pregunta es, ¿si todo el mundo es "inamovible" en Venezuela y se les otorgan tan buenos beneficios a los trabajadores, por qué nuestros jóvenes se van del país y por qué los trabajadores están tan molestos?
Quizás sea porque quienes tienen la responsabilidad de dirigirnos hacen promesas que no pueden cumplir o las cumplen a costa de acabar con los negocios e iniciativas de otros.
La verdad es que hoy estoy cansado de tanta habladera de pistoladas. ¿Y tú?
JCVarela@littler.com
@J3CV
www.actualidadlaboral.com.ve
La Lottt dice: "Se establece que el Estado garantizará que el proceso social de trabajo y de educación se oriente a la creación de las condiciones materiales, sociales e intelectuales requeridas para el desarrollo integral de la familia.
La trabajadora en estado de gravidez, gozará de protección especial de inamovilidad desde el inicio del embarazo y lo extiende de un año de la Lottt vigente a dos años después del parto. Extiende la inamovilidad de un año a dos años en los casos de adopción de niñas o niños menores de tres años.
Se establece que la trabajadora en estado de gravidez tendrá derecho a un descanso durante seis semanas antes del parto y veinte semanas después. Esto incluye a la madre que adopte un hijo o hija menor de tres años.
Se extiende la inamovilidad del padre a dos años después de nacido el hijo o hija y se recoge la licencia de 14 días para el padre por nacimiento, ambas establecidas en la Ley de Protección a la Familia, la Maternidad y la Paternidad.
Se modifica el término guardería por el centro de educación inicial y se incorpora la obligación de que tengan salas de lactancia.
Se indica que la trabajadora o el trabajador que tenga un hijo, hija o más, con alguna discapacidad o enfermedad que le impida o dificulte valerse por sí misma o por sí mismo, estará protegida o protegido de inamovilidad laboral en forma permanente, conforme a la ley".
Sin duda, la Lottt busca proteger a los trabajadores que deciden tener o adoptar un bebé, desde el punto de vista teórico es un buen avance pero desde el punto de vista práctico no se cumple a cabalidad y representa un problema para las empresas que deciden asumir los costos. El Instituto Venezolano de los Seguros Sociales debería asumir el pago del salario del trabajador durante el reposo pre y posnatal, pero la realidad es que esto no siempre se cumple. Y tanto por contratos colectivos como por decisión de las empresas, muchas de ellas asumen el pago de parte o de todo el salario del trabajador mientras está de reposo pre y post natal.
En un país como el nuestro con una economía tan inestable, que cada día tiene más cargas impositivas y penales para los empresarios seguir asumiendo este gasto se hace cada vez más difícil y el mayor perjudicado termina siendo el trabajador que no podrá disfrutar de este beneficio.
Si el Gobierno asfixia al empresariado al no otorgarle dólares, al no controlar la inflación, promulgando leyes con altas cargas penales y monetarias se hace cada vez más difícil que los empleadores obtengan la ganancia suficiente para poder mantener y pagar a toda su nómina.
Hasta la escasez ha hecho merma en la producción nacional, según cifras de Fedecámaras hay 36% de ausentismo laboral en las empresas porque los trabajadores deben hacer colas para conseguir los productos de primera necesidad.
Ahora la pregunta es, ¿si todo el mundo es "inamovible" en Venezuela y se les otorgan tan buenos beneficios a los trabajadores, por qué nuestros jóvenes se van del país y por qué los trabajadores están tan molestos?
Quizás sea porque quienes tienen la responsabilidad de dirigirnos hacen promesas que no pueden cumplir o las cumplen a costa de acabar con los negocios e iniciativas de otros.
La verdad es que hoy estoy cansado de tanta habladera de pistoladas. ¿Y tú?
JCVarela@littler.com
@J3CV
www.actualidadlaboral.com.ve
Un dato curioso de la economía venezolana
No sólo el "raspar cupos" permite obtener dinero fácil, el "bachaqueo"... es la nueva moda
LUIS VICENTE LEÓN | EL UNIVERSAL
domingo 12 de abril de 2015 12:00 AM
Analizar hoy en día la economía venezolana resulta particularmente complejo, no sólo por la falta de información oficial -el Banco Central de Venezuela y otros organismos públicos mantienen su postura de ocultar la data como si eso eliminara el hecho concreto de que el país tiene la inflación más alta del mundo y la escasez es penosa comparándonos incluso con los países más pobres de la región-, sino porque nos encontramos bajo las fuerzas de un modelo controlador, cuyas políticas y acciones en los diferentes ámbitos responden principalmente a intereses políticos o particulares, en lugar de estar regidas por la lógica y la racionalidad económica.
Y es debido a los controles de: cambio, precios, distribución, tasas de interés y un largo etcétera, que se han generado los principales desequilibrios que padecemos todos los venezolanos. En un excelente trabajo del economista Francisco Allen V. (@franallen14), el cual presentó hace un par de semanas en el evento de Escenarios Datanalisis, hizo mención a una serie de "datos curiosos" que producen los controles de la economía venezolana sobre diversas áreas. De ellos, el que más me llamó la atención, por la magnitud de la distorsión, es la ganancia que puede llegar a obtener un "raspa cupo" versus lo que recibe anualmente un trabajador que perciba el salario mínimo, lo que explica claramente el estímulo a que una parte de la población se dedique más a esa actividad (bochornosa pero rentable) que a trabajar y producir en el país.
El fenómeno de los "raspa cupos" se originó al mantener un tipo de cambio fijo artificialmente bajo en una economía inflacionaria. Aunque a inicios de este año se anunciaron modificaciones en el sistema cambiario, las divisas destinadas al cupo de viajeros se mantuvieron a tasa Sicad (12 Bs./ USD), lo que representa una oportunidad de obtener dólares a un precio absurdamente bajo. Si a ello se suma que los salarios crecen a un ritmo muy inferior a la inflación -por lo que se pierde la capacidad de compra de los trabajadores-, existen fuertes estímulos a viajar para comercializar los dólares asignados en el mercado negro.
Si bien es cierto que el ingreso obtenido por un "raspa cupo" podría variar dependiendo de factores como el destino del viaje, el precio del pasaje, el tiempo de estadía y los gastos de hospedaje; en la investigación realizada por Francisco Allen los cálculos arrojaron ganancias netas que en algunos casos superaban los 300.000 bolívares. El desequilibrio existente es tan grande que, por ejemplo, una persona que comienza a trabajar devengando un salario mínimo obtiene alrededor de 106.000 bolívares al año (incluyendo utilidades, prestaciones, bono vacacional y tickets de alimentación). Pero, si esa persona logra realizar un viaje de ocho días a uno de los destinos cercanos que admite un cupo de 2.500 dólares en tarjeta de crédito más 500 dólares en efectivo, en el caso de Guyana que fue utilizado en su ejemplo, podría obtener una ganancia neta cercana a los 340.000 bolívares por vender los dólares resultantes (deducidos todos los gastos del viaje) en el mercado negro. Es decir, un viaje de ocho días puede generar a un empleado que perciba el salario mínimo aproximadamente 220% más que un año completo de trabajo.
En la medida en que el gobierno no tome acciones que permitan recuperar los equilibrios perdidos, seguirán habiendo incentivos para realizar actividades cuestionables que deterioran la productividad del país. No sólo el "raspar cupos" permite obtener dinero fácil, el "bachaqueo" se ha convertido en la nueva moda para redondearse unos churupos, convirtiéndose en el trabajo más popular del país en este momento.
luisvleon@gmail.com
@luisvicenteleon
Y es debido a los controles de: cambio, precios, distribución, tasas de interés y un largo etcétera, que se han generado los principales desequilibrios que padecemos todos los venezolanos. En un excelente trabajo del economista Francisco Allen V. (@franallen14), el cual presentó hace un par de semanas en el evento de Escenarios Datanalisis, hizo mención a una serie de "datos curiosos" que producen los controles de la economía venezolana sobre diversas áreas. De ellos, el que más me llamó la atención, por la magnitud de la distorsión, es la ganancia que puede llegar a obtener un "raspa cupo" versus lo que recibe anualmente un trabajador que perciba el salario mínimo, lo que explica claramente el estímulo a que una parte de la población se dedique más a esa actividad (bochornosa pero rentable) que a trabajar y producir en el país.
El fenómeno de los "raspa cupos" se originó al mantener un tipo de cambio fijo artificialmente bajo en una economía inflacionaria. Aunque a inicios de este año se anunciaron modificaciones en el sistema cambiario, las divisas destinadas al cupo de viajeros se mantuvieron a tasa Sicad (12 Bs./ USD), lo que representa una oportunidad de obtener dólares a un precio absurdamente bajo. Si a ello se suma que los salarios crecen a un ritmo muy inferior a la inflación -por lo que se pierde la capacidad de compra de los trabajadores-, existen fuertes estímulos a viajar para comercializar los dólares asignados en el mercado negro.
Si bien es cierto que el ingreso obtenido por un "raspa cupo" podría variar dependiendo de factores como el destino del viaje, el precio del pasaje, el tiempo de estadía y los gastos de hospedaje; en la investigación realizada por Francisco Allen los cálculos arrojaron ganancias netas que en algunos casos superaban los 300.000 bolívares. El desequilibrio existente es tan grande que, por ejemplo, una persona que comienza a trabajar devengando un salario mínimo obtiene alrededor de 106.000 bolívares al año (incluyendo utilidades, prestaciones, bono vacacional y tickets de alimentación). Pero, si esa persona logra realizar un viaje de ocho días a uno de los destinos cercanos que admite un cupo de 2.500 dólares en tarjeta de crédito más 500 dólares en efectivo, en el caso de Guyana que fue utilizado en su ejemplo, podría obtener una ganancia neta cercana a los 340.000 bolívares por vender los dólares resultantes (deducidos todos los gastos del viaje) en el mercado negro. Es decir, un viaje de ocho días puede generar a un empleado que perciba el salario mínimo aproximadamente 220% más que un año completo de trabajo.
En la medida en que el gobierno no tome acciones que permitan recuperar los equilibrios perdidos, seguirán habiendo incentivos para realizar actividades cuestionables que deterioran la productividad del país. No sólo el "raspar cupos" permite obtener dinero fácil, el "bachaqueo" se ha convertido en la nueva moda para redondearse unos churupos, convirtiéndose en el trabajo más popular del país en este momento.
luisvleon@gmail.com
@luisvicenteleon
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