Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

jueves, 30 de abril de 2015

Pensionados del IVSS afirman que no pueden cubrir todas sus necesidades de alimentación, salud, transporte, electricidad, agua, gas y vivienda

“Más de 60% de la pensión se me va en medicinas”

Pensionados del IVSS aseguran que no pueden cubrir todas sus necesidades de salud, alimentación, transporte y servicios / Foto Omar Véliz
Pensionados del IVSS aseguran que no pueden cubrir todas sus necesidades de salud, alimentación, transporte y servicios / Foto Omar Véliz
Pensionados del IVSS afirman que no pueden cubrir todas sus necesidades de alimentación, salud, transporte, electricidad, agua, gas y vivienda  

“Gasto mensualmente 3.000 bolívares o más en remedios”, afirmó Cristina Carrillo, de 70 años de edad. Pensionada del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales fue operada del corazón y diariamente debe tomar varios fármacos contra la hipertensión. “Conseguir las medicinas en un solo lugar es imposible y cada vez que voy a comprarlos los precios están más altos”, contó mientras hacía cola el jueves pasado en una agencia bancaria para cobrar la pensión.
Hace de todo para estirarla: “En alimentos gasto muchísimo, cada día están más caros y pese a que hay que hacer cola no se consiguen”. Por ello, debe acudir a la ayuda económica de sus hijos para poder llegar a fin de mes. También lamentó que la gente haya perdido la humanidad y el respeto por las personas mayores en las filas que se hacen en los supermercados, Mercal y abastos Bicentenario. “No entiendo por qué reclaman violentamente que los adultos mayores tengamos un trato preferencial”, agregó.
A la conversación se suman otros pensionados. Carmen de Castro, de 68 años, destacó que destina dos tercios de la pensión a la compra, donde los encuentre, de medicinas para la tensión y la osteoporosis que padece. “Como si fuera poco el calvario de conseguir los remedios, los de la tercera edad tenemos que hacer cola para comprar comida, lo cual en mi caso no puede ser porque estoy imposibilitada físicamente”.

La queja general de los pensionados es que el beneficio, equivalente a un salario mínimo actualmente de 5.622,48 bolívares mensuales, no les alcanza para cubrir las necesidades elementales de alimentación, salud, transporte, electricidad, agua, gas y vivienda. Y es que los aumentos salariales decretados  por  el gobierno no han impedido que los adultos mayores tengan que destinar más de dos tercios de sus ingresos a la compra de medicamentos.
“Pago 1.500 bolívares mensuales de alquiler. Por suerte no necesito medicinas, pero debo hacer maromas para cubrir todos los gastos del hogar, y en comida se van 4.000 bolívares al mes. Menos mal que mi pareja me apoya en ese gasto”, dijo Josefina Díaz, de 55 años, que cobra una asignación por sobreviviente. La pensión solo le alcanza para pagar el alquiler, agua, luz, gas y parte de la comida. “Ni siquiera he podido comprarme unos zapatos porque al precio altísimo en que están me descalabra el presupuesto”, añadió.
Flor García, de 73 años, interviene. Contó que cobra la pensión desde hace 15 años. “Gracias a Dios que no gasto en remedios y tengo casa propia porque de lo contrario tendría que estirar mucho más los reales. Gasto muchísimo en comida y conseguirla es muy difícil debido a las colas que se hacen en los supermercados”.
En la entrada de un banco, María Rojas, de 72 años,  señaló que se provee de medicamentos con los cubanos en los centros de diagnóstico integral, CDI: “Por eso, no gasto mucho en remedios. Sin embargo, gasto bastante en comida, más de la mitad de la pensión, cada día está más cara y ya uno no sabe cuándo encuentra lo que necesita”.

El periplo. Son las 10:00 de la mañana. Récipe en mano una larga fila de pacientes, en su mayoría de la tercera edad, espera que le despachen las medicinas en la farmacia de un ambulatorio del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales en Caracas.
Francisco Pérez, de 74 años, dijo que siempre se ha surtido de medicamentos en el IVSS porque su distribución es gratuita y así estira más el dinero de la pensión, pues más de la mitad la destina a comida. Sin embargo, desde hace dos años la situación se ha vuelto crítica. “Casi nunca consigo todos los remedios que necesito. Entonces debo ir a comprarlos y  se me va más de 60% de la pensión en medicinas”, relató.
Jesús Peña, de 63 años, refirió que luego de visitar varios ambulatorios consiguió el jarabe para la tos y el ácido acetilsalicílico, pero deberá pagar por el complejo vitamínico y el digestivo. Sobre este último, María Rodríguez, de 65 años, anotó que fue a cuatro farmacias, entre populares y comerciales, y no lo encontró.
“Los medicamentos llegan de manera intermitente. Por ejemplo, hoy puede haber antihipertensivos y vitaminas pero no remedios para la diabetes, el colesterol o antidepresivos, por lo que no se puede satisfacer a todos y muchas veces la gente se va con las manos vacías”, informó un funcionario del IVSS que solicitó no mencionar su nombre.
A José Hernández, de 67 años, se le van más de 3.000 bolívares mensuales en medicamentos. En el recorrido que hace para conseguirlos todos pasa primero por varios ambulatorios del Seguro Social, después por las farmacias populares y, de último, por los establecimientos comerciales. “Es demasiada suerte encontrar todas las medicinas en un solo lugar”, expresó.

El Dato. El coordinador de Comité de Defensa de los Derechos Humanos de los Jubilados, Pensionados, Adultos Mayores y Personas con Discapacidad, Edgar Silva, señaló que según la última lista que publicó el gobierno, en enero de 2014, hay 2 millones de pensionados en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales. Añadió que el Ejecutivo ofreció, en julio de 2014,  la incorporación de otros 8.000 al sistema. Sin embargo, no han vuelto a publicar la lista, de manera que el comité no ha podido verificar si efectivamente fueron incorporados.

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