Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

sábado, 18 de abril de 2015

En homenaje a Günter Grass, Gabriel García Márquez y Eduardo Galeano: los buenos escritores no mueren entre tanto haya quien los leas. De manera que el desafío ahora es mantenerlo vigente a través de su lectura.

Gabriel García Márquez, Günter Grass y Eduardo Galeano

El legado de tres grandes escritores

Eduardo Galeano (1940-2015) (/)
El legado de tres grandes escritores (2394649)

Daniela Chirinos Arrieta
El periodista Albinson Linares tiene razón, los Jueves Santos son un caliche así llaman en las 
salas de redacción las noticias de poca relevancia-, y pocas veces pasa algo que trastoque las 
cosas. Pero el 17 de abril de 2014, la muerte de Gabriel García Márquez cambió la monotonía 
del día. El ganador del Premio Nobel de Literatura 1982, tenía 87 años.

Los alrededores de la casa número 114 de la calle Fuego, al sur de Ciudad de México, se 
llenaron de fotógrafos, camarógrafos y periodistas, prestos a reportar al minuto, todo 
cuánto ocurría afuera de la residencia colonial, de muros de piedra y ladrillos, forrados de 
enredaderas donde Gabo vivió sus últimas décadas.

Así lo describe Albinson en la crónica titulada La tarde que murió el escritor más querido 
del mundo, que publicó ayer Prodavinci.com. Ahí narra lo que pasó ese día afuera de 
la casa de Gabo y en la funeraria, desde su experiencia y la de, por ejemplo, Arturo López, 
fotógrafo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México. También cuenta 
la tristeza de la vecina de Gabo que se abrió paso entre el tumulto de reporteros y policías 
para dejar en la puerta de su casa una flor amarilla, como las que llovieron en Macondo 
cuando José Arcadio Buendía, personaje de Cien años de soledad, murió.

Y la de José Luis Santiago, El Mago veinteañero que conoció por casualidad, al ya viejito 
García Márquez, mientras ambos miraban el mural Sueño de una tarde dominical en la 
Alameda de Diego de Rivera, ese día prometió al escritor que averiguaría dónde vivía 
para enseñarle sus trucos porque, dice el joven, la magia es vida y él necesitaba eso. Ése 
era mi objetivo, darle un rato agradable al maestro, pero no llegué a tiempo .



A la hora exacta: 2:30 p.m.

Albinson incluso precisa la hora exacta en que llegaron a la casa familiares y amigos 
de Gabo, como el cineasta mexicano Jorge Sánchez, aún cuando la asistente del escritor, 
Mónica Alonso no confirmaba la noticia.

A las 2:38 p.m., la locutora Fernanda Familiar tuiteó en su cuenta personal @qtf: Deja de 
latir el corazón de Gabriel García Márquez , escribe Albinson, pero aclara que todavía en la 
calle Fuego creían que esto era un rumor, hasta que ocho minutos después, Fernanda 
volvió a tuitear: Muere Gabriel García Márquez. Mercedes y sus hijos, Rodrigo y Gustavo 
me autorizan a dar al información. Qué tristeza tan profunda .



Nefasto abril

para el mundo de las letras

El 17 de abril de 2014, entre los miles de seres humanos raptados por La Parca , como 
escribe Albinson, también estuvo el sonero Cheo Feliciano y la actriz venezolana Mayra 
Alejandra Rodríguez. Y no terminaba de cumplirse el primer aniversario de la muerte de 
Gabo, cuando otros dos importantes escritores, fallecieron, exactamente el lunes pasado, 
Günter Grass y Eduardo Galeano.

En este mismo mes, muchos años antes, también fallecieron la novelista Teresa de la Parra 
( 23 de abril de 1936); el ensayista, periodista, diplomático y escritor José Rafael Pocaterra 
(18 de abril de 1955); Miguel de Cervantes Saavedra (22 de abril de 1616) y William Shakespeare 
( 23 de abril de 1616).



Günter Grass

siempre en el ojo del huracán

Günter Grass era de origen polaco, falleció a los 87 años, en Lübeck (Alemania). En 1999, 
recibió el Premio Nobel de Literatura, ese mismo año ganador del Príncipe de Asturias de 
las Letras; su novela El tambor de hojalata (1959) lo posicionó como uno de los mejores 
escritores europeos de su generación.

Siempre estuvo en el ojo del huracán , como señala Patricio Pron, también en 
Prodavinci.com, figuró como intelectual crítico que concebía a la literatura como una 
forma de hacer política e imagina a la política como un ámbito presidido por la libertad 
estilística de la literatura. Y más aún, creía que la tarea de la literatura era formular verdades 
escondidas.

Cuando parecía que al fin el viejo león descansaría -Patricio- sigue se situó con más 
fuerza en el centro de la polémica con su denuncia de los crímenes cometidos contra 
la población civil en la Segunda Guerra Mundial en su novela A paso de cangrejo (2002) y 
la admisión de que en su juventud integró brevemente las SS .

Esa revelación le costó fuertes críticas, pues aunque se sabía que solo estuvo unos 
meses en el ejército como auxiliar de artillería y luego en la milicia, pero no que los batallones 
organizados para la guerra por los nazis lo hubiesen reclutado como soldado aún en 
edad escolar. Teniendo en cuenta el breve período que sirvió al ejército y la edad que tenía 
cuando eso, salieron en su defensa Miguel Sáenz, su traductor, y Mario Vargas Llosa.



Eduardo Galeano y Las venas abiertas de América Latina

Justo un día antes de que su última obra saliera al mercado, titulado Mujeres, el periodista 
y escritor Eduardo Galeano falleció a los 74 años en Montevideo (Uruguay), consecuencia 
del cáncer de pulmón que padecía. En esta ciudad también nació, pero no siempre fue su 
lugar de residencia, pues vivió exiliado muchos años.

Y es que, en su obra cumbre Las venas rotas de América Latina (1971), analiza la historia 
del continente desde la colonización europea hasta nuestros días, eso sí, poniéndo énfasis 
en los abusos cometidos en la región por los imperios colonizadores, en especial Reino Unido 
y EE.UU. Este ensayo recibió la mención honorífica del Premio Casa de las Américas, pero 
además fue censurado en Uruguay, y durante los gobiernos de Augusto Pinochet (Chile) 
y Jorge Rafael Videla (Argentina).

Este libro, sin embargo, fue elogiado por el presidente Hugo Chávez, incluso se lo 
obsequió y entregó en sus manos al su entonces homólogo estadounidense Barack 
Obama, durante V Cumbre de las Américas. La lista de sus obras notables la 
complementan: Memorias del fuego (1982), El libro de los abrazos (1989), Espejos (2008), 
Los hijos del día (2011), entre otros.

Mujeres, entre tanto, irremediablemente se convirtió en póstumo. Se trata de una antología 
de relatos publicados en el siglo XX, comenzando con Scherezade, de Las mil y una 
noche; Juana de Arco, Rigoberta Menchú, Rosa de Luxenburgo, Rita Hayworth, 
Marilyn Monroe, Frida Kahlo, Camile Claudel, y Teresa de Jesús.



Mantenerlos vivos

a través de su lectura

Quiero dejarles solo una frase: Creo que las vidas de todos nosotros serían mejores si cada 
uno de ustedes llevara siempre un libro en su morral . Con esta frase, Gabriel García 
Márquez concluyó el discurso que ofreció en Santafé de Bogotá (Colombia), el 12 de 
abril de 1996, a las fuerzas armadas de ese país, a propósito de la conferencia El Estado 
de derecho y la fuerza pública , y que está recogido en el libro No vine a decir un discurso 
de su autoría.

Fue un buen consejo que debe trascender, porque los buenos escritores no mueren entre 
tanto haya quien los leas. De manera que el desafío ahora es mantenerlo vigente a través 
de su lectura.

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