Escuelas de Periodismo deben apoyar a El Carabobeño
El Carabobeño es en sí mismo historia regional. (Foto Eduardo Valencia)
Carta en solidaridad a El Carabobeño
Es imprescindible que ante la amenaza de cierre que se cierne sobre El Carabobeño y otros diarios del país, las escuelas de comunicación social que existen en Venezuela se unan y sirvan de intermediarias ante el gobierno de turno para que el Ejecutivo cumpla con su responsabilidad de proveer el papel necesario para que la libertad de expresión siga existiendo. El gobierno con sus acciones no amenaza a los dueños de un periódico, sino que intenta destruir a sus trabajadores y por ende a familias enteras. Del mismo modo, si El Carabobeño llegase a cerrar sus puertas definitivamente, los más afectados serán sus lectores, esos que al final entienden y saben que el cierre de un medio, es sin duda callar la voz de un pueblo que hoy más que nunca clama por libertad.
De las escuelas de periodismo salen los futuros empleados de los medios de comunicación en el país, es decir, que allí se forman en teoría los periodistas que deben ejercer con valores, ética, responsabilidad y amor, este oficio tan voraz pero al mismo tiempo tan gratificante.
Como periodista nos duele ver lo que está sucediendo en el país con respecto a los medios de comunicación y los problemas que están teniendo para seguir llevando la información día a día. En lo personal nos preocupa que se intente borrar la historia del periodismo en Carabobo de un solo plumazo. El Carabobeño es en sí mismo historia regional, orgulloso estoy de que haya sido en algún momento mi gran escuela de periodismo de calle, que me haya dado herramientas para crecer como profesional, parte de lo que soy como periodista se lo debo al Diario del Centro.
Algunos venezolanos quizás se han acostumbrado en los últimos años a callar muchas cosas, a pasarle por un lado a los problemas que no les afectan directamente a ellos o que consideran que no les afectan. En este caso pensar eso, es incongruente, porque las violaciones sistemáticas del gobierno en contra de nuestras libertades democráticas nos destruyen automáticamente a todos por igual, sin distingo de clases ni colores políticos.
Esperemos que cuando algunos reaccionen no sea demasiado tarde, sepamos que siempre tendremos que responder ante las futuras generaciones acerca de nuestra actuación en defensa de la libertad, haber nacido en democracia y no hacerlo es imperdonable.
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