29 artistas buscan reconciliar el arte cinético con la sociedad
Hoy se inaugura la "I Bienal de Arte Emergente. El legado cinético".
Helena Acosta es la curadora de la bienal (Nicola Rocco)
DUBRASKA FALCÓN | EL UNIVERSAL
viernes 26 de octubre de 2012 12:00 AM
Elitesco. Así fue sellado el arte cinético venezolano que nació en las manos de Carlos Cruz- Diez, Jesús Soto, Alejandro Otero o Juvenal Ravelo, entre otros artistas becados para estudiar en el extranjero. Un estigma que aún se mantiene por no tejer, en apariencia, un vínculo con la sociedad venezolana.
A esta histórica confrontación, Helena Acosta la llama divorcio. "Ciertamente hay un divorcio entre el arte cinético y el país, a pesar de que en su momento el país apoyo al cinetismo y hasta Caracas se convirtió en una ciudad cinética. Pero nunca hubo un nexo con la población", dice la curadora de la I Bienal de Arte Emergente. El legado cinético, que se inaugura hoy en las salas 7 y 8 del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, en Parque Central.
El deseo de reconciliación llevó a Acosta a crear una bienal que uniera al cinetismo con el pueblo. Para esto recibió el apoyó de la Fundación Museos Nacionales. "Lo que se intenta es reabrir este capítulo del arte venezolano. Ver qué nuevas lecturas se pueden hacer; cómo se acercan hoy los artistas a los nuevos lenguajes; qué reinterpretaciones pueden salir, y analizarlo. Queremos volver a reconocerlo y que la gente se reconozca en él", asegura.
Luego de abrir durante dos meses y medio la convocatoria internacional, al evento se postularon 170 obras en las categorías bidimensional, tridimensional y espacio digital. De este grupo de obras el jurado, conformado por Juvenal Ravelo, María Luz Cárdenas, Élida Salazar, Ingrid Lucena y Viollete Bulé, seleccionaron 29 piezas provenientes de Francia, Chile, Portugal, El Salvador, España y Venezuela. "Se valoró mucho la factura, el concepto, la reflexión y el aspecto formal de la obra", apunta acerca de la elección que tendrá un ganador por cada categoría la semana que viene.
La exposición, según Acosta, resultó bastante variada: se reconocen desde las propuestas cinéticas más clásicas, pero con el guiño venezolano, hasta nuevas lecturas, en muchos casos, más experimentales. "Sí, me sorprendió lo que llegó, sobre todo en las instalaciones y el área digital. El cinetismo es un lenguaje que está presente en casi todo lo que es el discurso visual abstracto actual. Hay una tendencia bastante fuerte en el arte sonoro, incluso".
Por eso para hoy estará en la inauguración el colectivo de El Salvador, elMonstruo, que intervendrá la fallada del museo a través de un performance visual. "Esto será un homenaje al arte cinético", dice Claudia Olmedo, quien junto a Yasser Pérez Cavaría y Juan Carlos Saavedra forman el colectivo. "Vamos a manipular su obra con materiales y música que hemos creado nosotros a través del Video Mapping", concluye.
A esta histórica confrontación, Helena Acosta la llama divorcio. "Ciertamente hay un divorcio entre el arte cinético y el país, a pesar de que en su momento el país apoyo al cinetismo y hasta Caracas se convirtió en una ciudad cinética. Pero nunca hubo un nexo con la población", dice la curadora de la I Bienal de Arte Emergente. El legado cinético, que se inaugura hoy en las salas 7 y 8 del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, en Parque Central.
El deseo de reconciliación llevó a Acosta a crear una bienal que uniera al cinetismo con el pueblo. Para esto recibió el apoyó de la Fundación Museos Nacionales. "Lo que se intenta es reabrir este capítulo del arte venezolano. Ver qué nuevas lecturas se pueden hacer; cómo se acercan hoy los artistas a los nuevos lenguajes; qué reinterpretaciones pueden salir, y analizarlo. Queremos volver a reconocerlo y que la gente se reconozca en él", asegura.
Luego de abrir durante dos meses y medio la convocatoria internacional, al evento se postularon 170 obras en las categorías bidimensional, tridimensional y espacio digital. De este grupo de obras el jurado, conformado por Juvenal Ravelo, María Luz Cárdenas, Élida Salazar, Ingrid Lucena y Viollete Bulé, seleccionaron 29 piezas provenientes de Francia, Chile, Portugal, El Salvador, España y Venezuela. "Se valoró mucho la factura, el concepto, la reflexión y el aspecto formal de la obra", apunta acerca de la elección que tendrá un ganador por cada categoría la semana que viene.
La exposición, según Acosta, resultó bastante variada: se reconocen desde las propuestas cinéticas más clásicas, pero con el guiño venezolano, hasta nuevas lecturas, en muchos casos, más experimentales. "Sí, me sorprendió lo que llegó, sobre todo en las instalaciones y el área digital. El cinetismo es un lenguaje que está presente en casi todo lo que es el discurso visual abstracto actual. Hay una tendencia bastante fuerte en el arte sonoro, incluso".
Por eso para hoy estará en la inauguración el colectivo de El Salvador, elMonstruo, que intervendrá la fallada del museo a través de un performance visual. "Esto será un homenaje al arte cinético", dice Claudia Olmedo, quien junto a Yasser Pérez Cavaría y Juan Carlos Saavedra forman el colectivo. "Vamos a manipular su obra con materiales y música que hemos creado nosotros a través del Video Mapping", concluye.
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