El carabobeño 01 octubre 2012
No es un secreto que al presidente Hugo Chávez se le volteó el santo
Yamis Urbano Valencia
yurbano@el-carabobeno.com
La explosión de unos tanques en el Complejo Refinador de Paraguaná, el rayo que incendió un tanque de la Refinería El Palito, las viviendas en Santa Teresa construidas por la Gran Misión Vivienda Venezuela partidas en dos, y el granizo que cayó en el Zulia luego de 46 años. Justo en aquellos días que el Presidente ironizaba que su contendor solo triunfaría cuando un evento como este último ocurriera en la región caracterizada por su inclemente sol; son algunas de las razones que demuestran que: “Al presidente se le volteó el santo”.
Esta es la lectura que desprende el politólogo y humorista, Laureano Márquez, sobre la sucesión de hechos nacionales que van en contra del presidente Chávez en 90 días de campaña. Explicó que todos los eventos contribuyeron a que más de un indeciso reflexionara y concluyera: “Este país se está cayendo a pedazos”.
Democracia desmonta democracia
El modelo de Chávez usa la democracia para desmontar la democracia, indicó Márquez. Manifestó que en Venezuela nunca la justicia había estado tan mediatizada por el Poder Ejecutivo como los últimos tiempos, al punto de asegurar que el mandatario tiene un propósito, que consiste en instaurar un modelo cubano. “Lo ha dicho varias veces y más cuando le ha convenido políticamente. El Gobierno quiere guardar ciertas formalidades democráticas y este proyecto no se puede llevar adelante sobre la perspectiva de una sociedad democrática porque resulta un proyecto autoritario”.
En este año electoral se ha desatado un panorama complejo, lleno de incertidumbre, de caos, de contradicciones, de absurdos, de cosas inexplicables, calificó Márquez con la atenuante de 14 años vividos en un proceso que no ha aportado nada al progreso. “Por el contrario le ha hecho daño a la sociedad, en aspectos tan relevantes como el cierre de medios y el declive de la economía nacional”.
Para el politólogo el daño más grande, es el enfrentamiento gratuito entre venezolanos que en definitiva no ha puesto en manifiesto la transformación positiva del país. “Es un enfrentamiento que ha sido manejado solo por réditos políticos. Este Gobierno ha sido muy hábil para mantenerse en el poder, pero esa es solo su habilidad, ese es su único fin”.
Márquez desde su oficina, que es un chiste de solo mirarla, indicó que la sociedad venezolana está cansada de lo peor de lo mismo, que ha sido un sistema mucho más negativo de lo que él criticó al principio de su labor como Presidente, la arbitrariedad, la corrupción.
La incapacidad es un elemento que quedó en tela de juicio cuando Chávez decidió hacer campaña política y apartó de sus obligaciones gobernar el país. “Venezuela se cansó de incapacidad exacerbada, esto es un fracaso”.
Encuestas son la calle
Con base a las encuestas, Laureano Márquez indicó que la sociedad venezolana está dividida en tres grandes toletes igualmente proporcionales: los chavistas, la oposición y los indecisos. Estos últimos en su mayoría migra hacia la candidatura de Henrique Capriles Radonski.
En cuanto a los porcentajes que vaticinan varias encuestadoras, sino está parcializada, indican números que pudiesen ser ciertos, otros publican con una muestra muy pequeña, lo cierto para Márquez es que no toda la gente está diciendo la verdad y es por miedo a ser expulsado de un trabajo en la administración pública o, si estaba anotado en una misión, sea eliminado de la lista de espera. Ante esta situación el humorista prefiere creer en la avenida Bolívar y en el estadio José Bernardo Pérez de Valencia.
Por los números que hacen de Hugo Chávez el ganador del 7 de octubre, habría que explicar y fundamentar de dónde fue tomada la muestra. El politólogo asegura que Chávez no gana puntos, solo pierde, y ejemplo de eso es el desencanto de la gente que se expresa en los sitios que menos se creían, como por ejemplo un carro por puesto, o el caótico Metro de Caracas.
Campaña de ascenso
La campaña presidencial del candidato opositor ha sido histórica. Márquez comparte lo que otros políticos refieren en la cantidad de pueblos que visitó el aspirante de la alternativa democrática. “Ha sido una campaña impecable de incansable ascenso, sus actos de calle así lo demuestran, sin las largas colas de autobuses”.
Ofrece esperanza, rescatará la institucionalidad democrática del país, tiene nuevas ideas, es dinámico y profesional. Estas son las características que motivan a Laureano Márquez a estampar su voto por Capriles, pues, de no ser así, votaría por la candidata María Bolívar a quien está dispuesto a darle su “ayudaíta” para gobernar.
Al parecer de Márquez, Capriles es un candidato que tiene experiencia en gestión política y descarta que en su vida haya estado de acuerdo que el país estuviese a cargo de un paracaidista sin experiencia. “La idea es que no sea un mercenario, no queremos salvadores de la patria”.
Si bien es cierto que Laureano Márquez se ha caracterizado por ser un fiel crítico de lo que denomina el régimen, también explicó que lo será en el eventual escenario de que el contendor de Chávez resulte electo, pues no hay nada que le encante más a un político que caer en los errores por los cuales hizo rebelión en su campaña.
Reivindicar al país no será tarea fácil, más no imposible, aseguró, pero si de algo está seguro es que seis años no serán suficientes. No está de acuerdo en la reelección por eso, tal y como lo dice Henrique Capriles Radonski: esto es solo el camino.
El deber ser y el ser con humor
Sobre un eventual triunfo opositor, Laureano Márquez aseguró que para los funcionarios del alto gobierno y gabinete ejecutivo, existe el ser y el deber ser. Se trata de dos acciones distintas que en un país serio y normal debería predominar esta última premisa.Cuando a las 4:28 minutos de la madrugada del 8 de octubre la presidenta del Consejo Nacional Electoral diga que ganó Capriles, el deber ser para los funcionarios del Gobierno será ir a dormir y levantarse con ganas de seguir trabajando, pues hay un nuevo Presidente. “Pero el Ser se impondrá e inquietará a todo aquel funcionario que tenga rabo de paja”. El 10 de enero de 2013, día de la toma de posesión, el Deber ser es que el presidente Chávez le entregue la banda presidencial a Capriles y le desee suerte, pero el Ser será que ni siquiera vaya al hemiciclo de la Asamblea Nacional. Como si se tratara de Maickel Melamed en el maratón de los 10 kilòmetros de Nueva York, Henrique Capriles trabajará en paralelo para reconciliar al país ofreciéndole a los que pasarán a ser parte de la oposición, un discurso de inclusión, ese es el Deber Ser. Pero el Ser es que Hugo Chávez y sus seguidores continuarán con el discurso violento. “Cuando yo escuche los resultados sobre el nuevo Presidente, el Deber Ser es que vaya y saque botellas para celebrar, pero el Ser es que mi esposa me pondrá mala cara”.
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