Hoy y Después en Valencia
Alfredo Fermín
afermin@el-carabobeno.com
afermin@el-carabobeno.com
Hace 31 años, un domingo como hoy, el presidente de la República Luis Herrera Campins, inauguró el parque de esculturas Andrés Pérez Mujica, a lo largo de la avenida Monseñor Adam, muchos años antes de que al sector se le diera la denominación calle de los cafés.
El acto fue un acontecimiento nacional porque era la primera vez que, los más destacados escultores del país, estaban representados en un espacio al aire libre con obras del arte contemporáneo nacional.
El Presidente, periodista y animador cultural, vino acompañado de su ministro Luis Pastori y recorrió el parque acompañado del presidente del Concejo Municipal de Valencia, Armando Celli quien, junto con Florelia Mariño, hizo posible el proyecto de darle a Valencia un museo, que luego no se concretó.
La iniciativa fue destacada en importantes medios de comunicación, por los más exigentes críticos de arte, como un caso único en la historia de las Artes Plásticas del país. Aquel día fue de fiesta en Valencia porque con él, el Jefe del estado, anunció el inicio del año jubilar para conmemorar los 200 años del nacimiento del Libertador Simón Bolívar.
Los escultores Pedro Barreto, Pedro Briceño,
Cornelis Zitman, Víctor Valera, Colette Delozanne, Marieta Bergman, Francisco Narváez, Rafael Martínez, Rafael Pérez, entre otros, cedieron a la alcaldía, a un precio simbólico, obras que son testimonio de lo que estaba aconteciendo en el arte tridimensional del país.
Para presidir la muestra se fue colocada, en la intersección de las avenidas Andrés Eloy Blanco y Monseñor Adam, la monumental escultura la Bacante de Andrés Pérez Mujica.
De manera inexplicable, desde sus primeros días, el parque de escultura ha sido víctima de la delincuencia.
Dos días despúes de su inauguración, en la noche de Navidad de aquél año 1982, fue arrancada de su pedestal la escultura Mujer con hoja de plátano, de Francisco Narváez, sin que hasta ahora nadie sepa su paradero. Años más tarde se llevaron la escultura Mujer Acostada, de Cornelis Zitamn. El alcalde Francisco Cabrera, coleccionista de arte, se puso al frente de las investigaciones y encontró la obra tirada en una acequia de aguas negras al sur de la ciudad. En la última administración fueron robadas las obras de Miguel Sanoja y María Gamundi, quien regaló a Valencia la escultura de una encantadora niña, con moñitos, que se miraba en un espejo de agua. El espacio cayó en tal abandono que las autoridades municipales, ni siquiera, por procedimiento administrativo, hicieron la denuncia.
En su cumpleaños número 31, lo que fue un modelo de gestión cultural se encuentra en el abandono, con obras destruidas, rayadas, sin mantenimiento rodeadas de basura y charco. Esta situación debe ser aclarada, tomando en cuenta que la administración municipal saliente anunció, en diversas oportunidades, gastos elevados para la restauración y mantenimiento de las obras.
No será fácil para el nuevo presidente de la Fundación para la Cultura, Edgar Darío Núñez pues, según las primeras estimaciones, las deudas del organismo pasan del millón y medio de bolívares que, presuntamente, no fueron gastados para actividades de promoción artística y culturales sino para beneficio propio de algunos funcionarios.
En El Capitolio
Representantes de la sociedad civil de Valencia, que asistieron a una reunión, en el Capitolio, para analizar los decretos del presidente Nicolás Maduro en contra de la ciudad de Valencia, coincidieron en afirmar que el gobernador Francisco Ameliach ha debido estar presente, para explicar las razones por las cuales se impusieron los decretos 664, 665 y 666, en especial éste que afecta a las parroquias Santa Rosa, Miguel Peña y Rafael Urdaneta, para construir la ciudad Hugo Chávez. De acuerdo con el artículo 49 de la Constitución los decretos son nulos porque se prescindió, absolutamente de la sustanciación de los debidos procedimientos administrativos.
Además desatienden los principios de la democracia participativa y protagónica, ya que el Presidente de la República ha debido consultar a los valencianos sobre las respectivas decisiones, según el Colegio de Abogados.
Si el presidente Maduro considera que no es suficiente un panteón paralelo, en el cuartel de la montaña, para rendirle homenaje a la memoria del presidente Chávez ha debido fundar la ciudad, que llevará su nombre, en el pueblo donde él nació o en el de Diosdado Cabello, en el estado Monagas.
Pero no en Valencia, a cuyo gobierno no tiene mucho que agradecerle o, por lo menos, las obras que hizo no se ven.
Las intenciones de rebajar la importancia de Valencia en la historia de Venezuela, no es nueva. El gobernador Acosta Carles propuso en la Plaza Bolívar que, a esta ciudad, se le cambiara el nombre por Tacarigua lo cual creó un revuelo.Tiempo después, colaboradores del Gobernador dijeron que esa fue una instrucción de Miraflores.
Cuando se dice que Chávez no quería a Valencia es porque hay testimonios de su animadversión. Recordemos que el Metro era una obra de la Alcaldía de Valencia, que construyó la línea 1, desde la Plaza Monumental hasta la Cedeño, a la cual se entregó en cuerpo y alma el alcalde Paco Cabrera. Cuando la obra estuvo lista, el gobierno nacional, la intervino. Y lo peor: para el acto inaugural el 18 de noviembre de 2006, por instrucciones del propio Chávez, se le prohibió a Paco que asistiera como autoridad.
En todo caso, si quería ir, que se sentara entre el público.Esto lo afirmaba el querido alcalde que no era un hombre mentiroso.
En el mismo acto se prometió que la segunda etapa del Metro, desde la Cedeño a Guaparo, estaría inaugurada en 2011. Pasados dos años la obra, prácticamente, está paralizada. Así que los que se engolosinaron ayer, en el Capitolio, creyendo que habrá diálogo con “la oligarquía apátrida valenciana”, como decía el difunto y que los decretos de Maduro son para el bienestar de Valencia que tomen nota.
Vetada La Prensa
A la reunión de este sábado, en el Capitolio, se le impidió el ingreso a los periodistas que tuvieron que pagar plantón, como se dice en el argot profesional y conformarse con las versiones que dieron algunos de los asistentes. ¿Por qué esa exclusión? Los periodistas también formamos parte de la sociedad civil y tenemos -por una Ley de la República- el derecho de estar presentes donde se discuten asuntos de interés público. Quienes ejercemos la comunicación social queremos informar, de acuerdo con nuestro criterio profesional, no a través de versiones oficiales.
Nuestra Gratitud al Consejo de facultad de la facultad de Ciencias de la Educación y al Consejo Universitario por el honor que nos ha concedido, por unanimidad, con el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Carabobo. La distinción tan elevada de un alma mater de tanto prestigio, la acogida de gente de todos los sectores y las palabras afectuosas de representantes de instituciones fundamentales, es un compromiso demasiado grande que nos anima a continuar defendiendo, con respeto, la libertad de expresión en nuestro país.
La Universidad de Carabobo
Conceden Doctorado Honoris Causa al periodista Alfredo Fermín
Alfredo Fermín nació en la Isla de Margarita, es egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y desde hace más de 42 años labora como reportero en el diario El Carabobeño de la entidad central.
MARIANELA RODRÍGUEZ | EL UNIVERSAL
lunes 16 de diciembre de 2013
Valencia.- Este lunes de forma unánime los miembros del Consejo Universitario de la Universidad de Carabobo confirieron el Doctorado Honoris Causa al periodista Alfredo Fermín, "por méritos profesionales y ciudadanos".
Fermín nació en la Isla de Margarita, es egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y desde hace más de 42 años labora como reportero en el diario El Carabobeño de la entidad central.
Entre otros reconocimientos Fermín ha sido merecedor del premio Monseñor Pellín, es miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte y especializado en Arte Contemporáneo en la Universidad de La Sorbonne y en Escuela del Museo de El Louvre en París.
Notitarde20/12/2013
Alfredo Fermín está muy agradecido por el Doctorado Honoris Causa que le conferirá la UC
“Es heroico ejercer hoy el periodismo”
- “Nunca me acostumbré a que me dijeran ‘Licenciado’, menos me acostumbraré a que me digan ‘Doctor’. Yo solo soy Alfredo Fermín”. (Foto: Jennifer Infante. / )
Daniela Chirinos Arrieta
El año 2014 desde ya luce prometedor para Alfredo Fermín, pues a principios de esta semana, la rectora de la Universidad de Carabobo, Jessy Divo de Romero, anunció que por votación unánime de los miembros del Consejo Universitario le será conferido el Doctorado Honoris Causa a este respetado periodista, por méritos profesionales y ciudadanos, que demuestran toda una vida de profesionalismo, ética, moral y de humildad en el ejercicio de dicha profesión en Carabobo, desde hace más de 40 años.
Alfredo está profundamente agradecido con las autoridades rectorales y los consejeros universitarios; sin embargo, todavía le cuesta asimilar la noticia, pues “nunca tuve pretensiones de ser Doctor en algo, y mucho menos que me confirieran tan honrosa distinción; es más, nunca me acostumbré a que me dijeran ‘Licenciado’, menos me voy a acostumbrar a que me llamen ‘Doctor’. Yo solo soy Alfredo Fermín”.
Y es que, este comunicador social es referencia del buen ejercicio del periodismo en la entidad, lo saben el gremio y sus fieles lectores. De hecho, hay al menos dos premios que llevan su nombre, uno otorgado por la Gobernación de Carabobo y otro por la Alcaldía de San Diego, específicamente en materia cultural.
No obstante, pese a toda celebración, no se aparta de su preocupación por la libertad de expresión y el ejercicio del periodismo, que calcifica como un acto heroico.
Es parte de la primera promoción de Licenciados Comunicadores Sociales de la UCV (1971), antes de ese año, el título era solo Periodismo. Siempre ha estado cerca de la noticia, incluso, cuando iba a recibir su grado, allanaron la universidad.
“No era un estudiante sobresaliente, pero era bueno”, confiesa; gracias a su promedio consiguió instalarse en las residencias universitarias. “En la habitación de al lado vivía un tipo fastidiosísimo. Mañana, tarde, noche y de madrugada se la pasaba cantando, no nos dejaba dormir. Resulta que ese estudiante era Alí Primera, y con él vivía Julio Escalona, famoso guerrillero”, cuenta.
En 1973 consiguió una beca para estudiar en Francia una maestría en el Instituto francés de Prensa; al mismo tiempo, estudió Arte Contemporáneo en la Université Sorbonne Nouvelle y en el Instituto de Arte Moderno de París.
Todo comienzo es difícil
Nació en Porlamar (Nueva Esparta), “cuando Margarita era verdaderamente una isla, los que vivían allá estaban realmente aislados, y quienes se iban era prácticamente para no volver”.
Alfredo intentó regresar después de graduarse para montar una tienda con uno de sus hermanos, pero su madre, Concha Ordaz de Rojas, le dijo: “No señor, por usted se hizo un sacrificio para que se fuera a estudiar, así que se va a ejercer, a ser periodista”.
-En esa época, a los estudiantes de las escuelas no nos aceptaban en los periódicos de Caracas, porque decían que éramos unos comunistas, de manera que hacer pasantías era imposible, nos llevaban a los periódicos a ver todo ‘de lejitos’, y no conseguíamos trabajo en los periódicos, relata Alfredo.
Licenciado sí, pero “muy jojoto”
Llegó a Valencia hace más de 40 años, con una carta que Eleazar Días Rangel, padrino de su promoción, le había entregado en Caracas para que se la diera al periodista Héctor Cristiano Villalobos, y éste a su vez se la entregara a Salvador Castillo, entonces director de El Carabobeño, quien de entrada le dijo: “Estás muy jojoto, pero donde manda capitán no manda marinero, y Don Eladio (Alemán Sucre) dijo que los nuevos ingresos tienen que ser graduados, así que entré, y no porque sabía mucho, sino porque era un egresado de la universidad que se había atrevido a buscar trabajo”, cuenta Alfredo.
Su carrera la ha hecho en ese diario, en el que desde hace más de tres décadas cada domingo publica su columna Hoy y Después en Valencia, y cubre las fuentes política, cultura e iglesia.
Y aclara que: Primero, de tantos años de tratar con políticos, aprendió cómo desenvolverse en ese medio: “Hay que ser muy discreto y solidario a la vez, es un fracaso ser ‘lleva y trae’, uno no puede parcializarse, porque la función del periodista es informar a la gente cómo piensa cada uno de los políticos”; segundo, no ha sido monaguillo, pero tuvo la suerte de que le asignaran la fuente eclesiástica cuando a Monseñor Luis Eduardo Enríquez lo nombraron primer Arzobispo de Valencia, quien lo orientó mucho y cuando se retiró le regaló varios libros; tercero, desde niño le ha gustado leer y escuchar música clásica, además, “siempre he estado en contacto con los artistas y tuve la suerte de que me designaran como el primer curador del Salón Arturo Michelena”.
Días de radio
En Valencia también ejerció el periodismo radial. Durante casi 30 años trabajó en Radio Latina, “compartí mucho con la familia de Don Santiago Sánchez González, me trataron con mucha deferencia, siempre con mucha solidaridad”, resalta.
Junto a Miguel Suárez, Pancho Pérez y Pablo Hernández creó Noticias en Radio Latina, que fue el primer noticiero que leía titulares de los periódicos. También hizo el programa de entrevistas Punto de vista junto a Pablo Hernández, por el que pasaron varios presidentes de la República, “hasta Chávez”, dice.
- ¿Por qué sostiene que ejercer el periodismo hoy es un acto heroico?
- Porque hay un ensañamiento en contra de los medios de comunicación que no publican todo lo que dice el Gobierno; a los que no sean afectos a éste les ponen trabas para concederles los dólares necesarios para comprar los insumos. Además, les presionan a algunos de sus anunciantes.
Ante esto, no sé cómo están resistiendo los periódicos, tanto los dueños como los editores, son unos héroes, considero están manteniendo a sus medios por dignidad, y porque tienen una gran consciencia de que si cierran quedarían muchos sin trabajo.
- ¿Considera que hay libertad de expresión?
- Creo que así el Gobierno se jacte de que en Venezuela hay libertad de expresión, ésta es una gran mentira. No puede ser que hoy (miércoles 18 de diciembre) aparezca en la prensa que el Gobierno prohibió a El Universal publicar informaciones de sucesos, eso es contrario a la libertad de expresión, viola la Constitución y la Ley del Ejercicio del Periodismo.
El periodismo está en emergencia. Si es cierto que no tenemos censores en los periódicos con el lápiz rojo como en la época de Pérez Jiménez, pero ahora hay formas más sutiles de imponer la censura, y eso lo sabe el Gobierno.
- ¿Qué opina sobre el conflicto que implica a la Plaza Monumental, el Parque Recreacional Sur y el Teatro Municipal?
- Desde hace mucho tiempo he venido sosteniendo en la columna Hoy y Después en Valencia, que hay una política de Estado para destrozar la ciudad, pues hay muchos antecedentes, como la forma despectiva con que se nos quiso imponer un gobernador como Mario Silva, una persona muy detestada en el país por su manera de conducir el programa La Hojilla.
Ahora, actúan con la “expropiación” del Teatro Municipal, el cual desde 1974 es patrimonio de la nación; antes, en 1894, el Ejecutivo Nacional le otorgó a Valencia esta edificación, así que habría que recordar el dicho que reza: “El que da y quita el diablo lo visita”. De manera que este hecho es un acto de completa ignorancia de la historia.
Al mismo tiempo, hay que recordar que la Plaza Monumental y el Parque Recreacional Sur se construyeron con patrimonio del municipio. En fin, detrás de esto lo que hay es la intención del Gobierno de agarrarse la Zona Industrial de Valencia y la parroquia más poblada del municipio, como lo es Miguel Peña.
- ¿Qué se siente estar en el lado de los entrevistados?
- Cuando me entrevistan compruebo lo crueles que podemos ser con el entrevistado, porque lo ponemos en situaciones difíciles, y mientras más titubea, le ponemos preguntas más complicadas.
Alfredo está profundamente agradecido con las autoridades rectorales y los consejeros universitarios; sin embargo, todavía le cuesta asimilar la noticia, pues “nunca tuve pretensiones de ser Doctor en algo, y mucho menos que me confirieran tan honrosa distinción; es más, nunca me acostumbré a que me dijeran ‘Licenciado’, menos me voy a acostumbrar a que me llamen ‘Doctor’. Yo solo soy Alfredo Fermín”.
Y es que, este comunicador social es referencia del buen ejercicio del periodismo en la entidad, lo saben el gremio y sus fieles lectores. De hecho, hay al menos dos premios que llevan su nombre, uno otorgado por la Gobernación de Carabobo y otro por la Alcaldía de San Diego, específicamente en materia cultural.
No obstante, pese a toda celebración, no se aparta de su preocupación por la libertad de expresión y el ejercicio del periodismo, que calcifica como un acto heroico.
Es parte de la primera promoción de Licenciados Comunicadores Sociales de la UCV (1971), antes de ese año, el título era solo Periodismo. Siempre ha estado cerca de la noticia, incluso, cuando iba a recibir su grado, allanaron la universidad.
“No era un estudiante sobresaliente, pero era bueno”, confiesa; gracias a su promedio consiguió instalarse en las residencias universitarias. “En la habitación de al lado vivía un tipo fastidiosísimo. Mañana, tarde, noche y de madrugada se la pasaba cantando, no nos dejaba dormir. Resulta que ese estudiante era Alí Primera, y con él vivía Julio Escalona, famoso guerrillero”, cuenta.
En 1973 consiguió una beca para estudiar en Francia una maestría en el Instituto francés de Prensa; al mismo tiempo, estudió Arte Contemporáneo en la Université Sorbonne Nouvelle y en el Instituto de Arte Moderno de París.
Todo comienzo es difícil
Nació en Porlamar (Nueva Esparta), “cuando Margarita era verdaderamente una isla, los que vivían allá estaban realmente aislados, y quienes se iban era prácticamente para no volver”.
Alfredo intentó regresar después de graduarse para montar una tienda con uno de sus hermanos, pero su madre, Concha Ordaz de Rojas, le dijo: “No señor, por usted se hizo un sacrificio para que se fuera a estudiar, así que se va a ejercer, a ser periodista”.
-En esa época, a los estudiantes de las escuelas no nos aceptaban en los periódicos de Caracas, porque decían que éramos unos comunistas, de manera que hacer pasantías era imposible, nos llevaban a los periódicos a ver todo ‘de lejitos’, y no conseguíamos trabajo en los periódicos, relata Alfredo.
Licenciado sí, pero “muy jojoto”
Llegó a Valencia hace más de 40 años, con una carta que Eleazar Días Rangel, padrino de su promoción, le había entregado en Caracas para que se la diera al periodista Héctor Cristiano Villalobos, y éste a su vez se la entregara a Salvador Castillo, entonces director de El Carabobeño, quien de entrada le dijo: “Estás muy jojoto, pero donde manda capitán no manda marinero, y Don Eladio (Alemán Sucre) dijo que los nuevos ingresos tienen que ser graduados, así que entré, y no porque sabía mucho, sino porque era un egresado de la universidad que se había atrevido a buscar trabajo”, cuenta Alfredo.
Su carrera la ha hecho en ese diario, en el que desde hace más de tres décadas cada domingo publica su columna Hoy y Después en Valencia, y cubre las fuentes política, cultura e iglesia.
Y aclara que: Primero, de tantos años de tratar con políticos, aprendió cómo desenvolverse en ese medio: “Hay que ser muy discreto y solidario a la vez, es un fracaso ser ‘lleva y trae’, uno no puede parcializarse, porque la función del periodista es informar a la gente cómo piensa cada uno de los políticos”; segundo, no ha sido monaguillo, pero tuvo la suerte de que le asignaran la fuente eclesiástica cuando a Monseñor Luis Eduardo Enríquez lo nombraron primer Arzobispo de Valencia, quien lo orientó mucho y cuando se retiró le regaló varios libros; tercero, desde niño le ha gustado leer y escuchar música clásica, además, “siempre he estado en contacto con los artistas y tuve la suerte de que me designaran como el primer curador del Salón Arturo Michelena”.
Días de radio
En Valencia también ejerció el periodismo radial. Durante casi 30 años trabajó en Radio Latina, “compartí mucho con la familia de Don Santiago Sánchez González, me trataron con mucha deferencia, siempre con mucha solidaridad”, resalta.
Junto a Miguel Suárez, Pancho Pérez y Pablo Hernández creó Noticias en Radio Latina, que fue el primer noticiero que leía titulares de los periódicos. También hizo el programa de entrevistas Punto de vista junto a Pablo Hernández, por el que pasaron varios presidentes de la República, “hasta Chávez”, dice.
- ¿Por qué sostiene que ejercer el periodismo hoy es un acto heroico?
- Porque hay un ensañamiento en contra de los medios de comunicación que no publican todo lo que dice el Gobierno; a los que no sean afectos a éste les ponen trabas para concederles los dólares necesarios para comprar los insumos. Además, les presionan a algunos de sus anunciantes.
Ante esto, no sé cómo están resistiendo los periódicos, tanto los dueños como los editores, son unos héroes, considero están manteniendo a sus medios por dignidad, y porque tienen una gran consciencia de que si cierran quedarían muchos sin trabajo.
- ¿Considera que hay libertad de expresión?
- Creo que así el Gobierno se jacte de que en Venezuela hay libertad de expresión, ésta es una gran mentira. No puede ser que hoy (miércoles 18 de diciembre) aparezca en la prensa que el Gobierno prohibió a El Universal publicar informaciones de sucesos, eso es contrario a la libertad de expresión, viola la Constitución y la Ley del Ejercicio del Periodismo.
El periodismo está en emergencia. Si es cierto que no tenemos censores en los periódicos con el lápiz rojo como en la época de Pérez Jiménez, pero ahora hay formas más sutiles de imponer la censura, y eso lo sabe el Gobierno.
- ¿Qué opina sobre el conflicto que implica a la Plaza Monumental, el Parque Recreacional Sur y el Teatro Municipal?
- Desde hace mucho tiempo he venido sosteniendo en la columna Hoy y Después en Valencia, que hay una política de Estado para destrozar la ciudad, pues hay muchos antecedentes, como la forma despectiva con que se nos quiso imponer un gobernador como Mario Silva, una persona muy detestada en el país por su manera de conducir el programa La Hojilla.
Ahora, actúan con la “expropiación” del Teatro Municipal, el cual desde 1974 es patrimonio de la nación; antes, en 1894, el Ejecutivo Nacional le otorgó a Valencia esta edificación, así que habría que recordar el dicho que reza: “El que da y quita el diablo lo visita”. De manera que este hecho es un acto de completa ignorancia de la historia.
Al mismo tiempo, hay que recordar que la Plaza Monumental y el Parque Recreacional Sur se construyeron con patrimonio del municipio. En fin, detrás de esto lo que hay es la intención del Gobierno de agarrarse la Zona Industrial de Valencia y la parroquia más poblada del municipio, como lo es Miguel Peña.
- ¿Qué se siente estar en el lado de los entrevistados?
- Cuando me entrevistan compruebo lo crueles que podemos ser con el entrevistado, porque lo ponemos en situaciones difíciles, y mientras más titubea, le ponemos preguntas más complicadas.
El Carabobeño 22 diciembre 2013
Alfredo Fermín: Mi misión
es defender a Valencia Dhameliz Díaz | ddiaz@el-carabobeno.com
Intimidado, confiesa, las entrevistas lo incomodan, ser
el protagonista de tanto alboroto. "No es por falsa modestia".
Celebra con humildad el Doctorado Honoris Causa que le ha conferido la
Universidad de Carabobo. En la redacción de El Carabobeño lo aplaudimos
emocionados por varios minutos al conocerse la decisión. Entra parsimonioso,
mirándonos a cada uno y a todos, feliz, conmovido por el afecto que se asoma en
una que otra lágrima, en ¡bravos!, en abrazos que lo asaltan. Él, sonrojado,
daba palmaditas nerviosas a quienes se le acercaban para victoriarlo,
expresarle más amor, más admiración…"Es un gran honor…¡Por primera vez voy
a ponerme toga y birrete, expresaba haciendo una gracia que propició risas. Sus
compañeros de trabajo,sorprendidos por la revelación que hizo chiste. Es
integrante de la primera promoción de Licenciados en Comunicación Social de la
Universidad Central de Venezuela.En la fecha fijada para el acto académico,
comenzó a contar su historia, el Presidente Rafael Caldera allanó la
universidad y fue suspendido el acto académico, arrebatándole la ocasión.
Alfredo Fermín, periodista de esta casa editora, Mágister
en Procesos Informativos Contemporáneo del Instituto Francés de Prensa, París,
avanzó hacia la sala de conferencia. Se sentó encabezando la mesa, justo en el
lugar que ocupan sus entrevistados para el Foro Dominical. ¿Qué se siente? Le
pregunta Carolina González, Jefa de Redacción de esta casa editora. “No es mi
puesto. Reconozco, que los periodistas tenemos cierta dosis de crueldad
buscando la verdad, ponemos en verdadero aprieto al entrevistado”, bromea.
“Ahora soy víctima no victimario”, dice todavía inquieto sin perder la sonrisa.
“Es un cambio de roll”.
-Siempre he querido pasar inadvertido, no me gusta el
protagonismo
¿Tú? Se extraña Carolina, ya conversando, ya
intercambiando cariños que se cultivan en la lucha persiguiendo la noticia del
día a día. Pero no ha sido así, admite. "En plena efervescencia de la
Revolución Cubana, de la presencia de guerrillas en Venezuela, en esa época tan
conflictiva me eligieron presidente del Centro de Estudiantes frente a una
jauría que me quería linchar porque no compartía ese entusiasmo por Fidel
Castro”.
Su niñez de extrema pobreza en la Porlamar natal, cambió
por la generosidad de doña Concha, la mamá de su mejor amigo de clases, Jesús
Rafael Rojas. Cuando quedó huérfano, doña Concha le rogó que se quedara
viviendo en su hogar como un hijo más y así fue.
"Soy enigmático” susurra, lo dice para si.
¿Por qué Alfredo?“
-Soy un solitario. Mis cosas las llevo In pectore, como
dicen los cardenales, las guardo muy dentro de mí.
¿Cómo nació esa pasión por la cultura?
-Yo fui un niño muy maltratado por el entorno, objeto de
burlas por mi manera de ser, como dual. Hablaba mucho, pero también era
retraído, me reservaba cosas para mi disfrute. No me gustaba jugar. Me
entretenía buscando botellas de colores en un basurero frente a la casa y las
colocaba de tal manera en el patio que me permitiera apreciar como las atravesaba
el sol al atardecer. Descubrí la música clásica, en Margarita se escuchaban
todas las emisoras del Caribe. A mi mamá le decían, ‘ese un muchacho está loco
escucha música de muerto’. Me estigmatizaron. Siempre fui señalado. No me
gustaba salir a jugar, pero no me perdía ni un solo programa ‘El que sabe, sabe
y el que no sabe aprende’, que transmitían los domingos en vivo por Radio Nueva
Esparta ‘. Estaba de moda Wolfang Larrazabal como miembro de la Junta
Patriótica a raíz de la caída de la dictadura de Pérez Jiménez. El moderador,
convencido que nadie conocía la respuesta ofreció una caja de Malta Caracas a
quien respondiera correctamente. Pedante y jactancioso preguntó el nombre
completo del otro Wolfang “que es más famoso". Tímidamente respondí: Wolfang
Amadeus Mozart. Para disgusto del locutor recibí mi premio, el cual fui
repartiendo de regreso a casa porque todo el mundo me pedía. Cuando llegué no
me quedaba ni una para mi mamá.
Mejor periodista que sociólogo
Periodista, porque comenzó a estudiar sociología y no le
gustó “era muy teórica", al graduarse optó por el reporterismo, no era lo
aconsejado. Con el título de licenciado en comunicación social otorgado por
primera vez, había sido formado para ejercer jefaturas de prensa, de relaciones
públicas, para otros cargos de mayor jerarquía que el oficio de “patear” la
calle husmeando la noticia. “Quedé muy mal frente a mis compañero”. Con ese
sinsabor llegó a Valencia este crítico de Arte Contemporáneo e Introducción a
la Crítica de Arte, instruido en la Escuela del Museo de El Louvre en París.
“Fue muy difícil porque los egresados no teníamos ninguna experiencia en el
oficio, no se permitían las pasantías. Y los que se habían formado, como decían
los adecos, en la universidad de la vida, con cierto desprecio estaban
pendiente de lo que hacía el ‘licenciado’”.
Cuéntanos una anécdota, de esas que se recuerdan con
emociones encontradas.
-Recuerdo una de mis primeras pautas por allá por los
años 70: cubrir las fiestas patronales que celebran en Canoabo el 19 de marzo,
día de San José, patrono de este pueblo al occidente del estado Carabobo.Era un
acontecimiento que El Carabobeño mandara a un periodista. Me llamó la atención
durante el recorrido, una carreta halada por una yunta de mulas, por la calle
principal. El fotógrafo para retratar el paisaje del pueblo, colocó en cada
pollo de la amplia ventana de una casona colonial, a las dos hijas de nuestro
atento anfitrión. Una de las leyendas que hice “Todavía en las calles de
Canoabo se ven mulas, se la colocaron a la fotografía de las muchachas y a la
otra foto, “dos bellas canobenses”.
Las carcajadas interrumpieron el relato de Alfredo. Solo
de imaginarnos. “Al otro día se presentó el señor, furioso. Que yo era un
desgraciado; que me había atendido tan bien y hasta un wisky me había brindado.
Que yo era el culpable que ahora a sus hijas le dijeran las mulas”!!!! Las
risas se prolongaban. “¿Cómo le explicaba a ese señor que el error había sido
en el taller? Yo no encontraba que hacer”….
El muchacho recién graduado
Relata otra historia, de esas que hablan del quehacer
periodístico y las novatadas. "Cómo en Maracay no había corresponsal me
asignaron a mi, tiempo cuando al país lo sorprende la muerte del torero César
Girón en un accidente de tránsito. “Un fotógrafo amiguísimo mío Alexis García,
pudo entrar en la morgue y tomarle la foto al cadáver. “Cómo eran las 10 de la
noche, decidí enviarla al día siguiente. Sin malicia, típico de un recién
graduado, muestro una copia de la gráfica y me la echo que soy el único que la
tiene, durante el velorio, donde se había hecho presente el alto gobierno. Como
un carterista habilidoso, un desconocido me envolvió y desapareció cargando con
la gráfica sin que me diera cuenta. ¡Cuál es mi sorpresa! Al día siguiente
aparece publicada en primera plana en un extra del diario El Mundo. ¡Andrés
Galindo que era corresponsal de la Cadena Capriles me echó esa broma![hoy jefe
de fotografía de El Carabobeño, compañeros de trabajo por muchos años]. Cómo
castigo mis créditos no aparecen en la reseña de la nota. El se llevó toda la
gloria.
¿Cuándo comenzaste con tu columna? Pregunta Carolina
- En el año 71 como corresponsal en Maracay se llamaba
‘Recuento cultural’. En la fuente había una intensa agenda, un movimiento
artístico que obligó al presidente Rafael Caldera a terminar el Teatro de la
Opera de Maracay. Hoy y Después en Valencia, nace después, en 1977 por esa
misma necesidad de ofrecer recomendaciones para el domingo, día cuando sale
ininterrumpidamente desde entonces, y la oferta cultural de la semana, libros
publicados, el trabajo de los creadores, exposiciones. Pero la actividad cultural
fue decayendo, a veces, no quedando nada para reseñar. Cuando uno comienza una
columna es muy duro, una esclavitud hacerla periódicamente tengas o no
información, el compromiso con los lectores es ineludible, entonces opté por
hacer comentarios de actualidad, planteamientos de interés para la ciudad.
La apatía valenciana
¿Cómo es que te has identificado tanto con esta ciudad
hasta hacerla tan tuya que te ha merecido este doctorado Honoris Causa de la
UC?
- Valencia ha sido demasiado agredida, pero nunca como
estos tiempos revolucionarios.No hay ninguna ciudad en Venezuela que haya
padecido tanto los rigores de la Independencia, fue sitiada por Morillo y Boves
y el fallecido Presidente Chávez en su interpretación de la historia la
condenó, porque en la Casa la Estrella se produjo la separación de Venezuela de
la Gran Colombia, como si la culpa fue de los valenciano y no el resultado de
un Congreso Constituyente. Poco a poco se fue destruyendo la ciudad y no había
nadie que dijera nada. No es una crítica a los valencianos, pero no les gusta
la confrontación, ni comprometerse, esperan que otros lo hagan por ellos. ¡Por
eso es que les han echado tanta broma! Pero como siempre he tenido la
disposición, me tomé la misión defender a Valencia, de conocer su historia,
actuar como si fuera un cronista, una persona que registra la memoria de la
ciudad, que mostraba una época de esplendor cuando yo llegué. Tuve el
privilegio de conocer al final de su vida a esa gente que vivió a principios
del siglo XX cuando Valencia era un ciudad elegante, de pompa y experimentar
luego como la fueron destruyendo. Es irrefutable lo que decía. He asumido la
responsabilidad de registrar ese conocimiento para que al transcurrir del
tiempo y Valencia tenga otro destino, si alguien se pregunta porque pasó,
encuentre la documentación suficiente. Por eso a veces mis columnas son
repetitivas, reiterativas. Que sean soportes para futuras investigaciones. Es
también uno de los objetivos del periodismo impreso, el cual no morirá jamás
frente a las nuevas tecnologías de comunicación, porque es la memoria de los
pueblos
¿Tienes algún propósito ulterior?
-Yo no aspiro nada. No escribo desde el punto de vista
personal, sino para proteger el patrimonio de la ciudad. Mi necesidad es estar
pendiente de la ciudad, tareas que asumí desde los años 80. Me reclamo que no
supimos defender con firmeza al Ateneo de Valencia, patrimonio de la ciudad,
por eso nos lo arrebataron. Todos fuimos muy pusilánimes. No se tiene idea del
mérito histórico de la colección Arturo Michelena que se fue completando con
cada edición del premio, porque era una selección de obras que participaban,
hecha por críticos de arte al gusto de un jurado calificador. ¡Es un misterio
su destino! Una Tragedia artística que pasó como si fuera normal y si no nos
ponemos las pilas y hacemos una cruzada para la defensa del patrimonio de la
ciudad, pasará lo mismo con la Plaza de Toros, el Parque Recreacional Sur, el
Teatro Municipal,[golpea la mesa acompasadamente con su sentencia] y quien sabe
que otras cosas. Ellos tienen la experiencia de que los valencianos no
reaccionan frente a los atropello.
¿Por qué crees que los valencianos son así, la otra cara
del regionalismo zuliano, apáticos, que no reaccionan frente a los atropellos a
la ciudad?
-Es un fenómeno sociológico que nunca me he explicado
porque los valencianos son así, no defienden lo suyo con garras como los
zulianos. Es muy duro decirlo, pero les gusta que otros resuelvan, no polemizan
ni participan. Lo que le están haciendo a la Alcaldía de Valencia es para ya se
hubiese producido una manifestación contundente en la calle.
¿Los mas grandes motivos de tus angustias por Valencia?
-Me pregunto qué hemos hecho para que este Gobierno se
haya ensañado de esa manera contra Valencia, se están afincando para
destruirla.No deberá sorprendernos si en el momento de este foro ya están
avanzando en la creación de Ciudad Hugo Chávez en las parroquias Miguel Peña,
la más poblada e importante políticamente, Santa Rosa y Rafael Urdaneta, para
apropiarse de la Zona Industrial, quitándole los recursos a la Alcaldía y
nombran al hermano del Gobernador como autoridad única. ¡Es como para que los
valencianos se enfurezcan!
No hay comentarios:
Publicar un comentario