Notitarde 17 enero 2015. Daniela Chirinos Arrieta (Confabulario)
En las artes plásticas, como en cualquier disciplina, se requiere de años de estudio, constancia y esfuerzo, para conquistar la meta trazada, y eso lo sabe Mauro Nascimbeni, quien el año pasado celebró su primera década en la plástica nacional, pero es ahora cuando se siente listo para decir: Tengo que hacer una individual, el grado de madurez de mi obra ya está lista para ser mostrada . Éste es su plan para 2015.
Sin embargo, para un artista como él, que se replantea su propuesta una y otra vez, con miras a mejorarla y dar con ese carácter personalísimo; que cambia y estudia los materiales hasta conseguir el más adecuado al concepto de la pieza; que evalúa la temática conforme a sus reminiscencias y el mensaje que quiere transmitir; soltar esa frase no debe ser sencillo, pero hoy Mauro está listo para exponer su obra solo, y confrontarla con el público y los expertos.
Hay que aclarar que este artista ya ha mostrado sus trabajos en colectivas y salones, donde ha resultado bien recibido. De hecho, el año pasado, el ensamble en madera titulado Tepuyes obtuvo el reconocimiento Luis Enrique Torres Agudo en la Bienal 67ª Salón Arturo Michelena, y la exposición itinerante Pampero Studio lo homenajeó dedicándole la muestra realizada en la Galería Universitaria Braulio Salazar.
Sí, muy aparte de la situación país, 2014 fue un año importante para Mauro Nascimbeni, pero lejos de sentir que ha llegado a la cima de su carrera, con humildad agradece las oportunidades y reconocimientos que le brindaron el año pasado, y sostiene que en los próximos meses seguirá desarrollando cosas más interesantes de lo que ya he hecho .
Y es que, éste es uno de sus anhelos, que mi obra tenga un carácter no arquetipal, es decir, que no estén basadas en la impronta de otros artistas, sino que sean piezas muy diferentes a las de los demás . Para eso, se apoya en la temática de su obra y la técnica que aplica, es decir, los tepuyes que construye con madera reciclada de pino principalmente.
De Maco Maco a los tepuyes
Lo que para algunos puede ser un simple pedazo de madera, para Mauro Nascimbeni es la oportunidad de rendir un sincero homenaje a la madre natura, pero sobre todo al paisaje venezolano. Por ejemplo, aprovechando los surcos de un tablón de un metro de largo por 10 cm de ancho, para develar una montaña y su valle, como se puede verificar en la fotografía publicada en su cuenta de Facebook.
El título de esta pieza no está especificado, pero puede tratarse del cerro Maco Maco, el mismo consigue cuando sale al patio de su casa en San Diego. Todos los días lo veo y me da la fuerza que motiva para crear, es una presencia que no escapa de mí y es parte de la fuerza que adquiero para crear .
Al principio pintaba paisajes genéricos, creados a partir de su imaginación, de los recuerdos de algún viaje, de la lejanía, la espiritualidad y la inmensidad del espacio, eran casi surrealistas , dice. Además, tras un largo trabajo de investigación sus piezas pasaron de ser bidimensionales hechas con cartón corrugado, a tridimensionales y de madera. Así hoy trabaja la escultura y alto relieve.
- ¿Por qué decidió cambiar su temática a los tepuyes?
- La temática es la excusa que tiene el artista para poder desarrollar su obra. En mi caso, la obra tiene una connotación muy particular, con lenguaje muy matérico. Por otro lado, dentro de toda obra de arte la belleza es uno de los elementos que el artista busca resaltar, y la de los tepuyes venezolanos es indiscutible.
El interés de basar mi obra en este tema nació hace dos años. La propuesta era desarrollar esculturas no convencionales, porque generalmente los paisajes son bidimensionales, pintados en óleo y acrílico. Así llegué a los tepuyes, porque encajaban con esos elementos que estaba buscando.
-¿Qué reacción espera del espectador con estas piezas?
- A través de mi lenguaje matérico, quiero inspirar al espectador esos elementos sensoriales que uno siempre posee y tiene internalizados. Eso es lo que persigo.
Los salones y la excelencia
Cinco piezas cilíndricas de madera reciclada de pino ensamblada, conforman la escultura Tepuyes, la obra que Mauro Nascimbeni envió para ser considerada por el jurado de Calificación y Admisión de la Bienal 67ª Salón Arturo Michelena. Con sorpresa todavía dice: Era la primera vez que una pieza mía quedaba y además ganó un reconocimiento . En 2010 mandó una escultura que actualmente es parte de la colección de la Universidad de Carabobo, trabajó con cartón corrugado, llamada Montaña.
Mauro celebra que en este salón, el más antiguo del país, artistas emergentes y consagrados se confronten, pues reconoce que este tipo de eventos permite el desarrollo de la competitividad y la búsqueda de la excelencia.
El Ateneo de Valencia debe ser devuelto a su directiva
Sin embargo, lo que sí lamenta es que el Salón Arturo Michelena no tenga sede propia, debido a la toma del edificio que albergaba al Ateneo de Valencia hasta 2008. Para Mauro esas instalaciones deben ser devueltas a su directiva.
Ésa es mi opinión, porque más allá del ámbito legal, esta institución le pertenecía al valenciano. No tengo relación alguna con el Ateneo, no sé cómo está funcionando, pero desde el punto de vista de la institucionalidad considero que debe estar con quien pertenece .
-¿Considera que hacen falta más espacios para las artes en Valencia?
- En Valencia se han reducido los espacios para el arte, quedan muy pocos, esto obviamente por los factores económicos. Solo quedan la Galería Universitaria Braulio Salazar, el Centro Cultural Eladio Alemán Sucre, la Biblioteca Manuel Feo La Cruz, entre otros, que son los espacio tradicionales, pero galerías privadas hay muy pocas.
Por otro lado, a estas alturas no entiendo por qué Valencia no tiene su museo, ¡y vaya que se lo merece! Esta ciudad es la cuna de muchos artistas importantes, pero no tiene una institución que la represente, antes el Ateneo tenía esa función, y era muy respetado.
Esta situación es lamentable, porque va en detrimento de las oportunidades para que los artistas emergentes puedan mostrar su obra, afecta a la calidad del arte en general y la expansión del arte en el desarrollo.
El ingeniero que se volvió artista
La vena creativa de Mauro Nascimbeni puede que le venga de su padre Querino, quien era ebanista. También está la convivencia con su esposa Mary, quien es artista, con ella comparte críticas constructivas para mejorar el trabajo de cada uno. Pero lo cierto es que ejerció la ingeniería mecánica hasta 2004, incluso tiene estudios de tercer nivel, pero ese año se jubiló y comenzó su carrera en las artes plásticas.
También reconoce que los amigos artistas fueron una influencia importante para que se dedicara a las artes. Es el caso de Wladimir Zabaleta, él fue muy insistente en ese aspecto , cuenta. Se conocieron mientras Mauro estudiaba pregrado en la Facultad de Ingeniería en la Universidad de Carabobo. Ahí, el maestro le dio clases de dibujo. Era el año 1977, a partir de entonces tuve esa espinita .
Además, estudió en la Escuela de Artes Plásticas Arturo Michelena, y más tarde, recibió clases en la Escuela Piloto Luis Eduardo Chávez del Ateneo de Valencia. En esa institución conoció a Rolando Quero, también reconocido artista plástico.
- ¿Extraña al maestro Wladimir Zabaleta?
- Sí, era un amigo. Lo extraño porque él fue un maestro en todos los sentidos; porque no es maestro solo el que te dice cómo usar el color o cualquier técnica, en el arte hay cosas quizá hasta más importantes que es cómo realmente saber manejar la carrera y el arte en sí, y eso fue lo que el maestro me enseñó, ése fue su consejo y lo seguí, por supuesto.
Sin embargo, para un artista como él, que se replantea su propuesta una y otra vez, con miras a mejorarla y dar con ese carácter personalísimo; que cambia y estudia los materiales hasta conseguir el más adecuado al concepto de la pieza; que evalúa la temática conforme a sus reminiscencias y el mensaje que quiere transmitir; soltar esa frase no debe ser sencillo, pero hoy Mauro está listo para exponer su obra solo, y confrontarla con el público y los expertos.
Hay que aclarar que este artista ya ha mostrado sus trabajos en colectivas y salones, donde ha resultado bien recibido. De hecho, el año pasado, el ensamble en madera titulado Tepuyes obtuvo el reconocimiento Luis Enrique Torres Agudo en la Bienal 67ª Salón Arturo Michelena, y la exposición itinerante Pampero Studio lo homenajeó dedicándole la muestra realizada en la Galería Universitaria Braulio Salazar.
Sí, muy aparte de la situación país, 2014 fue un año importante para Mauro Nascimbeni, pero lejos de sentir que ha llegado a la cima de su carrera, con humildad agradece las oportunidades y reconocimientos que le brindaron el año pasado, y sostiene que en los próximos meses seguirá desarrollando cosas más interesantes de lo que ya he hecho .
Y es que, éste es uno de sus anhelos, que mi obra tenga un carácter no arquetipal, es decir, que no estén basadas en la impronta de otros artistas, sino que sean piezas muy diferentes a las de los demás . Para eso, se apoya en la temática de su obra y la técnica que aplica, es decir, los tepuyes que construye con madera reciclada de pino principalmente.
De Maco Maco a los tepuyes
Lo que para algunos puede ser un simple pedazo de madera, para Mauro Nascimbeni es la oportunidad de rendir un sincero homenaje a la madre natura, pero sobre todo al paisaje venezolano. Por ejemplo, aprovechando los surcos de un tablón de un metro de largo por 10 cm de ancho, para develar una montaña y su valle, como se puede verificar en la fotografía publicada en su cuenta de Facebook.
El título de esta pieza no está especificado, pero puede tratarse del cerro Maco Maco, el mismo consigue cuando sale al patio de su casa en San Diego. Todos los días lo veo y me da la fuerza que motiva para crear, es una presencia que no escapa de mí y es parte de la fuerza que adquiero para crear .
Al principio pintaba paisajes genéricos, creados a partir de su imaginación, de los recuerdos de algún viaje, de la lejanía, la espiritualidad y la inmensidad del espacio, eran casi surrealistas , dice. Además, tras un largo trabajo de investigación sus piezas pasaron de ser bidimensionales hechas con cartón corrugado, a tridimensionales y de madera. Así hoy trabaja la escultura y alto relieve.
- ¿Por qué decidió cambiar su temática a los tepuyes?
- La temática es la excusa que tiene el artista para poder desarrollar su obra. En mi caso, la obra tiene una connotación muy particular, con lenguaje muy matérico. Por otro lado, dentro de toda obra de arte la belleza es uno de los elementos que el artista busca resaltar, y la de los tepuyes venezolanos es indiscutible.
El interés de basar mi obra en este tema nació hace dos años. La propuesta era desarrollar esculturas no convencionales, porque generalmente los paisajes son bidimensionales, pintados en óleo y acrílico. Así llegué a los tepuyes, porque encajaban con esos elementos que estaba buscando.
-¿Qué reacción espera del espectador con estas piezas?
- A través de mi lenguaje matérico, quiero inspirar al espectador esos elementos sensoriales que uno siempre posee y tiene internalizados. Eso es lo que persigo.
Los salones y la excelencia
Cinco piezas cilíndricas de madera reciclada de pino ensamblada, conforman la escultura Tepuyes, la obra que Mauro Nascimbeni envió para ser considerada por el jurado de Calificación y Admisión de la Bienal 67ª Salón Arturo Michelena. Con sorpresa todavía dice: Era la primera vez que una pieza mía quedaba y además ganó un reconocimiento . En 2010 mandó una escultura que actualmente es parte de la colección de la Universidad de Carabobo, trabajó con cartón corrugado, llamada Montaña.
Mauro celebra que en este salón, el más antiguo del país, artistas emergentes y consagrados se confronten, pues reconoce que este tipo de eventos permite el desarrollo de la competitividad y la búsqueda de la excelencia.
El Ateneo de Valencia debe ser devuelto a su directiva
Sin embargo, lo que sí lamenta es que el Salón Arturo Michelena no tenga sede propia, debido a la toma del edificio que albergaba al Ateneo de Valencia hasta 2008. Para Mauro esas instalaciones deben ser devueltas a su directiva.
Ésa es mi opinión, porque más allá del ámbito legal, esta institución le pertenecía al valenciano. No tengo relación alguna con el Ateneo, no sé cómo está funcionando, pero desde el punto de vista de la institucionalidad considero que debe estar con quien pertenece .
-¿Considera que hacen falta más espacios para las artes en Valencia?
- En Valencia se han reducido los espacios para el arte, quedan muy pocos, esto obviamente por los factores económicos. Solo quedan la Galería Universitaria Braulio Salazar, el Centro Cultural Eladio Alemán Sucre, la Biblioteca Manuel Feo La Cruz, entre otros, que son los espacio tradicionales, pero galerías privadas hay muy pocas.
Por otro lado, a estas alturas no entiendo por qué Valencia no tiene su museo, ¡y vaya que se lo merece! Esta ciudad es la cuna de muchos artistas importantes, pero no tiene una institución que la represente, antes el Ateneo tenía esa función, y era muy respetado.
Esta situación es lamentable, porque va en detrimento de las oportunidades para que los artistas emergentes puedan mostrar su obra, afecta a la calidad del arte en general y la expansión del arte en el desarrollo.
El ingeniero que se volvió artista
La vena creativa de Mauro Nascimbeni puede que le venga de su padre Querino, quien era ebanista. También está la convivencia con su esposa Mary, quien es artista, con ella comparte críticas constructivas para mejorar el trabajo de cada uno. Pero lo cierto es que ejerció la ingeniería mecánica hasta 2004, incluso tiene estudios de tercer nivel, pero ese año se jubiló y comenzó su carrera en las artes plásticas.
También reconoce que los amigos artistas fueron una influencia importante para que se dedicara a las artes. Es el caso de Wladimir Zabaleta, él fue muy insistente en ese aspecto , cuenta. Se conocieron mientras Mauro estudiaba pregrado en la Facultad de Ingeniería en la Universidad de Carabobo. Ahí, el maestro le dio clases de dibujo. Era el año 1977, a partir de entonces tuve esa espinita .
Además, estudió en la Escuela de Artes Plásticas Arturo Michelena, y más tarde, recibió clases en la Escuela Piloto Luis Eduardo Chávez del Ateneo de Valencia. En esa institución conoció a Rolando Quero, también reconocido artista plástico.
- ¿Extraña al maestro Wladimir Zabaleta?
- Sí, era un amigo. Lo extraño porque él fue un maestro en todos los sentidos; porque no es maestro solo el que te dice cómo usar el color o cualquier técnica, en el arte hay cosas quizá hasta más importantes que es cómo realmente saber manejar la carrera y el arte en sí, y eso fue lo que el maestro me enseñó, ése fue su consejo y lo seguí, por supuesto.
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