El fracaso de la gestión cultural chavista se demuestra con sus propios números
La Encuesta Nacional de Imaginarios y Consumos Culturales fue realizada en 2015. La investigación fue encargada por el Ministerio de la Cultura durante la gestión de Reinaldo Iturriza y realizada por la encuestadora GIS XXI, conocida entre otras cosas por sus vínculos con la revolución
Como un esfuerzo loable definen algunos investigadores la I Encuesta Nacional de Imaginarios y Consumos Culturales, que fue realizada por GIS XXI para el Ministerio de Cultura. Es la primera que desarrolla el Estado en esta materia. Antes solo habían sido iniciativas privadas y académicas. Tuvo como base 3.000 entrevistas hechas entre el 21 de agosto y el 3 de septiembre de 2015. El margen de error presentado por la empresa es de 1,8%.
Sin embargo, para Carlos Guzmán, coordinador de la maestría en Gestión y Políticas Culturales de la UCV, la base de encuestados no es representativa para un estudio nacional de este tipo. Pone como ejemplo la última investigación realizada en la región, hecha en República Dominicana en 2014: la muestra fue de 12.134 personas para una población de 9,9 millones de habitantes.
El objetivo general del sondeo nacional fue "explorar hábitos y prácticas culturales de la población venezolana considerando su diversidad histórico-cultural, socioeconómica, sociodemográfica y sociopolítica, con la finalidad de garantizar pertinencia, oportunidad e integralidad de las políticas públicas que diseña el Estado en materia cultural".
El diseño de políticas públicas efectivas es el objetivo de cualquier estudio de consumo cultural, como lo señala el investigador Gustavo Hernández. No obstante, el ex director del Ininco es enfático al afirmar que detrás de la encuesta encargada durante la gestión del ex ministro Reinaldo Iturriza hay otros motivos.
"Ellos lo que hicieron fue medir la homogeneización de la cultura venezolana para saber si han funcionado los 17 años en los que han aplanado el imaginario simbólico de la cultura y eliminado, incluso, la pluralidad iconográfica", afirma.
Guzmán considera que el sondeo hubiera sido pertinente hace dos décadas, pero que estudiar los hábitos de consumo de un país en la actualidad requiere de instrumentos que no solo midan el acceso a los productos culturales sino que registren la demanda. "Los estudios se han complejizado. Ya no solo se quiere conocer el comportamiento de las personas ante lo que se ofrece sino lo que la gente pide. Preocupan, entre otras cosas, el acceso a la cultura, la inequidad y la exclusión", indica.
En la región, estas encuestas son hechas por los bancos centrales de cada país y los institutos públicos de estadísticas, porque además los resultados son un indicador de bienestar.Hay que destacar que existen dos versiones de la encuesta nacional: la original y una editada, que divulgó el gobierno a través de sus medios.
El fracaso de la gestión. En la presentación del estudio publicado este año se consiguen justificaciones políticas a los fracasos de la revolución. De acuerdo con la explicación, "el imperialismo" es el causante de que 79,1% de los venezolanos prefiera ver televisión por cable que la señal abierta, a pesar de que el Estado cuenta con más de 15 canales –públicos o privados– con filiación chavista.
Este dato contrasta con otro señalado en el documento. Aunque la mayoría accede a servicios de televisión paga, a 47% de los encuestados le parece muy buena o buena la programación de la televisión nacional. Lo más visto son películas (19,1%), espacios deportivos (14,7%) y telenovelas (11,5%).
Para la investigadora Gisela Kozak las cifras arrojadas por el estudio evidencian el fracaso de la gestión cultural bolivariana. "Si esa encuesta es analizada, el gobierno queda muy mal parado. Por ejemplo, basta con ver los resultados en renglones como el cine venezolano", añade.Kozak se pregunta qué pasó con el dinero que se invirtió en cultura en los gobiernos de Hugo Chávez y Maduro. Desde 2000 hasta 2013, de acuerdo con cifras presentadas por Carlos Delgado- Flores en el ensayo Golpes a la cultura y a la comunicación, el gasto cultural público ascendió a cerca de 16 millardos de bolívares, 0,23% del producto interno bruto, mucho menos del 1% sugerido por la Unesco.
Las cifras de la Encuesta Nacional de Imaginarios y Consumos Culturales revelan que 54% de los participantes no había asistido al cine en los últimos 12 meses y apenas 9,5% dijo que había ido al menos 1 vez al mes.
Cuando se comparan estos resultados con la Encuesta Latinoamericana de Hábitos y Prácticas Culturales, que realizó la Organización de Estados Iberoamericanos dos años antes, la diferencia es menor a 10 puntos porcentuales: 61% de los venezolanos expresó que no había ido al cine en un año, mientras que 13% lo hizo como mínimo una vez al mes.
Otro aspecto que destaca el estudio del Estado es el tipo de cines al que asistió el público. La mayoría de los consultados (87%) afirmó haber ido a salas privadas y apenas 12% a alguna de las pertenecientes al Estado.
De acuerdo con la versión publicada por el gobierno, 53,4% aseguró haber visto películas venezolanas, pero no especifican nada al respecto. "Esto pone en evidencia que las políticas de financiamiento, producción, difusión y distribución están teniendo impacto en la población venezolana", indican en el texto que acompaña los datos.
Sin embargo, en la versión original de la encuesta, 34% afirmó que no vio cintas nacionales en los últimos 12 meses, mientras que 31% lo hizo una o dos veces. El resto se distribuye en frecuencias como cada 2 o 3 meses, una vez al mes, cada 15 días o varias veces a la semana, ninguna de ellas superiores a 10%. Cuando se consultó la razón por la que no fueron a ver películas hechas en el país, 39% dijo que no le gustan.
Según cifras del CNAC, en 2015 disminuyó el número de espectadores en las salas de cine del país. Las estadísticas del organismo estatal indican que de 29,48 millones en 2014 bajó a 28,89 millones. El año pasado, además, la película más vista fueIntensamente, cinta animada que convocó a 1,89 millones de espectadores. En segundo lugar quedó Los minions con 1,72 millones de asistentes.
Con respecto al cine venezolano, los números del CNAC muestran que hubo un descenso importante en 2015: de 4,41 millones de espectadores en 2014 pasó a 1,06 millones el año pasado.
CIFRAS
3.000 personas integraron la muestra que se usó para la Encuesta Nacional de Imaginarios y Consumos Culturales. Esta cifra contrasta con la base del último estudio cultural realizado en la región, hecho en 2014 en República Dominicana: fueron encuestadas 12.134 personas de una población de 9,9 millones de habitantes
16 millardos de bolívares fue la inversión pública en cultura entre los años 2000 y 2013, de acuerdo con cifras presentadas por Carlos Delgado-Flores en el ensayo Golpes a la cultura y a la comunicación
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