El Carabobeño 29 abril 2012
César Sosa Marvez ||
Bogavante
Notas de color valenciano
Nuestro más acendrado reconocimiento y gratitud a los señores Dr. Hernando Grisanti Aveledo y al destacado periodista Alfredo Fermín, por sus generosas manifestaciones en torno a nuestras consideraciones sobre el destacado valenciano Luis Taborda Pérez. Al primero por su “correo electrónico” (email) que nos enviara la semana anterior a la que terminó el 22 de abril y al segundo por lo dicho en su muy leída columna, “Hoy y después en Valencia”. Hacemos propicia esta ocasión para reiterar lo que dijimos sobre don Luis, por cierto su esposa Carmen Leonor Ortega, era hija de Félix Delfín Ortega, primo hermano de nuestro abuelo materno José Antonio Marvez Ortega, ambos nativos de Montalbán. Pero no es ese vínculo familiar lo que nos hizo escribir esas notas sino los méritos de ese “Quijote de estos tiempos”, como titulamos nuestro artículo del 15 de abril pasado, y los invalorables servicios que el gran valenciano prestó a su ciudad y que el veterano colaborador de este diario se encarga de reiterar y destacar con gran acierto. Agradecemos a nuestro fraterno amigo y colega, Dr. Alfonso Rivas Quintero el habernos informado de la nota del señor Fermín, lo que nos adelanta a hacer esta nota de agradecimiento que a él y a otros pensábamos hacer. Presumíamos que la mención del señor Taborda serviría para recordar la frase de nuestra inolvidable madre: “Al bienhechor le agrada verse correspondido”, y en este caso el merecido reconocimiento que hicimos al señor Taborda es más que justiciero. “Más vale tarde que nunca” dice otra expresión popular.
Nuestro admirado y apreciado amigo Dr. Paúl Escovar Díaz, un valenciano asimilado más, destacado y sabio médico, nos preguntaba en días pasados sobre la veracidad de la afirmación de que Valencia era la primera ciudad de Venezuela que contó con servicio de luz eléctrica. Pero al responderle afirmativamente incurrimos en un error, pues no fue esta ciudad la primera de Venezuela sino de Suramérica la que contó con ese invalorable servicio, hoy paradójicamente tan interrumpido, con frecuencia, a pesar del “progreso”. Ese servicio fue inaugurado durante la presidencia del llamado General Hermógenes López, uno de los áulicos del llamado “Autócrata civilizador” Antonio Guzmán Blanco. Ese servicio estaba circunscrito a las calles del hoy “Centro de Valencia”, las pocas o escasas con que contaba la ciudad para aquellos días, de fines del siglo XIX, concretamente en 1887.
LAS PANELAS DE “SAN JOAQUIN”: Una de las típicas golosinas de nuestra región han sido por muchos años las llamadas “Panelas de San Joaquín” bizcochos de agradable sabor elaborados en el pueblo del mismo nombre. Lamentablemente su producción ha ido en decadencia y son pocos los sitios donde pueden adquirirse, antes elaborados por varias familias de esa población más cercana a Maracay que a Valencia, pero que forma parte de nuestro estado. Ojalá se estimule su elaboración seguros que la demanda superará la cantidad que se fabrique.
A Mariano Picón Salas se le atribuye la expresión según la cual fue a la muerte de Juan V. Gómez, el tirano más atroz y sanguinario que ha tenido Venezuela, cuando realmente comenzó el siglo XX en este país. ¿Qué diremos de los otros dictadores que han sacrificado esta nación?
La historia de España dice que el nombre de la homónima española, fundada por los romanos a orillas del “Turia”, deriva del hecho que, a los romanos, conquistadores del país que ellos llamaron “Iberia” costó tanto dominar aquella región y que en honor a la valentía de sus pobladores dieron al lugar el nombre de “VALENTIAE”, “VALIENTE” en latín, que era el idioma de los vencedores.
Estimado/a, acabo de leer su nota. Soy bisnieto de Félix Delfín Ortega y estoy investigando las raíces del apellido Ortega en Montalbán-Bejuma, si usted posee información que me pudiera facilitar sobre los abuelos comunes entre mi bisabuelo y José Antonio Marvez Ortega le estaría eternamente agradecido.
ResponderEliminarMi correo es carlosortega77@gmail.com, agradecido de antemano.
Recuerdo a Luis Taborda en 1945. Mi padre era director de la Escuela de Música Sebastián Echeverría Lozano y amigo de Luis. Un domingo salimos temprano a cazar el tigre, subimos una colina, adelante iba Luis Taborda, armado con una manopla de acero plateada y reluciente...
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