Con la ampliación de la avenida Bolívar se consumó la desaparición de aquel
famoso Bar Restaurant Perecito, sitio de encuentro de muchos personajes
de la vida cotidiana de Valencia. Famosas fueron sus tostadas, hoy
reproducidas en otros establecimientos de comida de reciente nacimiento,
y que nos recuerdan no tan solo a escritores, pintores, políticos, poetas y
otras personas que sentían especial afecto por el lugar. La memoria
nos trae, sin embargo, un evento muy especial que organizaba la Peña
Literaria "Braulio Salazar", artista que se ganó la simpatía y cariño de
todos los valencianos, pero en especial a ese grupo selecto de amigos
con quienes compartió muchos años y a la vez generaron dentro de
su conclave un evento de gran proyección en la comunidad, el cual generó
cada año una gran expectativa. Me refiero a "La quema de Judas y la lectura
de su testamento".
Hoy, esos recordados personajes y amigos hubieran tenido un inmenso material
para producir los más ocurrentes temas y las mejores decisiones humorísticas
para el beneplácito de todos quienes asiduamente asistíamos a tan singular
evento. En este año, por ejemplo, cuando la actividad política está de efervescencia,
la cantidad de personajes hubiera sido grandísima, porque hay tantos ineficientes,
incapaces, ignorantes y oportunistas políticos, que les sobrarían muchísimos
de ellos. Fijémonos no más, en los que fueron quemados este año por el mismo
pueblo, en las más humildes barriadas. El pueblo es sabio en conocer a la
gente y es debido a su permanente contacto con ellos. El domingo pasado
podíamos ver decenas de Judas por numerosos poblados que estaban prestos
a iniciar la quema, señalando las razones para justificar el inicio de la candela.
La falta de agua, la basura, la inseguridad, la corrupción, el estado de las
carreteras, calles y caminos, la escasez de comida, el incremento de los
precios de los productos de primera necesidad, en fin lo que todos los
días vemos en las noticias por las quejas de las comunidades.
Esto representa una autentica protesta, que no tenía el testamento del
Judas; de allí que lamento la desaparición de aquellos excepcionales personajes
de Perecito, quienes con su talento fueron capaces de despertar el ánimo,
la risa y la admiración por su originalidad.
mortega@bod.com.ve
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