1 JUAN 4:13-18
13 Porque él nos ha dado su Santo Espíritu como testimonio de que nosotros permanecemos en él, y él en nosotros.
14 Además, con nuestros propios ojos hemos visto (y así lo proclamamos) que Dios Padre envió a su Hijo para ser el Salvador del mundo.
15 Todo aquel que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.
16 Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído en él porque lo hemos sentido en nosotros mismos. Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él.
17 Así pues, si el amor de Dios está en nosotros como una realidad perfecta, nosotros seremos imagen suya en este mundo y estaremos en condiciones de aguardar con absoluta confianza el día del juicio.
18 El amor no deja lugar al temor, porque cuando el amor alcanza su perfección, desplaza al temor. El que teme es aquel que espera recibir alguna suerte de castigo, esto es, aquel en cuyo corazón el amor no es una realidad perfecta.
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