“‘Choro Dance’ no es una visión partidista de la violencia”
El video más reciente de Famasloop, protagonizado por un títere malandro, ha generado un debate en las redes sociales
Hay canciones que pueden permanecer en una gaveta para siempre. Ese fue, por poco, el caso de "Choro Dance", un tema escrito por Famasloop para su disco más reciente, La quema. La idea era que funcionara como una suerte de cuento urbano sobre la violencia que se vive a diario en el país y sirvió de desahogo a los integrantes de la agrupación, que de forma directa e indirecta han sido víctimas de ella.
Para la grabación invitaron a Onechot, un músico que había denunciado la misma situación en "Rotten Town". Una semana después de grabar la letra con la banda, en febrero de 2012, el intérprete vivió la tragedia en carne propia: recibió un tiro en la cabeza mientras intentaban robarlo. Cuando se enteraron, los miembros de Famasloop —que mezclaban en el estudio "Choro Dance"— entraron en crisis y pensaron en prescindir de la canción para el disco.
La pronta recuperación del intérprete de reggae y su disposición a continuar de pie fue lo que los hizo cambiar de opinión. "Él nos dijo que no podíamos alimentar la autocensura, que por respeto a lo que él había vivido teníamos que publicar el tema. Y así fue que lo incorporamos al álbum", expresa el vocalista, Alain Gómez.
Este año Famasloop decidió que "Choro Dance" sería su próximo sencillo promocional y emprendieron la grabación de un curioso video, protagonizado por un títere malandro llamado Prany y que estrenaron en la edición más reciente del Festival Nuevas Bandas. Desde que el audiovisual se difundió en las redes sociales, encendió la controversia.
En la producción, dirigida por Carl Zitelmann, el muñeco es el líder de una pandilla que secuestra y roba a personas que permanecen detenidas en sus carros debido a los embotellamientos. Las críticas han sido extremas y el corto incluso es tema de discusión en foros de Internet. De un lado lo toman como bandera de denuncia, de la falta de control del Gobierno y de las autoridades; y por el otro lado acusan a los integrantes de Famasloop de hacer un video que consideran una apología al delito, la prostitución y la violencia.
La situación es muy similar a la que vivió Onechot cuando lanzó el video de "Rotten Town", en 2010, dirigido por Hernán Jabes, y que fue cuestionado fuertemente por la periodista de VTV Tania Díaz, quien dijo que mostraba imágenes que promueven la sensación de inseguridad en Caracas.
"Cada quien puede interpretar el video como quiera, lo que nosotros hicimos fue agarrar las piezas del imaginario colectivo, del que vivimos día a día. Por eso tiene un pran, un Jesucristo con una ametralladora (hay murales en el 23 de Enero con esa imagen) y los malandros (que son los bailarines de ¿Quién quiere tuki?), así como incluimos a la sifrina estereotipada y a la gente normal y corriente, como la que roban a diario, sin distinción de sexo, raza ni posición política. Es importante aclarar que 'Choro Dance' no es una visión partidista del asunto, porque la única manera de hacer algo es unirnos para alcanzar esa meta común que es acabar con la violencia. Todos, rojos, azules y amarillos, estamos metidos en este lío", señala Gómez.
El cantante dice que el grupo era consciente de que el tema llamaría la atención. Lo que los sorprende es el enfoque negativo que se le ha dado: "Así como hacemos canciones sobre la playa o el Ávila, también debemos escribir sobre las cosas malas que deseamos corregir. No queríamos escribir 'Choro Dance', pero fue inevitable. Le dimos un matiz humorístico porque consideramos que si te hace reír y al mismo tiempo reflexionar se puede lograr una discusión".
A Onechot, que conoce bien las críticas que puede generar un video que trate temas sensibles como el de la violencia, le extrañó que la gente reaccionara tan fuertemente al audiovisual de "Choro Dance". Él participa en una toma en la que le pegan un tiro, al igual que en el episodio que sufrió en la vida real. "Puedo entender que Rotten Townhaya causado estragos en su momento, porque presentaba imágenes fuertes. Sin embargo, el final era esperanzador, aunque nunca se habló de ello... Pero no entiendo el rebullicio el caso de este corto, que es protagonizado por un muñeco. Cuando ellos me mandaron el guión acepté, porque me parece que la gente se tiene que enterar de lo que vivimos a diario. Si las cosas no cambian, los artistas tenemos que hacer que se modifiquen. Yo, por ejemplo, continuaré la protesta y la denuncia hasta que me muera".
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