CARA O SELLO. Hace no más de 3 meses que el ex gobernador Henrique Salas Römer le dijo a viva voz a los carabobeños que el diputado Miguel Cocchiola era un empresario emprendedor que bien merecía ser alcalde de Valencia, por su denuedo y capacidad de trabajo. Ahora, por obra y gracia divina, 90 días después, en boca ajena o encubierto con un sinónimo, lo califica de mafioso y especie de alto riesgo para el destino de la ciudad, como seguramente lo vio 4 años atrás cuando en alianza sobrevenida con el siempre admirado Paco Cabrera, también le cerró el paso hacia la alcaldía. Cosas y casos.
Tomado de: El carabobeño 29 julio 2013
En Secreto
Francisco M. Pérez
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