Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

domingo, 21 de julio de 2013

Este hecho histórico junto a la entrega de Francisco de Miranda en Puerto Cabello al jefe realista Monteverde, forman entre otros mis dolorosos puntos en la Historia Patria...

Manuel Carlos María Francisco Piar Gómez (1774-1817), militar venezolano de origen curazoleño, prócer de la Independencia de Venezuela. Y además dentro de los Anales de la Historia Republicana Venezolana es reconocido como "El Libertador de Guayana".Nació en WillemstadCurazao, donde fue bautizado el 28 de abril de 1774. Él era hijo de Fernando Alonso Piar y Lottyn, un piloto mercante español originario de las Islas Canarias y de Maria Isabel Gómez Quemp, una curazoleña de ascendencia africana.

La historia oficial ha mantenido el origen de Manuel Piar como mulato, hijo de María Gómez y Fernando Piar. Pero historiadores como Francisco Herrera Luque yBartolomé Tavera Acosta, con base en sus investigaciones han sembrado polémica en torno a su origen al sugerir que haya sido hijo no deseado de una familia mantuana y hasta sugerido que haya sido hermano bastardo del propio Simón Bolívar.
Una versión muy difundida y fuerte de su misterioso origen, es que Piar era hijo bastardo de José Francisco de BraganzaPríncipe Heredero de Portugal y Duque de Braganza (hijo de los Reyes de Portugal María I y Pedro III) y de Belén Jerez de Aristiguieta, una de las famosas Musas Aristiguieta,2 las hermosas hijas de una familia mantuana caraqueña. De acuerdo a esa versión el joven heredero de la Corona portuguesa visitó Caracas de incógnito con la falsa identidad de un supuesto Conde de Arcos (un título nobiliario castellano que había desaparecido hacía tiempo reemplazado por el de Duque de Arcos); y tuvo una aventura con la joven mantuana que quedó embarazada y fue recluida en un convento para evitar la vergüenza.3 4 Según esta versión al nacer Piar fue entregado a su padre adoptivo, que recibió una gran suma de dinero de la Corona de Portugal por hacerse cargo discretamente del infante; dinero que dilapidó de forma rápida. La versión se sostiene en testimonios de personas allegadas a Piar o que estaban en condiciones de conocer la verdad (algunos por su cercanía a la rica y famosa familia Aristiguieta); testimonios que circularon incluso en vida del prócer y que fueron recogidos por sus más tempranos biógrafos.
Otra versión menos fuerte asegura que Belén Aristiguieta, la supuesta madre mantuana de Piar, en realidad fue seducida y embarazada por Marcos Ribas y Bethencourt, el padre de José Félix Ribas, a pesar de que Marcos Ribas ya era un hombre muy maduro y Belén una adolescente; según esta versión entonces Ribas y Piar serían medio-hermanos.
La última de las tres versiones acerca del supuesto origen mantuano de Piar sitúa como las otras dos a Belén Aristiguieta como la madre del prócer pero atribuye al padre de Simón Bolívar, Juan Vicente Bolívar y Ponte, el haberla seducido y embarazado; se vale esta versión de hechos como la amistad que unía a Juan Vicente Bolívar con los Aristiguieta y hechos circunstanciales como la frase de Bolívar al momento de escuchar la descarga de los fusiles que mataron a Piar: "He derramado mi propia sangre". Sin embargo muchos historiadores atribuyen poca credibilidad a esta teoría y justifican la frase de Bolívar a otras razones sentimentales y de camaradería personal y política (incluso masónica) que no tienen que ver con un real lazo de sangre entre ellos. Toda esta polémica sobre el origen de Piar nace de un supuesto árbol genealógico supuestamente aparecido en sus archivos, el cual él mismo desmiente, al igual que su abogado Fernando Galindo. Piar asegura que ese árbol genealógico se lo colocaron con la finalidad de perjudicarlo, lo cual podría ser cierto, dado el influjo que tenía sobre los pardos, negros e indígenas, tal y como se puede comprobar en los documentos de la época y en los escritos del médico José Domingo Blanco en la Gaceta de Caracas. Todos los que le conocieron y escribieron posteriormente sobre él lo catalogan como pardo, existiendo anécdotas de compañeros, como Bermúdez, quien le acusó de mulato y le atacó con la espada cuando lo vio hablando una vez con una de sus hermanas, por considerar una deshonra tal actitud. De acuerdo a las tres versiones del origen mantuano de Piar, éste sería mucho más joven de lo que figuraba en los documentos oficiales, debido a la cronología de los hechos con relación a la edad de Belén Aristiguieta; en ese caso su familia adoptiva habría mentido sobre su edad al levantar los documentos que acreditaban su nacimiento. A favor de estas versiones se menciona, entre otras cosas, el hecho de la apariencia física de Piar (piel blanca, cabello rubio liso y ojos azules claros, en el caso de la piel levemente bronceada por el Sol del mar) que era la de un hombre blanco caucásico, sin rasgo alguno de sangre negra.
Sobre su fusilamiento se conocen los cargos del juicio, pero no se sabe si los motivos fueron justificados o personales, debido al odio irreconciliable de sus acusadores hacia él, se creía que ese odio se debía por lo buen soldado y jugador de poker que era Piar, para haber fusilado al libertador de guayana que había construido el mismo ejército que expulsó de Guayana a los españoles.

Manuel Piar

Consejo de Guerra sentencia a Piar

  
15 de octubre de 1817, previa convocatoria, se reunieron un Almirante, dos Generales de Brigada, dos Coroneles y dos Tenientes coroneles, miembros del Consejo de Guerra designado por el Jefe Supremo, para decidir en el juicio militar seguido al General en Jefe Manuel Piar.
            La instalación del Consejo de Guerra tuvo lugar en la casa del Almirante Luis Brión que hace esquina entre las calles de la Iglesia (calle Bolívar) y del Gobierno (calle Constitución) y sus miembros acordaron hacer la votación por escrito y de manera individual, concluyendo en la siguiente sentencia:  “Visto el oficio del Excmo. Señor Jefe Supremo de 3 del corriente, inserto por cabeza de este proceso que ha sido firmado por el señor General de Brigada Carlos Soublette a consecuencia de dicha orden, contra el General en Jefe Manuel Piar indiciado de los crímenes de insubordinado, conspirador, sedicioso y desertor  y hecho por dicho señor relación  de todo lo actuado al Consejo de guerra  de Oficiales Generales celebrado el día 15 de Octubre de 1817 en la casa del Excmo. Señor Almirante Luis Brión, que lo presidió, siendo Jueces de él los  señores Generales  de Brigada Pedro León Torres y José Anzoátegui, Coroneles José Ucros y José María Carreño y Tenientes Coroneles Judas Piñango y Francisco Conde, sin que compareciese en el mencionado Tribunal el referido reo por no haberlo estimado necesario  el Consejo; y oída la defensa de su procurador, y todo bien examinado le ha condenado y condena el Consejo a ser pasado por las armas, arreglándose a la ley prescrita en el artículo veintiseis, tratado octavo, título décimo de las  ordenanzas generales.
            Inmediatamente pasó el General Carlos Soublette, Juez Fiscal a la posada del Jefe Supremo junto con el Secretario José Ignacio Pulido y entregó en su mano todo el expediente relativo al proceso.  El mismo día, el Jefe Supremo la confirmó en los siguientes términos:
                                                                                     
            Cuartel General  de Angostura, Octubre 15 de 1817.-7º.
            Vista la sentencia pronunciada por el Consejo de guerra de Oficiales Generales contra el General Manuel Piar, por los enormes crímenes de insubordinado, desertor, sedicioso y conspirador, he venido en confirmarla sin degradación.  Pásese al señor Fiscal  para que la haga ejecutar, conforme a ordenanza, a las cinco de la tarde  del día de mañana.
                                                                                                                    BOLÍVAR.


Fusilamiento de Piar

           
16 de Octubre de 1817.  El General en Jefe Manuel Piar fue fusilado en la Plaza de Angostura luego que el Consejo de Guerra presidido por el Almirante Luis Brión lo sentenció a la pena máxima por el delito de lesa  patria, conspiración y deserción.
            Piar,  nacido en Curazao en abril de 1774, fue fusilado a la edad de 43 años. Jalones importantes de su trayectoria militar a favor de la independencia son las batallas libradas en el Morro de Valencia, Pantanero, Güiria, Maturín, Los Magueyes, Los Corocillos, Cumanacoa, Barcelona, Carúpano, El Juncal, Paso del Caura, Puga y finalmente la Batalla de San Félix.
            Piar con la Guayana en sus manos y tan solo por vencer a las sitiadas Angostura y Guayana La Vieja, entregó a Bolívar  el mando de sus tropas para que continuase  la campaña, pero Bolívar lo relegó y la urdimbre de la intriga envolvió al vencedor de Chirica viéndose obligado a separarse del Ejército.  No obstante, ya separado, los rumores sobre la inconformidad de Piar y sus presuntos manejos conspirativos llegaron por vía de Bermúdez a los oídos del Libertador, quien envió a Cedeño por su captura en Aragua de Maturín.  Más tarde el General Carlos Soublette recibió orden de instruir el proceso “por los crímenes de insubordinados a la autoridad suprema, de conspirar contra el orden y tranquilidad pública, de sedicioso y últimamente de desertor”.  El 14 de octubre se iniciaron las diligencias y una vez dictado el auto de proceder, Bolívar nombró el Consejo de Guerra presidido por el Almirante Luis Brión..  Como fiscal actuó Soublette y Defensor el Teniente Coronel Fernando Galindo.  El 15 de octubre el Consejo lo condenó por unanimidad a ser pasado por las armas y Bolívar confirmó la sentencia  sin degradación.  Llevado al patíbulo, Piar oyó con desprecio la sentencia.  Por dos veces arrebató con violencia el pañuelo con el que quisieron taparle los ojos y finalmente cuando el pelotón recibió la orden de disparar se abrió la esclavina y gritó: ¡Viva la Patria! Como intentando ahogar con aquella exclamación el ruido implacable de la descarga.  El cadáver de Piar fue sepultado en el cementerio El Cardonal.  Jamás se supo de sus restos. En 1828, en Bucaramanga, Bolívar volvió a justificar el fusilamiento expresando: “La muerte de Piar fue una necesidad política.   Fue un golpe de estado que aterró a los rebeldes y aseguró mi autoridad.  Nunca ha habido una muerte más útil, más política”

Bolívar explica muerte de Piar

17 de octubre de 1817. Simón Bolívar, jefe supremo de la República de Venezuela, dirige una proclama a los soldados del Ejercito Libertador explicando el proceso y ejecución de la sentencia de muerte contra el General, Manuel  Piar. ¡Soldados!  Ayer ha sido un día de dolor para mi corazón. El General Piar fue ejecutado por sus crímenes de lesa patria, conspiración y deserción.  Un tribunal justo y legal ha pronunciado la sentencia contra aquel desgraciado ciudadano, que embriagado con los favores de la fortuna, y por saciar su ambición pretendió sepultar la patria entre sus ruinas.  El general Piar a la verdad, había hecho  servicios importantes a la República y aunque el curso de su conducta había sido siempre el de un faccioso, sus servicios fueron pródigamente recompensados por el Gobierno de Venezuela. “Nada quedaba que desear a un jefe que había obtenido los grados más eminentes de la milicia.  La segunda autoridad de la República que se hallaba vacante de hecho, no la disidencia del general Mariño iba hacerle conferida antes de su rebelión; pero este general, que solo aspiraba al mando supremo, formó el designio más atroz que puede concebir una alma perversa.  No solo la guerra civil, sino la anarquía y el sacrificio más inhumano de sus propios compañeros y hermanos se había propuesto Piar”
¡Soldados! Vosotros lo sabéis.  La igualdad, la libertad  y la independencia son nuestra divisa.  ¿La humanidad no ha recobrado sus derechos por nuestras leyes?. ¿Nuestras armas no han roto las cadenas  de los esclavos? ¿La odiosa diferencia de clases y colores no ha sido abolida para siempre? ¿Los bienes nacionales no se han mandado a repartir entre vosotros?  ¿No sois iguales, libres, independientes, felices y honrados? ¿Podría Piar procurarnos mayores bienes? No, no, no.  El sepulcro de la República lo abría Piar con sus propias manos para enterrar en él la vida, los bienes y los honores de los bravos defensores de la libertad.
“El cielo ha visto con horror este cruel parricida.  El cielo lo entregó a la vindicta de las leyes.  El cielo ha permitido que un hombre que ofendía a la divinidad y al linaje humano no profanase más tiempo la tierra que no debía sufrirlo un momento después de su crimen. 
¡Soldados!  El cielo vela por nuestra salud, y el gobierno que es vuestro padre sólo se desvela por vosotros.  Vuestro jefe que es vuestro compañero de armas, y que siempre a vuestros peligros y miserias, como también de vuestros triunfos, confía en vosotros.  Confiar pues, en él, seguros de que os ama más que si fuera vuestro padre o vuestro hijo.  Cuartel general de Angostura, octubre 17 de 1817.  Simón Bolívar”.

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