Esta actividad muestra a los niños de los sectores populares un camino distinto a la violencia
"¡Llegó el cine!", es la primera frase que se escucha cuando arriba el equipo de Juventud Sucre a la calle Lara, en el sector Carpintero de Petare.
Los niños aplauden espontáneamente. Saltan, sonríen, celebran, pues en minutos comenzará la función.Mientras atardece en Caracas y el sonido de las cornetas se impone, el equipo de Juventud Sucre, ente adscrito a la alcaldía, llegó al barrio -como lo hace desde hace tres años y medio- para proyectar Hotel Transylvania.
Bajo el nombre Cambiamos violencia por sonrisas, el programa arribó a su función 1.500 en la tercera semana de julio.
Diego Area, director de Juventud Sucre, explicó que la actividad recreativa es realizada en 4 de las 5 parroquias del municipio. Así, Caucagüita, Dolorita, Mariches y Petare quedó dividida en 42 zonas, cada una con un respectivo coordinador que informa sobre las necesidades de su sector y plantea actividades que beneficien a la mayoría de sus habitantes. "Buscamos fomentar espacios de disfrute para los jóvenes como una estrategia contra la violencia. El cine en un barrio es como la visita en la prisión. Es sagrado. Nadie lo toca", dijo Area.
Pioneros. El circuito Gran Cine trajo el séptimo arte al aire libre en 2006 a Caracas. Luego de un año de planificación y después de lograr el acuerdo con los patrocinantes, contó con el apoyo de la Alcaldía Mayor, la Embajada de Suiza y varias empresas privadas, lograron adquirir un camión, un primer proyector, cornetas, sillas y una pantalla inflable de tamaño monumental que dieron origen al Gran Cine Móvil.
La plaza de Candelaria, la Bolívar de Caracas, la Brión de Chacaíto, el bulevar Pérez Bonalde y la zona colonial de Petare fueron los primeros lugares donde se proyectaron las películas. Bernardo Rotundo, presidente de Gran Cine, recuerda que en ese momento se veía una película cada día de la semana en uno de los siete espacios públicos. Se hicieron ciclos de Charles Chaplin y, a petición del público, también un ciclo de Cantinflas.
"El cine móvil se convirtió en un oasis en medio del congestionamiento. Las funciones se realizan entre 6:00 y 6:30 pm, dependiendo de la época del año porque hay que esperar a que oscurezca, y a esa hora, en el punto más álgido del día, muchas personas que no tienen el presupuesto para tomarse un café, entonces se toman un receso y se quedan en las presentaciones. Cada función puede tener entre 300 y 500 espectadores", informó Rotundo.
Agregó que a lo largo de seis años de trabajo suman más de tres millones de asistentes, y que no solo recorre Caracas, con presencia en sus cinco municipios, sino que ha trabajado con el Gobierno nacional y la empresa privada, y ha visitado casi todos los estados del país pues cuentan con tres unidades de cine móvil.Alternativa a la violencia. El psicólogo social Leoncio Barrios explicó que la exposición al cine en los sectores populares suele ser menor por razones económicas y de accesibilidad. Los cines parroquiales desaparecieron y hoy se encuentran dentro de los centros comerciales.
"El cine al aire libre es una oportunidad de que la gente descubra una fascinación, sobre todo los niños más pequeños, los muchachos de los sectores populares descubren el séptimo arte cuando son adolescentes. Y el cine al aire libre es una forma de aproximarse, pues no es lo mismo que una sala, pero les muestra que además de la televisión y la computadora, también pueden verse imágenes en movimiento en una gran pantalla", afirmó Barrios.
Advirtió que el impacto que esto puede tener desde el punto de vista cultural no se traduce en la desaparición de la violencia. "Sería ingenuo pensar que los miembros de las bandas de los sectores populares se van a detener por la película que están proyectando. Simplemente son dos procesos paralelos, pues mientras se ve una película en La Dolorita de Petare, a dos calles puede ocurrir un robo", señaló.
Para Barrios el cine al aire libre muestra una oportunidad, otra realidad, que la vida no son disparos ni violencia, representa una alternativa para los habitantes de las barriadas caraqueñas. "Se muestra a través de la pantalla como ficción o documental que la vida es algo más y que hay más cosas que se pueden hacer", concluyó Barrios.
Oasis en Petare. Una señora observa desde una esquina cómo los otros se ríen y emocionan con la película de dibujos animados. Se niega a dar su nombre porque "es chavista 100%", pero termina admitiendo que todo lo que sea bueno para la comunidad ella lo aprueba. Decenas de niños disfrutan mientras comen pepitos y toman refresco de colita. Familias sacan las mecedoras y sillas a los balcones de sus casas para mirar la proyección.
Gabriel, Argenis, Ángel y Chanty, todos con menos de 12 años de edad, lucen contentos. Aseguran que cuando el cine llega al barrio ellos pueden compartir con sus amigos.
Detrás de cámaras
Pero no solo la gran pantalla ha subido a los cerros capitalinos. También hay una emergente industria de cine comunitario que según el director Carlos Azpúrua cuenta con más de 500 producciones.
Azpúrua, director de Amaneció de Golpe (1998), es el encargado de recolectar los fondos regionales cinematográficos que están contemplados en la Ley de Cine. "Cada estado tiene su realidad, hay que ir evaluando, creando conciencia colectiva y romper con la dependencia, incluso del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía".
Los colectivos organizados que han utilizado las nuevas tecnologías -la cámara de un celular, una pequeña cámara de video- para realizar sus producciones forman parte de este proyecto del Estado. "Hay una vocación de la gente de hacer cine, hay una identificación con lo audiovisual como medio de expresión", dijo Azpúrua.
Informó que los fondos regionales de cine buscan construir un sistema audiovisual comunitario tan potente y con el impacto cultural del Sistema de Orquestas. "Queremos cambiar cámaras por revólveres, fomentar el sentido de organización en la comunidad", aseguró.
Aunque el cine comunitario tuvo una primera salida con el Festival de Cine de Mérida, todavía falta generar espacios de exhibición para estas obras. Por esta razón el Centro Nacional del Cine está en conversaciones con el Ministerio de Comunicaciones para lograr que las producciones tengan mayor difusión, tanto en la televisión como en las salas comerciales.
Las proyecciones en los sectores populares pueden ser el primer acercamiento de los niños al cineFoto Raúl Romero ElDatoHoy a las 6:00 pm Gran Cine proyectará Escape imposible en la sede del Cevaz de Cabimas. El jueves 1º de agosto se verá la misma película en la plaza Bolívar de Lechería. Las funciones al aire libre son totalmente gratuitas
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