La oscura luna de miel de Maduro
Nicolás Maduro, presidente de la República. (Foto Archivo)
Daniel Pabón | dpabon@el-carabobeno.com
No fue esplendorosa en el Ritz de Paris, sino algo modesto en un hotel de Ocumare de la Costa. Con esta metáfora Luis Vicente León dibuja los primeros 100 días del Presidente. Su luna de miel, como se conoce en política al primer lapso de gobierno. “Sí la tuvo, al menos lo suficiente para permitirle surfear la fuerte crisis económica”, evalúa el presidente de Datanálisis.
Todo apuntaba a que el debut de Nicolás Maduro en Miraflores sería espinoso. Ganó perdiendo con un cerrado e impugnado resultado electoral y heredó de su padre político una papa caliente en lo económico. En el discurso de los primeros 100 días de revolución, Hugo Chávez había descartado estampidas de inversionistas, fugas de capitales, controles de cambio y devaluaciones de moneda. “Que venía un desastre, decían. Bueno, amigos adversarios, el desastre no vino. Anótenlo ahí en su libreta de logros”, pronunció aquel 13 de mayo de 1999.
León aplaude que el nuevo Jefe del Estado ha entendido la necesidad de resolver el problema cambiario y arrancar del debate la mancha de las expropiaciones, pero critica sus acciones bloqueadas. “No ha podido tomar decisiones fundamentales. No tiene la popularidad, la gobernabilidad ni el margen de maniobra de Chávez”. Con esto cosecha a la larga una crisis más fuerte.
Desecho deshecho
Eso que ya no quiero en mi vida sigue allí, en mi ciudad, en el territorio que transito...
ARGENIS ANGULO | EL UNIVERSAL
sábado 27 de julio de 2013 12:00 AM
Ver a un colega "ciudadano" abrir la ventana de su vehículo para lanzar un desecho a la calle puede ser altamente intolerable, para quienes tienen claras las responsabilidades que les confiere el uso de tan depreciado título. A alguno puede provocarle abrir también su ventana, pero para lanzar algún improperio, mientras a otro, justo al lado, la escena puede recordarle que también tiene ciertos desechos que lanzar.
En ese mundo vivimos y convivimos, entre los que ensucian y los que limpian, entre los que ofenden y los que dan el ejemplo, entre los que desechan valores, y entre los que los rescatan. Así, hay quienes viven desechando cuanto pueden, no importa cuándo, mucho menos dónde; solo desechan, ante la impulsiva necesidad de deshacerse de cuanto les molesta; de sus miserias, de sus errores, de sus fracasos, de sus sinsabores.
Y no está mal, deshacerse de ello no solo es sano, sino necesario para continuar la vida de plenitud que todos merecemos. Lo que sí es cuestionable es que vayamos por el mundo abriendo las ventanas para lanzar nuestros desechos en cualquier escenario, no importa el momento, ni mucho menos sobre quien caiga.
Administrar nuestros desechos personales sana y efectivamente exige el coraje de conservarlos hasta llegar al vertedero apropiado, ése en el que tengo la garantía de que no regresará a mí; salvo que haya sido reciclado, y se haya transformado en elemento útil para mi quehacer.
Lo que no sabe quien dominado por su impulso lanza a la calle sus desperdicios es que, al final, no me he deshecho del desecho; se trata solo de una liberación transitoria. Eso que ya no quiero en mi vida sigue allí, en mi ciudad, en el territorio que transito y que también me pertenece.
argenisangulo@gmail.com
@argenisangulo
En ese mundo vivimos y convivimos, entre los que ensucian y los que limpian, entre los que ofenden y los que dan el ejemplo, entre los que desechan valores, y entre los que los rescatan. Así, hay quienes viven desechando cuanto pueden, no importa cuándo, mucho menos dónde; solo desechan, ante la impulsiva necesidad de deshacerse de cuanto les molesta; de sus miserias, de sus errores, de sus fracasos, de sus sinsabores.
Y no está mal, deshacerse de ello no solo es sano, sino necesario para continuar la vida de plenitud que todos merecemos. Lo que sí es cuestionable es que vayamos por el mundo abriendo las ventanas para lanzar nuestros desechos en cualquier escenario, no importa el momento, ni mucho menos sobre quien caiga.
Administrar nuestros desechos personales sana y efectivamente exige el coraje de conservarlos hasta llegar al vertedero apropiado, ése en el que tengo la garantía de que no regresará a mí; salvo que haya sido reciclado, y se haya transformado en elemento útil para mi quehacer.
Lo que no sabe quien dominado por su impulso lanza a la calle sus desperdicios es que, al final, no me he deshecho del desecho; se trata solo de una liberación transitoria. Eso que ya no quiero en mi vida sigue allí, en mi ciudad, en el territorio que transito y que también me pertenece.
argenisangulo@gmail.com
@argenisangulo
El mejor disfraz de Nicolás Maduro
ZULMAIRE GONZÁLEZ | EL UNIVERSAL
sábado 27 de julio de 2013
Nicolás Maduro nos tiene acostumbrados a presentarse disfrazado durante las distintas actividades que realiza. En los meses que ha estado en la palestra pública lo hemos visto disfrazado de Chávez, militar, obrero, llanero, warao, pemón, chofer, patinetero, cantante de rap, fiscal del Ministerio Público, demócrata, venezolano por nacimiento (hasta que no se muestre la partida de nacimiento) y presidente de Venezuela, por nombrar algunos.
Al parecer necesita cada uno de los diferentes disfraces para cumplir con las funciones de gobierno y para sentirse presidente de la República. No hay que olvidar que el mandato de Nicolás Maduro carece de legitimidad de origen y hasta la fecha el TSJ no se ha pronunciado sobre la impugnación de las elecciones.
No se pretende evaluar en esta columna cuál de los distintos disfraces luce mejor a Nicolás Maduro o con cuál de ellos hace mejor conexión con el pueblo, porque cuando se disfraza de Chávez y lo imita cree que tendrá el respeto de los chavistas y el amor del pueblo, y cuando se disfraza de militar será plenamente reconocido como Comandante en Jefe, pero lamentablemente para él no es así.
Se quiere resaltar que ante la cantidad de indumentarias presentadas por Nicolás Maduro durante estos cien días de mandato, su tendencia dictatorial está latente y no la puede ocultar. Este ha sido uno de los gobiernos más represivo y autoritario que ha tenido Venezuela, se pretende acabar con la disidencia política, se criminaliza la protesta pacífica, el que opine contrario al Gobierno va preso, violaciones de derechos humanos, militares en la calle con el mal llamado Plan Patria Segura para amedrentar a la población y más grave aún es que muchas decisiones políticas se tomen desde La Habana asesorados por el castrocomunismo.
Con los rasgos antidemocráticos que Nicolás Maduro ha mostrado y por más que se cambie las máscaras ¿será que su mejor disfraz es de presidente demócrata?
zulmairegonzalez@gmail.com
@zulmaire
Al parecer necesita cada uno de los diferentes disfraces para cumplir con las funciones de gobierno y para sentirse presidente de la República. No hay que olvidar que el mandato de Nicolás Maduro carece de legitimidad de origen y hasta la fecha el TSJ no se ha pronunciado sobre la impugnación de las elecciones.
No se pretende evaluar en esta columna cuál de los distintos disfraces luce mejor a Nicolás Maduro o con cuál de ellos hace mejor conexión con el pueblo, porque cuando se disfraza de Chávez y lo imita cree que tendrá el respeto de los chavistas y el amor del pueblo, y cuando se disfraza de militar será plenamente reconocido como Comandante en Jefe, pero lamentablemente para él no es así.
Se quiere resaltar que ante la cantidad de indumentarias presentadas por Nicolás Maduro durante estos cien días de mandato, su tendencia dictatorial está latente y no la puede ocultar. Este ha sido uno de los gobiernos más represivo y autoritario que ha tenido Venezuela, se pretende acabar con la disidencia política, se criminaliza la protesta pacífica, el que opine contrario al Gobierno va preso, violaciones de derechos humanos, militares en la calle con el mal llamado Plan Patria Segura para amedrentar a la población y más grave aún es que muchas decisiones políticas se tomen desde La Habana asesorados por el castrocomunismo.
Con los rasgos antidemocráticos que Nicolás Maduro ha mostrado y por más que se cambie las máscaras ¿será que su mejor disfraz es de presidente demócrata?
zulmairegonzalez@gmail.com
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