EL ALIMENTO ESPIRITUAL
OBJETIVO EN LA VIDA
Todos los seres tienen como objetivo en la vida la búsqueda y logro de la Dicha
Disfrutar la Vida es lo que todos pretenden aún los que sostienen que ésta es solo de paso y que el verdadero disfrute serán según nuestras acciones en el mas allá.
El individuo curiosamente por la búsqueda dichosa se somete a increíbles torturas y sufrimientos. Intenta por numerosas vías y caminos equivocados sufre numerosas decepciones y frustraciones. Tiempos perdidos y lamentaciones por no haber optado por otras alternativas. Sueños y deseos no realizados van creando el sentimiento interior que el destino en esta vida les fue limitado en sus deseos y ambiciones.
Y cuando obtienen su logro éste suele ser efímero y no pleno, algo pareciera que falta.
Por suerte todos esos pensamientos y sentimientos son falsos. Son producto de ignorar un conocimiento mayor y oculto que es necesario develar para el logro de la experiencia de la Dicha.
Un nacimiento no se concreta tan solamente con una noche de sexo, la concepción, la gestación y el parto son las fases fundamentales para que un nuevo ser se manifieste en esta existencia. Nuestro objetivo coincide con uno tradicional de la India: el 2 Veces Nacido, que es aquel ser que nace en nosotros cuando se ha logrado establecer la Dicha en esta existencia mortal.
Nuestro objetivo para nuestra filosofía no son los cielos del mas allá que no tienen prometidos, sino establecer esos cielos aquí y ahora en esta existencia.
Aquí debemos hacer una diferenciación entre Felicidad y Dicha.
La Felicidad es un estado que depende de la realización de un hecho externo. Que nos haya salido bien un trabajo, que gustemos a otra persona, que hayamos obtenido un logro económico, que nuestros seres queridos crezcan fuertes y sanos, que seamos reconocidos por el otro y 1000 otras distintas por cada individuo, según la personalidad de mismo.
La Dicha es algo más sutil, a primera vista no depende de que un hecho externo suceda, no parece estar condicionada, sucede en forma misteriosa por si misma. Así hay días que nos levantamos y todo parece estar en armonía con nosotros, Todo nos sale bien, nos sentimos dichosos y disfrutamos cada momento, el ahora que dura un instante se nos extiende a un tiempo presente, una secreta presencia nos acompaña, nos sentimos a nosotros mismos.
LO TRASCENDENTE
Percibir lo Trascendente es el objetivo de todo verdadero artista, científico, investigador, escritor o político. Los ideales y utopías son trascendentes que intentamos materializar. Al creativo es un trascendente el que lo impulsa. El poeta es a un trascendente a quien escucha y quien lo inspira.
Percibir lo Trascendente es un paso que debemos transitar para la realización de la Dicha. No debemos suponer que el Trascendente es un engaño o una trampa a nuestros sentidos, admitirlo es renunciar a nuestra posibilidad de Dicha y enclavar un serio obstáculo a nuestro ser evolutivo.
Percibir el trascendente es un poder, un don que todos podemos desarrollar, exige de requisitos y preparación, no se alcanza de inmediato, salvo para aquellos naturalmente dotados a igual que sucede en las artes. Algunos sienten ese poder como una gracia mística, otros como el refinamiento de nuestros sentidos, cualquiera sea la forma en que el don aparezca lo importante es como ese poder puede transformarnos y nuestra naturaleza consentir esa influencia.
Si buscamos la Dicha ya sabemos que con nuestro ser actual no la podemos retener, la experimentamos por lapsos cortos o prolongados pero siempre se aleja y ese alejamiento coincide siempre con nuestra pérdida del sentido trascendente. Debemos recocer cuando experimentamos el sentido de Dicha su origen trascendente, para algunos ese reconocimiento es el primer gran paso.
Tiene que haber un deseo por llegar al Trascendente, aunque la palabra deseo no es la correcta, deberíamos decir mas correctamente una aspiración, un primer calor interno que puede ser tibio en un inicio para luego ir creciendo en intensidad y transformarse en necesidad imperiosa de la vida.
Entrar al trascendente exige poseer armonía interna, es una rebeldía por los límites propios del individuo, es romper moldes que sujetan y condena a la esclavitud, es el sacrificio de las vanidades y el prerreconocimiento de estados superiores al propio. No lo alcanza el hombre vulgar ni los débiles de espíritu, es una lucha contra lo burdo, lo sórdido y lo grosero.
En un principio debemos tener al menos un reconocimiento, aunque sea intelectual de la existencia del Trascendente.
Comencemos por definir lo que entendemos por Trascendente. Nuestros sentidos tiene un rango de captación, en determinados animales de menor evolución que el hombre, el sentido auditivo es muy superior, la visión en el águila sobrepasa ampliamente el alcance de nuestra visión, es decir que mas allá de lo que nosotros percibimos la existencia continua. Mas allá de nuestra mente hay un mayor conocimiento, mas allá de nuestro cuerpo físico no rodea nuestro cuerpo sutil, aura, así podríamos enunciar un sin numero de ejemplos de lo que no tenemos percepción directa pero si existe.
Lo que nos interesa muy en particular es la percepción directa de la temperatura interior de nuestro cuerpo físico. Ese calor interno será revelador de aquí en adelante.
Es un calor Trascendente que puede hacer que todo sea distinto a partir de cuando extendemos nuestra capacidad de percibirlo.
Al principio puede resultar arduo para algunos, para otros puede resultar fácil y de mayor permanencia. Suele asociárselo con la emoción, con el corazón, con personas cálidas o frías. En primera instancia lo que buscamos independiente de cualquier asociación es la percepción en nosotros mismos de ese calor interno. Existen numerosos yogas que tratan este tema, entre ellos las doctrinas secretas del yoga tibetano y el tantra yoga, nosotros trataremos de encontrar vocablos occidentales para los cuales nos es mas accesible encontrar los sentidos de cada palabra, cuando no podamos encontrar una justa equivalencia nos valdremos de los términos sánscritos que los expresen y daremos su significado de acuerdo a nuestra experiencia occidental.
En la doctrina secreta tibetana se aconseja como paso preliminar:
1. Visualizar del cuerpo físico como vacío
2. Visualizar el sistema nervioso como vacío
3. Visualizar un circulo protector al cuerpo físico, aura
Al alcanzarse algún grado de esa visualización se comenzará a experimentar una agradable sensación, un fuego espiritual o calor que llamaremos calor psíquico.
En nuestra fantasía mas elevada no llegaremos aún a comprender ni imaginar lo maravilloso del poder adquirido con esta experiencia. Cualquier promesa de bienestar sería insuficiente, cualquier logro prometido sería poco. Lo que habremos de ganar jamás será perdido.
Pero que no nos embriague el poder por que aún falta camino a recorrer y numerosos serán los obstáculos que deberemos vencer para lograr que la Dicha se establezca en nuestro ser.
Un primer obstáculo será nuestra propia memoria, nuestros hábitos, nuestra tendencia al melodrama, nuestro apego al infortunio, obviamente nuestro ego pequeño luchará contra lo que es más grande que él, enemigo principal será la cólera y la ira, la vanidad nos puede llenar con falsa dicha hasta que otra decepción nos despierte a la realidad.
Sin embargo el éxito final está asegurado, no puede haber fracaso por mas grandes y obstinadas que sean las dificultades. El progreso se observará rápidamente y no hay esfuerzos perdidos, nuestras resistencias vitales podrán volver lenta y difícil la marcha pero no podrá impedir que lleguemos al logro de nuestro objetivo.
Debemos desembarazarnos de nuestra insistencia exagerada del empleo de la razón, sobre la exactitud de nuestro razonamiento individual y su derecho de decidir en todos nuestros asuntos. Muchas veces nuestra razón nos indica caminos que no armonizan con nuestra vida. Daremos a la razón su lugar en las cosas que correspondan al plano físico y a cuestiones que se relacionen con el mundo en general, aún aunque en ese campo sea bien falible. No aceptaremos la pretensión de la razón y de la lógica de ser autoridad en los dominios espirituales. Nuestro conocimiento trascendente tendrá exclusivamente como fuente la intuición y la experiencia interior.
Las ideas preconcebidas, los prejuicios y las preferencias mentales pueden levantar una muralla de argumentaciones contra la verdad trascendente que debe ser realizada y rechazar la oportunidad que se nos brinda de experimentar lo nuevo. Otra vez lo viejo y conservador contra lo nuevo que avanza. La preferencia a la miseria conocida, contra el temor por un nuevo nacimiento. Debemos convencer a nuestro mental que sea abierto, imparcial, libre de pasión injustificada, que admita que no siempre su razón es verdadera y que muchas veces se trampea a si mismo, que no debe inmiscuirse en ámbitos ajenos a su jurisdicción, sobre todo con realizaciones trascendentes y con el yoga.
Nuestro objetivo es un cambio real en nuestra naturaleza, no la memorización de aforismos que nos dejan tan in-cambiados como antes y solo nos llenan la boca de palabras floridas.
Las dificultades pueden provenir de nuestra propio interior o desde el exterior, toda gran nueva conquista presenta resistencias de lo que anteriormente ocupaba ese lugar, luchas que se repiten aún después de la victoria, fuerza y paciencia es la respuesta. Las partes vitales son fácilmente llevadas a la depresión cuando se presentan las pruebas y las dificultades, pero ello no debe justificar un sentimiento de impotencia. Deberá buscarse el calor interno llamándolo para que acuda y se prenda en ayuda de nuestro ser interior. Por eso dice el poeta: Que no se apague el Fuego
De una belleza a una belleza mas grande, de una dicha a una dicha mas intensa, son los pasos sucesivos que se experimentan al despertar del calor psíquico interno. Experimentar ese calor es una conversión, una experiencia que podemos comenzar adquirir ya mismo, a la cual podemos entregarnos sin reservas, es el propio fuego que nos da Vida, la luz que nos guía, la Divinidad Secreta en cada individuo, el misterio a develar, el Alimento para quienes han partido de esta existencia.
Llegar a ser conciente de ese calor no es algo imposible de devenir, algo difícil no es necesariamente imposible. Un Fuego a encender, necesita de troncos secos, no mojados por los humores negativos, de pequeñas ramas que se enciendan primero mas rápidamente, de una Fe que nos impulse a hacerlo, de una paciencia para el tiempo de encendido, de una capacidad para descubrir lo Trascendente en nuestro interior y de una perseverancia para continuar sin claudicaciones hasta que el logro de la dicha se instale en nuestro ser. En todo esto no hay nada de imposible.
EL FUEGO INTERIOR: SU ENCENDIDO
El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz."
Madre Teresa de Calcuta
Fe es la virtud que nos hace sentir el calor del hogar mientras cortamos la leña."
Miguel de Cervantes
La ciencia sin la religión es coja, la religión sin la ciencia es ciega.
Albert Einstein
Se otorga poca fe a los que tienen poca fe.
Lao Tse
En forma permanente encendemos nuestro fuego interior, también en forma permanente lo dejamos apagar.
¿qué es nuestro fuego interior, como podemos percibirlo, como generarlo?
Nuestro fuego interior se siente principalmente en el espacio que ocupa el corazón.
Cuando se enciende se percibe indistintamente de acuerdo a cada individuo: sensación de bienestar, alegría sin causa, energía para la acción, una suave y sutil vibración. Puede ser que se manifiesten en nuestro interior como calma o como la quietud interior previa a las grandes acciones.
Cada vez y siempre que somos concientes de nuestra fe se enciende el fuego interior, independiente de cual sea nuestra fe, de su moral o de su ética. Se percibe en el corazón un cosquilleo, vibración o sensación grata, es algo trascendente que ingresa en nuestras dimensiones, en esos instantes es muy importante valorar la experiencia y dirigirnos a la sensación como si fuera persona, eso incrementa su encendido y permanencia. Los sabios antiguos de la India, los Rishis, invocaban a esa fuerza como a un Dios con el nombre de Agni. En la práctica cuando nos volvemos concientes del poder que vamos adquiriendo de despertar del fuego interior comenzamos a llamarlo como persona y comprobamos la experiencia de su arribo inmediato ante una correcta invocación. Mas adelante veremos los pasos básicos de un correcto llamado.
Una de las formas de mantener encendido ese fuego es disfrutar la sensación de bienestar que el mismo procura.
Un adversario circunstancial puede ser el viento, el puede avivarlo pero también apagarlo.
Los vientos que lo apagan son las pasiones descontroladas y los ambientes pequeños y cerrados del egoísmo en donde no entra nuevo oxigeno indispensable para mantener el fuego encendido. Ahí se produce una elección crucial: o gestamos un poco de generosidad o se apaga el fuego y se pierde la sensación de bienestar.
Nuestra voluntad interior no es algo abstracto, también es un fuego interior, debemos ser conciente de la sensación que se percibe cuando nuestra voluntad interior, previa a la acción se manifiesta en nosotros.
Este tipo de experiencia no es posible para todos, no será para aquel que no haya desarrollado lo sutil o que esté apegado a los gustos burdos o groseros. Será mas fácil para el intuitivo, el que tenga poder de imaginar, el creativo, para quien tenga sensibilidad por las artes, las ciencias o posea un intelecto refinado. No será para quien se detenga en lo superficial y no conozca la aventura de sumergirse en las profundidades del ser. Este fuego no se enciende en el falso, en el negador permanente de la verdad y en quien se mantenga cerrado en sus propias ideas y razonamientos no dejando una apertura a lo nuevo. No es para el que aferrado a la Ignorancia no quiera abrirse al Conocimiento. No es para el vanidoso, el violento y el mezquino.
A medida que vayamos ganando en la riqueza de la experiencia del encendido del fuego interior nos volvemos adictos y dependientes de la libertad que el mismo nos procura. Nuestra vida pasa a ser un estado digital de uno o cero, encendido o pagado.
A medida que vaya recordando y estableciéndose con mayor frecuencia el estado de encendido, la tendencia automática es un buen signo, comenzará también a influenciar sobre nuestro cuerpo físico ganando en salud, sobre nuestro ser emocional y nerviosos aflojando fundamentalmente nuestras contracturas y en nuestro ser mental aportando sabiduría para nuestro accionar.
Quien haya tenido la experiencia previa de prender un fuego para un campamento o un asado conoce que si bien no es difícil hacerlo, es necesario cumplir con pequeños rituales que llevan al éxito del encendido. En nuestro interior sucede algo semejante. Pasos previos aconsejables son: lograr algún grado de quietud en alguna parte de nuestro ser y luego llamar a la calma como si fuera persona para que se establezca en esa parte. La calma misma ya es un fuego interior, su significado del griego es justamente calor.
El Amor es un fuego, se siente y se vive como la mas alta experiencia humana, todos los individuos conciente o inconscientemente abandonan todo por esa experiencia, quien no pueda vivirla está amputado en lo mas noble de su ser.
El despertar del fuego en nuestro interior es nuestro segundo nacimiento, será la roca de nuestra certidumbre, con ese poder atravesaremos todas las dificultades de la vida ya sea que provengan de nuestro interior o del medio que nos rodea, con el afrontaremos la desesperanza, las dudas, la depresión y cualquier hostilidad que se nos presente. Es el destino de la evolución humana.
El Alimento, la evolución y el misterio del sacrificio
El ser humano común, en su existencia interior, es tan burdo e indesarrollado como lo fue en el pasado el hombre primitivo en su vida externa. Sri Aurobindo - síntesis del yoga I
Hay legados para dejar a los hijos; el primero, raíces; el segundo, alas”.
Miguel de Unamuno.
Los misterios divinos solo son posibles de intuirlos, comprenderlos escapa a los límites de la razón.
El ser humano ha cambiado desde los tiempos primitivos, eso nos indica una evolución, nada hace presumir, sino por el contrario, que esa ha evolución ha llegado a su fin y que el hombre actual ha alcanzado su perfección posible.
El alimento material que es el sustento de nuestra vida, lo fue también para el hombre primitivo. Pero el alimento material no es el único que el ser humano necesita, a medida que va evolucionando requiere cada vez mas de un alimento espiritual, ya sea a través de las artes, de su desarrollo intelectual, de su religiosidad, de su necesidad de ayudar a otros, de la investigación científica y de otras disciplinas que le procuran su necesidad imperiosa de satisfacer algo interior, un hambre espiritual que no puede definir exactamente pero que tiene necesidad de cubrir. En la alimentación el arte de la cocina y de cocinar para otros, encontramos una expresión de amor espiritual.
Observamos el dicho común de que el pez grande se come al pez chico, también observamos que la especie mas evolucionada consume como alimento a las especies menor evolución, esto es ley de la evolución. Todos los seres deben vivir por el sacrificio de la vida de otros seres, la piedra se rompe para alimentar al vegetal, el vegetal a los animales, los animales mas débiles alimentan a los animales mas fuertes. La ley del Sacrificio está siempre presente en la naturaleza.
Si admitimos que el hombre no es el eslabón último y posible de la existencia debemos hacernos dos preguntas:
1- de quien somos alimento
2- que clase de alimento somos
La primera podríamos responder que somos alimento para un ser espiritual no visible a nuestro sentido de la vista
Aceptando la primera, la segunda nos indica que un ser espiritual debe alimentarse al igual que un ser humano, pero ese alimento que somos debe ser espiritual, no es concebible que sea algo material.
Para nuestra práctica debemos limpiar al término sacrificio de todo sentido cruento, de inmolación, castigo o penuria. Solamente y exclusivamente lo aceptaremos como medio espiritual para la comunicación con entidades espirituales. Nuestro sentido es de entrega, festejo o regocijo. La experiencia real que vamos a vivir es una transformación incruenta, mágica por lo sorprendente en su efecto y en su tiempo de realización.
Por el intelecto el hombre ha evolucionado hasta aquí, debemos abandonar al intelecto para seguir creciendo, el desarrollo y perfeccionamiento de la intuición debe ser el nuevo impulsor de la evolución.
Veremos ahora cuales son las partes y modos del sacrificio, para ello es necesario precisar el significado de las palabras que vamos a utilizar:
El sacerdote: es quien ofrece un sacrificio
Ofrenda: es una entrega, debe ser una parte nuestra: mental: pensamientos; vital: emociones, ansiedades, miedos, etc.; física: un dolor de nuestro cuerpo. Estos son solamente ejemplos, puede existir la mejor de todas las entregas la integral de todo lo que somos o sentimos ser. Hacia nuestro interior descubrimos que estamos compuestos no por una sino por muchas personalidades y cada una de ellas tiene sus propias exigencias, naturalezas diferentes y contradictorias, creando en nuestro ser es un caos en el que tenemos que introducir algún orden superior para poder convivir con todas ellas. Puede ser que alguna de estas personalidades conflictivas deba ser entregada en ofrenda a favor de poder vivir en una armonía mayor.
Fe: Es el asentimiento de nuestra voluntad hacia aquello que desconocemos y creemos superior. Es la sinceridad y nuestra necesidad de creer en algo superior.
Sumisión: es nuestra entrega sincera hacia lo superior, para un agnóstico podría ser la Ciencia, para un artista el Arte, para un creyente su Deidad preferida. Implica aceptación y confianza en lo superior, que habrá de actuar disponiendo lo mejor para nuestro ser.
[u]Apertura: Es abrirnos a la influencia de lo que consideramos superior, ser permeable a que ingrese en nosotros y realice según su Conocimiento una transformación en nuestro ser. Se produce por concentración aumentando la voluntad de relajamiento permitiendo a las tensiones distenderse, un signo es una sensación agradable al comenzar a ceder las contracturas naturales del cuerpo físico.
Alabanza: son frases sentidas por quien presenta el sacrificio de las virtudes que idealiza sobre lo superior que esta invocando.
Altar: Es la elevación sutil de la ofrenda, su ampliación interior, si la ofrenda es un dolor recordado, este debe ser revivido elevado en toda su plenitud posible de soportarlo.
Agni: Dios Védico de la India que representa al fuego espiritual, es el fuego simbólico del sacrificio, se lo concibe como el primero y el mas joven de los dioses, el mas amigo del hombre, el que siempre acude en su auxilio apenas se lo invoca, el que procura riquezas y aleja a las fuerzas adversas. Se lo siente primero por la intuición, suele provocar escalofríos o temblores al ingresar en el cuerpo físico del que lo invoca, cuando ha ingresado se percibe una sensación agradable, alivio de pesares, disminuye los temores y se gana confianza en uno mismo. Se lo siente también como un calor espiritual sanador. Su amistad es de suma importancia para el invocador protege y resguarda el ritual del sacrificio, por eso sus adoradores lo invocan al inicio y al final del mismo. Participa y acepta la ofrenda correctamente presentada, su accionar en ayuda suele ser instantáneo.
Sentido de las palabras: (sánscrito: artha) Nada mas importante que encontrar el sentido a cada una de las palabras que utilizamos. Un método efectivo es sentir en el pecho una vibración al pronunciar la misma ya sea en forma vocalizada o mental. Cuando decimos encontrar el sentido no significamos un proceso intelectual de comprensión, sino la experiencia directa y sutil que esa palabra nos provoca. Puede ser que en un principio hablar con sentido ocasione un hablar mas pausado, un verborrágico difícilmente sienta todo lo que dice. Encontrar el sentido de las palabras constituye un acto de fuerte purificación psicológica y fuente de iluminación para la mente.
Gracia: Cuando en nuestra vida ordinaria decimos gracias y la sentimos realmente, lo que se experimenta internamente es una vibración, una ”onda” particular de sentido transversal. Cuando esa “onda” se la percibe entrando por la parte superior de la cabeza decimos que es la recepción de “algo” de orden superior.
Invocación: del latín invocare, in: dentro, vocare: llamar; en su sentido mas original es llamar desde dentro de uno mismo, en el sacrificio es el llamado a la deidad o fuerza superior que uno pueda concebir. Su efecto poder es una sutil vibración interior que se direcciona hacia lo invocado, cuanto mas sutil mas es su poder.
Misterio : El mayor misterio es el que surge de la invocación y a través de la misma de comunicarse con entidades espirituales y de realizar con los mismos intercambios.
Los seres nacen del alimento; este proviene de la lluvia; la lluvia es producida por el Sacrificio y éste es el resultado de la acción, la acción proviene de laceración y ésta de lo Eterno Inmanifestado (Bhagavad Gita III-14)
EDUARDO (Argentina)
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