Gracias querido profesor, que la gente lea, porque se
convirtió en "no leo Historia porque me aburre y altera
mi tranquilidad". Imitación magistral que oi en un programa
matutino de Luis Chataing
Ud. hombre del Táchira es ejemplo de la Venezuela en que
me formé y que no es una entelequia lejana.
Alfonso Betancourt || Desde el Meridiano 68
Los desafíos de Arnold Toynbee
Diez tomos escritos en 27 años, constituyen la monumental obra "Estudio de la Historia", del inglés Arnold Toynbee. Es una filosofía de la historia que sin desconocer los procesos vitales de un país u otro y su influencia en la formación y desarrollo de las civilizaciones -pongamos por caso Grecia- va más allá de los límites estrechos que determinan su área geográfica para señalar una proyección de valores que rebasa las fronteras nacionales o, a la inversa, un país, por ejemplo los Estados Unidos de Norteamérica, no podría comprenderse en su dimensión de gran potencia sin profundizar en las raíces de la cultura cristiano occidental, de la que Grecia es cimiento fundamental. Es una interacción de dependencia, donde las partes creadoras del todo, a éste le son subordinadas. De esta manera se explican, también los almacenes del budismo, del islamismo y del cristianismo o de cualquiera otra religión que trascienden sus reducidos espacios de aparición a latitudes más amplias, a veces con significado ecuménico y con características que les son singulares, así se trate de culturas con marcado acento religioso y de otros valores que relievan su importancia en la conducción de la conducta del hombre. Si en la civilización hindú los valores materiales no juegan un rol determinante y se ven como una ilusión, sí lo es el sentimiento del más allá. En el cristianismo, el amo universal. En Grecia lo bello. En lo romano, el pragmatismo. Y, para resumir, en la cultura cristiano judeo occidental, que es síntesis de los aportes judeo-cristianos más el legado greco-romano, lo esencial es el concepto sagrado de la libertad del hombre con altibajos de grandeza y deterioro, que se ha constituido en el gran reto o desafío que debe afrontar el hombre occidental para que a su cultura no le ocurra lo que a otras, que llegadas a la plenitud, decayeron o murieron. Toynbee, pues, en ese concepto sagrado de la libertad y las luchas que el hombre del mundo occidental sostiene por preservarlo, encuentra uno de los rasgos vitales -esencial- diríamos, para que su cultura no siga, inevitablemente, el proceso si se quiere biológico, de nacer, crecer y morir que presentan otras culturas o civilizaciones que en el mundo han sido todo, porque rehuyeron los retos o desafíos que les hubieran prolongado la existencia de haberlos enfrentado. Sin lugar a dudas, enfrentar con coraje los retos o desafíos, es el lineamiento filosófico por excelencia para lograr los éxitos. No sólo de las culturas o civilizaciones sino de los pueblos o de los hombres, individualmente porque éstos son los que hacen la historia.
El mayor desafío que se le presenta a la cultura Occidental, en la época que vivimos, es el de la energía atómica, por su poder de destrucción en nada comparado a la destrucción de las guerras del pasado. Enfrentar ese desafío con coraje que sólo lo puede dar la libertad del hombre de Occidente para decidir su destino, impedirá el caos apocalíptico con la consecuente desaparición de su cultura y, por el contrario, aprovechando esa energía para los fines pacíficos, prolongará la existencia de la Cultura Occidental, así sea bajo la presión del miedo en que vivimos actualmente, pero superable a medida que el reto aceptado venza la destrucción violenta, por la paz creadora.
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