Madrid, (ZENIT.org) Redacción
Antes del inicio de la XXI Conferencia de Cambio Climático de Naciones Unidas (COP21), la alianza internacional de organizaciones católicas para el desarrollo (CIDSE) ha publicado el informe “París, para las Personas y el Planeta”, inspirado en la encíclica del papa Francisco “Laudato Si’”.
“El informe incorpora la visión de CIDSE sobre el acuerdo que se espera sea adoptado en París, y que debería poner la dimensión moral en el centro de las negociaciones sobre el clima”, ha informado la ONG católica en un comunicado.
“La publicación hace especial hincapié en el efecto del cambio climático sobre las personas, las más vulnerables y las que sufren los impactos más severos y, por ende, las que deberían estar siempre en el centro del debate”, ha añadido.
CIDSE aboga por un acuerdo que afronte la eliminación de todas las emisiones provenientes de los combustibles fósiles y camine hacia un futuro de energías 100 por cien renovables, garantizando el acceso de todos a energías sostenibles.
“Debe asegurarse que el umbral de los 1,5°C esté integrado en un acuerdo global y legalmente vinculante, que fije una meta para la "descarbonización" completa para el año 2050, y establezca revisiones cada cinco años de los compromisos de los países, procurando incrementar su nivel de ambición”, ha indicado en la nota.
Por otra parte, “a fin de saldar la 'deuda ecológica' contraída con los países más pobres, los países ricos deben ofrecerles una financiación climática adecuada, predecible y oportuna”.
Asimismo, el informe recoge otras cuestiones relevantes que forman parte del Acuerdo de París, como la puesta en marcha del concepto de derechos humanos y su vínculo con la seguridad alimentaria y la equidad de género, o la necesidad de suministrar electricidad a miles de millones de personas que no la tienen.
Por último, se cuestiona el actual modelo económico y las soluciones basadas exclusivamente en el mercado.
“París, para las Personas y el Planeta” presenta iniciativas que pueden llevarse a cabo de forma individual y/o colectiva, fundamentales para alcanzar la justicia climática. Y se inscribe en la Campaña “Cambiemos por el planeta, cuidemos a las personas”, en la que participa Manos Unidas, y que promueve estilos de vida sostenible y demanda cambios sistémicos necesarios a través de la movilización.
(17 de noviembre de 2015) © Innovative Media Inc.
Congreso en el Vaticano sobre salud dará su contribución al COP 21
Ciudad del Vaticano, (ZENIT.org) Rocío Lancho García
El Pontificio Consejo para los Operadores Sanitarios reúne del 19 al 21 de noviembre a expertos de nivel internacional para reflexionar sobre la conversión ecológica en temas de salud
El Vaticano acoge esta semana el XXX Congreso Internacional promovido por el Pontificio Consejo para los Operadores Sanitarios, sobre el tema “La Cultura de la Salus y de la Acogida al servicio del Hombre y del Planeta”, que se celebra en el Vaticano del 19 al 21 de noviembre.
Monseñor Zygmunt Zimowski, presidente del dicasterio, ha señalado durante la presentación del Congreso, que será “una ocasión para ofrecer una importante contribución a pocos días de la Conferencia del Clima de París, conocida también como COP21.
El evento inicia prácticamente "en la vigilia de la apertura del Jubileo de la Misericordia, que nos permitirá reflexionar a fondo sobre nuestra existencia, la forma de conducirla y la ‘calidad’, es decir, la profundidad, del amor que sabemos nutrir al otro y hace toda la Obra del Señor”. Asimismo ha asegurado que el “arrodillarse” hacia la persona que sufre, el enfermo, es “una de las máximas expresiones de las virtudes de la misericordia”.
En el encuentro participarán más de 600 personas, procedentes de 60 países de los cinco continentes, ha indicado. Y darán su contribución teólogos, biblistas, médicos, científicos, diplomáticos y juristas reconocidos a nivel internacional.
De este modo, ha querido subrayar que un momento significativo del Congreso será el encuentro con el Santo Padre, la mañana del jueves 19, que “nos dará a todos un impulso mayor en el compromiso a favor del respeto de la vida, de la dignidad de las personas y de la creación que se nos ha dado para cuidarla”. Monseñor Zimowski ha subrayado que son la “ecología del corazón” y la “conversión ecológica” las que nos consentirán reconocer y enmendar esos errores, esa superficialidad que nos hace destruir la Creación, corrompiéndola y abusando de ella.
Por su parte, monseñor Jean-Marie Mate Musivi Mupendawatu, secretario del Pontificio Consejo, ha observado que una reflexión sobre las raíces antropológicas de la crisis ecológica será oportuna en vista de una deseada conversión ecológica, para que crezca la conciencia de la responsabilidad de cada uno, para suscitar el cambio de dirección a una nueva armonía entre el hombre y el ambiente.
También ha participado en la presentación el padre Augusto Chendi, subsercretario del Pontificio Consejo, quien ha asegurado que la “conversión ecológica” pedida por el papa Francisco y hecha propia por este dicasterio también con la celebración del próximo congreso internacional, es perseguida en el “signo de la dignidad de cada persona, del bien común y de la justicia, transmitido también y no solo en ámbito sanitario”. Y ha añadido que los problemas ecológicos de nuestra “casa común” constituyen uno de los desafíos morales más grandes y urgentes de la era presente, que amenazan la salud del planeta y de la población mundial, en particular de los más pobres y vulnerables.
Por otro lado, el doctor Antonio Maria Pasciuto, presidente de la Asociación Italiana Medicina Ambiente y Salud, ha explicado que la Medicina Ambiental Clínica se ocupa de los efectos nocivos sobre el hombre que derivan de las modificaciones antropogénicas del ambiente. Es decir, lo que sucede a través de medios como el agua, la tierra, el aire y las radiaciones.
También ha advertido que muy a menudo los médicos “echamos la culpa a la edad o al estrés, olvidándonos de buscar las causas y descuidando las múltiples sobrecargas ambientales a las que todos, en distinta medida, estamos expuestos”.
Haciendo un repaso de los muchos problemas de salud cuyo origen se puede encontrar en los problemas del medio ambiente, ha concluido indicando que ahora nos toca a todos “cambiar nuestra actitud, cambiar nuestro estilo de vida y, a los trabajadores sanitarios, traducir cada vez más estos conceptos en nuestro trabajo cotidiano”.
Finalmente ha participado la doctora Lilian Corra, presidenta de la Asociación Argentina de Médicos por el Medio Ambiente, quien ha advertido que la carga de enfermedad provocada por la contaminación es uno de los factores de riesgo más importantes para la Salud Publica. La raíz ambiental de las enfermedades es causa “evitable” de daño, los efectos pueden ser “irreversibles” y los factores ambientales son “modificables”.
Asimismo ha señalado que un reciente comunicado de la Organización Mundial de la Salud indica que pocos riesgos afectan tanto la salud como la contaminación del aire, por sí sola el riesgo ambiental más grave. Es responsable de 1 de cada 8 muertes y la causa de más del 80% de la mortalidad en países con medianos y bajos ingresos. Cada año mueren 4.3 millones de personas debido a la exposición aire contaminado interior de las viviendas, y 3.7 millones por exposición a contaminantes del aire exterior.
La creciente evidencia sobre la carga ambiental de la enfermedad es abrumadora --ha subrayado-- e indica la necesidad y urgencia de implementar acciones efectivas de intervención para proteger la salud y calidad de vida desde el sector de Salud Pública.
Los médicos, ha explicado la doctora, son formados en temas relacionados con el ambiente para que comprendan mejor la complejidad de los motivos de enfermedad pero, sobre todo, para que también sean capaces de implementar acciones de intervención para modificar los factores y actuar en prevención de la exposición, protegiendo a los más vulnerables y en riesgo.
(17 de noviembre de 2015) © Innovative Media Inc.
El Vaticano acoge esta semana el XXX Congreso Internacional promovido por el Pontificio Consejo para los Operadores Sanitarios, sobre el tema “La Cultura de la Salus y de la Acogida al servicio del Hombre y del Planeta”, que se celebra en el Vaticano del 19 al 21 de noviembre.
Monseñor Zygmunt Zimowski, presidente del dicasterio, ha señalado durante la presentación del Congreso, que será “una ocasión para ofrecer una importante contribución a pocos días de la Conferencia del Clima de París, conocida también como COP21.
El evento inicia prácticamente "en la vigilia de la apertura del Jubileo de la Misericordia, que nos permitirá reflexionar a fondo sobre nuestra existencia, la forma de conducirla y la ‘calidad’, es decir, la profundidad, del amor que sabemos nutrir al otro y hace toda la Obra del Señor”. Asimismo ha asegurado que el “arrodillarse” hacia la persona que sufre, el enfermo, es “una de las máximas expresiones de las virtudes de la misericordia”.
En el encuentro participarán más de 600 personas, procedentes de 60 países de los cinco continentes, ha indicado. Y darán su contribución teólogos, biblistas, médicos, científicos, diplomáticos y juristas reconocidos a nivel internacional.
De este modo, ha querido subrayar que un momento significativo del Congreso será el encuentro con el Santo Padre, la mañana del jueves 19, que “nos dará a todos un impulso mayor en el compromiso a favor del respeto de la vida, de la dignidad de las personas y de la creación que se nos ha dado para cuidarla”. Monseñor Zimowski ha subrayado que son la “ecología del corazón” y la “conversión ecológica” las que nos consentirán reconocer y enmendar esos errores, esa superficialidad que nos hace destruir la Creación, corrompiéndola y abusando de ella.
Por su parte, monseñor Jean-Marie Mate Musivi Mupendawatu, secretario del Pontificio Consejo, ha observado que una reflexión sobre las raíces antropológicas de la crisis ecológica será oportuna en vista de una deseada conversión ecológica, para que crezca la conciencia de la responsabilidad de cada uno, para suscitar el cambio de dirección a una nueva armonía entre el hombre y el ambiente.
También ha participado en la presentación el padre Augusto Chendi, subsercretario del Pontificio Consejo, quien ha asegurado que la “conversión ecológica” pedida por el papa Francisco y hecha propia por este dicasterio también con la celebración del próximo congreso internacional, es perseguida en el “signo de la dignidad de cada persona, del bien común y de la justicia, transmitido también y no solo en ámbito sanitario”. Y ha añadido que los problemas ecológicos de nuestra “casa común” constituyen uno de los desafíos morales más grandes y urgentes de la era presente, que amenazan la salud del planeta y de la población mundial, en particular de los más pobres y vulnerables.
Por otro lado, el doctor Antonio Maria Pasciuto, presidente de la Asociación Italiana Medicina Ambiente y Salud, ha explicado que la Medicina Ambiental Clínica se ocupa de los efectos nocivos sobre el hombre que derivan de las modificaciones antropogénicas del ambiente. Es decir, lo que sucede a través de medios como el agua, la tierra, el aire y las radiaciones.
También ha advertido que muy a menudo los médicos “echamos la culpa a la edad o al estrés, olvidándonos de buscar las causas y descuidando las múltiples sobrecargas ambientales a las que todos, en distinta medida, estamos expuestos”.
Haciendo un repaso de los muchos problemas de salud cuyo origen se puede encontrar en los problemas del medio ambiente, ha concluido indicando que ahora nos toca a todos “cambiar nuestra actitud, cambiar nuestro estilo de vida y, a los trabajadores sanitarios, traducir cada vez más estos conceptos en nuestro trabajo cotidiano”.
Finalmente ha participado la doctora Lilian Corra, presidenta de la Asociación Argentina de Médicos por el Medio Ambiente, quien ha advertido que la carga de enfermedad provocada por la contaminación es uno de los factores de riesgo más importantes para la Salud Publica. La raíz ambiental de las enfermedades es causa “evitable” de daño, los efectos pueden ser “irreversibles” y los factores ambientales son “modificables”.
Asimismo ha señalado que un reciente comunicado de la Organización Mundial de la Salud indica que pocos riesgos afectan tanto la salud como la contaminación del aire, por sí sola el riesgo ambiental más grave. Es responsable de 1 de cada 8 muertes y la causa de más del 80% de la mortalidad en países con medianos y bajos ingresos. Cada año mueren 4.3 millones de personas debido a la exposición aire contaminado interior de las viviendas, y 3.7 millones por exposición a contaminantes del aire exterior.
La creciente evidencia sobre la carga ambiental de la enfermedad es abrumadora --ha subrayado-- e indica la necesidad y urgencia de implementar acciones efectivas de intervención para proteger la salud y calidad de vida desde el sector de Salud Pública.
Los médicos, ha explicado la doctora, son formados en temas relacionados con el ambiente para que comprendan mejor la complejidad de los motivos de enfermedad pero, sobre todo, para que también sean capaces de implementar acciones de intervención para modificar los factores y actuar en prevención de la exposición, protegiendo a los más vulnerables y en riesgo.
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