Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

martes, 24 de noviembre de 2015

La Casa Hogar Don Bosco también atiende aproximadamente a 400 jóvenes que asisten a talleres que los educa para el trabajo...El sacerdote Fernando Santana, director de esta casa de albergue y sitio de formación, pide ayuda al Gobernador Ameliach

Peligra alimentación de 160 niños y jóvenes

En las aulas de la Casa Hogar se dictan talleres de formación para el trabajo | Foto Tibisay Romero
En las aulas de la Casa Hogar se dictan talleres de formación para el trabajo | Foto Tibisay Romero
La Casa Hogar Don Bosco también atiende aproximadamente a 400 jóvenes que asisten a talleres que los educa para el trabajo

Servir la mesa tres veces al día en la Casa Hogar Don Bosco en Valencia es una labor complicada porque la escasez de alimentos y las penurias que hay que vivir para adquirirlos se multiplican para tratar de dar comida a 160 niños y jóvenes que allí residen.
El sacerdote Fernando Santana, director de esta casa de albergue y sitio de formación, dijo que se vuelve cuesta arriba comprar los alimentos porque también han descendido las donaciones y apoyo de instituciones y personas.
“Tenemos 160 muchachos que están en situación de riesgo social, de escasos recursos y pobreza crítica, y junto con ellos tenemos 400 jóvenes en el programa de formación directa para cursos intensivos para el trabajo. Esta población tiene que acceder al alimento para vivir”, explicó.
Agregó que en ocasiones pueden reunir el recurso económico para adquirir la comida, pero no les venden la cantidad necesaria para abastecerse.
“Quisiera ser solidario con otras casas similares que están pasando momentos difíciles porque las donaciones, tanto individuales como de empresas, han disminuido muchísimo. Esta es una obra que recibe un subsidio del Estado para cancelar los sueldos de profesores e instructores de taller”, destacó el padre Santana.
Dijo que cada obra de los salesianos se las ingenia para recaudar fondos que les permitan continuar sus labores organizando algunos eventos, pero les resultan insuficiente.
“Anteriormente las comidas eran más variadas; si hay harina de maíz se hace arepa, pero si lo que hay es arroz eso es lo que podemos servir. Ya no tenemos muchos ingredientes para rellenar las arepas o panes. Ya no hay leche todos los días”, detalló.
Desde la Casa Hogar hacen un llamado al gobernador Francisco Ameliach, egresado del Colegio Don Bosco, para que los ayude en esta situación, así como a la comunidad carabobeña para evitar que haya niños o jóvenes que deserten del programa por este problema.
En la comunidad salesiana hay cuatro sacerdotes y dos en formación. “Esta obra no es de un grupo humano, nosotros somos gente de fe, y creemos que esta es una obra de Dios y que no nos va a abandonar, y que va a enviar a su gente a ayudar. Quien a Dios tiene nada le falta”, sostuvo el religioso.
160 rescatados. En la Casa Hogar Don Bosco hay 160 niños y jóvenes internos de Carabobo y de estados vecinos. Provienen de barriadas, pero han sido seleccionados bajo el criterio de que son los más necesitados.
“Esta es una obra que tiene casa, escuela y taller. Es un centro de prevención educativa. Los alejamos de ambientes violentos y difíciles, como el de las calles de nuestros barrios”, afirmó.
Los residentes reciben clases de educación formal, entrenamiento deportivo y talleres para el desarrollo de habilidades que sirvan en el plano laboral a futuro.

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