ENTREVISTA ALEJANDRO MORENO, SACERDOTE SALESIANO
"Los sacerdotes no deben ser en receptores de armas"
"No creo que los párrocos estén en condiciones de guardar las armas adecuadamente" "Nicolás Maduro está cambiando muchas cosas en relación con lo que venía haciendo Hugo Chávez"
El padre Moreno asevera que "no ha visto la tal inclusión sino la manipulación económica y política" OSWER DÍAZ MIRELES
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ROBERTO GIUSTI , ALEJANDRO MORENO , SACERDOTE SALESIANO | EL UNIVERSAL
domingo 14 de julio de 2013 12:00 AM
Alejandro Moreno, quien vive en un barrio popular de Petare y ha dedicado su vida de cura a auscultar el fenómeno de la violencia en el país, es psicólogo, doctor en Ciencias Sociales y como buen salesiano, educador y académico. Venido de España en 1950, en los años 60 y 70, fue tocado por la Teología de la Liberación y como muchos de sus compañeros de generación, aun cuando no reniega de los objetivos (la redención de los oprimidos), sino todo lo contrario, rechaza la vieja utopía marxista con la autoridad de quien sabe, por vivir la realidad de los pobres, que este Gobierno no ha redimido a nadie.
-Cuando los gobiernos andan de malas con la Iglesia la acusan de injerencia en asuntos desvinculados de la salud espiritual. Pero cuando deja de meterse en temas terrenales, entonces claman por ella. ¿Cómo interpreta el acercamiento de la Iglesia, no sólo con el gobierno, sino también con la oposición, luego de la visita de Maduro al Papa?
-Desde antes hubo un acercamiento. Un emisario pudo hablar con el presidente de la Conferencia Episcopal, Diego Padrón y se estableció un canal de comunicación en vida del presidente Chávez. No obstante, el nuevo Nuncio Apostólico permaneció un año sin ser recibido y quien finalmente lo hizo fue Maduro. ¿Qué pasa ahora? A mí me parece que Maduro está cambiando muchas cosas en relación con lo que venía haciendo Chávez.
-¿Podría citar casos concretos?
-Lo último ha sido el nombramiento de Alto mando Militar, que no obedece a la línea predominante. Lo mismo ocurre con la Iglesia. Parece haber una apertura. Buscan su colaboración en el programa "Patria Segura", aunque no sabemos con cuáles intenciones.
-Luego de que Maduro recibió a la jerarquía de la Iglesia, el Papa hizo lo propio con él.
-Eso ocurre porque se quiere aprovechar la coyuntura para profundizar las relaciones. Aunque todavía no hay embajador venezolano en El Vaticano. En cambio sí lo hay de El Vaticano en Venezuela porque la Santa Sede nunca retira los suyos, a menos que se les expulse.
-Se ha convocado a los sacerdotes para reunirse... .
-No se que se haya dado esa reunión y a mi no me han invitado.
-El Ministro de Relaciones Interiores ha propuesto incorporar los párrocos al desarme.
-Incorporar los párrocos a la tarea de la pacificación no hace falta porque a eso se han dedicado toda la vida. Quizás el Gobierno quiere un compromiso práctico, que vaya más allá de las actividades normales de un sacerdote en relación con la feligresía. Y ahí es donde hay que ver qué pretenden.
-¿Qué pretenden?
-Yo no estoy de acuerdo con eso de que los sacerdotes se conviertan en receptores de armas porque básicamente se habla de un desarme voluntario. Y no creo que los párrocos estén en condiciones de guardar las armas adecuadamente, ni de exponerse al peligro, sobre todo en los barrios, de que luego de entregarlas otros se quieran apoderar de ellas. Habría que saber cuáles son las intenciones del Gobierno. Por otra parte, uno no sabe si el gobierno pretende involucrar a todos los sectores, descargando sobre ellos su responsabilidad.
-Si la Iglesia se aparta de de su misión para dedicarse a actividades que no le son propias, como dicen, ¿por qué alistarla en la tarea del desarme?
-Cuando quienes son Gobierno estaban en la oposición y la Iglesia tenía unas posturas, que siempre tuvo, en pro de la justicia, lo consideraban buenísimo, lo aplaudían y no lo consideraban intromisión política. Pero ahora que están en la acera del frente, cuando la Iglesia defiende las libertades y los derechos humanos, le dicen que se quede en su sacristía. Eso siempre pasa con todos los gobiernos, como ocurrió con Caldera y con Betancourt (1945-1948).
-¿Se puede desligar lo espiritual de lo humano?
-El compromiso de la Iglesia es con el ser humano. En cuanto a criatura y en cuanto a hijo de Dios. No es que el alma va por un lado y las necesidades materiales, o de justicia, van por el otro.
-¿No se puede desligar lo político de lo espiritual?
-La Iglesia no debe tener un proyecto político, pero sí de carácter ético, moral. Es decir, cómo se tiene que comportar una sociedad con respecto a los seres humanos. Cuando emites un mensaje de tipo ético, verdaderamente a fondo, aparecen quienes están en la política porque deben asumir una posición ética.
-¿No se está metiendo el Gobierno en una trampa si observamos que algunos voceros de la Conferencia Episcopal señalan que el ejemplo empieza por casa y el Gobierno debe desarmar a los "colectivos"?
-Hay que ver si eso es lo que el Gobierno está buscando. Que alguien lo apoye en una acción de ese tipo. Ahora, uno no sabe qué pasa con este Gobierno porque un día dice una cosa y luego hace otra. Así, hay un sector que apoya a los colectivos (Grupo Redes), mientras otros los adversan.
-Sin embargo, usted afirma que "Maduro está cambiando muchas cosas".
-Es lo que aparentemente está insinuándose en sus últimas acciones. Pero obviamente este no es un análisis religioso sino político. Uno no es sólo un cura, también es ciudadano.
-Pero la Iglesia está comprometida y aboga por los presos políticos, El ministro le pide la lista y se la entregan. Entonces, ¿qué va a pasar ahora?
-No lo sabemos. Puede que las cosas sigan iguales si es que hay una continuidad histórica. Ahora, si se tiene intención de rectificar, es posible que algo pueda cambiar. No todo. Por eso uno se pregunta si sigue en pie el proyecto marxista, socialista, radical tipo siglo XIX, que no llegaron a realizar, aunque sí han tratado de impulsar.
-El Papa ha reconocido la legitimidad de Maduro.
-Eso no significa legitimidad, sino reconocimiento de que él es el Presidente en acto. El Papa ha recibido dictadores y todo jefe de gobierno que solicite audiencia. Pero eso no significa que los legitime. Los recibe como jefe de gobierno en funciones y establece una relación.
-¿No está tomando la Iglesia un papel que le había arrebatado el gobierno?
-La Iglesia mantiene el papel que siempre tuvo. Una comunicación abierta con el pueblo. Sus documentos no sólo van a dirigidos a los fieles, sino a todo hombre de buena voluntad, en nombre de la dignidad de los seres humanos y en medio de dificultades e injusticias. No creo que sea distinto, sólo que el Gobierno, ahora, no niega el papel de la Iglesia.
-Papel que, en este momento, pareciera llegar al de intermediación entre gobierno y oposición.
-Ese ha sido un papel importante que siempre cumplió la Iglesia. Los ejemplos abundan. Tanto en el ámbito nacional, como en el internacional. En Venezuela también es posible en caso de haber apertura del Gobierno.
-Hay posibilidades en diferentes niveles. En el tema de la inseguridad, en el de los presos políticos y ahora en la intermediación.
-Parece que el Gobierno de Maduro estuviera cambiando la línea dura.
-Hay varias opciones: una que el Gobierno hay reconocido la necesidad de cambiar...
-Porque se siente muy débil, observe que ya no tiene la aceptación de antes, sus partidarios tengan ahora sus dudas y por eso asuman posiciones críticas.
-Eso sería la negación del chavismo tal cual como lo conocemos hasta ahora.
-Uno conoce la distinción que los comunistas (vamos a llamarlos así) hacen entre estrategia y táctica. La estrategia implica no renunciar a la realización del proyecto, pero en los pasos concretos (la táctica), puede haber adelantos y retrocesos. Entonces uno no sabe si esto obedece a una táctica o si hay un cambio de estrategia, es decir, de proyecto.
-Una cosa es modificar el sistema político y otra el proyecto económico por ser, este último, inviable.
-Eso significaría reconocer el fracaso del proyecto, renunciar a la estrategia, que fue lo que ocurrió en la URSS y no sabemos si en China.
-En China renunciaron a un modelo económico pero persistió el sistema político.
-Modificaron el modelo para una franja social importante, pero el resto de la población no parece haber entrado en esa onda. También hay un cambio de estrategia en Vietnam.
-En esos países no hay democracia.
-Pero allí consideran que lo económico lo rige todo.
-Por eso terminan siendo inviables y cambian hacia el capitalismo.
-De allí que uno no sepa si están reconociendo el fracaso del modelo económico y entonces echen para atrás. Pero aquí no han podido imponer la dictadura política.
-En todo caso, el propósito pregonado de la redención de los pobres, no fue cumplido.
-Yo, que vivo metido en un barrio, no he visto la tal inclusión. Sí la manipulación económica y política, es decir, el uso de los recursos para el mantenimiento de la adhesión que se manifiesta, por ejemplo, en los consejos comunales. Pero de un cambio fundamental, para mejorar la calidad de vida, nada. Todo lo contrario.
rgiusti@eluniversal.com
-A pesar de las penurias la gente siempre se mantuvo fiel al caudillo desaparecido.
-Una cosa es la adhesión en número y otra la intensidad de la adhesión.
-La segunda es más difícil de medir con encuestas.
-Pero el contacto diario con la gente sí lo permite.
-Y éste te dice que no se habla, con entusiasmo, a favor del proyecto. Incluso, no se habla. Además, se acepta las posturas críticas y no hay rechazo hacia quienes cuestionan al Gobierno, como ocurría antes. Son cambios cualitativos que se registran en la vida cotidiana y en la relación persona a persona.
-¿O Chávez era capaz de sostener este estado de cosas con el poder en un puño o es que sin él, se iba a desembocar en lo que estamos desembocando?
-Era inevitable. La muerte de Chávez facilitó un cambio en la orientación del Gobierno.
-En Brasil, donde la situación social parecía mucho menos comprometida, se levanta una ola de protestas, pero aquí, siendo el problema más acuciante, no ocurre lo mismo.
-Nunca creí mucho en los 40 millones de personas que salieron de la miseria. Lo que ha habido es una concentración de riqueza y por eso Brasil aparece como una de las grandes economías del mundo. No por los 200 millones de brasileños.
-No bajó la riqueza.
-Al parecer no descendió hasta esos 40 millones. Según lo que uno sabe, o están regresando o nunca salieron.
-En Venezuela la situación social es peor, pero no hay grandes signos de protesta.
-Sí los hay, pero las protestas son individuales. No se convierten en protesta global porque nadie intenta coordinar todos esos movimientos. Eso lo podemos observar en el aislamiento de los universitarios, a quienes no se suman los demás sectores. Ni siquiera los partidos políticos, que no se han puesto, abiertamente, a favor de esa causa.
-Cuando los gobiernos andan de malas con la Iglesia la acusan de injerencia en asuntos desvinculados de la salud espiritual. Pero cuando deja de meterse en temas terrenales, entonces claman por ella. ¿Cómo interpreta el acercamiento de la Iglesia, no sólo con el gobierno, sino también con la oposición, luego de la visita de Maduro al Papa?
-Desde antes hubo un acercamiento. Un emisario pudo hablar con el presidente de la Conferencia Episcopal, Diego Padrón y se estableció un canal de comunicación en vida del presidente Chávez. No obstante, el nuevo Nuncio Apostólico permaneció un año sin ser recibido y quien finalmente lo hizo fue Maduro. ¿Qué pasa ahora? A mí me parece que Maduro está cambiando muchas cosas en relación con lo que venía haciendo Chávez.
-¿Podría citar casos concretos?
-Lo último ha sido el nombramiento de Alto mando Militar, que no obedece a la línea predominante. Lo mismo ocurre con la Iglesia. Parece haber una apertura. Buscan su colaboración en el programa "Patria Segura", aunque no sabemos con cuáles intenciones.
-Luego de que Maduro recibió a la jerarquía de la Iglesia, el Papa hizo lo propio con él.
-Eso ocurre porque se quiere aprovechar la coyuntura para profundizar las relaciones. Aunque todavía no hay embajador venezolano en El Vaticano. En cambio sí lo hay de El Vaticano en Venezuela porque la Santa Sede nunca retira los suyos, a menos que se les expulse.
-Se ha convocado a los sacerdotes para reunirse... .
-No se que se haya dado esa reunión y a mi no me han invitado.
-El Ministro de Relaciones Interiores ha propuesto incorporar los párrocos al desarme.
-Incorporar los párrocos a la tarea de la pacificación no hace falta porque a eso se han dedicado toda la vida. Quizás el Gobierno quiere un compromiso práctico, que vaya más allá de las actividades normales de un sacerdote en relación con la feligresía. Y ahí es donde hay que ver qué pretenden.
-¿Qué pretenden?
-Yo no estoy de acuerdo con eso de que los sacerdotes se conviertan en receptores de armas porque básicamente se habla de un desarme voluntario. Y no creo que los párrocos estén en condiciones de guardar las armas adecuadamente, ni de exponerse al peligro, sobre todo en los barrios, de que luego de entregarlas otros se quieran apoderar de ellas. Habría que saber cuáles son las intenciones del Gobierno. Por otra parte, uno no sabe si el gobierno pretende involucrar a todos los sectores, descargando sobre ellos su responsabilidad.
-Si la Iglesia se aparta de de su misión para dedicarse a actividades que no le son propias, como dicen, ¿por qué alistarla en la tarea del desarme?
-Cuando quienes son Gobierno estaban en la oposición y la Iglesia tenía unas posturas, que siempre tuvo, en pro de la justicia, lo consideraban buenísimo, lo aplaudían y no lo consideraban intromisión política. Pero ahora que están en la acera del frente, cuando la Iglesia defiende las libertades y los derechos humanos, le dicen que se quede en su sacristía. Eso siempre pasa con todos los gobiernos, como ocurrió con Caldera y con Betancourt (1945-1948).
-¿Se puede desligar lo espiritual de lo humano?
-El compromiso de la Iglesia es con el ser humano. En cuanto a criatura y en cuanto a hijo de Dios. No es que el alma va por un lado y las necesidades materiales, o de justicia, van por el otro.
-¿No se puede desligar lo político de lo espiritual?
-La Iglesia no debe tener un proyecto político, pero sí de carácter ético, moral. Es decir, cómo se tiene que comportar una sociedad con respecto a los seres humanos. Cuando emites un mensaje de tipo ético, verdaderamente a fondo, aparecen quienes están en la política porque deben asumir una posición ética.
-¿No se está metiendo el Gobierno en una trampa si observamos que algunos voceros de la Conferencia Episcopal señalan que el ejemplo empieza por casa y el Gobierno debe desarmar a los "colectivos"?
-Hay que ver si eso es lo que el Gobierno está buscando. Que alguien lo apoye en una acción de ese tipo. Ahora, uno no sabe qué pasa con este Gobierno porque un día dice una cosa y luego hace otra. Así, hay un sector que apoya a los colectivos (Grupo Redes), mientras otros los adversan.
-Sin embargo, usted afirma que "Maduro está cambiando muchas cosas".
-Es lo que aparentemente está insinuándose en sus últimas acciones. Pero obviamente este no es un análisis religioso sino político. Uno no es sólo un cura, también es ciudadano.
-Pero la Iglesia está comprometida y aboga por los presos políticos, El ministro le pide la lista y se la entregan. Entonces, ¿qué va a pasar ahora?
-No lo sabemos. Puede que las cosas sigan iguales si es que hay una continuidad histórica. Ahora, si se tiene intención de rectificar, es posible que algo pueda cambiar. No todo. Por eso uno se pregunta si sigue en pie el proyecto marxista, socialista, radical tipo siglo XIX, que no llegaron a realizar, aunque sí han tratado de impulsar.
-El Papa ha reconocido la legitimidad de Maduro.
-Eso no significa legitimidad, sino reconocimiento de que él es el Presidente en acto. El Papa ha recibido dictadores y todo jefe de gobierno que solicite audiencia. Pero eso no significa que los legitime. Los recibe como jefe de gobierno en funciones y establece una relación.
-¿No está tomando la Iglesia un papel que le había arrebatado el gobierno?
-La Iglesia mantiene el papel que siempre tuvo. Una comunicación abierta con el pueblo. Sus documentos no sólo van a dirigidos a los fieles, sino a todo hombre de buena voluntad, en nombre de la dignidad de los seres humanos y en medio de dificultades e injusticias. No creo que sea distinto, sólo que el Gobierno, ahora, no niega el papel de la Iglesia.
-Papel que, en este momento, pareciera llegar al de intermediación entre gobierno y oposición.
-Ese ha sido un papel importante que siempre cumplió la Iglesia. Los ejemplos abundan. Tanto en el ámbito nacional, como en el internacional. En Venezuela también es posible en caso de haber apertura del Gobierno.
-Hay posibilidades en diferentes niveles. En el tema de la inseguridad, en el de los presos políticos y ahora en la intermediación.
-Parece que el Gobierno de Maduro estuviera cambiando la línea dura.
-Hay varias opciones: una que el Gobierno hay reconocido la necesidad de cambiar...
-Porque se siente muy débil, observe que ya no tiene la aceptación de antes, sus partidarios tengan ahora sus dudas y por eso asuman posiciones críticas.
-Eso sería la negación del chavismo tal cual como lo conocemos hasta ahora.
-Uno conoce la distinción que los comunistas (vamos a llamarlos así) hacen entre estrategia y táctica. La estrategia implica no renunciar a la realización del proyecto, pero en los pasos concretos (la táctica), puede haber adelantos y retrocesos. Entonces uno no sabe si esto obedece a una táctica o si hay un cambio de estrategia, es decir, de proyecto.
-Una cosa es modificar el sistema político y otra el proyecto económico por ser, este último, inviable.
-Eso significaría reconocer el fracaso del proyecto, renunciar a la estrategia, que fue lo que ocurrió en la URSS y no sabemos si en China.
-En China renunciaron a un modelo económico pero persistió el sistema político.
-Modificaron el modelo para una franja social importante, pero el resto de la población no parece haber entrado en esa onda. También hay un cambio de estrategia en Vietnam.
-En esos países no hay democracia.
-Pero allí consideran que lo económico lo rige todo.
-Por eso terminan siendo inviables y cambian hacia el capitalismo.
-De allí que uno no sepa si están reconociendo el fracaso del modelo económico y entonces echen para atrás. Pero aquí no han podido imponer la dictadura política.
-En todo caso, el propósito pregonado de la redención de los pobres, no fue cumplido.
-Yo, que vivo metido en un barrio, no he visto la tal inclusión. Sí la manipulación económica y política, es decir, el uso de los recursos para el mantenimiento de la adhesión que se manifiesta, por ejemplo, en los consejos comunales. Pero de un cambio fundamental, para mejorar la calidad de vida, nada. Todo lo contrario.
rgiusti@eluniversal.com
-A pesar de las penurias la gente siempre se mantuvo fiel al caudillo desaparecido.
-Una cosa es la adhesión en número y otra la intensidad de la adhesión.
-La segunda es más difícil de medir con encuestas.
-Pero el contacto diario con la gente sí lo permite.
-Y éste te dice que no se habla, con entusiasmo, a favor del proyecto. Incluso, no se habla. Además, se acepta las posturas críticas y no hay rechazo hacia quienes cuestionan al Gobierno, como ocurría antes. Son cambios cualitativos que se registran en la vida cotidiana y en la relación persona a persona.
-¿O Chávez era capaz de sostener este estado de cosas con el poder en un puño o es que sin él, se iba a desembocar en lo que estamos desembocando?
-Era inevitable. La muerte de Chávez facilitó un cambio en la orientación del Gobierno.
-En Brasil, donde la situación social parecía mucho menos comprometida, se levanta una ola de protestas, pero aquí, siendo el problema más acuciante, no ocurre lo mismo.
-Nunca creí mucho en los 40 millones de personas que salieron de la miseria. Lo que ha habido es una concentración de riqueza y por eso Brasil aparece como una de las grandes economías del mundo. No por los 200 millones de brasileños.
-No bajó la riqueza.
-Al parecer no descendió hasta esos 40 millones. Según lo que uno sabe, o están regresando o nunca salieron.
-En Venezuela la situación social es peor, pero no hay grandes signos de protesta.
-Sí los hay, pero las protestas son individuales. No se convierten en protesta global porque nadie intenta coordinar todos esos movimientos. Eso lo podemos observar en el aislamiento de los universitarios, a quienes no se suman los demás sectores. Ni siquiera los partidos políticos, que no se han puesto, abiertamente, a favor de esa causa.
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