Siempre se ha dicho que el General Gómez y el Presidente Chávez fueron mandatarios a los cuales no les agradaba Valencia. Del último escuchamos frases imprudentes y carentes de asidero real. Como decir que nuestra ciudad era “un nido de víboras”, defendió la tesis que aquí se traicionó a Bolívar, y nos expresó otras lindezas más. De modo que más allá de posturas políticas sería una inconsecuencia histórica filial de los valencianos que pusiésemos el nombre de Hugo Chávez a una parroquia quitando la denominación, tradicional además, del prócer nativo de aquí.

El Carabobeño 13 julio 2013

Edgar Darío Núñez Alcántara || 

Miguel Peña: de heróe valenciano 

a víctima

En tiempos recientes grupos políticos han manejado la tesis del cambio de nombre de la Parroquia Miguel Peña del Municipio Valencia. Digamos de entrada que es ésta un conglomerado electoral políticamente importante e interesante por su alta votación. ¡Por allí van los tiros!

En algún tiempo pasado se promocionó la idea de convertir a la mencionada parroquia en municipio (autónomo se decía, en una expresión pleonástica, desde luego que la autonomía forma parte de la esencia de esa institución). Siempre adversamos esa idea por cuanto la creación de municipios sin posibilidad de producir suficientes ingresos para cumplir con sus competencias y funciones lo convertiría en un ente sin autonomía, en un “situado dependiente”, que sólo podrá cumplir su rol cuando el ejecutivo nacional le baje los recursos del situado constitucional. En una quimera institucional diseñada para el incremento de la burocracia política.

Pero, hoy nos ocupamos de la propuesta de modificar el nombre del prócer civil para colocar el del fallecido presidente Hugo Chávez. Apartando el inmenso olor a oportunismo que en una etapa electoral tiene la propuesta, digamos que la misma es injusta con Valencia y un preclaro hijo suyo. Miguel Francisco Peña Páez es oriundo de esta ciudad, y sobre su apego a ésta se le atribuye la frase al General Páez “el gato sigue al amo hasta la puerta de la casa”, para referir y justificar la negativa de Peña de irse a vivir a Caracas.

Siempre se ha dicho que el General Gómez y el Presidente Chávez fueron mandatarios a los cuales no les agradaba Valencia. Del último escuchamos frases imprudentes y carentes de asidero real. Como decir que nuestra ciudad era “un nido de víboras”, defendió la tesis que aquí se traicionó a Bolívar, y nos expresó otras lindezas más. De modo que más allá de posturas políticas sería una inconsecuencia histórica filial de los valencianos que pusiésemos el nombre de Hugo Chávez a una parroquia quitando la denominación, tradicional además, del prócer nativo de aquí.

En nuestra condición de “valenciano naturalizado” rechazamos la idea e increpamos a los concejales valencianos a no valerse de un resultado de votos en la cámara, entre otras cosas porque no fueron elegidos para decidir por ellos mismos lo que afecta el patrimonio histórico de una ciudad que es “toda historia” y sinónimo de altivez republicana. Cuidado, ¡estamos a la vuelta de una nueva elección municipal!

Nota luctuosa. Ha fallecido en la ciudad de Acarigua la colega Lourdes Sánchez, compañera de caminos en el difícil mundo del ejercicio del derecho. Su honestidad y apego a la moral le habrán de garantizar un lugar en el Reino de los Justos. Amén.

Pleca bibliográfica. Hemos recibido el texto “El Salario y las Prestaciones Sociales en el Nuevo Socialismo Venezolano” (Vadell Hermanos Editores. Caracas. 2013.) del profesor José González Escorche. Interesante visión de un autor que se desliza entre la incertidumbre del apego a las creencias propias y a la realidad circundante. Recomendamos su lectura y análisis.

Pleca urbanística. El promotor comunitario Elías Santana ha comenzado una campaña pública tendiente a la reforma total de la Ley de Propiedad Horizontal para la creación de una Ley de Condominios. En nuestra próxima columna asumiremos la discusión sobre las principales propuestas que se han planteado al respecto.

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