30 septiembre 2011
Fernando Facchin B. ||
Las bases programáticas de la unidad
ffacchinb@gmail.com
En estos dramáticos momento de incertidumbre que vive el país estamos conscientes de nuestra responsabilidad y convencidos de que ninguna fuerza política aislada sería capaz de abrir una alternativa cierta de poder, se ha firmado un manifiesto en la MUD que yo llamo "las bases programáticas de la unidad", bajo el entendido que constituye un imperativo concertar nuestros esfuerzos, mediante un acuerdo político, para establecer un programa destinado a superar la crisis estructural, a restituir al país su destino de nación independiente y a reintegrar a la sociedad civil el pleno ejercicio de sus libertades y de sus derechos individuales, sociales y políticos.
Debemos ser capaces, hoy y no mañana, de poder mirar el futuro de manera responsable, las nuevas generaciones no pueden seguir el legado de un presente que ya es pasado y que se cimenta en el resentimiento, el odio y la frustración. A partir del "Compromiso por la Unidad", la alternativa democrática se convirtió en una verdadera alternativa de poder, para dar por terminado a un gobierno que recurre al terror como herramienta para perpetuarse bajos los dogmas del castro/chavismo y la apariencia de una democracia protegida y un país sometido por antivalores como el narcisismo, la arbitrariedad, el miedo, el insulto y la corrupción.
El compromiso de unidad suscrito en la MUD, lleva consigo el animar un diálogo generacional, entre los cuadros que desde ayer ejercen la política y los cuadros que hoy empiezan a tomar diversas responsabilidades en la actividad política, es el único camino para despejar el futuro. Los partidos políticos suscriptores del compromiso se unen en principios y valores. Las bases programáticas de la unidad nos permitirán ampliar el horizonte de una transición acorde con la posibilidad de solución a los problemas que padece el país. A todos los venezolanos de conciencia democrática nos une el principio de impulsar y fortalecer un auténtico régimen democrático, de participación ciudadana, de hombres y mujeres libres, que tomen parte en las decisiones de su propio destino.
La concentración del poder y la manipulación en los diversos niveles de gobierno y la nula autonomía institucional, mantiene al país en graves niveles de estancamiento, confrontando una crisis ascendente y una constante incertidumbre por la ingobernabilidad, el índice delictivo, falta de equidad y por el alejamiento cada vez más del bienestar y el desarrollo sostenible, por ello, la propuesta de la unidad es la de un gobierno de transición que desmantele la estructura autoritaria construida por el chavismo y se abra un verdadero proceso de democracia con autonomías en donde se reivindique el carácter libre y soberano de los estados como entidades creadoras del pacto federal (Art. 4 CN), para lo cual deberán redefinirse los ámbitos de competencia de cada orden de gobierno y deberá observarse el principio constitucional por el cual se establece la descentralización. Así se logrará una recuperación paulatina de competencias por parte de los estados. Revertir los daños causados por una década de impunidad y corrupción será difícil y problemático, pero es el único camino para hacer de Venezuela un país justo y equitativo, productivo, competitivo y atractivo para la inversión, devolviéndole su prestigio nacional e internacional.
El gobierno de transición debe avocarse a asegurar elecciones honestas, división de poderes, plenas libertades públicas, garantías individuales y sociales y procurar el fortalecimiento y dignificación de los poderes legislativo y judicial, incluyendo su modernización; el fortalecimiento de las autonomías regionales; respeto a la seguridad jurídica y elevación de la calidad del servicios públicos: seguridad, educación y salud; lo que se traduce en la conformación de un auténtico estado social y democrático de derecho, indispensable para alcanzar el desarrollo integral de las personas y del país. Para lograrlo, debe fortalecerse la cultura de la legalidad, desde el ámbito de competencia y acción de las distintas autoridades y servidores públicos hasta el de la propia sociedad. Es urgente rescatar al país de la lamentable corrupción y rampante impunidad que sufre, para transformarlo en un estado donde el respeto a la ley sea algo cotidiano y no una excepción.
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