"Gobierno debe hablar menos y hacer más en los hospitales"
EL CARABOBEÑO LECTURA DOMINICAL 12 DE AGOSTO 2012
FORO DOMINICAL
Alfredo Fermín
FORO DOMINICAL
Alfredo Fermín
Lilia Magallanes considera que, para mejorar los servicios de salud, el Gobierno debe dejar de hablar tanto y hacer más en las instituciones existentes, porque no se puede seguir ofreciendo hospitales y ambulatorios si no hay recursos para que funcionen. La doctora Magallanes, egresada de la primera promoción de Médicos de la Universidad de Carabobo, experta en Salud Pública, ejerció su profesión en el sector público donde también ocupó cargos administrativos hasta su jubilación. Es la vicepresidenta del Colegio de Médicos del Estado Carabobo con más vitalidad que muchos jóvenes. A su juicio el deterioro de la salud no es nuevo, ha sido progresivo en diferentes gobiernos, siempre por la falta de recursos económicos que, inclusive, cuando funcionó la descentralización, no llegaban a tiempo. La población crece, los hospitales son los mismos pero la asistencia no puede ser igual.
- ¿El problema de la salud se solucionaría construyendo más hospitales?
- Hay quienes sostienen que hay carencias de hospitales. Ésta es una situación de estudio porque tenemos hospitales que no trabajan a plenitud, que podrían arreglarse para que presten servicio las 24 horas y mejorar lo que tenemos. Después se podría hacer una evaluación para determinar si se necesitan más camas en los hospitales. No se puede seguir ofreciendo hospitales y ambulatorios si no hay recursos para que funcionen. ¿Cuántos hospitales han sido remodelados y, sin embargo, no funcionan? La crisis de los hospitales es nacional. Nos alarma Carabobo porque es la realidad que vivimos.
- ¿Cuál es la situación del antiguo Hospital Central?
- La situación de la Ciudad Hospitalaria es crítica. Ése es un hospital de cabecera que atiende a Carabobo y los estados circunvecinos. Su objetivo era atender las emergencias que no podían solucionarse en los ambulatorios. Pero la pirámide se ha invertido. Nosotros aprendimos que el 20 por ciento de la población debe atenderse en los hospitales y el 80 por ciento en los ambulatorios. Eso se ha invertido puesto que, ahora, todo el mundo recurre a los grandes hospitales por lo cual continuará el congestionamiento hasta que no haya una buena red ambulatoria.
Por otra parte, hay carencias de recursos humanos. Los médicos no quieren trabajar en la administración pública por la inseguridad, por la falta de insumos y por los bajos ingresos. Si a nuestros médicos se les dieran incentivos, no se irían del país como lo están haciendo. Lo lamentable es que se trata de un recurso bien formado por nuestras universidades.
- ¿Cómo era la Ciudad Hospitalaria u Hospital Central cuando usted trabajaba allí?
- Siempre fue un hospital de primera. Yo me formé allí como pediatra después de ejercer en el medio rural. Era un hospital que, a pesar de las carencias de siempre, funcionaba bien. Pero, en los últimos años perdió sus condiciones para solucionar los problemas por escasez de recursos. Las ciudades crecieron y el hospital se hizo pequeño para pacientes de seis estados. Hay que tomar en cuenta que se trata de un hospital de hace más de 60 años.
Es el mismo edificio, con algunas modificaciones. Los tiempos cambiaron, tanto que las reparaciones cuestan más que las instalaciones existentes. Últimamente han sido nombrados cuatro directores para intervenir el hospital que continúa con su misma cadena de mando como lo establece el Ministerio de Salud: director, jefe de recursos humanos, jefes de servicio, adjuntos y residentes, que son los médicos que se están formando en las diferentes especialidades.
Allí cursan estudiantes de posgrados, que deben formarse muy bien, porque son estudios avalados por la Universidad de Carabobo y el Colegio de Médicos. El hospital continúa con sus especialidades, mal que bien. Pero la Maternidad no ha podido ser puesta en funcionamiento nuevamente después que se incendió. Afortunadamente tenemos la Maternidad del Sur que soluciona la mayoría de los problemas obstétricos.
Yo me formé en ese hospital, ejercí casi toda mi profesión y me duele mucho verlo en la situación en que se encuentra. Ojalá que pudiéramos ayudar a solucionar tantos problemas. Pero, lamentablemente, no nos toman en cuenta. Desde un principio advertimos que la intervención del hospital no solucionaría ningún problema y allí están los resultados con cuatro directores que no han podido hacer nada. Continúan las madres quejándose de que no tienen los recursos para comprar medicamentos, la inseguridad es mayor.
Los médicos residentes también deben ser declarados héroes nacionales porque trabajan con las uñas y hay que tener mucha mística para poder aguantar toda la crisis desarrollada en los sistemas de salud. Tenemos esperanzas de que la situación mejore. Hay que dejar de hablar tanto y hacer más y sobre todo dotar a las instituciones hospitalarias de los recursos suficientes para que funcionen.
- ¿Cuál es su opinión de los médicos integrales comunitarios que gradúa el Gobierno?
- Esos muchachos no tienen la culpa de ser víctimas de una mentira gubernamental. Los aceptaron para una carrera sin cumplir con las horas reglamentarias de estudios pero ellos mismos reconocen que no están capacitados para ejercer la medicina. El gobierno los mandó a los hospitales y ambulatorios y hubo que aceptarlos. Lo que se debe hacer es entrenarlos y darles la formación que les negó el Gobierno, para que se desenvuelvan un poco mejor, porque desde el punto vista legal son médicos. Yo no puedo decir si buenos o malos, porque no estoy en los hospitales. Lo que sí puedo decir es que ellos no son responsables de que los hayan graduado de médicos integrales comunitarios. Los que han querido inscribirse en el Colegio de Médicos los hemos inscrito. Si no lo hiciéramos estaríamos violentando la Ley.
- ¿En que situación se encuentra la Pediatría en relación a cuando usted ejerció esta especiliadad?
- Hay brotes de tosferina que no se veían desde hacía tiempo. Eso se debe a que los programas de vacunación no se cumplen a cabalidad. Pero, en verdad, desde el punto de vista pediátrico hemos ganado algo porque no ha sido como en los adultos que han vuelto otras enfermedades como la malaria, con tantos problemas con el agua. En líneas generales, si seguimos aplicando los sistemas de vacunación la situación se mantendrá. Hay que atender bien a los niños porque son el futuro, hombres del mañana. Hemos tenido muertes de neonatos en la Ciudad Hospitalaria.
Se ha tratado de evadir los problemas pero hay que enfrentarlos para buscar soluciones y no echarle la culpa a los medios cuando suministran la información.
- ¿Por qué el Gobierno Nacional no autoriza elecciones en el Colegio de Médicos?
La junta directiva del Colegio de Médicos del Estado Carabobo tiene 14 años en ejercicio y no ha sido posible que el Gobierno Nacional autorice las elecciones para renovarla. No podemos dejar los colegios solos, por lo cual nos han sometido a una crisis brava con la eliminación de los certificados médicos para conducir. Eso trajo, prácticamente, la quiebra económica de todos los colegios médicos del país. Prometieron que los certificados serían gratis.
Pero hay gente que paga hasta 200 bolívares por ese requisito. Ahora los hacen en centros comerciales en malas condiciones. En cambio cuando el certificado se obtenía en los colegios médicos el paciente era atendido con comodidad.
- ¿Cree que el Gobierno Nacional pretende eliminar los colegios médicos?
-Es la impresión que tenemos. Tanto es así que la Ley de Carrera Administrativa la modificaron y el artículo 3 ahora no dice que nuestro título universitario es médico cirujano sino médico cirujano y médico integral comunitario que es el de los médicos que gradúa el gobierno. La colegiación no es obligatoria, por lo cual la inscripción en el Colegio de Médicos es una opción personal.
Todo esto ha ido mermando la parte gremial. Pero no podemos dejar solos a los colegios, ni dejar de buscar soluciones a los problemas de los médicos. Allí seguiremos hasta que Una líder Lilia Magallanes es egresada de la primera promoción de Médicos de la Universidad de Carabobo. “Como éramos los primeros, para evitar roces con nuestros profesores, a los que queríamos por igual no tuvimos padrinos. Nuestra formación como médicos fue excelente. La Facultad de Medicina se estaba formando por lo cual vinieron del exterior buenos profesores de Parasitología, Biofísica, Anatomía Patológica, Microbiología.
El personal docente lo complementaron médicos del prestigio de Pepe López. Las primeras promociones de Medicina de la Universidad de Carabobo fueron extraordinarias porque los profesores se dedicaron de lleno a formarnos. Muchos de mis compañeros se fueron a Caracas y la mayoría se quedó en Valencia: Otto Albers, Celis Blaubach, Blanco Vilariño, César Aponte, Eloísa Pirela, Félix Infante, Clara Loaiza, Hilda Carta, Ramón Carta.
Yo trabajé seis meses la rural en Central Tacarigua, después en el hospital de Montalbán, en 1965. El recordado doctor Miguelucho Malpica, jefe de los Servicios Cooperativos de Salud, me llevó al Hospital Central donde hice mi residencia. Allí me quedé trabajando y ocupé la jefatura del Servicio de Hidratación, que dejé para seguir la maestría en Salud Pública en la Universidad Central, de Caracas.
Con el doctor Díaz Peña me correspondió organizar el Hospital Carabobo. Después ejercí cargos administrativos, hospital Carabobo, en la subdirección médica. Fui directora regional de Salud en 1984-1986.Volví a un cargo asistencial en la Dirección del Distrito Sanitario Norte, donde solicité la jubilación. Ahora estoy dedicada a la actividad gremial como vicepresidenta del Colegio de Médicos del Estado Carabobo. He ejercido la Medicina con todas mis ganas en el sector público. Di toda mi juventud a esta profesión y, si volviera a nacer, se la volvería a dar porque es una profesión de vocación de servicio. Estoy satisfecha con los cargos que ejercí, a pesar de que cuando ejercí cargos administrativos hubo problemas políticos por mi fidelidad al partido Acción Democrática. En el Colegio de Médicos estamos luchando por la contratación colectiva, que no se hace desde 2002. Y tenemos esperando a 173 médicos por su jubilación, porque el Gobierno afirma que no tiene recursos para pagarles sus prestaciones sociales. Algunos se han muerto esperando ese beneficio.
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