LA GUAIRA
“Los
genios son únicos, son raros, inaprensibles e insondables, constantemente
originales...son caprichos de excelencia de lo histórico, cosas de la fortuna o
de la vida.”
Luis Castro Leiva: De
la patria boba a la teología bolivariana,ed.1991,p.167
“El
genio es un tipo raro de ser humano y la señal externa que le hace acreedor a
tal título es la amplitud de su imaginación, junto a la posesión de los medios
adecuados para una expresión concreta y duradera.”
Jacques Barzum: Del
amanecer a la decadencia, ed.2005,p.697
“El genio tenía sus
desventajas: la melancolía, el spleen, la saudade, la acedia...después de la
euforia”.
Jorge
Volpi
No será
la tierra, ed.2006,p.108
El 19 de
enero de 1799 Simón Bolívar(1783-1830), adolescente de quince años, se embarcó
en La Guaira con destino a España, en el navío “San Ildefonso”(1). Lo
acompañaba el guaireño de Esteban Escobar quien como él iba a seguir estudios
en la península(2).
¿Fue esta la primera
vez que Bolívar viajó a La Guaira?¿ Fue la primera vez que vio el mar?¿ Fue la
primera vez que observó el Caribe desde sus costas desde Venezuela?. No lo
sabemos. Lo único que conocemos es que ese día fue el primero en el cual cruzó
el mar Caribe, con destino a México aquel día. Pasó, semanas más tarde, desde Veracruz,
puerto mexicano, hasta La Habana y de allí a España en donde llegó al puerto de
Santoña en la región Cantábrica. Desde allí se dirigió a Madrid. Pasó en la
península, además de un breve viaje a París, los siguientes tres años.
El 12 de julio de 1802 lo encontramos otra vez en La
Guaira a su vuelta de España, casado con María Teresa Rodríguez del Toro quien
ese mismo día escribió allí la única carta de ella que ha llegado hasta
nosotros.
En 1803, a los pocos meses, en un día indeterminado,
posterior al 23 de octubre, embarcó, ya viudo, con destino a España. Desembarcó
en Cádiz a fines de diciembre.
En junio de 1807 lo encontramos otra vez en La Guaira.
Llegó entonces desde Europa(1802-1806) y los Estados Unidos(1806-1807).
El 6 de junio de 1810 partió hacia Inglaterra presidiendo
de la Misión Diplomática para la cual le había nombrado la Junta Suprema de
Caracas. Le acompañaban Luis López Méndez y Andrés Bello, este último en
calidad de Secretario. El viaje de ida les llevó treinta y un días(Escritos,t.IV,p.45).
Pasó luego varios meses en el Reino Unido(julio 10-septiembre 21).
El 5 de diciembre de 1810 llegó a La Guaira desde
Inglaterra como lo informó la Gaceta de Caracas(diciembre 11,1810). Había hecho
una escala en Trinidad(Noviembre 30).
El 31 de julio de 1812 estuvo en La Guaira. Fue ese el
momento en el cual participó en la detención del Generalísimo Francisco de
Miranda. ”La madrugada triste” la denominó Mariano Picón Salas. Fue aquel, dice
Edgardo Mondolfi, uno de los actos más controvertidos del proceso de la
Independencia, tal la prisión de Miranda y la decisión de enjuiciar y aplicar
la pena de muerte al general Manuel Carlos Piar, cosa que sucedió en 1817. En
la vida de Bolívar hay además de este otros hechos discutidos como el decreto
de Guerra a Muerte en 1813 o su disposición, en 1814, de fusilar a todos los
presos realistas que estaban en La Guaira, incluso a los enfermos. Con relación
a Miranda con el tiempo, al pasar los años, Bolívar comprendería al Precursor.
Este había muerto(julio 14,1816). Y él ya era plenamente Libertador, ya había
pasado la victoria de Antonio José de Sucre en Ayacucho, cuando(julio 11,
1825) lo llamó “el mas ilustre
colombiano” en carta al general Sucre(3).Y en misiva dictada en Caracas(julio
2,1827) le dice al hijo mayor del Precursor, su hijo Leandro Miranda: ”Me ha
sido muy apreciable ver un retrato de Ud. que me ha sido presentado en esta
capital: él me ha recordado ideas gloriosas y tristes a la vez porque reviven a
mis ojos las facciones de su ilustre padre. Yo soy de opinión que Ud. debe
venir a esta ciudad, donde lo desean, y a cuidar de sus intereses. Ud. debe
contar siempre con la amistad de su afectísimo. Bolívar”(Cartas,t.VI,p.13).
Lo acaecido en 31 de julio de 1812 en La Guaira es bien
conocido por los lectores de historia. Pero bien vale volver a contarlo y
añadir así un hecho importante: Bolívar participó en la detención de Miranda
pero no actuó en la entrega del Precursor a las autoridades realistas. Esto
último lo hizo el también venezolano Manuel María de Las Casas, quien se había
pasado al gobierno español y engañó a los patriotas que en aquella madrugada
pusieron preso a Miranda en la propia habitación en la cual descansaba, cuarto
que le había prestado también de Las Casas. Fue este último quien entregó al
Viejo Girondino a las tropas de Monteverde sitas en nuestro puerto.
Lo que quisieron hacer los patriotas aquel amanecer, eran
las cuatro de la madrugada, todavía estaba oscuro y Miranda debió alumbrar la
escena con una lámpara de velas, fue detener y castigar a Miranda a quien
consideraban había traicionado la República al firmar un armisticio con
Monteverde hacía pocos días(julio 25). Esos oficiales patriotas consideraban
que Miranda se proponía también huir, algo que estaba lejos en sus planes en el
momento de proponerse salir de nuestro país. Iba a salir, es cierto, de hecho
ya su equipaje y archivo había sido enviados a un barco que estaba en la rada y
que los llevaría a Curazao. Pero Miranda lo que pensaba era viajar,
reorganizarse, vertebrar de nuevo un ejército y volver a invadir para luchar
por la Independencia. Lo mismo que hizo Bolívar al año siguiente.
Pero lo que conocían aquellos patriotas era solamente que
Miranda se iba. Decidieron castigarlo. Entre ellos Simón Bolívar estaba todavía
deprimido por su fracaso en Puerto Cabello, por la pérdida del Castillo y
pertrechos de aquel puerto, lo cual significó también la caída de la Primera
República. Vivía el futuro Libertador días difíciles psicológicamente lo que
demuestran sus misivas de los días anteriores dirigidas a Miranda. Sólo
lograría curarse durante su destierro, que iniciaría al mes siguiente cuando se
trasladó de La Guaira a Curazao en donde estuvo probablemente, es lo que nos
dicen los documentos que conocemos actualmente, hasta el mes de octubre del año
doce.
Así que varios patriotas se presentaron en La Guaira
aquella madrugada. Estaban Manuel María de Las Casas, Tomás Montilla, el
inefable Miguel Peña, a quien Mondolfi llama “intrigantísmo”, Rafael Chatillon,
José Paz del Castillo, Juan José Valdés, Miguel Carabaño, Rafael Castillo, José
Mires, Manuel Cortés Campomanes, José Landaeta y Simón Bolívar. En medio de
cierta gritería se dirigieron al cuarto de Miranda, quien estaba con su edecán,
el joven Carlos Soublette, y lo apresaron. Al notar el bululú fue cuando
Miranda pronunció sus célebres palabras “Bochinche, bochinche; esta gente no
sabe hacer sino bochinche”. Aquellos oficiales pensaban juzgarlo y fusilarlo.
Pero al entregárselo a de Las Casas cayó el Precursor en manos de los españoles
quienes lo detuvieron en La Guaira y más tarde lo mandaron a presidios en
Puerto Rico y Cádiz. En el último rindió la vida este hombre egregio. De lo
expuesto se concluye que fueron la serie de patriotas que lo detuvieron los
responsables de todo aquello que sucedió a Miranda desde ese día hasta la
también madrugada de su fallecimiento en una cárcel española(4).
Preguntan algunos lectores de historia si después del día
de la prisión de Miranda volvieron a encontrarse Casas y Bolívar. Sabemos que Casas se había
pasado a los realistas y siguió ejerciendo cargos en los sucesivos gobiernos
españoles en lo adelante. La última posición que se le conoce la ejerció en
Petare hasta el año de 1818. Después de los sucesos de La Guaira el año doce
Casas volvió a ver a Bolívar en 1813 y pudo verlo también al año siguiente
mientras el Libertador estuvo en Caracas varias veces, ya que varias también
salió en campaña, en julio del año catorce abandonó a Caracas al frente de la
Emigración a Oriente. Dicen los hijos de las Casas que este en 1813 pidió al
Libertador ser juzgado por los hechos de La Guaira. El Libertador al parecer no
tomó ninguna determinación. Fueron muy graves los asuntos a los cuales debió
atender desde agosto de 1813 cuando volvió a Caracas y en los siguientes meses
de 1814. En 1821 Bolívar, después de la batalla de Carabobo, estuvo en Caracas
por algunos días. No se sabe que Casas y él se hayan visto. Pero semanas más
tarde, el 26 de agosto, desde Trujillo, el Libertador acusó a Casas de traidor
en una comunicación dirigida al Congreso de la Gran Colombia. Escribió Bolívar:
”Cuando en el año doce, la traición del comandante de La Guaira, coronel Manuel
María Casas, puso en posesión del general Monteverde aquella plaza con todos
los jefes y oficiales que pretendían evacuarla, no pude evitar la infausta
suerte de ser presentado a un tirano, porque mis compañeros de armas no se
atrevieron a acompañarnos a castigar(a) aquel traidor, o vender caramente
nuestras vidas”(Escritos,t.XX,p.616-617). Esta imputación nunca ha podido ser
refutada, se ha sostenido a lo largo de los tiempos. En 1826, cuando el
Libertador regresó desde Lima y Bogotá, Casas se le presentó en Puerto Cabello
y Bolívar lo acogió. Casas estuvo bastante cerca de él como lo señalan algunos testigos, como su hermana Juana
Bolívar Palacios(la querida Juanica, mujer patriota, esposa y madre de
patriotas y no realista como María Antonia su hermana mayor). Incluso Bolívar
al parecer lo invitó a Casas a su propia mesa. En verdad aquel era otro momento
político, el instante del perdón, fue la época en que Bolívar y la república
acogieron a muchos descarriados e incluso varias iniciativas se tomaron para
evitar que a algunos realistas se les aplicara el decreto de proscripción de
los españoles desafectos a la causa independiente. También hay que tener
en cuenta que el país, que era aun la
Gran Colombia, vivía una época de honda crisis. Y el Libertador trataba de
restaurarlo todo otra vez. También él estaba ya en su etapa de declinación, en
el “tiempo de llorar” que dice Uslar Pietri, el tiempo del “alcatraz ciego”
como escribió Herrera Luque. Es posible que Casas se haya salvado en aquellos
días de toda acusación. Semanas después, desde enero hasta julio de 1827, el
Libertador estuvo por última vez en Caracas en donde pasó varios meses. Allí se
encontró otra vez con Casas. Incluso hay una referencia a él y a uno de sus
hijos, Pedro Pablo de las Casas, en una misiva de
Bolívar(Cartas,t.V,p.373-374). Dice el doctor Vicente Lecuna en una nota a una carta
de Bolívar(Escritos, t.XX,p.618, nota 2, Documento 6148) que se vieron pero no
cita ningún documento en apoyo a su aserto. Con el tiempo los historiadores de
la época acusaron a Casas de haber entregado a Miranda a Monteverde. En ese
momento sus hijos publicaron un folleto en defensa de Casas el cual está
inserto en una de nuestras grandes recopilaciones documentales. Pero sin
embargo Casas quedó por todo lo hecho en La Guiara el año doce entre los
venezolanos realistas, que fueron bastantes, deberían ser estudiados con
pormenor para poder fijar todo el proceso de nuestra historia en esos años.
De entre los sucesos del año 1812 encabezados por Bolívar
sabemos que aquel que lo traicionó en Puerto Cabello, el oficial Fernández
Vinoni, tomando el Castillo del puerto,
lo que permitió la pérdida de la ciudad y su arsenal lo hizo ahorcar, al
encontrarlo, entre las tropas realistas vencidas tras la batalla de Boyacá en
1819. Ni siquiera la concedió el honor del fusilamiento. ¿Hubiera corrido esa
suerte de Casas, salvado por las circunstancias y la benevolencia del
Libertador quien no olvidó pero si dejó de lado el hecho de que Casas había
traicionado aquella madrugada del año doce a todos aquellos patriotas, entre
los cuales se encontraba él, al entregar a Miranda a los realistas?.
El 21 de agosto Bolívar estuvo en La Guaira en la cual
extendió una autorización a favor de su tío Juan Nepomuceno Ribas para que
reclamara ciertos bienes personales suyos(Escritos,t.II.Vol.I,p.214) También el
27 de agosto de 1812 estuvo Bolívar en
La Guaira. Lo hizo para tomar un barco para salir a su primer exilio. Pasó ese
día a Curazao en donde estuvo, como ya lo hemos anotado, seguramente hasta
octubre cuando se dirigió a Cartagena.
El 5 de enero de 1814 pasó un día en La Guaira según
consta en un documento(Escritos,t.VI,p.31).
Retornó en 1827. Fue huésped de la casa de la Compañía
Guizpucoana El 19 de enero estuvo otra vez en La Guiara. Volvió el 1 de febrero
cuando se le ofreció una fiesta en el salón principal de esa misma casa que
todavía existe(5). Del 2 de febrero data
una carta a Pedro Briceño Méndez en donde le dice que ha venido a visitar la
población, “Me han recibido con mucho entusiasmo”(Cartas,t.V,p.361).
En 5 de julio de 1827, seis meses más tarde, volvió a La
Guaira, esta vez fue su último paso por ese pueblo. Aquel día tomó una fragata
inglesa que lo llevó de regreso a Cartagena. Ya no volvería más al suelo
patrio.
De lo hecho por el Libertador en sus últimos
días en Caracas estuvo bien pendiente el cónsul inglés Sir Robert Ker Porter.
Así lo dejó anotado en su diario. Según este documento es una falacia, muy
repetida, que Ker Porter acompañó a Bolívar hasta Cartagena
(1)
Todas
nuestras referencias a textos de Simón Bolívar están tomados, salvo que
indiquemos lo contrario, de los Escritos del Libertador. Caracas: Sociedad
Bolivariana de Venezuela/Academia Nacional de la Historia, 1964-2004. 28 vols.
y de las Cartas del Libertador.2ª.ed.aum.Caracas: Banco de Venezuela/Fundación
Vicente Lecuna, 1964-70. 8 vols. las cuales citamos en el cuerpo del trabajo
utilizando la primera palabra de su título.
(2)
Sobre
Esteban Escobar ver: R.J.Lovera De-Sola: “Personajes distinguidos de La Guaira”
en Varios Autores: La Guaira: puerta y llave de un país. Caracas: Fundarte,
1990,p.96
(3)
La
referencia a Mariano Picón Salas está en su Miranda. Caracas: Monte Avila
Editores, 1997,p.291. La observación de Edgardo Mondolfi en su Miranda en ocho
contiendas. Caracas: Fundación Bigott, 2005,p.80. Ver también nuestro: “Bolívar
y la Biblioteca de Miranda” en El gran Majadero. Caracas: Academia Nacional de
la Historia, 1984,p.43-45. La afirmación que hace Bolívar a Sucre que citamos
allí está en Simón Bolívar: Correspondencia del Libertador.(1819-1829).
Caracas: Fundación Vicente Lecuna/Banco de Venezuela, 1974,p.296. La tomamos de
la Correspondencia…porque no está en las Cartas…ni la edición actual de los
Escritos… que ha logrado llegar, hasta el momento en que escribimos esta
apostilla, hasta el año 1824. El alegato en favor de Casas publicada por sus hijos
al cual nos referimos es Defensa documentada de la conducta del comandante de
La Guaira Sr. Manuel María de las Casas en la prisión del general Miranda y
entrega de aquella plaza a los españoles en 1812…Caracas: Imprenta de George
Corser, 1843, cubierta, 74 p. Este folleto está inserto también en José Felix
Blanco/Ramón Azpurua: Documentos para la historia de la vida pública del
Libertador.2ª.ed.Caracas: Comité Ejecutivo del Bicentenario de Simón Bolívar/
Ediciones de la Presidencia de la República,1978,t.IV,p.15-57. En este escrito
están varios testimonios de venezolanos sobre Casas. Sin embargo Felipe Fermín
Paúl(quien después se pasó a los realistas y fue representante de Venezuela en
las Cortes de Cadiz, más tarde perdonado por el Libertador) y el marqués del
Toro(quien también pidió perdón al rey por la rebelión de 1810) no estuvieron
presentes en La Guaira el 31 de julio de 1812. Sobre este último patricio ver
Inés Quintero: El último marqués.
Caracas: Fundación Bigott, 2005,p.140-143. Francisco Javier Yanes si estuvo en
La Guaira pero no en el acto de la prisión de Miranda (Blanco/Azpurua:
Documentos…,t.IV,p.32). Del encuentro entre Casas y Bolívar en Puerto Cabello
en 1826 se registra en esta misma compilación una carta de Juana Bolívar
Palacios, hermana del Libertador, en donde testimonia el trato Bolívar-Casas
(Blanco/Azpurua: Documentos…,t.IV,p.45). No se sabe la fecha de la muerte de
Casas, los documentos sobre su vida llegan hasta el año de 1818, ese año se
cierran los datos que sobre él ofrece el Diccionario de historia de Venezuela.
Caracas: Fundación Polar, 1988, t.I,p.610. Sin embargo sabemos que tanto en
1821 como en 1826 y 1827 Casas estaba vivo. Y también conocemos por el folleto
de sus hijos citado que en 1841 ya había fallecido. Otras defensas de Casas por
parte de sus hijos están en las cartas que dos de ellos le enviaron a José
María de Rojas quien las insertó en su Tiempo perdido. París: Garnier Hermanos,
1905. 338 p. Puede verse en la segunda edición de Tiempo perdido. Prólogo:
Efraín Subero. Caracas: Fundación Shell, 1967,p.38-47 y en sus Recuerdos de la
patria. Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República, 1963,p.153-159.
La cita de Arturo Uslar Pietri que hemos hecho más arriba está en sus Letras y
hombres de Venezuela.2ª.ed.aum Caracas: Edime, 1958, “La vida de Bolívar puede
dividirse…en cuatro tiempos…Un tiempo de crecer que va hasta 1808…Los once años
que le siguen hasta 1819, son el tiempo de creer…el tiempo de triunfar son los
seis años que siguen hasta 1825…Y desde 1826 hasta la muerte en 1830 sería el
tiempo de llorar”(p.59-60). La referencia a Francisco Herrera Luque que hemos
hecho procede de su novela histórica El vuelo del alcatraz. Caracas:
Alfaguara,2001. Aunque este no es un estudio sobre Miranda bien vale citar lo
que sus más autorizados biógrafos señalan sobre la noche de su prisión lo cual
avala lo expuesto por nosotros más arriba. Sobre la conducta de Casas ver José
Nucete Sardi: Aventura y tragedia de don Francisco de Miranda.5ª.ed. Caracas:
Ministerio de Educación, 1964,p.362-364; Alfonso Rumazo González: “Miranda” en
8 grandes biografías. Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República,
1993, t.II,p.1-384. Ver en este caso la p.376 y Tomás Polanco Alcántara:
Francisco de Miranda: ¿don Juan y don Quijote?. Caracas: Ediciones GE, 1996,p.
747-749. Consultar también Augusto Mijares: El Libertador. Caracas: Editorial
Arte, 1964,p.228, y nota 2 de la misma
página,230 y 232 y Tomás Polanco Alcántara: Simón Bolívar. Caracas: Academia
Nacional de la Historia/Ediciones GE,1994,p.279-281
(4)
Edgardo
Mondolfi: Miranda en ocho…,p.80-82
(5)
Graciano
Gasparini/Manuel Pérez Vila: La Guaira: Orígenes históricos/Morfología urbana.
Caracas: Ministerio de Información y Turismo, 1981,p.371
(6)
Sir Robert Ker Porter: Diario de un diplomático británico en Venezuela,
1825-1842. Traducción Teodosio Leal. Caracas: Fundación Polar,1997,p.237-378
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