Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

miércoles, 18 de julio de 2012

Que lo confiese Vicente Lozano, primer Presidente de INDUVAL, oficina creada por el extinto Alcalde de Valencia: Francisco "Paco" Cabrera y con el material de apoyo de la Arq. Sara de Atienzar cabeza de un gran estudio que se hizo sobre el Centro de la ciudad, lo pone a pensar a uno, porque parece que no hubiera pasado nada...





Notitarde 17-07-12 | 

La historia que se derrumba

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El tema del Centro de la ciudad de Valencia, vuelve a surgir en comentarios y declaraciones 
recogidas en los medios de comunicación regional. Ciertamente es un tema que nos 
preocupa, en virtud a la importancia que tiene para cualquier ciudad, el buen mantenimiento 
de un espacio urbano que muestre su historia a través de sus edificaciones. 
Cada vez que una casa, una cerca, un monumento, una calle, una plaza desaparece, 
está desapareciendo un pedazo de la historia de la ciudad. Esto está ocurriendo con Valencia. 
La ciudad cada día ve como los testimonios urbanos dejan de mostrar la historia de una 
ciudad que siente orgullo por los numerosos sucesos que acaecieron en alguno de sus 
edificios o lugares, durante las épocas coloniales, republicanas y contemporáneas. 
Esta ciudad ha mantenido su prestancia histórica, porque los ciudadanos que en ella habitan 
valoran el mensaje histórico que tiene la Catedral, cuando admiran al monolito del Libertador, 
al presenciar la iglesia de San Francisco y la edificación Universitaria, que siglos 
atrás fue un convento. Se siente asimismo una grata emoción al imaginarnos aquella 
histórica de donde salió la primera Constitución de la República cuando visitamos 
La Casa de La Estrella. Podría señalar otros sitios, pero prefiero referirme a aquellas 
casonas con inmensos terrenos, con casas enormes construidas por familias de distintas 
procedencias y por otras de gran arraigo valenciano. Por desgracia todos abandonaron 
el centro, dejaron sus casas para que las transformaran en negocios comerciales de 
distinta naturaleza. Allí hay de todo, pero lo hicieron destruyendo nuestra historia 
arquitectónica. En el tiempo han echado abajo bellas casas sin tener cuidado de su 
valor histórico. Lo hacen porque no conocen ese patrimonio y llegan allí, porque los antiguos 
dueños se fueron del centro y los que llegaron no tenían amor por la ciudad. Por el 
otro lado, muchos han preferido abandonar sus casas y esperar que se derrumben, 
porque más vale el terreno que la edificación. Por esas razones he llegado a pensar que la 
expropiación, cancelando lo que puedan valer las casas en ruinas, no sería una mala 
idea, para iniciar un plan de remodelaciones y puestas en función para muchas actividades 
culturales como la música, la pintura, la educación artística, teatros, centros bibliográficos, 
talleres etc. En fin, para tener una ciudad más bella.

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