No todo puede ser críticas negativas contra el Alcalde Edgardo Parra. De vez en cuando
se merece el aplauso, o al menos el reconocimiento, de quienes en esta ciudad vivimos
y sufrimos, y esta es una de esas veces. Me refiero a la decisión de su despacho
declarando "corredor vial" a la Avenida Cedeño y al Paseo Cuatricentenario. En este
último caso, considero que hay otras de mayor urgencia, como la recién ampliada
Carlos Sanda en El Viñedo y la Lara.
La Avenida Cedeño se había venido convirtiendo en un larguísimo taller de
varias cuadras, donde se reparaban silenciadores, frenos y equipos de aire acondicionado
para automotores. Es cosa común que veamos automóviles, montados sobre
cuatro "burros" y con la tapa del motor abierta, ocupando todo el ancho de la acera
e impidiendo, por consiguiente, el paso de los peatones.
En una ciudad donde la gente es poco dada a caminar, los dueños de los negocios,
mayormente ventas de repuestos, se dicen injustamente perjudicados, olvidando
que sus derechos terminan donde comienzan los de los demás, es decir, los de los
pocos transeúntes que por las aceras caminan, y los de los muchos conductores
que utilizan esta importante vía para atravesar la ciudad de este a oeste y viceversa.
La utilización del canal derecho como taller lleva además a que los conductores
estacionen en doble fila, dejando a los usuarios de la vía un solo canal, muchas
veces entorpecida su circulación por el detenimiento, con luz verde, de irresponsables
conductores que pretenden cruzar a la izquierda donde no está permitido. De manera
que la sumatoria de todos estos abusos, más el que representan los autobuses y
camioneticas en el cruce con la Avenida Bolívar, hace que transitar por la
Avenida Cedeño sea una aventura poco recomendable para conductores con poca
paciencia. Todavía la medida del Alcalde se está aplicando con cierta timidez,
y a ciertas horas se observan vehículos estacionados en la calzada y sobre
las aceras, pero esperemos que la sana medida se aplique con mayor severidad,
a pesar de que los propietarios de los comercios que flanquean la vía sean víctimas
de flaquezas en las ordenanzas, que permiten construir locales comerciales sin
estacionamientos propios.
Con la Avenida Carlos Sanda está ocurriendo algo similar, pero allí no son talleres
mecánicos y ventas de repuestos los causantes de la ocupación de los canales
de circulación. Son restaurantes y otros tipos de comercio, como ventas de
cocinas, materiales cerámicos, artefactos sanitarios o muebles, los que causan
molestias a quienes por esta vía transitan. Alguien tomó la iniciativa, y a los demás
abusadores les pareció excelente, el estacionar en diagonal con la acera,
ocupando por consiguiente dos canales de circulación. De modo que al aproximarse
los conductores al cruce con la Andrés Eloy Blanco, se encuentran con que el canal
izquierdo está ocupado por quienes esperan por el cruce a la izquierda, viéndose
restringidos a circular por un solo canal, con el consiguiente congestionamiento.
Quienes circulan por esa avenida, dedicada al ilustre médico Carlos Sanda,
esperan por un "parao" al congestionamiento que frente al restaurante de comida
china y sus alrededores se forma, causado por el abuso de los irresponsables que
estacionan en la vía pública como si de su exclusiva propiedad fuera.
peterkalbers@yahoo.com
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