Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

sábado, 17 de mayo de 2014

Distantes y cercanos a la vez los pueblos unen sus sentimientos de esperanza de paz para abrirle caminos al porvenir en un sostenido crecimiento económico y social a Venezuela. El esfuerzo tiene que ser constructivo para que esta nación transite por senderos de convivencia y justicia social. Es el propósito común para la prosperidad nacional.

El mundo apoya

Se forja un sentimiento de unidad nacional digno y valiente, que no se doblega

RAFAEL BELLO |  EL UNIVERSAL
sábado 17 de mayo de 2014  12:00 AM
Distantes y cercanos a la vez los pueblos unen sus sentimientos de esperanza de paz para abrirle caminos al porvenir en un sostenido crecimiento económico y social a Venezuela. El esfuerzo tiene que ser constructivo para que esta nación transite por senderos de convivencia y justicia social. Es el propósito común para la prosperidad nacional.

Está en la calle un movimiento democrático liderado por los estudiantes de justicia y paz. Es la actitud creciente de los ciudadanos para encaminar el cambio exigente sin menoscabo de ninguna índole de la legalidad que ha de ser la norma preponderante en la vida venezolana. Y entiéndase bien que cuando se habla de legalidad ésta se sobrepone al interés convencional y a los abusos del poder. La democracia se sustenta en la libertad y la legalidad exigente. No es, por tanto, una mera formalidad al antojo autoritario. 

El mundo civilizado donde impera un sistema de libertades públicas y, donde además, el abuso de poder constituye quebranto al marco constitucional. Por eso el desarrollo de esas naciones va de la mano con un sistema legal de obligaciones y derechos. Es de esa manera como puede la convivencia social deslastrada del aldeanismo inquisitorial, avanzar hacia niveles exigentes de desarrollo económico y bienestar social. La convivencia, la moralidad y la paz para la seguridad y la vida de los ciudadanos, es la lucha del pueblo venezolano en las calles por la libertad para el progreso nacional. 

Esta lucha es por una vida sin sobresaltos al apartar cada día las espinas del camino. Es el llamado persistente a la paz porque tiene relevancia la valentía y la razón de un pueblo que entona el gloria al bravo pueblo y flamea con coraje el tricolor nacional. Se forja un sentimiento de unidad nacional digno y valiente, que no se doblega, porque lleva en el alma a la juventud estudiantil venezolana.

bello.rafael@yahoo.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario