Hoy y Después en Valencia
Alfredo Fermín
afermin@el-carabobeno.com
afermin@el-carabobeno.com
El Salón Arturo Michelena nació como una aventura de animadores culturales de Valencia. 70 años después continúa siendo una aventura que se ha convertido en uno de los desafíos más increíbles en toda la historia del Arte Venezolano, porque ha logrado sobrevivir y fortalecerse ante la vileza de un gobernante que decretó su desaparición.
El Michelena, ahora bienal, ha sido convocado para su edición número 67 con la modalidad de utilizar recursos tecnológicos por lo cual las obras serán enviadas, de manera virtual, tomando en cuenta que el exgobernador Luis Felipe Acosta Carles le arrebató la sede de su legítima propiedad y su colección de arte cuyo destino se ignora.
El Salón fue fundado en 1943, por la junta directiva del Ateneo de
Valencia que presidía doña Chchuíta Carabaño de Díaz, con el objetivo de mostrar y premiar la obra de los jóvenes artistas, a los que era casi imposible participar en el Salón Oficial de Arte de Caracas, la única confrontación plástica que existía en el país. Con ese objetivo, el gobernador del estado Carabobo, Tomás Pacaníns, creó, por decreto, el Premio Arturo Michelena, consistente en mil bolívares, una suma considerable en la época, para la mejor obra. El presidente del Concejo Municipal de Valencia, Francisco Melet, respaldó la iniciativa creando el premio, de 500 bolívares, Andrés Pérez Mujica, y el Ateneo de Valencia acordó una distinción de medalla de oro y diploma para artistas jóvenes.
Lo que pudo haber sido una exposición de aficionados se convirtió de inmediato en una confrontación de carácter nacional por el respaldo que le dieron el escritor José Nucete Sardi, Antonio Edmundo Monsanto, director del Museo de Bellas Artes, de Caracas; Antonio Edmundo Monsanto, Rafael Monasterios, Alejandro Otero, Alfredo Boulton y Elisa Elvira Zuloaga, quienes formaron parte de los jurados de las primeras ediciones.
Cada año, el Michelena era motivo de una polémica por su estilo desprejuiciado y de dar cabida a manifestaciones que eran rechazadas como expresiones artísticas que años después lo fueron y lo son. Las críticas, desde Caracas, siempre fueron demoledoras pero los organizadores del Salón continuaron con su misión, sabiendo que había algo de envidia por el hecho de que una confrontación, sin recursos del gobierno reuniera anualmente a los mejores artistas y críticos del país. El Salón es tan avasallante que el Salón Oficial de Arte y los que salieron para hacerle competencia en otras ciudades del país desaparecieron y el Michelena se afianzó como la gran confrontación plástica de Venezuela. Fue una tarea de esfuerzos y sacrificios de mucha gente unida por amor al arte venezolano.
Y de repente, cuando el salón, ya convertido en bienal por la gestión de José Napoleón Oropeza, se encontraba en uno de sus mejores momentos, el gobernador Luis Felipe Acosta Carles, solidario con resentidos que se creían artistas, ordenó la invasión del Ateneo con la intención de destruir al Michelena. Pero ocurrió algo increíble: la Bienal se creció en la adversidad como dice Pedro Douahi Toledo, integrante de la junta directiva junto con Elis Mercado, presidente; Fabián Díaz Carabaño, vicepresidente; Cora Páez de Topel, Fernando Fachín Barreto, Lunes Rodríguez, Luis Villafañe, Guillermo Manosalva y Luis Tomás Izaguirre.
Para esta proeza, las principales salas de arte de la ciudad prestaron sus espacios y otros benefactores contribuyeron para continuar otorgando los premios. La gobernación del estado se negó a continuar dando el premio Michelena, pero el alcalde de Valencia, Miguel Cocchiola asumió la responsabilidad de su monto, 70 mil bolívares. El mismo gesto tuvo el alcalde de Naguanagua, Alejandro Feo La Cruz, con el premio Andrés Pérez Mujica, de 50 mil bolívares. Las universidades, con sede en esta ciudad, aportarán el premio Braulio Salazar; la ferretería Epa tiene a su cargo el premio Antonio Edmundo Monsanto, y la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA), dará su consagratorio galardón.
La recepción de las obras será desde el 19 de mayo al 20 de junio a través de la dirección bienalsalonarturomicelena@gmail”. Un jurado muy idóneo integrado por Elizabeth Marín Hernández, docente e investigadora de la Universidad de Los Andes; Gabino Matos, de AICA; JJ Moros, ganador de la 66 Bienal, y Luis Cubillán Fonseca, como comisario, tendrán a su cargo la selección y la premiación de las obras concursantes. Es un hecho que esta cuarta versión de la Bienal Salón Arturo Michelena será otro de los acontecimientos artísticos del año de esta confrontación que ha marcado la historia artística del país.
A LA JUNTA DIRECTIVA del Ateneo de Valencia: nuestra expresión emocionada de gratitud por la sorpresa de dedicar la Bienal al gran maestro de la Pintura Oswaldo Vigas y a nuestra persona. Un gesto que nos sorprende y nos compromete. Muchas gracias.
EN PATIO TRIGAL TENEMOS DE NUEVO el Festival del Cine Francés. En esta semana podemos ver “Adiós a la reina” adaptación de la novela de Chantal Thomas, sobre la vida de la reina María Antonieta, la esposa de Luis XVI, decapitados en la Revolución Francesa. De ella se comenta que era el colmo de la frivolidad y el desprecio por las clases populares. Pero lo que nos viene a decir esta cinta es que, también, era una mujer hermosa y fascinante, caprichosa y voluble que difícilmente hubiera sobrevivido en un mundo en el que no se cumpliese de inmediato su infantil voluntad.
EL PRÓXIMO JUEVES, a las 10 de la mañana, los esperamos en el Teatro Municipal para compartir el Doctorado Honoris Causa concedido por la Universidad de Carabobo. Nos contentará verlos y saludarlos personalmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario