Se congela el diálogo y calienta la calle
Mujica, Lula y Correa creen que la causa de la crisis está en el modelo neocomunista
MIGUEL SANMARTÍN | EL UNIVERSAL
sábado 17 de mayo de 2014
Por ahora el balance del ¿diálogo? es nulo. Frustrante. Lo cual resulta altamente peligroso porque, entre tanto, se profundiza la crisis general, aumenta la conflictividad y, con ella, la represión del régimen que ocasiona más fallecidos, lesionados, detenidos y estudiantes enjuiciados. También se incrementan los allanamientos ilegales, la violación de derechos humanos y los daños materiales.
Tal vez -pensarán algunos suspicaces- el fracaso de dichos encuentros se deba a que se están realizando en el lugar equivocado y con interlocutores que no deciden. Seguramente -alegarán esos incrédulos- si tales reuniones se realizaran en La Habana, con los hermanos Castro, ya se habrían dado pasos cruciales para desmontar el entramado siniestro (Socialismo del Siglo XXI) que provocó esta catástrofe que nos tiene sin harina de maíz, arroz, pastas, azúcar, café, aceite, papel higiénico, desodorante, medicinas, autopartes y ahora también sin luz ni agua.
No crean ustedes, camaradas y camarados, que lo anterior es una alucinación imperialista y antirrevolucionaria. Ni tampoco una disquisición oligarca y neoliberal. Ni mucho menos un espasmo conspirativo de quienes, desde el principio, argumentaron que el conversatorio convocado por Miraflores era una estrategia para ganar tiempo -ellos- y hacérselo perder al nuncio apostólico, a los cancilleres de Unasur y a los representantes de los sectores de la sociedad democrática que, no obstante el historial de engaños y abusos perpetrados por el oficialismo, decidieron hacer otro ejercicio de tolerancia en pro de una salida concertada.
Tan inusitada propuesta, camarita -quemar en una guarimba el Socialismo del Siglo XXI-, ha sido formulada -para sorpresa de propios y extraños- por tres altos panas del Eterno pero no tan curruñas del heredero. Camaradas confesos más no cegados por la ideología que profesan, "Pepe" Mujica, Lula da Silva y Rafael Correa comparten que la raíz de la crisis venezolana está en el "modelo". En la hoja de ruta comprada a los Castro. Nos hunde a nosotros y a ellos. Por eso Cuba está en tratos con EEUU y la Unión Europea. También Daniel Ortega y Evo Morales buscan nuevos socios.
¿Cómo hacer productivas las negociaciones con el régimen? Muy difícil por no decir imposible. La camarilla entronizada no está dispuesta a rectificar. Teme perder poder. Utiliza la crisis para mantenerlo. Reprimiendo más. No renuncia al diálogo pero lo sabotea. Por ello no transige. Negar la Ley de Amnistía, la libertad de los manifestantes y arremeter contra los campamentos estudiantiles es parte de la estrategia: desalentar al contrario para que le propine la patada a la mesa.
El régimen pacta acuerdos con Burkina Faso pero no con la sociedad democrática.
msanmartin@eluniversal.com
MIGUEL SANMARTÍN | EL UNIVERSAL
sábado 17 de mayo de 2014
Por ahora el balance del ¿diálogo? es nulo. Frustrante. Lo cual resulta altamente peligroso porque, entre tanto, se profundiza la crisis general, aumenta la conflictividad y, con ella, la represión del régimen que ocasiona más fallecidos, lesionados, detenidos y estudiantes enjuiciados. También se incrementan los allanamientos ilegales, la violación de derechos humanos y los daños materiales.
Tal vez -pensarán algunos suspicaces- el fracaso de dichos encuentros se deba a que se están realizando en el lugar equivocado y con interlocutores que no deciden. Seguramente -alegarán esos incrédulos- si tales reuniones se realizaran en La Habana, con los hermanos Castro, ya se habrían dado pasos cruciales para desmontar el entramado siniestro (Socialismo del Siglo XXI) que provocó esta catástrofe que nos tiene sin harina de maíz, arroz, pastas, azúcar, café, aceite, papel higiénico, desodorante, medicinas, autopartes y ahora también sin luz ni agua.
No crean ustedes, camaradas y camarados, que lo anterior es una alucinación imperialista y antirrevolucionaria. Ni tampoco una disquisición oligarca y neoliberal. Ni mucho menos un espasmo conspirativo de quienes, desde el principio, argumentaron que el conversatorio convocado por Miraflores era una estrategia para ganar tiempo -ellos- y hacérselo perder al nuncio apostólico, a los cancilleres de Unasur y a los representantes de los sectores de la sociedad democrática que, no obstante el historial de engaños y abusos perpetrados por el oficialismo, decidieron hacer otro ejercicio de tolerancia en pro de una salida concertada.
Tan inusitada propuesta, camarita -quemar en una guarimba el Socialismo del Siglo XXI-, ha sido formulada -para sorpresa de propios y extraños- por tres altos panas del Eterno pero no tan curruñas del heredero. Camaradas confesos más no cegados por la ideología que profesan, "Pepe" Mujica, Lula da Silva y Rafael Correa comparten que la raíz de la crisis venezolana está en el "modelo". En la hoja de ruta comprada a los Castro. Nos hunde a nosotros y a ellos. Por eso Cuba está en tratos con EEUU y la Unión Europea. También Daniel Ortega y Evo Morales buscan nuevos socios.
¿Cómo hacer productivas las negociaciones con el régimen? Muy difícil por no decir imposible. La camarilla entronizada no está dispuesta a rectificar. Teme perder poder. Utiliza la crisis para mantenerlo. Reprimiendo más. No renuncia al diálogo pero lo sabotea. Por ello no transige. Negar la Ley de Amnistía, la libertad de los manifestantes y arremeter contra los campamentos estudiantiles es parte de la estrategia: desalentar al contrario para que le propine la patada a la mesa.
El régimen pacta acuerdos con Burkina Faso pero no con la sociedad democrática.
msanmartin@eluniversal.com
Tal vez -pensarán algunos suspicaces- el fracaso de dichos encuentros se deba a que se están realizando en el lugar equivocado y con interlocutores que no deciden. Seguramente -alegarán esos incrédulos- si tales reuniones se realizaran en La Habana, con los hermanos Castro, ya se habrían dado pasos cruciales para desmontar el entramado siniestro (Socialismo del Siglo XXI) que provocó esta catástrofe que nos tiene sin harina de maíz, arroz, pastas, azúcar, café, aceite, papel higiénico, desodorante, medicinas, autopartes y ahora también sin luz ni agua.
No crean ustedes, camaradas y camarados, que lo anterior es una alucinación imperialista y antirrevolucionaria. Ni tampoco una disquisición oligarca y neoliberal. Ni mucho menos un espasmo conspirativo de quienes, desde el principio, argumentaron que el conversatorio convocado por Miraflores era una estrategia para ganar tiempo -ellos- y hacérselo perder al nuncio apostólico, a los cancilleres de Unasur y a los representantes de los sectores de la sociedad democrática que, no obstante el historial de engaños y abusos perpetrados por el oficialismo, decidieron hacer otro ejercicio de tolerancia en pro de una salida concertada.
Tan inusitada propuesta, camarita -quemar en una guarimba el Socialismo del Siglo XXI-, ha sido formulada -para sorpresa de propios y extraños- por tres altos panas del Eterno pero no tan curruñas del heredero. Camaradas confesos más no cegados por la ideología que profesan, "Pepe" Mujica, Lula da Silva y Rafael Correa comparten que la raíz de la crisis venezolana está en el "modelo". En la hoja de ruta comprada a los Castro. Nos hunde a nosotros y a ellos. Por eso Cuba está en tratos con EEUU y la Unión Europea. También Daniel Ortega y Evo Morales buscan nuevos socios.
¿Cómo hacer productivas las negociaciones con el régimen? Muy difícil por no decir imposible. La camarilla entronizada no está dispuesta a rectificar. Teme perder poder. Utiliza la crisis para mantenerlo. Reprimiendo más. No renuncia al diálogo pero lo sabotea. Por ello no transige. Negar la Ley de Amnistía, la libertad de los manifestantes y arremeter contra los campamentos estudiantiles es parte de la estrategia: desalentar al contrario para que le propine la patada a la mesa.
El régimen pacta acuerdos con Burkina Faso pero no con la sociedad democrática.
msanmartin@eluniversal.com
Consideran que aliados toman
distancia de Maduro
Para la internacionalista Giovanna De Michele, los cuestionamientos de los gobiernos aliados constituyen "una forma cautelosa, diplomática y elegante de ir marcando distancia de un Gobierno que se ha colocado al margen de lo que es aceptable en el derecho internacional". Considera que "si no hay una rectificación profunda del Gobierno venezolano, van a seguir marcando distancia".
Mujica recomendó contribuir a la racionalidad en "lugar de echar fuego" (Efe)
REYES THEIS | EL UNIVERSAL
sábado 17 de mayo de 2014 12:00 AM
Esta semana el Gobierno venezolano recibió críticas públicas de dos gobiernos considerados como aliados de la Revolución Bolivariana: Del presidente ecuatoriano Rafael Correa y de su homólogo uruguayo José Pepe Mujica.
El miércoles, durante una entrevista en CNN en Español, Mujica planteó algunos cuestionamientos a la forma como el Gobierno venezolano ha gestionado la severa crisis política que atraviesa.
"Yo considero que es importante que esa sociedad pueda aminorar el nivel de confrontación que tiene. Y hay que tratar, en lugar de echar fuego, tratar de contribuir a que exista racionalidad, porque nadie va a poder gobernar con ese clima de confrontación que tiene Venezuela", señaló.
Dijo que "hoy es posible hacerle la vida imposible a cualquier Gobierno y siempre levantando la bandera de los derechos humanos. Porque si yo le corto las calles, no dejo circular y no dejo funcionar, naturalmente, a la larga tiene que venir algún brazo armado que me saque para dejar pasar a los otros. Pero eso es represión", apuntó. Añadió que "En cualquier sociedad hay núcleos de gente que está disconforme y que discrepa, pero si se lleva la actitud a la tremenda, no se puede convivir".
Días atrás Correa había señalado que en Venezuela "se han cometido, con mucho respeto, desde mi punto de vista, errores económicos, por ello hay problemas económicos y eso exacerba las contradicciones".
Tomando distancia
Para la internacionalista Giovanna De Michele, los cuestionamientos de los gobiernos aliados constituyen "una forma cautelosa, diplomática y elegante de ir marcando distancia de un Gobierno que se ha colocado al margen de lo que es aceptable en el derecho internacional".
Considera que "si no hay una rectificación profunda del Gobierno venezolano, van a seguir marcando distancia".
Explicó que las posiciones de Mujica y Correa se da en este momento porque "ya no está el padre del proceso, de la Revolución Bolivariana (el presidente Hugo Chávez) , quien tenía un liderazgo incuestionable a nivel interno y a nivel internacional" y porque la situación que vive el país en materia de represión ha obligado a los Estados aliados a manejarse con mucha más cautela".
De Michele opina que la sensación que da Venezuela en el ámbito internacional es la de un Estado cuyo Gobierno no tiene capacidad de garantizar la governanza, la estabilidad económica ni política en su territorio y "eso presagia muy malos augurios", sumados a las "graves denuncias de violaciones a los DDHH" por lo que "se comienza a configurar en un Estado forajido".
Por su parte, el embajador retirado Sadio Garavini, señala que el presidente Rafael Correa aborda el desastre económico porque es un economista que a pesar de presidir un Gobierno autoritario "ha manejado relativamente bien la economía de su país" donde no ha habido confiscaciones y hay una buena relación con el sector productivo.
Sobre Mujica, indica que ese mandatario vivió el costo de gobiernos militares, ha estado preso y por tanto muestra cierto interés en la situación de violencia y derechos humanos.
El miércoles, durante una entrevista en CNN en Español, Mujica planteó algunos cuestionamientos a la forma como el Gobierno venezolano ha gestionado la severa crisis política que atraviesa.
"Yo considero que es importante que esa sociedad pueda aminorar el nivel de confrontación que tiene. Y hay que tratar, en lugar de echar fuego, tratar de contribuir a que exista racionalidad, porque nadie va a poder gobernar con ese clima de confrontación que tiene Venezuela", señaló.
Dijo que "hoy es posible hacerle la vida imposible a cualquier Gobierno y siempre levantando la bandera de los derechos humanos. Porque si yo le corto las calles, no dejo circular y no dejo funcionar, naturalmente, a la larga tiene que venir algún brazo armado que me saque para dejar pasar a los otros. Pero eso es represión", apuntó. Añadió que "En cualquier sociedad hay núcleos de gente que está disconforme y que discrepa, pero si se lleva la actitud a la tremenda, no se puede convivir".
Días atrás Correa había señalado que en Venezuela "se han cometido, con mucho respeto, desde mi punto de vista, errores económicos, por ello hay problemas económicos y eso exacerba las contradicciones".
Tomando distancia
Para la internacionalista Giovanna De Michele, los cuestionamientos de los gobiernos aliados constituyen "una forma cautelosa, diplomática y elegante de ir marcando distancia de un Gobierno que se ha colocado al margen de lo que es aceptable en el derecho internacional".
Considera que "si no hay una rectificación profunda del Gobierno venezolano, van a seguir marcando distancia".
Explicó que las posiciones de Mujica y Correa se da en este momento porque "ya no está el padre del proceso, de la Revolución Bolivariana (el presidente Hugo Chávez) , quien tenía un liderazgo incuestionable a nivel interno y a nivel internacional" y porque la situación que vive el país en materia de represión ha obligado a los Estados aliados a manejarse con mucha más cautela".
De Michele opina que la sensación que da Venezuela en el ámbito internacional es la de un Estado cuyo Gobierno no tiene capacidad de garantizar la governanza, la estabilidad económica ni política en su territorio y "eso presagia muy malos augurios", sumados a las "graves denuncias de violaciones a los DDHH" por lo que "se comienza a configurar en un Estado forajido".
Por su parte, el embajador retirado Sadio Garavini, señala que el presidente Rafael Correa aborda el desastre económico porque es un economista que a pesar de presidir un Gobierno autoritario "ha manejado relativamente bien la economía de su país" donde no ha habido confiscaciones y hay una buena relación con el sector productivo.
Sobre Mujica, indica que ese mandatario vivió el costo de gobiernos militares, ha estado preso y por tanto muestra cierto interés en la situación de violencia y derechos humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario