Copio el material que encuentro en la prensa o referencias dadas para expresar en este blog lo que siento, pues asi me formé como Investigadora Hemero-bibliográfica en la UCAB y en la Biblioteca Nacional para rescatar y difundir la memoria del país, a todo aquel que la solicitara, de manera objetiva y verdadera..Pero ¿qué viví en realidad durante la década de los 60-70 como joven y estudiante de bachillerato y luego de Letras en plenos años 1968-1974 cuando recién graduada en la Promoción "Dr.Domingo Miliani" llena de ilusiones y esperanzas me asignaron al Estado Carabobo como Investigadora regional?, donde después de unos años idílicos en los que formé mi familia, a partir de 1980 tuve que enfrentarme de golpe y porrazo al horror de una élite decadente que daba paso con todas las de la ley y a través de los programas "culturales" a otra gente que también formó "una élite" pero no como la que criticaban acusándola de la tan famosa "valencianidad" sino que traicionaban solapadamente los sagrados principios de la identidad nacional y la ética, tanto que hoy , ya viejos, se premian entre ellos cuando volvieron mierda lo que yo recibí de la verdadera valencianidad como principios y valores de su identidad. Una pandilla de seres venidos de muchas partes de Venezuela, de turbios intereses que habiéndose apoderado de cargos estratégicos de la cultura valenciana, o en una Universidad sin Facultad de Humanidades porque a los políticos no les interesaba crear seres críticos ante la realidad que se vivía, conspiraban en la sombra de compadrazgos, vínculos familiares, intereses crematísticos, tendencias sexuales, alianzas y desaforadas ambiciones políticas en las que chapoteba la mediocridad nacional, que vivía en su mayor crudeza al ir a Caracas a entregar mis trabajos recibiendo el mal trato de quienes siendo de la élite gobernante, defendían a esa gentuza depravada, entregándose en brazos de la servil satrapía al servicio de una tiranía extranjera cubana o de extranjeros que las dictaduras latinoamericanas de la época de los 70 arrojaron a nuestras tierras, esclavizando su voluntad y esperando que muchos que nos resistiámos a esa sinvergüenzura lo hiciésemos ante otras banderas que la tricolor, y asi perder toda honra y toda moral en aras de algunos mendrugos y descender en la escala social al más ramplón y rastrero infantilismo intelectual, como sucedió a pesar y a consta nuestra. Son los complacidos esclavos del caudillo disfrazado ahora del izquierdista "buen revolucionario". Así llegó a nuestro medio cultural, que es el que conozco, el lamentable estado de miseria -mucho más espiritual que material- que llevó a algunos de nuestros líderes carentes de la más elemental grandeza política a someterse a sus designios, de lo contrario no contábamos con ellos para mover un dedo en contra de la tiranía que nos amenazaba desde 1959 y ahora nos engulló, con gran dolor de mi parte que NUNCA MILITE EN SUS FILAS NI CREI EN SUS SLOGANS, NI ADMIRE A SUS SUPUESTOS HOMBRES DE LETRAS. Vivi a los 7 años el 23 de enero de 1958 y nunca experimenté ninguna de las crisis del pasado, y las hemos tenido, como las revoluciones, por decenas y decenas, que se vivieron disyuntivas existenciales ni que costara tanto su salida como en ésta, de cuyo desenlace depende que sigamos siendo hombres libres, o esclavos: dueños de nuestros destinos o zombies al servicio del partido; sombras vivientes vacías de alma en manos de la camarilla cívico militar que lo detenta, de una mediocridad apabullante, insólita. Como ya lo es toda su servidumbre política. Además gracias a Hugo Chávez y la sombra del inconsciente colectivo venezolano que como sabio "maestro" la extrajo de las honduras de nuestra psiquis, mi familia se ha dividido entre diferentes países...A lo mejor el hombre que más he detestado Fidel Castro, me condena también a morir sin volver a ver a mis hijos y nietos.
Es una crisis material y espiritual que afecta a la esencia de nuestra identidad. Basta constatar que, por ahora, nuestros destinos están en manos de una satrapía obediente a las directrices de la tiranía cubana y que el curso de nuestra Patria ha dejado de estar en nuestras manos para ser un espantajo movido por la desquiciada e interesada voluntad de tiranos extranjeros, para comprender la dimensión de la tarea que enfrentamos, las gigantescas dificultades que deberemos sortear y el ingente costo en vidas y bienes que deberemos sacrificar para volver a ser una Patria Soberana. Y nuestros conciudadanos, seres libres y plenamente independientes. No espantajos movidos a discreción de una nomenklatura corrupta y asesina que nunca termina...
Para quienes carecen de un vínculo existencial con nuestra identidad ( y eso se formó a partir de 1975 y la bonanza petrolera que nos arrojó a Miami y al ta'barato dame dos) y no ven a Venezuela más que como terreno fértil para su satisfacción material, vale decir: para quienes Venezuela no es más que la generosa e inagotable fuente de su enriquecimiento, su provecho y ganancia, no está en juego la Patria.(Esa experiencia la vivi en carne propia en Valencia, dando clase a jóvenes de clase media alta o en los barrios del Sur, para quienes Venezuela era motivo de vergüenza porque no era Orlando (Florida. USA) o rodeada de "intelectuales" corruptos y depravados que desde 1980 tomaron de forma sibilina el poder, para ir conformando sus propios cuadros que sostuvieran y promovieran a través de los medios de comunicación locales, su acceso al poder y por intereses comunes silenciaran el desastre que cometían y lo hicieran ver como cómplices de una secta que destruía a todo el que no pensara como ellos, ante la opinión pública como maravillosos pasos de progreso. Para ellos lo que estaban en juego eran sus caudales. sus devaneos sexuales que salía del closet entre ellos, la promoción de sus producciones artísticas o literarias, poco importaba el destino de nuestros hijos, de la ciudad y de la Patria, mientras iban cubriendo los cargos más importantes de la cultura carabobeña
malponiendo todo lo que se les atravesara en su camino...Así de simple: no tenían ni tienen otra nacionalidad que la de sus intereses personales, perdiéndose desde 1986 el trabajo que habían hecho verdaderos valencianos o venezolanos comprometidos que fueron *alguien"¨en este estado de la provincia venezolana, ya que en Caracas no tenían posibilidades de alcanzarlo. No es lo mismo imponerse desde Valencia a Caracas, que a la inversa. Vi ascender y hoy premiar a seres que no tuvieron más compromisos que aquellos que los vinculaban a los parapetos empresariales, culturales eclesiásticos y políticos que los custodian.
Para quienes carecen de un vínculo existencial con nuestra identidad ( y eso se formó a partir de 1975 y la bonanza petrolera que nos arrojó a Miami y al ta'barato dame dos) y no ven a Venezuela más que como terreno fértil para su satisfacción material, vale decir: para quienes Venezuela no es más que la generosa e inagotable fuente de su enriquecimiento, su provecho y ganancia, no está en juego la Patria.(Esa experiencia la vivi en carne propia en Valencia, dando clase a jóvenes de clase media alta o en los barrios del Sur, para quienes Venezuela era motivo de vergüenza porque no era Orlando (Florida. USA) o rodeada de "intelectuales" corruptos y depravados que desde 1980 tomaron de forma sibilina el poder, para ir conformando sus propios cuadros que sostuvieran y promovieran a través de los medios de comunicación locales, su acceso al poder y por intereses comunes silenciaran el desastre que cometían y lo hicieran ver como cómplices de una secta que destruía a todo el que no pensara como ellos, ante la opinión pública como maravillosos pasos de progreso. Para ellos lo que estaban en juego eran sus caudales. sus devaneos sexuales que salía del closet entre ellos, la promoción de sus producciones artísticas o literarias, poco importaba el destino de nuestros hijos, de la ciudad y de la Patria, mientras iban cubriendo los cargos más importantes de la cultura carabobeña
malponiendo todo lo que se les atravesara en su camino...Así de simple: no tenían ni tienen otra nacionalidad que la de sus intereses personales, perdiéndose desde 1986 el trabajo que habían hecho verdaderos valencianos o venezolanos comprometidos que fueron *alguien"¨en este estado de la provincia venezolana, ya que en Caracas no tenían posibilidades de alcanzarlo. No es lo mismo imponerse desde Valencia a Caracas, que a la inversa. Vi ascender y hoy premiar a seres que no tuvieron más compromisos que aquellos que los vinculaban a los parapetos empresariales, culturales eclesiásticos y políticos que los custodian.
Con dolor leí el excelente artículo de Antonio Sánchez García en Lectura Tangente,Notitarde 17/05/2014
titulado "Dios y el diablo en la tierra del sol, la traición de las élites" pág.3/23 y me apropié de párrafos de su tremendo y real análisis del por qué de lo que vivimos que coincide a lo que yo viví como huevo de la serpiente que se empollaba ante mis ojos. El párrafo siguiente es MAGISTRAL:
"La razones de la insólita incapacidad de nuestras élites para entender el pantanal en que nos encontramos están alojadas en sus más profundas circunvalaciones cerebrales. Y sólo le encuentro explicación plausible en la teoría de Elizabeth Burgos, quien señala que toda la clase política latinoamericana, y la venezolana muy en particular, -de conservadores a liberales y de democristianos a socialdemócratas- es desde los sesenta rehén de los Castro. Y yo agregaría: desde siempre del populismo caudillesco, del estatismo benéfico, del antiimperialismo de guardería infantil. Y de una esquizofrenia por ahora insanable: todo lo que sea de izquierda está bendecido por una solidaridad automática, por la buena fe, por el perdón, por la comprensión, la bondad, el respeto. Por un principio moral marcado a sangre y fuego en nuestras buenas conciencias progresistas: ser de izquierda es bueno. Por estúpidas que sean las acciones de esa izquierda, por desastrosas que sean sus gestiones, por irracionales que sean sus apuestas, por canallescos que sean sus regímenes. Llegado el caso: meras desviaciones circunstanciales que no afectan a su esencia incorruptible. Asunto tan insólito, que para nuestro liderazgo vale como principio ético y gnoseológico de aplicación automática: si es malo, no puede ser de izquierda. Por malo, tiene que ser de derecha. Lo ha repetido hasta el cansancio Henrique Capriles. La izquierda es como Jalisco, el personaje de la ranchera: nunca pierde. Y si pierde, la culpa es de la derecha, del imperialismo, de los ricos, de los fascistas, de los radicales, de los extremistas. O del azar.
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