El ensayo
El Nacional 12 DE FEBRERO 2015 - 00:01
Ayer fue uno de esos días en que hay una sola gran noticia, y esa es la que nos remite a los anuncios dados el martes por el vicepresidente para el Área Económica, el general Rodolfo Marco Torres y el presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, con relación al tipo de cambio. Muchas expectativas por lo que podría venir, pero el gobierno no nos dio nada nuevo, excepto otra devaluación.
Leo la prensa oficialista. Llama la atención que Vea no haya hecho ninguna alusión a la noticia, como si se les hubiera pasado por alto. En el Correo del Orinoco: “El gobierno anunció tres tipos de cambio 6,30, Sicad desde Bs 12, y un mercado de libre flotación”. Es el mercado que han definido como Simadi, Sistema Marginal de Divisas.
Tal como lo explica El Universal en su primera página: “El nuevo esquema cambiario funcionará en tres segmentos. En el primero a 6,30 se mantienen las importaciones de primera necesidad, alimentos, medicinas e insumos para la salud. En el segundo las operaciones se harán mediante subasta y arranca con un tipo de cambio a 12 bolívares. En el tercero estarán las operaciones de menudeo que se manejarán a través de la banca, las casas de cambio y operadores de valores autorizados”.
Para el gobierno, para Nicolás Maduro es punto de honor el dólar a 6,30. Él insiste, sobre todo en un año electoral, en que ha de mantener esa bandera. Sin embargo, ¿qué representa ese dólar a 6,30? Aparte de dejar la puerta abierta para todas las corruptelas posibles –como ya lo sabemos– nos deja exactamente en las mismas. Se dice que será para los temas prioritarios, alimentos y salud. Pero en esos renglones hemos vivido en circunstancias terribles a lo largo de 2014. La inflación de alimentos terminó en 90%, no se consiguen las medicinas y todo eso con el dólar a 6,30. Mantenerlo no quiere decir entonces que esa situación se vaya a superar.
Por otra parte, se unifican Sicad I y Sicad II a este nuevo Sicad a 12 bolívares. Allí estarán los dólares para viajeros, los dólares para comprar pasajes. Y llama la atención que para nada se mencionó el caso de los estudiantes en el exterior, que han quedado, ahora sí, a la buena de Dios. A diario recibimos mensajes de estudiantes desesperados, clamando por alguna palabra de aliento, por algún tipo de solución. Pero ayer ya quedaron oficialmente fuera; para el gobierno no existen.
Y en tercer lugar viene este Simadi, que, dada su cacofonía, ya se prestó para cualquier cantidad de burlas e ironías en las redes sociales. Este sistema marginal es lo que queda, como dicen, para el menudeo, para acabar con el mercado paralelo.
Pues bien, es otro nuevo intento del gobierno para derrotar a su mortal enemigo. Recordarán que, a comienzos del año pasado, Maduro prometió que pulverizaría el mercado paralelo, pero ya sabemos cuál moneda fue la que quedó absolutamente pulverizada.
En este contexto, ¿qué tenemos? Vayamos directamente no a las palabras de Merentes y Torres, que en definitiva son subalternos, vamos a las palabras de Nicolás Maduro, el jefe. Citado en El Aragüeño: “Este nuevo sistema cambiario es un ensayo”. Es decir, solo están probando, ensayando; como se dice coloquialmente: tirando flechas. Sigue Maduro: “Es un mercado que el 70% lo cubre el tipo de 6,30 bolívares, el otro 20% y 25% lo cubre el Sicad y el resto 3% y 5% es lo que va quedando. Este sistema es un ensayo”. Más adelante confiesa: “Hemos perdido el 60% de nuestros ingresos en divisas a raíz de la caída de los precios del petróleo (…) Se está haciendo un esfuerzo para que este país no se pare”.
Ha reconocido el presidente, pues, que el riesgo real es que se paralice el país. Y ante ese riesgo su gobierno solo propone un “ensayo”.
Y ya en un tono más coloquial dijo: “Oye bien Luis Vicente León y Jorge Roig no es para que ustedes se llenen de billetes ni sus asesorados, el sistema cambiario no está construido para enriquecer a los ricos”.
Todavía no sabemos en realidad para qué ha sido diseñado, pero según las voz de los especialistas, lo que tenemos por adelante no es más que otra macrodevaluación.
Para cerrar subrayemos la observación del economista Francisco Faraco. Según su criterio, este anuncio se hizo de manera apresurada (aparentemente lo iban a dejar para la víspera de Carnavales) para tapar lo que sería realmente la verdadera noticia de hoy: el escándalo que nos remite a las cuentas suizas del gobierno venezolano en el HSBC.
Pues la estrategia funcionó porque hoy poco se habla de ese escándalo en la prensa nacional.
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