A mi hija Gabriela
Toda emigración implica duelo
Para adaptarse mejor es conveniente trazar un proyecto con tácticas y alternativas
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EL UNIVERSAL
jueves 12 de febrero de 2015 12:00 AM
Irse del país en el que se nació, cualquiera que sea ese país, genera desasosiego y tristeza. Es un duelo inevitable que, sin embargo, en el caso de Venezuela, es contrarrestado por la sensación de tranquilidad que invade al dejar atrás situaciones de inseguridad y conflicto social.
La psicóloga clínica Verónica Torres explica que emigrar nunca es fácil y que tal decisión implica que el individuo asuma diversas etapas, bastante complejas, que comienzan con la toma de la decisión y continúan con la ejecución completa del plan.
Estas etapas por las que atraviesa el individuo incluyen la expectativa de adaptación, la cual no es necesariamente muy difícil si las personas que emigran logran poner en una balanza, beneficios y desventajas.
"En la actualidad, en un país como Venezuela, las personas emigran buscando mejorar las oportunidades de crecimiento y desarrollo profesional o académico, calidad de vida, acceso a bienes, servicios, alimentos, salud, seguridad y preservación de la integridad física y emocional", dice Torres.
Las emigraciones tienen que ser planificadas. Para emigrar es adecuado estructurar un proyecto, desarrollar estrategias de planificación, búsqueda de alternativas en caso de necesitarse y de solución de problemas que, probablemente, aparezcan.
Apunta Torres que "también es importante comprender que todo proceso de adaptación requiere tiempo para el ajuste porque implica un proceso de duelo". Las pérdidas son muchas: se deja atrás la cotidianidad con la parte de la familia que se queda, con el trabajo o los estudios, con las amistades, con la estabilidad que ofrece la productividad que hemos desarrollado y todo aquello que nos arraiga a nuestro país natal.
La nostalgia, tristeza y el hecho de extrañar a los seres queridos y la aceptación son parte de ese proceso, tanto para el que emigra como quien se queda en el país de origen. Pero, como dice la psicóloga, es necesario comprender que todo esto pasa al tiempo, una vez que cada persona encuentra estabilidad en el proyecto que emprende y en su nueva vida.
"La motivación de la emigración actual de venezolanos responde a escasos niveles de tolerancia con las situaciones que padece el país. Muchas personas se sienten pateadas por el sistema, por la desmoralización, por el comportamiento depredador de unos hacia otros y por los eventos traumáticos que experimenta. Estos factores inciden en la consideración que hace el venezolano para emigrar, lo cual influye sobre un buen ajuste para el que se va y un sentimiento de tranquilidad para quien se queda", explica.
A esta situación-país, se añade la ayuda que las redes sociales y la tecnología para mantener la comunicación con los seres queridos e implica métodos para mantener conexión con la situación del país y hasta para conservar el ejercicio de la profesión de modo virtual. GCH
La psicóloga clínica Verónica Torres explica que emigrar nunca es fácil y que tal decisión implica que el individuo asuma diversas etapas, bastante complejas, que comienzan con la toma de la decisión y continúan con la ejecución completa del plan.
Estas etapas por las que atraviesa el individuo incluyen la expectativa de adaptación, la cual no es necesariamente muy difícil si las personas que emigran logran poner en una balanza, beneficios y desventajas.
"En la actualidad, en un país como Venezuela, las personas emigran buscando mejorar las oportunidades de crecimiento y desarrollo profesional o académico, calidad de vida, acceso a bienes, servicios, alimentos, salud, seguridad y preservación de la integridad física y emocional", dice Torres.
Las emigraciones tienen que ser planificadas. Para emigrar es adecuado estructurar un proyecto, desarrollar estrategias de planificación, búsqueda de alternativas en caso de necesitarse y de solución de problemas que, probablemente, aparezcan.
Apunta Torres que "también es importante comprender que todo proceso de adaptación requiere tiempo para el ajuste porque implica un proceso de duelo". Las pérdidas son muchas: se deja atrás la cotidianidad con la parte de la familia que se queda, con el trabajo o los estudios, con las amistades, con la estabilidad que ofrece la productividad que hemos desarrollado y todo aquello que nos arraiga a nuestro país natal.
La nostalgia, tristeza y el hecho de extrañar a los seres queridos y la aceptación son parte de ese proceso, tanto para el que emigra como quien se queda en el país de origen. Pero, como dice la psicóloga, es necesario comprender que todo esto pasa al tiempo, una vez que cada persona encuentra estabilidad en el proyecto que emprende y en su nueva vida.
"La motivación de la emigración actual de venezolanos responde a escasos niveles de tolerancia con las situaciones que padece el país. Muchas personas se sienten pateadas por el sistema, por la desmoralización, por el comportamiento depredador de unos hacia otros y por los eventos traumáticos que experimenta. Estos factores inciden en la consideración que hace el venezolano para emigrar, lo cual influye sobre un buen ajuste para el que se va y un sentimiento de tranquilidad para quien se queda", explica.
A esta situación-país, se añade la ayuda que las redes sociales y la tecnología para mantener la comunicación con los seres queridos e implica métodos para mantener conexión con la situación del país y hasta para conservar el ejercicio de la profesión de modo virtual. GCH
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