CRÓNICAS COLONIALES
Puerto Cabello emporio de riquezas
Asdrúbal González
Notitarde 11 de diciembre del 2015 ¿CÓMO era Puerto Cabello cuando fue elevado a la categoría de ciudad? El expediente que se elaboró para solicitar ante el rey el privilegio, contiene información digna de resaltar.
En el año 1783, cuando se inicia el proceso, el Procurador nombrado por los porteños, Manuel Antonio Martínez, presentó una relación de las viviendas del lugar, cuyo número llegaba entonces a 1.086. Los habitantes eran 1.152 personas blancas, 4.364 entre pardos y morenos libres, y 915 esclavos, para un total de seis mil cuatrocientas sesenta y siete personas. Señalaba el Procurador que a la suma resultante se debía agregar “…los ramos de tropas y milicias, fortificaciones y presidios que continuamente sustenta y abriga dentro de su recinto aquella importante plaza; y el copioso número de marineros, oficiales, y obreros de barcos, que por una serie continua y sucesiva pueblan su Astillero”. Igualmente debían incorporarse operarios de las fábricas reales allí establecidas, más los habitantes de cuatros valles sumados a la población.
El expediente del proceso para lograr Puerto Cabello el título de ciudad, es documentación de valioso interés… En esa fuente escrita encontramos con fecha 12 de Enero de 1805, un “…estado general que manifiestan las haciendas de cacao, caña, café, y demás conucos de labranza”; y los esclavos de los valles de Patanemo, San Esteban, Guaiguaza y Borburata. Señala un total de 46 haciendas con 554.000 árboles de cacao, 33 tablones de caña, 33.000 matas de café, 110 conucos, cultivos todos en manos de 790 esclavos. ¡Una verdadera riqueza la del Puerto Cabello de entonces..!
Puente-fuera o Pueblo Exterior, tenía para la señalada fecha cuatro barrios: Boca del río, del Manglar, de la Sabana, y el barrio de la Misericordia.
La conducción del pueblo estaba en manos de un Justicia Mayor, un Alcalde Ordinario, un subdelegado de la Real Hacienda, un Diputado Consular… La Junta de la Diputación estaba compuesta de cuatro diputados y un Síndico Procurador. Funcionaba una Administración de la Real Renta de Tabaco, y otra del Correo.
Una lista de un centenar de vecinos, blancos y hábiles para ejercer cargos, fue presentada para demostrar que habían muchos más personajes, que los veinticuatro requeridos para constituir una Junta de Electores.
Los de Puente-dentro o Pueblo Interior, se suponían de mayor poder económico; los tres primeros de la lista serían los más importantes: Francisco de Sojo, Francisco Durán y José Félix de Aranda. Aparece José Maitín, padre de José Antonio, quien llegará a ser el más grande poeta del Romanticismo Literario… En Puente-fuera o Pueblo Exterior, es descollante la figura de Gabriel Salom, con dos de sus hijos, Julián y Bartolomé, este último, máximo exponente de la porteñidad. El canario Vicente Molina, quien pudiera ser el primer educador porteño. Toda la lista son nombres que recogerá la historia en los días gloriosos que se anuncian.
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