Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

domingo, 2 de junio de 2013

Se nos ha ido Guillermo Mujica, un hombre excepcional que tuvo el privilegio de no tener enemigos ni detractores. Era casi imposible hablar mal de quien vivió de una manera tan decente, tan competente y honesta.

El Carabobeño 02 junio 2013

Hoy y Después en Valencia

Alfredo Fermín
afermin@el-carabobeno.com
Se nos ha ido Guillermo Mujica,  un hombre excepcional que tuvo el privilegio de no tener enemigos ni detractores. Era casi imposible hablar mal de quien vivió  de una manera tan decente, tan competente y honesta. 
En este diario nos ha correspondido,  durante las postrimerías del siglo pasado y en lo que va del presente,  escribir los obituarios de personas destacadas en nuestra ciudad. Por respeto a la memoria del fallecido y a sus familiares generalmente las notas son generosas. Pero en el caso del doctor Mujica nada de lo que se diga será gratuito, porque su vida fue un apostolado donde le correspondió actuar en los hospitales, en la universidad, en la academia, en la Alcaldía de Valencia, en su hogar, en la prensa y en donde se requiriera su presencia. 
Llegó a convertirse en  una de las principales personalidades de la ciudad, era querido por los ricos y por los pobres. Pero siempre se enorgulleció de que provenía de un hogar muy humilde de la parroquia  
Candelaria, a la que siempre le rindió culto amoroso, como lo hizo con la gente, las instituciones  y el patrimonio de esta Valencia que,  en 1989,  lo declaró - por unanimidad - el tercer Cronista de la Ciudad. Antes lo fueron Rafael Saturno Guerra y Alfonso Marín.
LA CIENCIA Y EL ARTE 
Adquirió una educación esmerada en los colegios Domingo Savio y Don Bosco, en el Liceo Pedro Gual y en la Universidad Central, donde obtuvo los títulos de médico cirujano y doctor en Ciencias Médicas. En tiempo difíciles tuvo la suerte de especializarse en Anatomía Patológica, en  el Instituto Senckberg de la Universidad  Johann Wolfgang Goethe, de la ciudad alemana de Franfurt. Ese tiempo lo aprovechó también para profundizar sus conocimientos sobre Artes Plásticas en grandes museos y sobre música. Bach, Beethoven, Mozart,  Liszt, Mahler,  la ópera y la zarzuela  fueron  pasiones que disfrutaba, hasta antes de enfermarse, con un grupo de aficionados que reunía para dictar su cátedra musical en la histórica Casa de La Estrella.
Siempre llamó la atención que siendo una persona tan exquisita hubiese estado durante 30 años en contacto diario con la muerte como patólogo en el Hospital Central. 
Al recordado periodista Ildemaro Alguíndigue le explicó en una memorable entrevista publicada el 13 de septiembre de 1987,  en El Carabobeño,  que era patólogo no porque amaba la muerte sino porque,  en su ejercicio, valoraba más la belleza de la vida acercándose a la verdad definitiva. "Ayudamos a la administración de justicia, obtenemos información sobre las enfermedades de los venezolanos, sobre aspectos humanos y sociales. Los soñadores podemos ver aún más que los llamados realistas porque sabemos admirar  al cuerpo humano como una obra de arte. Si Miguel Angel no hubiese disecado cadáveres jamás habría logrado sus formidables esculturas. 
TODO UN MAESTRO 
 En la Universidad de Carabobo  fundó las cátedras de Histología y Embriología,  Anatomía Patológica, Medicina Legal y  Fisiopatología. Fue un profesor bondadoso y exigente. Cuando las autoridades de la facultad de Medicina decidieron intervenir el departamento de Morfología,  que él dirigía,  por problemas con un examen que perjudicaba a centenares de estudiantes,  presentó su renuncia lo cual conmocionó a la comunidad universitaria. Tanto que el rector y el Consejo Universitario se movilizaron para dejar sin efecto la decisión . Como  Cronista de la Ciudad representó la hidalguía y elegancia del pueblo de Valencia y conservó su memoria histórica  modernizando los archivos, para lo cual las actas del ayuntamiento de 1636 a 1946  fueron digitalizadas y dispuestas al servicio de los investigadores. Sus investigaciones históricas y sus crónicas  sobre Valencia y sus personajes  las publicaba todos los lunes en El Carabobeño,  con el poético nombre de Azules y Brumas,  reunidas en seis tomos editados por la alcaldía. En los honores que le rindieron antes de su sepelio en el cementerio Jardines del Recuerdo, la Universidad de Carabobo, en la sede del Rectorado,  la alcaldía y el Concejo Municipal de Valencia, entre otras instituciones, quedó demostrado cuánto queríamos y cuánta falta nos hará un hombre de las cualidades de Guillermo Mujica. 
Ojalá que la designación de su sucesor como Cronista de la Ciudad  se haga,  como él quería,  de manera justa, sin controversias políticas innecesarias, con candidatos que hayan demostrado conocimientos, constancia y entereza en  defensa y promoción de la Valencia eterna. 
EN VALENCIA, donde no habíamos conocido limitaciones a la libertad de información, por lo menos en los últimos 50 años, nos encontramos con que, ahora,  los que dirigen la política de comunicaciones  del gobierno regional impiden el acceso a las fuentes informativos a diversos medios, entre ellos a El Carabobeño,  restringiendo así,  a los periodistas,  el derecho que tenemos  -por ley- de informar veraz y oportunamente. 
La política informativa del gobernador Francisco Ameliach es a través del Twitter y de boletines de prensa,  dirigidos más a la promoción  gubernamental que a informar lo que, verdaderamente, es de interés para los usuarios de los medios. 
No hay acceso a los funcionarios que integran el Consejo de Secretarios del Ejecutivo, por lo cual los titulares son completamente desconocidos para los periodistas que llevamos décadas cubriendo las fuentes del Capitolio. El Foro Dominical de El Carabobeño, de esta semana, estaba  dedicado a autoridades de Insalud, especialmente a los que están a cargo de los servicios de Epidemiología, para que informen cuál es la realidad con el problema de la gripe Ah1N1 en el estado.Fue imposible porque  hay que solicitarles  audiencia, para  entrevistas, a los que llevan la agenda de los funcionarios, porque éstos no están autorizados para dar información. 
El gobernador Ameliach ha concedido muy pocas entrevistas en su despacho y los que han tenido acceso ha sido por previa invitación personal. Lo más grave ocurrió el viernes cuando se invitó a una rueda de prensa en la antigua sede del ministerio de Agricultura y Cría, en la Redoma de Guaparo,  con un  ministro y  alcaldes del estado. 
A uno de los alcaldes, cuando vio a una periodista de El Carabobeño, le dio una especie de ataque  y exigió que sacaran del recinto a los periodistas de este diario porque él no los soporta. Fue evidente que el ministro se avergonzó con este gesto de malcriadez y luego informó sobre el motivo de su visita a Valencia. 

Cuando hay demostraciones de que el Gobierno nacional está haciendo una apertura con el sector privado, estos gestos inamistosos  con los profesionales de la comunicación social dejan mucho que desear si, en verdad, hay intenciones de lograr la paz del país.

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