Contra los ciudadanos
Estos, recubiertos con ilegitima soberanía despojan de sus derechos a los ciudadanos, los cuales carecen de todo derecho frente al usurpador de la soberanía. Prevalecido de su soberanía, el usurpador se protege contra toda crítica interna y disidencia
EDUARDO VÁSQUEZ Opinión | TAL CUAL 08/05/2014
Por una inversión tramposa, la soberanía se desplaza de los ciudadanos a sus representantes. Estos, recubiertos con ilegitima soberanía despojan de sus derechos a los ciudadanos, los cuales carecen de todo derecho frente al usurpador de la soberanía. Prevalecido de su soberanía, el usurpador se protege contra toda crítica interna y disidencia. Rechaza toda injerencia externa, sobre todo la que reclama la validez de los derechos humanos universales y de nuevo acude a nuestra mente si la supuesta soberanía del poder de un gobierno es superior a los derechos de los ciudadanos.
Todos los totalitarismos en el poder han considerado al poder del gobierno como inviolable, ajeno a cualquier otro poder. Y tienen que hacerlo puesto que uno de sus objetivos es aniquilar a sus opositores. Stalin no aprobó la declaración de los derechos humanos por la ONU. Necesitaba que nadie le atara las manos para liquidar a los trotskistas y a supuestos enemigos. Hitler se consideraba portador de un derecho supremo, el de la superioridad de raza aria.
De allí su derecho a eliminar todo lo que la contaminaba. Ninguna nación podía violar la soberanía del gobierno de Hitler. Judíos, esclavos, políticos no-nazis, quedaban indefensos. Ese concepto de soberanía es una infamia consciente, deliberada. Toda constitución democrática establece que el deber del Estado es la protección de la vida y de los derechos ciudadanos.
Esa pseudosoberanía aniquila ese derecho. Las naciones que pudiendo defender a los ciudadanos de esa supuesta soberanía para matar y aniquilar no lo hacen son culpables por cómplices. El haber sido electo democráticamente no le otorga a ningún gobierno violar los derechos del soberano que lo eligió.
Cuando no existían los derechos humanos, el amo podía matar al esclavo, el marido a la esposa y hasta a los hijos. Los gobiernos totalitarios hacen retroceder la historia.
Reconocen la soberanía de los ciudadanos para elegirlos, pero la desconocen como portadores de derechos. Lo peor que le puede pasar a un pueblo es caer en manos de una turba que ignora el derecho y la historia los cuales como decía Sócrates creen saber lo que no saben. La igualdad democrática no puede consistir en llevar al poder a cualquier ciudadano. Es falso como sostuvo Lenin que la cocinera podía ser administradora del Estado.
Los que nos gobiernan actualmente no son cocineras, pero padecen del mismo mal: creen saber lo que no saben. Gran parte de nuestros males provienen de allí.
Opinión | TAL CUAL 08/05/2014 |
Estado militar y diálogo
El tema del control democrático de la Fuerza Armada Nacional debe ser urgentemente incorporado en la mesa de dialogo en Venezuela, pues constituye un mecanismo que permite medir, sin eufemismo ni manipulación, la voluntad del Ejecutivo nacional de respetar la constitución
ROCÍO SAN MIGUEL
La hegemonía del Gobierno venezolano sobre la Fuerza Armada Nacional, sin ningún tipo de control democrático y colocando su funcionamiento al margen de la Constitución, puede ser demostrada hoy por hoy a través de 5 datos de comprobación fáctica:
1. La partidización de la Fuerza Armada Nacional, prohibida expresamente por el artículo 228 y 330 de la Constitución. Según una evaluación realizada por la organización Control Ciudadano, el discurso del alto mando militar en los últimos años da cuenta de ello, con citas textuales y las fechas en los que fueron pronunciados. Con la expresión más brutal de partidización, al haberse demostrado en 2010 la inscripción de militares activos en le PSUV.
2. El funcionamiento de la Milicia Nacional Bolivariana, cuerpo armado que no aparece en ningún artículo de la Constitución y que fue rechazado además por el pueblo venezolano en el referéndum constitucional de 2007.
3. La denominación Fuerza Armada Nacional "Bolivariana", también rechazada por el pueblo venezolano en el referéndum constitucional de 2007. A cuya denominación se le agregan los calificativos "revolucionaria y chavista a partir de 2012".
4. La incorporación de un "comandante supremo" en la cadena de mando de la institución.
5. El ejercicio simultaneo del cargo militar y de un cargo de elección popular, expresado en los ascensos de los gobernadores de Guárico, Portuguesa y Zulia, contralmirante Ramón Rodríguez Chacín, coronel (Av) Wilmar Castro Soteldo y coronel (Ej) Francisco Arias Cárdenas respectivamente. Además del ascenso del actual presidente de la Asamblea Nacional, diputado Diosdado Cabello, al grado de a capitán del Ejercito. Y del edil fallecido, mayor (Ej) Eliécer Otaiza.
El tema del control democrático de la Fuerza Armada Nacional debe ser urgentemente incorporado en la mesa de dialogo en Venezuela, pues constituye un mecanismo que permite medir, sin eufemismo ni manipulación, la voluntad del Ejecutivo nacional de respetar la constitución.
La última memoria y cuenta relativa al sector Fuerza Armada Nacional está demostrando claramente el uso partidizado, discrecional y arbitrario que viene haciéndose de esta institución fundamental para el país. Pero también, cómo se están consolidando las bases para su destrucción. Esto debe impedirse y ser monitoreado por la oposición sentada en la mesa de dialogo, que aspira a ser alternativa de poder algún día en Venezuela.
La Fuerza Armada es un bien público que pertenece a todos los venezolanos y urge encontrar anclajes que permitan en algún momento su retorno al carril constitucional.
rociosm@cantv.net @rociosanmiguel
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