Trinchera
Carta a Diosdado
- Luis Cubillán Fonseca (Columnista, Notitarde, Luis Cubillán Fonseca / )
Luis Cubillán Fonseca
Carta al Capitán del Ejército en situación de Presidente de la Asamblea Nacional.
Caracas.-
Caracas.-
Le escribo para hacer algunos comentarios. El 27 de diciembre, el civil Nicolás Maduro, en situación de Presidente, le otorgó a usted el grado de Capitán activo, sin embargo, continúa ejerciendo un cargo reservado por la Constitución Nacional al estamento civil. Lea: "No les está permitido optar a cargo de elección popular, ni participar en actos de propaganda, militancia o proselitismo político". (Artículo 330) Sin lugar a dudas, ésa es una conducta que se aparta de lo aceptado como lícito (Drae).
Vale recordar, que usted fue retirado de las Fuerzas Armadas, como Teniente en situación de retiro, ¡Gracias Dr. Caldera! luego de participación perdidosa en dos golpes de Estado, pero no son esos asuntos los que nos interesan hoy. El tema es la pérdida de la Soberanía Nacional ante el Gobierno de La Habana.
Esa bárbara experiencia ancilar que vive Venezuela, perdidosa de la Soberanía Nacional, está representada en la situación sufrida en sus días finales por el presidente Chávez. El hombre muriéndose, y lo subían y lo bajaban del avión, como si fuera un perol. No hubo en la Institucionalidad venezolana, quien se hiciera cabeza visible del Estado ante la gravísima situación personal del Presidente. La información siempre estuvo a oscuras. Hoy nos preguntamos: ¿Para beneficio de quién?
¿Cómo pudo el estamento militar venezolano y usted Capitán, en situación de Diputado en ejercicio, cuyas manos manejan el poder, consentir que un Gobierno miserable con los antecedentes criminales de los Castro, sometiera al Presidente venezolano a manipulaciones y ensalmes desconocidos hasta la fecha? El Presidente de la República es la cabeza del Estado, y lo llevaban y lo traían a voluntad de los Castro. Allí no tuvo injerencia ninguna institución venezolana: Ni militar, ni Colegios Profesionales, Academias, Universidades, Iglesia, legisladores, omisiones de alto nivel, etc..., en fin, ni siquiera los directivos del partido del régimen, cuyo deber, se piensa, era desplazarse hasta la isla del terror, a inspeccionar el desarrollo del drama. En ese momento valió más la política que la persona. Todo para cumplir el empeño de aquellos tiranos en ungir al pupilo. El General Jacinto Pérez Arcay, exclamó: "Te trajeron muerto", luego aclaró que la exclamación fue metafórica… ¿Acaso se ha revisado a la vista de expertos la documentación médica, los protocolos de las operaciones, exámenes y análisis a los que fue sometido? También se ignora el nombre de los médicos, o altos brujos, habitantes de la oscuridad. Chávez vivía la mitad de la vida, por eso desconcierta su prematura desaparición, llena de misterio. Crea, Cabello, que en ese momento, cometieron el más grande error. Antes de concluir, señor Capitán, en situación de Diputado en ejercicio, exímase de enviar mensajes fatídicos a esta ciudad. ¡Dispare contra los invasores de Venezuela, y gane prestigio! Quizá la cubanía esté más cerca de usted, que los valientes estudiantes. El resultado de su orden por Twitter fue obedecido con toda lealtad. En segundos, el "ataque fulminante" ordenado por usted (16/02) se llevó dos muchachitas. Quizá tengan culillo (Drae) en el régimen. Y lo deben tener, porque saben que le entraron a patadas al país. Se sabrá cuando salgan, cuánto nos costaron estos años de derroche, y de qué tamaño es la tronera que deberá pagarse. La Asamblea Nacional, constitucionalmente civil, está infectada por militarismo agudo, por eso guarda absoluto silencio.
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