Lectura Tangente
Notitard e03/05/2014 Diálogo y resultados
- Ramón Guillermo Aveledo (Notitarde / )
Ramón Guillermo Aveledo
Que la miopía y la arrogancia no hagan perder, al país, el tren del diálogo. El tiempo es el único recurso natural verdaderamente no renovable.
Hay quienes sacan una cuenta vieja y dicen que el Gobierno gana tiempo con el diálogo. Creo que se equivocan. Si esa manera de calcular fuera también la tentación de alguna mentalidad en el mundo oficialista, su error podría ser fatal. Porque arrastrar los pies para intentar supersticiosamente "ganar tiempo", es en realidad perder tiempo, y perder una oportunidad brillante de hacer cambios antes que la situación se agrave, que es un curso perfectamente predecible de los acontecimientos. Porque la economía anda muy mal y se va a poner peor si no hay golpes de timón certeros. Porque la impunidad y la anarquía no pueden traer sino más violencia delincuencial, lo cual entre nosotros tiene el componente venenoso de la existencia de esos grupos paramilitares y para-policiales, mal llamados "colectivos" o que en su inicio lo fueron.
Solo esos dos campos, donde la responsabilidad gubernamental es ineludible, son mucho más difíciles de manejar en un clima político polarizado al extremo y radicalmente excluyente. Porque en tal ecosistema, que es el que el grupo en el poder se ha esmerado en cultivar, las instituciones se debilitan y no son creíbles, y los instrumentos del Estado pierden fuerza porque la mitad de la población ve que han sido usadas como armas contra ella.
Lo del diálogo no es pues una escogencia, es un imperativo y una oportunidad. Porque los modelos en que quien gobierna es amo del poder y cualquier otro es un apátrida o un traidor, fracasan y terminan mal. Le pasó al nacional socialismo y al fascismo, y al socialismo real, salvo algunas excepciones que solo lo son de nombre o quedaron, como el Parque Jurásico de la película, como aterradora muestra de una especie extinta.
El diálogo en Venezuela es tan obviamente necesario que lo apoyan el Papa Francisco, los gobiernos y las oposiciones de América Latina, Obama, los países europeos y la Unión Europea, la ONU y la OEA, y voces del planeta entero. Esas voces incluyen, para sorpresa de algunos, la del Premio Nobel Mario Vargas Llosa, cuyas posiciones acerca de nuestro país nadie podría tachar de conniventes o equidistantes.
Ocho de cada diez venezolanos apoya el diálogo, pero ese no es un cheque en blanco ni por tiempo indefinido. Que la miopía o la arrogancia no nos hagan perder esta oportunidad. Que se produzcan resultados tempranos.
Lectura Tangente
Notitard e03/05/2014
La supresión de la razón
- Víctor Maldonado (Notitarde / )
Víctor Maldonado
Todas las luchas del ser humano han tenido un solo objetivo: superar el miedo. En lo que tuvo suficiente conciencia el hombre, supo que debía resolver un dilema. Afrontar un mundo calamitoso y a la vez organizar una trama que le permitiera tener en el otro un aliado y no un enemigo. Rápidamente entendió que debía ser un lobo entre lobos, y que la confianza no podía ser de tal magnitud que terminara siendo la presa de otro desigual, más fuerte, más cruel y menos leal. Inventó dioses, mandamientos y castigos. "No matarás", "No robarás", incluso "No desearás", fueron piedras angulares de una convivencia forzada por las terribles consecuencias. Ni podía prescindir del semejante, ni podía entregarse en sus manos. A partir de esas convicciones su genio construyó instituciones para balancear la convivencia entre los diversos. Desiguales en talentos, proyectos y formas de ver al mundo, los hombres coincidían al menos en el objetivo de sobrevivir -una aspiración generalizada- y poco a poco entendieron que además podían incluso vivir bien. Eso sí, necesitaban un mínimo de cooperación de los otros, para que funcionara eso que ahora conocemos como sociedad.
Esa cooperación vino a través de la división del trabajo y la construcción de un sistema de mercado que terminó por encauzar esas ansias violentas y resentidas hacia las oportunidades de intercambio que se ofrecían a través de un mediador universal llamado dinero. El esfuerzo debía ser, y así fue, salir de esa pobreza devastadora que era el signo universal del ser humano. Y se logró mediante la producción abundante de riqueza, en tales niveles como para que permitiera la redistribución a través del reconocimiento progresivo de derechos.
La riqueza fue el resultado de las revoluciones industriales y tecnológicas, que en un plazo muy breve propiciaron esas exigentes y emprendedoras clases medias urbanas -la llamada burguesía- que aportaban talento, innovación y capacidad organizacional. El paraíso nunca existió, por milenios solo abundó esa miseria y vida breve en la que el hambre y la dureza del corazón eran las únicas formas de transcurrir. Todo era precario, y así continuó siendo hasta que la inventiva se enfocó en la resolución de problemas concretos, no por altruismo ético sino porque en cada problema resuelto podía haber un buen negocio para quien lo solventara. Por eso es que solo desde el siglo XIX podemos hablar de la universalización progresiva de los derechos, gracias al trabajo y a la productividad de las empresas, que poco a poco se fueron ajustando en términos del reconocimiento de una dignidad humana que estaba en fase de construcción. El trabajo productivo fue el principio de la liberación del hombre.
A alguien se le ocurrió el mito de la lucha de clases, y concomitantemente a eso, que el Estado no era otra cosa que la expresión represiva de la clase dominante, y que el proletariado debía poner fin a eso mediante el control y usufructo de los medios de producción. Un espectro comenzó a recorrer Europa y en 1848 esa sombra fantasmal lanzó el manifiesto comunista. Una versión interesada y reducida de la realidad comenzó a difundirse. La división, el encono y el conflicto fueron resaltados, no para superarlos, sino para terminar usándolos contra aquellos que habían producido riqueza y defendían con todo derecho sus logros y sus libertades. "Ser rico es malo" gritaron, por eso expropiaron, estatizaron, y a cuenta de una felicidad futura, confiscaron derechos, limitaron garantías, y argumentaron que la felicidad del colectivo era el bien común ante el cual debían sacrificar vidas personales y razones. Llegaron para pisotear -así lo dijo Mussolini- el cadáver más o menos descompuesto de la libertad. Llegaron para sustituirlo por el culto al Estado, la abolición de toda la distinción entre lo político y lo privado, la anulación del individuo, y su fusión con esa masa desprovista de razón cuyo deber era obedecer o morir. "El puño es la síntesis de nuestra teoría", gritaba frenéticamente Il Duce desde las puestas en escena tan propias de los totalitarismos de todos los tiempos.
Y volvió el miedo. Ayn Rand no logró explicarlo racionalmente y por eso escribió novelas. Los que viven en las garras de estos totalitarismos -y nosotros estamos en eso- "tratan de vivir una vida humana en un ambiente que es totalmente inhumano. Trate de imaginar lo que sería vivir en un terror constante día y noche, y que por la noche esté esperando que toquen la puerta, donde siente temor por todos y por todos. Imagínense un país donde la vida no vale nada, menos que nada, y usted lo sabe, y no sabe quién o cuando le hará algo, porque no hay ley ni derechos de ninguna clase…". Nosotros, desafortunadamente, no lo imaginamos, porque lo experimentamos. Vivimos en un rincón del mundo donde no rige el imperio de la razón sino la fábula terrible del poder sin límites.
"Diálogo" ¿Salvavidas de Maduro?
A juzgar por el debut del jueves, Maduro está botando por la ventana su gran oportunidad...
MARTA COLOMINA | EL UNIVERSAL
domingo 13 de abril de 2014 12:00 AM
Que Maduro y medios públicos insultasen a la oposición el mismo día de la reunión entre Gobierno y la MUD para iniciar el "diálogo" con la mediación de Unasur y el Nuncio Apostólico, (Maduro aseguró que paramilitares colombianos y narcotraficantes capturados en las barricadas, asesoran y financian a quienes protestan); y que la Fiscal declarara que el partido de Leopoldo López,"Voluntad Popular es un grupo criminal", avalando así la solicitud de lostupamaros que están pidiendo su disolución, comprueba el dicho popular de que "quien nace barrigón, ni que lo fajen chiquito".
Durante 5 horas y 46 minutos los venezolanos estuvimos pendientes del desarrollo del evento marcado por la violencia verbal, pocas veces contenida, de la mayoría de los integrantes del Gobierno. Maduro, quien debía intervenir en condiciones de igualdad con los participantes de la MUD, tomó para sí la conducción del "debate", labor que correspondía a uno de los mediadores. Intervino en 5 oportunidades, de las cuales la tercera duró 39 minutos y la última 40, mientras que representantes de la MUD solo dispusieron de 10 minutos cada uno. El vice Arreaza cometió los mismos abusos de Maduro, así que el tiempo oficial fue 9 veces mayor. La asistencia como representante del régimen del tupamaro mayor, José Pinto, (sus miembros son el brazo armado del gobernador de Mérida para arremeter contra las protestas estudiantiles y "allanar" y hasta saquear viviendas) y que mientras ocurría el "diálogo", la GN y los violentos rojos estaban con tanquetas y lacrimógenas reprimiendo a estudiantes en Chacao, Valencia y Bolívar, prueba que el Gobierno no tiene propósito de enmienda.
Maduro quiere borrar la convicción de la comunidad internacional de que la violencia no es de los estudiantes, sino de su régimen. Por eso Eekhout, Cabello y Jaua insistían en culpar a los estudiantes del incendio de un colegio con niños adentro, o de quemar universidades, cuando está comprobado que los encapuchados rojos se infiltran en las marchas pacíficas para cometer atrocidades, de las que luego acusan a los estudiantes. Lo aprendieron de Hitler (culpando a los judíos) y hasta de Nerón (acusando a los cristianos de la quema de Roma). El incendio de la Unefa se habría hecho con complicidad oficial, dada la vigilancia extrema de sus instalaciones. Cientos de videos sobre muertes, heridos o asaltados por la GN o los escuadrones rojos circulan en las redes y sin embargo Maduro los atribuye aviesamente a la "derecha fascista". En las excelentes intervenciones de la MUD les faltó desmentir que la violencia y las muertes no son por culpa de la acción de quienes protestan. A Maduro lo conmueve que hayan caceroleado a sus dos "estrellas", pero ni una palabra sobre las muertes atroces de tantos estudiantes inocentes, asesinados por los escuadrones oficiales.
La MUD demostró que la ruina del país expuesta en estadísticas oficiales y de organismos internacionales desmienten al enterrador de Pdvsa, sobre que el modelo económico oficial ha sido profundamente exitoso. Las cifras y observaciones de Barboza, Enríquez, Velásquez, Borges, Ramos, Falcón y otros, evidenciaron la catástrofe nacional. Valientemente Capriles recordó a los cancilleres de Unasur su omisión, al no exigir la auditoría prometida, que habría probado el posible fraude electoral. Que hayamos podido ver este jueves en cadena nacional a 11 opositores censurados por la hegemonía mediática durante 15 años. ¡¡No tiene precio!!
Maduro debería ser el más interesado en que el "diálogo" no sea un simulacro para ganar tiempo, porque la violencia, escasez, inflación, corrupción e ineficacia oficiales, están minando mortalmente a su gobierno. Datos registra apenas un 25% de apoyo a Maduro y más del 65% lo hacen culpable de la ruina económica, escasez, inflación y violencia. El jueves los venezolanos de uno y otro signo, palparon los deseos de que el país tome el rumbo del progreso y de la paz: sin represión, sin presos políticos y con los alcaldes y parlamentarios elegidos por el pueblo al frente de sus alcaldías y curules; con seguridad en las calles; mercados y farmacias abastecidos, hospitales que funcionen; grupos paramilitares desarmados y una Comisión de la verdad objetiva y neutral y no roja como ahora.
"Este proceso se salva -dijo Ramos Allup- si el jefe del Estado resuelve. Si no resuelve, murió al nacer". Y a juzgar por el debut del jueves, Maduro está botando por la ventana su gran oportunidad de tener un salvavidas que neutralice su caída y el descontento masivo sobre su gobierno. De la amnistía Maduro dice que es "tiempo de justicia, no de perdón". Mucho nos tememos que para él y sus radicales, seguirán siendo tiempos de venganza. Dios ciega al que no quiere ver.
mcolomina@gmail.com
Durante 5 horas y 46 minutos los venezolanos estuvimos pendientes del desarrollo del evento marcado por la violencia verbal, pocas veces contenida, de la mayoría de los integrantes del Gobierno. Maduro, quien debía intervenir en condiciones de igualdad con los participantes de la MUD, tomó para sí la conducción del "debate", labor que correspondía a uno de los mediadores. Intervino en 5 oportunidades, de las cuales la tercera duró 39 minutos y la última 40, mientras que representantes de la MUD solo dispusieron de 10 minutos cada uno. El vice Arreaza cometió los mismos abusos de Maduro, así que el tiempo oficial fue 9 veces mayor. La asistencia como representante del régimen del tupamaro mayor, José Pinto, (sus miembros son el brazo armado del gobernador de Mérida para arremeter contra las protestas estudiantiles y "allanar" y hasta saquear viviendas) y que mientras ocurría el "diálogo", la GN y los violentos rojos estaban con tanquetas y lacrimógenas reprimiendo a estudiantes en Chacao, Valencia y Bolívar, prueba que el Gobierno no tiene propósito de enmienda.
Maduro quiere borrar la convicción de la comunidad internacional de que la violencia no es de los estudiantes, sino de su régimen. Por eso Eekhout, Cabello y Jaua insistían en culpar a los estudiantes del incendio de un colegio con niños adentro, o de quemar universidades, cuando está comprobado que los encapuchados rojos se infiltran en las marchas pacíficas para cometer atrocidades, de las que luego acusan a los estudiantes. Lo aprendieron de Hitler (culpando a los judíos) y hasta de Nerón (acusando a los cristianos de la quema de Roma). El incendio de la Unefa se habría hecho con complicidad oficial, dada la vigilancia extrema de sus instalaciones. Cientos de videos sobre muertes, heridos o asaltados por la GN o los escuadrones rojos circulan en las redes y sin embargo Maduro los atribuye aviesamente a la "derecha fascista". En las excelentes intervenciones de la MUD les faltó desmentir que la violencia y las muertes no son por culpa de la acción de quienes protestan. A Maduro lo conmueve que hayan caceroleado a sus dos "estrellas", pero ni una palabra sobre las muertes atroces de tantos estudiantes inocentes, asesinados por los escuadrones oficiales.
La MUD demostró que la ruina del país expuesta en estadísticas oficiales y de organismos internacionales desmienten al enterrador de Pdvsa, sobre que el modelo económico oficial ha sido profundamente exitoso. Las cifras y observaciones de Barboza, Enríquez, Velásquez, Borges, Ramos, Falcón y otros, evidenciaron la catástrofe nacional. Valientemente Capriles recordó a los cancilleres de Unasur su omisión, al no exigir la auditoría prometida, que habría probado el posible fraude electoral. Que hayamos podido ver este jueves en cadena nacional a 11 opositores censurados por la hegemonía mediática durante 15 años. ¡¡No tiene precio!!
Maduro debería ser el más interesado en que el "diálogo" no sea un simulacro para ganar tiempo, porque la violencia, escasez, inflación, corrupción e ineficacia oficiales, están minando mortalmente a su gobierno. Datos registra apenas un 25% de apoyo a Maduro y más del 65% lo hacen culpable de la ruina económica, escasez, inflación y violencia. El jueves los venezolanos de uno y otro signo, palparon los deseos de que el país tome el rumbo del progreso y de la paz: sin represión, sin presos políticos y con los alcaldes y parlamentarios elegidos por el pueblo al frente de sus alcaldías y curules; con seguridad en las calles; mercados y farmacias abastecidos, hospitales que funcionen; grupos paramilitares desarmados y una Comisión de la verdad objetiva y neutral y no roja como ahora.
"Este proceso se salva -dijo Ramos Allup- si el jefe del Estado resuelve. Si no resuelve, murió al nacer". Y a juzgar por el debut del jueves, Maduro está botando por la ventana su gran oportunidad de tener un salvavidas que neutralice su caída y el descontento masivo sobre su gobierno. De la amnistía Maduro dice que es "tiempo de justicia, no de perdón". Mucho nos tememos que para él y sus radicales, seguirán siendo tiempos de venganza. Dios ciega al que no quiere ver.
mcolomina@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario