Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

viernes, 29 de agosto de 2014

Por el centro de Valencia

Notitarde 28/08/2014 
Albersidades

Por el centro de Valencia

Peter Albers
Mientras camino desde el estacionamiento de profesores al semisótano que medianamente nos sirve como Escuela de Arquitectura, de vez en cuando recojo del suelo alguna lata vacía o vaso de plástico vacío que alguno de los alumnos ha arrojado irresponsablemente al suelo, despreocupado de los no pocos receptores de basura distribuidos por el campus. Cuando comencé con esta práctica de recogedor de basura ad-honorem, pensé con exceso de optimismo que a los jóvenes les podría llamar la atención un viejo majadero que, no sin esfuerzo, se agachaba para asir el despojo y buscaba luego un recipiente para hacer lo que el cochino estudiante no hizo en su momento. Vano optimismo el mío: Pronto me di cuenta de que, distraídos en su conversación, mientras se llamaban entre sí "marico" (o "marica", según) unas seis veces por minuto, no reparaban en lo asqueroso aspecto que presentaba el espacio que separaba los edificios de las distintas facultades de la universidad. Colillas de cigarrillos, papeles, latas vacías de refrescos, vasos de plástico con restos de bebidas gaseosas que atraían hormigas y moscas, todo es una porquería que no parece molestar a los jóvenes que supuestamente se preparan para ser los líderes de una Venezuela que esperamos pueda resurgir del abismo en que hemos caído

Llego al salón donde me reúno con mis alumnos. Son los que están ya trabajando en sus tesis de grado. El tema seleccionado por cada uno es el edificio que propondrá como parte de un programa de reordenación urbana del llamado "Casco Histórico de Valencia", hoy convertido en zona ruinosa y de feo aspecto, en manos de comerciantes y buhoneros poco conscientes de la historia y la tradición que rezuma cada una de sus calles y esquinas.
Ya el plan urbanístico está hecho por los mismos alumnos, quienes por un lapso establecido han estudiado el sector, lo han caminado, fotografiado, y entrevistado a quienes tienen algo que ver con el centro de Valencia: empleados, habitantes, buhoneros, comerciantes, etc. En su investigación se ha logrado algo positivo: jóvenes que nunca habían pisado sus aceras, pateado sus calles, visto sus edificios, sus vetustas casonas todavía en pie a pesar del empeño de sus dueños por dejarlas desaparecer, abandonadas y expuestas a las inclemencias del tiempo.
Varios de los edificios proponen (sobre una base académica, por supuesto) el regreso de instituciones que nunca debieron abandonar el sector: la Sede del Concejo Municipal, la Asamblea Legislativa hoy llamada "Concejo Legislativo" o algo así. Museos, bibliotecas, mercados, estaciones de policía, son parte de un ejercicio para crear conciencia ciudadana en los jóvenes.
Tal vez el mayor beneficio logrado con la tarea propuesta sea la concientización de jóvenes en la existencia de una zona que otrora fue parte importante de la ciudad y hoy, migrados importantes organismos, guarda todavía en sus viejas paredes y alberga bajo sus tradicionales techos mucha de su historia.
Esa experiencia y el conocimiento adquirido podrán tal vez reforzar en los jóvenes alumnos el sentido de pertenencia, básico para aprender a querer el sitio donde se vive, se ama y se trabaja. Y se respeta y se conserva.
Tal vez algún organismo, vuelta la racionalidad, pueda interesarse por lo que hacemos y el centro de Valencia vuelva a recuperar su dignidad.
peterkalbers@yahoo.com
@peterkalbers

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