Ida Gramcko, la poeta que era una loca simpática
Hoy se cumplen 20 años de la muerte de la escritora venezolana
La autora falleció el 2 de mayo de 1994 ARCHIVO
DANIEL FERMÍN | EL UNIVERSAL
viernes 2 de mayo de 2014
Ida Gramcko (Puerto Cabello 1924 - Caracas, 1994) decía que a la muerte no se sobrevive, que solo lo verdadero permanece. Su poesía trascendió más allá del fallecimiento de la autora (hoy se cumplen 20 años de su deceso producto de un accidente cerebro-vascular isquémico que la tuvo varios días en coma). La escritora dejó una obra que procesó perpetuidad.
La poeta se convirtió en uno de los nombres más importantes de la literatura venezolana. De esos fijos que hay que leer. "Ida Gramcko fue, para mí, uno de los grandes acontecimientos de poesía en lengua española aportados por Latinoamérica. Poemas es un libro sumo de la literatura escrita en el siglo XX. Nadie hasta ese momento había logrado una resolución tan recia entre rigor y densidad y temperamento lingüístico", dijo el poeta Alfredo Chacón, que fue uno de sus amigos.
La vida de Ida Gramcko es propia de un drama de cine independiente o de autor (al igual que la de su hermana Elsa). La escritora sufrió de una enfermedad psiquiátrica que la afectó durante muchísimos años. Tanto, que influyó en su poesía. Ahí está el libro Poemas de una psicótica (1964) que fue resultado de su padecimiento.
Eso sí, escribir no era una suerte de terapia para la poeta. Ya la misma Ida Gramcko había dicho en uno de sus artículos que el poeta no es un hombre que se cura de ningún pánico con versos, que la poesía no es una panacea psicológica. También le dijo a la periodista Milagros Socorro en una entrevista que dio en el año 1991 (la misma en la que se definió como una loca simpática): "El trastorno mental no enriquece la poesía. Al contrario, creo que la empobrece. Yo nunca he creído que una neurosis o una psicosis son vía de enriquecimiento para el ser humano".
Ida Gramcko hizo de periodista, de dramaturga, de narradora. También fue profesora. Ya conocida es la anécdota que Alexis Romero le contó a Gabriela Kizer para la biografía que escribió sobre la poeta: después de un año de asistir como visitante al taller del Celarg, la docente invitó al alumno a leer por fin sus poemas. Tras unos minutos de lectura, Ida Gramcko le quitó los textos, los echó a la basura, sacó un poemario del italiano Salvatore Quasimodo y dijo que ahora sí iban a leer poesía.
La obra de Ida Gramcko, a juicio de Kizer, se lee poco hoy. Alfredo Chacón también cree que su poesía merece mayor reconocimiento en Venezuela. "Hoy en día uno de los deberes de la cultura poética del país es recuperar el acceso que ya había logrado la obra de Ida", agregó el escritor apureño. La literatura de Gramcko sigue viva para ser analizada.
dfermin@eluniversal.com
La poeta se convirtió en uno de los nombres más importantes de la literatura venezolana. De esos fijos que hay que leer. "Ida Gramcko fue, para mí, uno de los grandes acontecimientos de poesía en lengua española aportados por Latinoamérica. Poemas es un libro sumo de la literatura escrita en el siglo XX. Nadie hasta ese momento había logrado una resolución tan recia entre rigor y densidad y temperamento lingüístico", dijo el poeta Alfredo Chacón, que fue uno de sus amigos.
La vida de Ida Gramcko es propia de un drama de cine independiente o de autor (al igual que la de su hermana Elsa). La escritora sufrió de una enfermedad psiquiátrica que la afectó durante muchísimos años. Tanto, que influyó en su poesía. Ahí está el libro Poemas de una psicótica (1964) que fue resultado de su padecimiento.
Eso sí, escribir no era una suerte de terapia para la poeta. Ya la misma Ida Gramcko había dicho en uno de sus artículos que el poeta no es un hombre que se cura de ningún pánico con versos, que la poesía no es una panacea psicológica. También le dijo a la periodista Milagros Socorro en una entrevista que dio en el año 1991 (la misma en la que se definió como una loca simpática): "El trastorno mental no enriquece la poesía. Al contrario, creo que la empobrece. Yo nunca he creído que una neurosis o una psicosis son vía de enriquecimiento para el ser humano".
Ida Gramcko hizo de periodista, de dramaturga, de narradora. También fue profesora. Ya conocida es la anécdota que Alexis Romero le contó a Gabriela Kizer para la biografía que escribió sobre la poeta: después de un año de asistir como visitante al taller del Celarg, la docente invitó al alumno a leer por fin sus poemas. Tras unos minutos de lectura, Ida Gramcko le quitó los textos, los echó a la basura, sacó un poemario del italiano Salvatore Quasimodo y dijo que ahora sí iban a leer poesía.
La obra de Ida Gramcko, a juicio de Kizer, se lee poco hoy. Alfredo Chacón también cree que su poesía merece mayor reconocimiento en Venezuela. "Hoy en día uno de los deberes de la cultura poética del país es recuperar el acceso que ya había logrado la obra de Ida", agregó el escritor apureño. La literatura de Gramcko sigue viva para ser analizada.
dfermin@eluniversal.com
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