Exigen dotar a los hospitales de Carabobo de insumos quirúrgicos
Médicos denuncian que el 50% de las patologías carecen de fármacos
MARIANELA RODRÍGUEZ | ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
miércoles 6 de agosto de 2014 12:00 AM
Valencia.- El gremio médico y miembros de la sociedad civil de Carabobo, protagonizaron una manifestación este martes en la intercepción de las avenidas Bolívar norte y Cedeño, con la intensión de denunciar el progresivo desabastecimiento de medicamentos e insumos.
Los médicos aprovechaban la luz roja del semáforo para colocarse en medio de la calle con pancartas en mano y, rechazar la insuficiencia de materiales quirúrgicos y medicamentos. Aseguraron que actualmente el 50% de las patologías no pueden ser contrarrestadas debido a la carencia de los citados recursos.
Humberto Charry, médico ginecólogo, señaló que la falta de medicamentos se agudiza cada día, razón por la cual los pacientes deben recorrer varias farmacias para conseguir lo indicado en un récipe especializado.
Dijo que en muchos casos los dependientes de las farmacias les informan a quienes solicitan los medicamentos, que el laboratorio que elabora el producto,cerró sus operaciones en el país o que ya no está produciendo el fármaco requerido.
Los médicos aprovechaban la luz roja del semáforo para colocarse en medio de la calle con pancartas en mano y, rechazar la insuficiencia de materiales quirúrgicos y medicamentos. Aseguraron que actualmente el 50% de las patologías no pueden ser contrarrestadas debido a la carencia de los citados recursos.
Humberto Charry, médico ginecólogo, señaló que la falta de medicamentos se agudiza cada día, razón por la cual los pacientes deben recorrer varias farmacias para conseguir lo indicado en un récipe especializado.
Dijo que en muchos casos los dependientes de las farmacias les informan a quienes solicitan los medicamentos, que el laboratorio que elabora el producto,cerró sus operaciones en el país o que ya no está produciendo el fármaco requerido.
Venezuela dividida
La mayoría de la población está cansada de la permanente confrontación
JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ AZNAR | EL UNIVERSAL
martes 5 de agosto de 2014 12:00 AM
En el terreno político, el país está dividido en dos mitades, independientemente de algunos puntos de más que cada una se atribuye a su favor. A la vez, cada una de ellas sufre de confrontaciones internas, enfoques distintos y hasta contradictorios, bien sea por diferentes posiciones ideológicas, por rivalidades personales o por intereses particulares. Ello ocurre tanto en el PSUV como en la Mesa de la Unidad Democrática -MUD. Esta polarización le está haciendo un gran daño al país.
Venezuela está viviendo uno de los momentos más difíciles de nuestra historia. El país está agobiado por la alta inflación, por el control cambiario, por el control de precios, por el desabastecimiento de alimentos y productos básicos del hogar, por las deudas del Estado con proveedores, contratistas y empresas de servicios y por la corrupción, por citar tan solo los que están a la vista de todos.
No creo en la llamada "guerra económica" que inculpa al sector privado nacional, al imperialismo yanqui o a cualquier otro "enemigo de la revolución" de las consecuencias de una política económica que son de la responsabilidad del gobierno como rector de la economía nacional. Es cierto que la actividad productora del sector privado se ha reducido sensiblemente en los últimos años. Muchas empresas pequeñas y medianas han cerrado sus puertas. No ha habido empresario medianamente exitoso que haya cerrado a gusto las puertas de su fábrica, ni que lo haya hecho solamente por no compartir la ideología del gobierno. Su decisión debe haber sido fundamentalmente por la inseguridad jurídica o la falta de estímulos.
El gobierno está consciente de la situación económica por la que atraviesa el país y que debe rectificar y rediseñar la que hasta ahora ha sido su política económica. Sin lugar a dudas Maduro se encuentra en una encrucijada al enfrentarse, por un lado, al radicalismo de algunos grupos del PSUV, que insisten en una profundización de la revolución en vez de una rectificación. Por otro lado, el temor al efecto electoral al tener que tomar medidas que de manera inmediata afectan a la población. Es la disyuntiva del gobernante del corto plazo que gobierna con fines electorales o el gobernante estadista que gobierna para las futuras generaciones. Esa misma disyuntiva se les presenta a los líderes de la oposición. Recordemos el Gran Viraje y la Agenda Venezuela, de CAP y Caldera, respectivamente.
La mayoría de la población está cansada de la permanente confrontación con hechos y palabras que no conducen a nada positivo. Venezuela como país es mucho más importante que los partidos políticos y sus contiendas electorales. Soy de los que creen que el diálogo es imprescindible y totalmente necesario para superar la actual crisis económica, política y social. Debe reanudarse un diálogo que se inició hace algunos meses con gran ilusión pero que al poco tiempo se convirtió en frustración. La oposición tuvo por única vez la oportunidad de mostrarse ante millones de personas en cadena nacional de radio y televisión, encarando al presidente Maduro junto a sus principales colaboradores de gobierno.
El diálogo debe iniciarse con el compromiso de eliminar los insultos, injurias y agravios para referirse al adversario político; el lenguaje político debe ser un medio pedagógico y ejemplar para la población en general y muy especialmente para nuestros niños y adolescentes. El diálogo es necesario para que ambas partes expongan sus puntos de vista con respeto y en busca de soluciones. Que dentro del juego democrático se reconozca el derecho de las minorías, que no son tan minorías. Es necesario el diálogo en materia económica para tomar y aceptar decisiones en procura del beneficio colectivo. En el diálogo es de gran importancia la conducta de los medios de comunicación, que deben dar cabida a todas las tendencias y opiniones políticas, sin vetos ni censuras, dentro del debido respeto a las personas e instituciones. Que el Canal 8, que es un canal del Estado, sea en verdad de "todos los venezolanos" y no de propaganda de una sola parcialidad, y que los medios públicos o privados no sean voceros de una sola tendencia política, cualquiera que ella sea.
El diálogo se fundamenta en el respeto, sin que nadie tenga que arriar sus banderas ideológicas. Recordemos la transición española después del franquismo, cuando se llegó a una Constitución cuyo consenso incluyó tanto al Partido Comunista Español, como a la socialdemocracia y a la más recalcitrante derecha, manteniendo cada quien su propia identidad. El beneficio país estuvo por encima del beneficio partidista o de la terquedad ideológica.
Economista
josevicenterodriguez.aznar@gmail.com
Venezuela está viviendo uno de los momentos más difíciles de nuestra historia. El país está agobiado por la alta inflación, por el control cambiario, por el control de precios, por el desabastecimiento de alimentos y productos básicos del hogar, por las deudas del Estado con proveedores, contratistas y empresas de servicios y por la corrupción, por citar tan solo los que están a la vista de todos.
No creo en la llamada "guerra económica" que inculpa al sector privado nacional, al imperialismo yanqui o a cualquier otro "enemigo de la revolución" de las consecuencias de una política económica que son de la responsabilidad del gobierno como rector de la economía nacional. Es cierto que la actividad productora del sector privado se ha reducido sensiblemente en los últimos años. Muchas empresas pequeñas y medianas han cerrado sus puertas. No ha habido empresario medianamente exitoso que haya cerrado a gusto las puertas de su fábrica, ni que lo haya hecho solamente por no compartir la ideología del gobierno. Su decisión debe haber sido fundamentalmente por la inseguridad jurídica o la falta de estímulos.
El gobierno está consciente de la situación económica por la que atraviesa el país y que debe rectificar y rediseñar la que hasta ahora ha sido su política económica. Sin lugar a dudas Maduro se encuentra en una encrucijada al enfrentarse, por un lado, al radicalismo de algunos grupos del PSUV, que insisten en una profundización de la revolución en vez de una rectificación. Por otro lado, el temor al efecto electoral al tener que tomar medidas que de manera inmediata afectan a la población. Es la disyuntiva del gobernante del corto plazo que gobierna con fines electorales o el gobernante estadista que gobierna para las futuras generaciones. Esa misma disyuntiva se les presenta a los líderes de la oposición. Recordemos el Gran Viraje y la Agenda Venezuela, de CAP y Caldera, respectivamente.
La mayoría de la población está cansada de la permanente confrontación con hechos y palabras que no conducen a nada positivo. Venezuela como país es mucho más importante que los partidos políticos y sus contiendas electorales. Soy de los que creen que el diálogo es imprescindible y totalmente necesario para superar la actual crisis económica, política y social. Debe reanudarse un diálogo que se inició hace algunos meses con gran ilusión pero que al poco tiempo se convirtió en frustración. La oposición tuvo por única vez la oportunidad de mostrarse ante millones de personas en cadena nacional de radio y televisión, encarando al presidente Maduro junto a sus principales colaboradores de gobierno.
El diálogo debe iniciarse con el compromiso de eliminar los insultos, injurias y agravios para referirse al adversario político; el lenguaje político debe ser un medio pedagógico y ejemplar para la población en general y muy especialmente para nuestros niños y adolescentes. El diálogo es necesario para que ambas partes expongan sus puntos de vista con respeto y en busca de soluciones. Que dentro del juego democrático se reconozca el derecho de las minorías, que no son tan minorías. Es necesario el diálogo en materia económica para tomar y aceptar decisiones en procura del beneficio colectivo. En el diálogo es de gran importancia la conducta de los medios de comunicación, que deben dar cabida a todas las tendencias y opiniones políticas, sin vetos ni censuras, dentro del debido respeto a las personas e instituciones. Que el Canal 8, que es un canal del Estado, sea en verdad de "todos los venezolanos" y no de propaganda de una sola parcialidad, y que los medios públicos o privados no sean voceros de una sola tendencia política, cualquiera que ella sea.
El diálogo se fundamenta en el respeto, sin que nadie tenga que arriar sus banderas ideológicas. Recordemos la transición española después del franquismo, cuando se llegó a una Constitución cuyo consenso incluyó tanto al Partido Comunista Español, como a la socialdemocracia y a la más recalcitrante derecha, manteniendo cada quien su propia identidad. El beneficio país estuvo por encima del beneficio partidista o de la terquedad ideológica.
Economista
josevicenterodriguez.aznar@gmail.com
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