Alejandra Pizarnik (Avellaneda, 29 de abril de 1936 - Ibíd., 25 de septiembre de 1972) fue una destacada poetisa argentina. En 1954, tras el bachillerato, ingresó en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Permaneció como estudiante de la Facultad hasta 1957, tomando cursos de literatura,periodismo y filosofía, pero no terminó sus estudios. Paralelamente tomó clases de pintura con Juan Batlle Planas.
Lectora profunda de muchos y grandes autores durante su vida, intentó ahondar en los temas de sus lecturas y aprender de lo que otros habían escrito. Así se motivó tempranamente por la literatura y por el inconsciente, lo que a su vez hizo que se interesara por el psicoanálisis.
Firmemente apolítica e influenciada en su lirismo por Antonio Porchia, los simbolistas franceses, en especial Arthur Rimbaud y Stéphane Mallarmé, por el espíritu del romanticismo, y por los surrealistas, Pizarnik escribió libros poéticos de notoria sensibilidad e inquietud formal marcada por una insinuante imaginería. Sus temas giraban en torno a la soledad, la infancia, el dolor y, sobre todo, la muerte.
Su primer libro fue La tierra más ajena (1955), editado en Botella al mar. Más tarde publicó La última inocencia (1956), volumen dedicado a su psicoanalista León Ostrov, y Las aventuras perdidas (1958).
Entre 1960 y 1964, Pizarnik vivió en París donde trabajó para la revista Cuadernos y algunas editoriales francesas, publicó poemas y críticas en varios diarios, tradujo a Antonin Artaud, Henri Michaux, Aimé Césaire, e Yves Bonnefoy, y estudió historia de la religión y literatura francesa en la Sorbona. Allí entabló amistad con Julio Cortázar, Rosa Chacel y Octavio Paz, entre otros, siendo este último el prologuista de Árbol de Diana (1962), su cuarto poemario, en el que ya se refleja plenamente la madurez como autora que estaba alcanzando en Europa.
Regresó a Buenos Aires en 1964, publicando sus poemarios más importantes: Los trabajos y las noches (1965), Extracción de la piedra de la locura (1968) o El infierno musical (1971).
En 1969 recibió la beca Guggenheim, lo que le permitió viajar a Nueva York, y en 1971 una Fullbright.
Escribió en prosa La condesa sangrienta (1971).
El 25 de septiembre de 1972, a los 36 años, se quitó la vida ingiriendo 50 pastillas de un barbitúrico (Seconal) durante un fin de semana en el que había salido con permiso del hospital psiquiátrico de Buenos Aires, donde se hallaba internada a consecuencia de su cuadro depresivo y tras dos intentos de suicidio.
Faltó tiempo para la gran empresa literaria. Alejandra decía que tenía que escribir una novela y que habría de aprender una nueva gramática para llegar a ese fin que rondaba por su cabeza.
Hoy, tiene un monumento en la calle Güemes en Avellaneda.
Notitarde 08/08/2014
Mariela Cordero ganó el tercer premio del concurso internacional “Alejandra Pizarnik”
“Hago poesía para leer en soledad”
- Mariela Cordero: “Hace falta compartir más poesía del mundo, no solo latinoamericana, porque la poesía es universal, así debe ser un buen poema”. (Notitarde / Jennifer Anais Infante)
Daniela Chirinos Arrieta
La primera vez que Mariela Cordero García escribió un poema, tenía 15 de años de edad y todavía vivía en Belén, municipio Carlos Arvelo. Desde entonces, su proceso creativo ha sido el siguiente: Una imagen aborda su mente, luego vienen las palabras, que poco a poco ordena hasta tomar una dirección, así nacen sus poemas breves.
Desde muy pequeña comenzó a proyectarse primero como una gran lectora y más tarde como una gran escritora. Hoy sus poemas son reconocidos en España, México, Chile, Argentina y China.
Eso sí, su poesía no es sencilla, no tiene métrica, ni es explícita, pero posee una cadencia y visualmente tiene movimiento, como ella misma explica. Y aunque suene redundante, precisa que en sus trabajos “el lector tiene que encontrar la poesía dentro del poema”, dice.
En otras palabras, “son un encuentro entre el lector, el poema y el silencio. Es para ti, y al leerlo te transmitirá algo, una sensación, una emoción, eso es lo que busco”. En fin, ésta es “poesía para leer en la soledad y no para ser declamada”.
En cuanto a la temática, afinca que “los poemas no se explican”. Sin embargo, vale decir que los suyos provienen de reflexiones personales. “Entiendo que hace falta concienciar al mundo sobre ciertos temas, pero yo no lo haría con la poesía, para mí la poesía es muy sagrada. Participé en la antología La voz de la ciudad Editorial Public-Arte con un poema que pudiera ser cualquier ciudad, pero eso no es recurrente en mí”.
Esta forma de escribir la asocia con los trabajos de Alejandra Pizarnik y, precisamente, en julio pasado, ganó el tercer lugar del certamen internacional de poesía que lleva el nombre de esta poetisa, otorgado por Bruma Ediciones de Argentina. Frágil como lo absoluto es el título del minipoemario que postuló bajo el seudónimo Stellamaris, y ahora formará parte de la Antología Poética que publicará la editorial convocante.
“La caja viajera”
Se dice que, para ser un gran escritor, primero hay que ser un gran lector. En el caso de Mariela, su primera visita a la Biblioteca Pública de Belén fue a los 7 años de edad. “Una niña me invitó allí a jugar con los tacos. Pero yo descubrí que había libros muy lindos, así que leí casi todos los de la sección infantil”.
Ahí también descubrió el programa La caja viajera. Se trataba literalmente de una caja que tenía siete libros, uno de éstos era La reina de las nieves de Hans Christian Andersen, “era ilustrado, de letras pequeñas, extenso y no tan infantil”, dice. Así que se armó de valor y le planteó a la encargada de la biblioteca que le prestara la caja.
“No, ese libro no sale de aquí”, recibió como respuesta, pero la pequeña lectora insistió tanto que al final la señora accedió, no sin antes advertirle: “Vives cerca, voy a estar pendiente de ti, solo te lo puedes llevar por una semana”.
Así comenzó su hábito por la lectura. Luego buscó títulos por todas partes, incluso los pedía prestados a los padres de sus amigos.
Compradora compulsiva de libros
Ya adulta, se mudó a Valencia para comenzar a estudiar Derecho en la Universidad de Carabobo (egresó en el año 2007), así que empezó a comprar libros y a armar su propia biblioteca. “Los compraba nuevos, en remates, usados. No me importaba en qué estado estuviese, con tal de que fuese el título que me gustaba”. Hoy tiene más de 500 títulos. “Sí, soy una compradora compulsiva de libros, y sigo comprando”, confiesa.
Admira a Charlotte, Emily y Anne Brontë, a Charles Dickens, Fiódor Dostoyevski y Antón Chéjov, a este último lo considera el padre de la narrativa. También es seguidora del trabajo de Rafael Cadenas, “es uno de los poetas vivos más importantes”, subraya; y de Juan Sánchez Peláez, a quien en una palabra asocia con “metafísica”.
“Frágil como lo absoluto”
Este cuerpo / besado de heridas / ya no es trinchera / para el corazón / que se transparenta. / Por obra y gracia / de tu pulso.
Por razones de espacio, nos tocó transcribir los versos de Este cuerpo de manera continua. Sin embargo, por respeto al minucioso trabajo visual de Mariela, es justo señalar que, en este caso, el poema está escrito ajustado a la izquierda, aunque en otros poemas juega con las pausas, los silencios y “el movimiento”.
Con Este cuerpo comienza Frágil como lo absoluto, que además incluye un poema homónimo, así como A veces soy agua, a veces soy sed, Comenzar de nuevo, Hambre y Única.
“El cuerpo de la duda”
A la par, Mariela está presentando su primer poemario impreso. Se trata de El cuerpo de la duda, Editorial Public-Arte, una recopilación de sus poemas breves, en los que “los sentimientos quedan desnudos, despojados de todo accesorio inútil”, afinca la editora y prologuista de este libro, Inés Aguirre.
En sus trabajos Mariela “arma un gran tejido. Sus poemas breves tienen una fuerza que no les permite extenderse más allá. No busca fuera de los límites que le impone el hilo con el que desentraña la madeja para convertirla en una red que nos atrapa, para llamar nuestra atención sobre los elementos, las acciones, los sentimientos clave, que parecen sencillos y que son la llave para entender cuanto sucede a nuestro alrededor. Parece gritar que hay toda duda posible frente a la duda, porque ella se pregunta y responde, a veces en un círculo infinito”, plantea la editora.
Lo bautizó el año pasado en la Sala Cabrujas en Caracas. De sus páginas extraemos el poema 53: Quizás / la caricia / sea / la / limpieza / exacta / de / la memoria; y el 57: Debajo / del / estallido / se / acoplan / la / evidencia / y / el / instinto.
No obstante, éste también es el nombre del blog (elcuerpodeladuda.blogspot.com) donde Mariela cuelga poemas de su autoría y de otros autores que le gustan.
“Hace falta compartir más poesía del mundo”
Y es que, la joven poetisa está convencida de que “hace falta compartir más poesía del mundo, no solo latinoamericana, porque para mí la poesía es universal, así debe ser un buen poema”; por eso, ha colaborado en la versión impresa de La porte des poètes (Francia, 2007) y participó en las antologías: Cuaderno legados I, Editorial Legados (España, 2010); La voz de la ciudad, Editorial Public-Arte (Venezuela, 2012); y World poetry yearbook (China, 2014).
Ha publicado sus poemas en las páginas web de las revistas Voces (España, 2005), Cinosargo (Chile, 2009), Legados (España, 2009), Apolorama (México, 2008-2013), Biografía (Brasil, 2012), Le capital des mots (París, 2013) y Na’at (México, 2013).
También es parte de La Lupe, círculo internacional de literatura vanguardista; Sane society, organización internacional para la difusión de obras culturales y artísticas; La voz de la palabra escrita, sociedad intercultural de España; y Poetas del mundo, asociación de poesía internacional.
- ¿Cómo hace para atender tantos compromisos en varios países con culturas muy distintas?
- No lo sé. Las oportunidades se presentan, envío el material, eso sí, sin expectativas. Lo que sí noto es que todo parece indicar que mi poesía se puede leer en varios países porque no es netamente regional, es decir, puedo hablar de Valencia (Venezuela) sin ser tan explícita, y quien lea ese poema aquí lo va a entender (o identificar) y si lo leen en otro país pasará igual. En definitiva, escribo cosas que se pueden leer aquí y en cualquier parte del mundo.
No solo en castellano
También diseña y se dedica a la fotografía. El año pasado hizo el curso Ser más creativos, impartido por Coursera y la Universidad Autónoma de México; así como Desing 101 (2013-2014) semi presencial, de la Accademia Abadir (Milán, Italia); y estudió en la Alianza Francesa de Valencia (2008). De ahí que hable francés, inglés y un poco de italiano.
- ¿En qué proyecto está trabajando ahora?
- Estoy preparando otros libros de poesía, esta vez en francés. Quisiera hacer un taller de narrativa y adentrarme en ésta. Pero sobre todo, quiero que mis trabajos se puedan traducir a otros idiomas.
De Carlos Arvelo hasta la China, Mariela, una joven que se planteó a temprana edad satisfacer su necesidad de expresarse y aprender, sin dejar de abrirse paso en el mundo.
Desde muy pequeña comenzó a proyectarse primero como una gran lectora y más tarde como una gran escritora. Hoy sus poemas son reconocidos en España, México, Chile, Argentina y China.
Eso sí, su poesía no es sencilla, no tiene métrica, ni es explícita, pero posee una cadencia y visualmente tiene movimiento, como ella misma explica. Y aunque suene redundante, precisa que en sus trabajos “el lector tiene que encontrar la poesía dentro del poema”, dice.
En otras palabras, “son un encuentro entre el lector, el poema y el silencio. Es para ti, y al leerlo te transmitirá algo, una sensación, una emoción, eso es lo que busco”. En fin, ésta es “poesía para leer en la soledad y no para ser declamada”.
En cuanto a la temática, afinca que “los poemas no se explican”. Sin embargo, vale decir que los suyos provienen de reflexiones personales. “Entiendo que hace falta concienciar al mundo sobre ciertos temas, pero yo no lo haría con la poesía, para mí la poesía es muy sagrada. Participé en la antología La voz de la ciudad Editorial Public-Arte con un poema que pudiera ser cualquier ciudad, pero eso no es recurrente en mí”.
Esta forma de escribir la asocia con los trabajos de Alejandra Pizarnik y, precisamente, en julio pasado, ganó el tercer lugar del certamen internacional de poesía que lleva el nombre de esta poetisa, otorgado por Bruma Ediciones de Argentina. Frágil como lo absoluto es el título del minipoemario que postuló bajo el seudónimo Stellamaris, y ahora formará parte de la Antología Poética que publicará la editorial convocante.
“La caja viajera”
Se dice que, para ser un gran escritor, primero hay que ser un gran lector. En el caso de Mariela, su primera visita a la Biblioteca Pública de Belén fue a los 7 años de edad. “Una niña me invitó allí a jugar con los tacos. Pero yo descubrí que había libros muy lindos, así que leí casi todos los de la sección infantil”.
Ahí también descubrió el programa La caja viajera. Se trataba literalmente de una caja que tenía siete libros, uno de éstos era La reina de las nieves de Hans Christian Andersen, “era ilustrado, de letras pequeñas, extenso y no tan infantil”, dice. Así que se armó de valor y le planteó a la encargada de la biblioteca que le prestara la caja.
“No, ese libro no sale de aquí”, recibió como respuesta, pero la pequeña lectora insistió tanto que al final la señora accedió, no sin antes advertirle: “Vives cerca, voy a estar pendiente de ti, solo te lo puedes llevar por una semana”.
Así comenzó su hábito por la lectura. Luego buscó títulos por todas partes, incluso los pedía prestados a los padres de sus amigos.
Compradora compulsiva de libros
Ya adulta, se mudó a Valencia para comenzar a estudiar Derecho en la Universidad de Carabobo (egresó en el año 2007), así que empezó a comprar libros y a armar su propia biblioteca. “Los compraba nuevos, en remates, usados. No me importaba en qué estado estuviese, con tal de que fuese el título que me gustaba”. Hoy tiene más de 500 títulos. “Sí, soy una compradora compulsiva de libros, y sigo comprando”, confiesa.
Admira a Charlotte, Emily y Anne Brontë, a Charles Dickens, Fiódor Dostoyevski y Antón Chéjov, a este último lo considera el padre de la narrativa. También es seguidora del trabajo de Rafael Cadenas, “es uno de los poetas vivos más importantes”, subraya; y de Juan Sánchez Peláez, a quien en una palabra asocia con “metafísica”.
“Frágil como lo absoluto”
Este cuerpo / besado de heridas / ya no es trinchera / para el corazón / que se transparenta. / Por obra y gracia / de tu pulso.
Por razones de espacio, nos tocó transcribir los versos de Este cuerpo de manera continua. Sin embargo, por respeto al minucioso trabajo visual de Mariela, es justo señalar que, en este caso, el poema está escrito ajustado a la izquierda, aunque en otros poemas juega con las pausas, los silencios y “el movimiento”.
Con Este cuerpo comienza Frágil como lo absoluto, que además incluye un poema homónimo, así como A veces soy agua, a veces soy sed, Comenzar de nuevo, Hambre y Única.
“El cuerpo de la duda”
A la par, Mariela está presentando su primer poemario impreso. Se trata de El cuerpo de la duda, Editorial Public-Arte, una recopilación de sus poemas breves, en los que “los sentimientos quedan desnudos, despojados de todo accesorio inútil”, afinca la editora y prologuista de este libro, Inés Aguirre.
En sus trabajos Mariela “arma un gran tejido. Sus poemas breves tienen una fuerza que no les permite extenderse más allá. No busca fuera de los límites que le impone el hilo con el que desentraña la madeja para convertirla en una red que nos atrapa, para llamar nuestra atención sobre los elementos, las acciones, los sentimientos clave, que parecen sencillos y que son la llave para entender cuanto sucede a nuestro alrededor. Parece gritar que hay toda duda posible frente a la duda, porque ella se pregunta y responde, a veces en un círculo infinito”, plantea la editora.
Lo bautizó el año pasado en la Sala Cabrujas en Caracas. De sus páginas extraemos el poema 53: Quizás / la caricia / sea / la / limpieza / exacta / de / la memoria; y el 57: Debajo / del / estallido / se / acoplan / la / evidencia / y / el / instinto.
No obstante, éste también es el nombre del blog (elcuerpodeladuda.blogspot.com) donde Mariela cuelga poemas de su autoría y de otros autores que le gustan.
“Hace falta compartir más poesía del mundo”
Y es que, la joven poetisa está convencida de que “hace falta compartir más poesía del mundo, no solo latinoamericana, porque para mí la poesía es universal, así debe ser un buen poema”; por eso, ha colaborado en la versión impresa de La porte des poètes (Francia, 2007) y participó en las antologías: Cuaderno legados I, Editorial Legados (España, 2010); La voz de la ciudad, Editorial Public-Arte (Venezuela, 2012); y World poetry yearbook (China, 2014).
Ha publicado sus poemas en las páginas web de las revistas Voces (España, 2005), Cinosargo (Chile, 2009), Legados (España, 2009), Apolorama (México, 2008-2013), Biografía (Brasil, 2012), Le capital des mots (París, 2013) y Na’at (México, 2013).
También es parte de La Lupe, círculo internacional de literatura vanguardista; Sane society, organización internacional para la difusión de obras culturales y artísticas; La voz de la palabra escrita, sociedad intercultural de España; y Poetas del mundo, asociación de poesía internacional.
- ¿Cómo hace para atender tantos compromisos en varios países con culturas muy distintas?
- No lo sé. Las oportunidades se presentan, envío el material, eso sí, sin expectativas. Lo que sí noto es que todo parece indicar que mi poesía se puede leer en varios países porque no es netamente regional, es decir, puedo hablar de Valencia (Venezuela) sin ser tan explícita, y quien lea ese poema aquí lo va a entender (o identificar) y si lo leen en otro país pasará igual. En definitiva, escribo cosas que se pueden leer aquí y en cualquier parte del mundo.
No solo en castellano
También diseña y se dedica a la fotografía. El año pasado hizo el curso Ser más creativos, impartido por Coursera y la Universidad Autónoma de México; así como Desing 101 (2013-2014) semi presencial, de la Accademia Abadir (Milán, Italia); y estudió en la Alianza Francesa de Valencia (2008). De ahí que hable francés, inglés y un poco de italiano.
- ¿En qué proyecto está trabajando ahora?
- Estoy preparando otros libros de poesía, esta vez en francés. Quisiera hacer un taller de narrativa y adentrarme en ésta. Pero sobre todo, quiero que mis trabajos se puedan traducir a otros idiomas.
De Carlos Arvelo hasta la China, Mariela, una joven que se planteó a temprana edad satisfacer su necesidad de expresarse y aprender, sin dejar de abrirse paso en el mundo.
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