Jean Pierre Schumacher tiene 90 años
El último superviviente de los cistercienses de Tibhirine
"Nos aceptan como hermanos", dice el monje
Redacción, 29 de julio de 2014 a las 17:42
Jen Pierre Schumacher, monje de Thibirine
Dice que el perdón como "una mariposa frágil que, con el batir de sus alas, puede provocar una reacción en el otro extremo del mundo"
Tiene 90 años, se llama Jean Pierre Schumacher, y, de los dos cistercienses que sobrevivieron a la matanza de 1996 en el monasterio de Tibhirine -en el Atlas argelino- es el único que sigue vivo: reside junto con otros cinco religiosos en un monasterio de la ciudad marroquí de Midelt.
"Este es un país muy variado: la montaña, las llanuras, el mar, los ríos... Lo primero que nota la gente de fuera es la acogida de los marroquíes, y no hay ningún problema por tener una religión distinta: nos aceptan como hermanos", explica el padre Jean Pierre en el monasterio de Nuestra Señora del Atlas, en Midelt, una ciudad de unos 35.000 habitantes ubicada entre el Medio y el Alto Atlas.
Hasta allí fueron a visitarle los 110 jóvenes expedicionarios de España Rumbo al Sur, de viaje por Marruecos hasta el próximo 8 de agosto, quienes, sentados en el suelo del patio del monasterio, charlaron alrededor de una hora con el anciano Jean Pierre.
El religioso habla tan despacio como camina, muestra interés por las experiencias de los otros -como si el entrevistador fuese él- y responde con tal detalle y extensión a las preguntas de los chavales que a veces el responsable del grupo le tiene que interrumpir para poder pasar a otro tema.
Han transcurrido casi 20 años desde que Jean Pierre y otro religioso ya fallecido lograron esconderse cuando, en el contexto de la Guerra Civil argelina, un grupo armado accedió al monasterio de Tibhirine y secuestró a siete de sus compañeros, que murieron asesinados dos meses después.
"Sabíamos que era muy peligroso permanecer en Argelia, que podía suceder algo en cualquier momento y hubo un debate en la comunidad porque los más jóvenes querían marcharse, pero al final entendieron que la vocación supone entregar la vida a Dios y nos quedamos", rememora Jean Pierre.
Cuando los jóvenes españoles le preguntan sobre lo sucedido, Jean Pierre les mencionala película "De dioses y hombres" (2010), que narra los tres últimos años de vida de los monjes franceses en Argelia: "La he visto tres veces pero la vería más; es como un icono, y los actores retratan bien cómo vivimos pese a que ellos no son practicantes".
A sus 90 años, Jean Pierre imagina el perdón como "una mariposa frágil que, con el batir de sus alas, puede provocar una reacción en el otro extremo del mundo". "Es importante saber perdonar en todos los ámbitos de la vida", reflexiona el religioso.
Y asegura a Efe que él encontró la fuerza para perdonar en el testamento de uno de los religiosos de su comunidad: "Cristian preveía que iban a matarle y en su corazón pidió a Dios que, cuando entrase en el paraíso, quería encontrarse con ese hombre que habría de matarle un día".
El religioso habita "tranquilo" en Marruecos, donde convive con los habitantes del municipio desde el amor y el respeto, que le ha llevado a él y al resto de monjes a ayunar durante las horas de sol en los días de Ramadán.
A su lado, para traducir del francés al español, está siempre José Luis, un religioso valenciano que se ofreció voluntario para integrarse en la comunidad de Nuestra Señora del Atlas en cuanto supo que la matanza ponía en riesgo la pervivencia de la comunidad, aunque solamente hace siete años que logró que le destinasen allí.
"Es una maravilla convivir con Jean Pierre y aprender de sus experiencias", comenta José Luis, quien explica que la vida de la comunidad religiosa es similar a la que hacía antes en Soria si bien para él es mucho más interesante convivir con los musulmanes -a quienes se une en fiestas, ceremonias o rezos- que, según dice, sólo les piden una cosa: que sean buenos cristianos. (RD/Agencias)
La acción se sitúa en un monasterio en la región de los Montes Atlas en Argelia, durante la década de 1990. Ocho monjes cristianospertenecientes a la orden de la Trapa viven allí en armonía con la población musulmana, estableciendo lazos de cooperación contra los efectos de la pobreza, ocasionados por un régimen en decadencia. Dedicados a la vida contemplativa: rezar, sembrar la tierra, y apoyar a la población de los alrededores, inclusive el monasterio es usado como dispensario médico de facto por la población de la zona.
Un grupo de fundamentalistas islámicos asesina a un equipo de trabajadores croatas en una zona cercana al monasterio (20 km aproximadamente), el pánico se apodera de los habitantes de la región, que soportan los embates de la Guerra Civil Argelina. El ejército gubernamental argelino ofrece protección a los monjes, pero estos la rechazan, para no verse envueltos en la guerra ni mucho menos hacer uso de la violencia, la cual repudiaban. Un comando armado de fundamentalistas entra al monasterio, siendo la primera advertencia acerca del destino que les deparaba. Los monjes dudan sobre la posibilidad real de retirarse debido a los lazos de amistadformados con la población civil, que les pide quedarse. A pesar de la creciente amenaza, los monjes hacen uso de la reflexión, por un lado el amor a su vida, y por el otro cuál es su deber; los 8 monjes hacen una síntesis de sus miedos y obligaciones, dando por resultado su permanencia en el monasterio hasta las últimas consecuencias.
La película no muestra escenas explícitas del asesinato de los monjes, sin embargo, hace alusión a ésta en medio de la nieve, dónde se les observa desaparecer a un lugar retirado por las montañas, escoltados por sus captores, es decir, el fin.
La película se basa en la historia real de los monjes cistercienses del Tibhirine, en Argelia, desde 1993 hasta su secuestro en 1996, siendo que siete de ellos fueron secuestrados y luego decapitados por terroristas islámicos en 1996
El padre Charles-Marie-Christian de Chergé (1937-1996)1 fue un religioso francés trapense (Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia) que formó parte de los monjes de Tibhirine que fueron secuestrados en 1996
Era el prior de la comunidad de 59 años, monje desde 1969 y en Argelia desde 1971. Se caracterizó por una fuerte personalidad humana y espiritual. Nació el 18 de enero de 1937 en Colmar, (Alto Rin), en una familia de militares, conoció Argelia primeramente durante su infancia y durante 27 meses de servicio militar en plenaGuerra de la Independencia, en la que un amigo musulmán le salva la vida. Este hecho tendrá una gran influencia en su vida posterior. Después de sus estudios en el seminario “des Carmes” de París, fue capellán del Sacré-Cœur en Montmartre. Se incorporó a la vida monástica en el monasterio de Aiguebelle y posteriormente a Tibhirine en 1971. Estudió en Roma de 1972 a 1974, estando muy implicado en el diálogo interreligioso. Más tarde será el alma del grupo islámico-cristiano "Ribât es-Salâm" (lugar de paz). Fue elegido prior titular en 1984. Tras una primera visita de un grupo armado al monasterio, escribe su “testamento espiritual”.
En 1993, el día de Navidad un grupo armado hizo la entrada en el monasterio algunos días después del asesinato de doce croatas a tres kilómetros de allí. Esa noche los monjes no fueron asesinados, pero Christian de Chergé tiene un presentimiento y escribe su célebre "testamento". En la noche del 26 al 27 de marzo de 1996 un grupo de una veintena de hombres armados llega al monasterio a la 1h45. Se llevaron a 7 monjes del monasterio quienes serán asesinados unos meses después.
Se encuentra abierto su proceso de beatificación, junto con los demás monjes de Tibhirine y otros doce asesinados en Argelia durante los años de revuelta islámica.
Filmografía
- "Le Testament de Tibhirine", documental de Emmanuel Audrain, abril 2006, producido por Gilles Padovani, Mille y Une Films.
- De dioses y hombres, de Xavier Beauvois, 2010, con Lambert Wilson, Michael Lonsdal
TESTAMENTO DE DOM CHRISTIAN DE CHERGÉ Abierto el Domingo de Pentecostés de 1996 Cuando un A-Dios se vislumbra...
Si me sucediera un día -- y ese día podría ser hoy --
ser víctima del terrorismo que parece querer abarcar en este momento
a todos los extranjeros que viven en Argelia,
yo quisiera que mi comunidad, mi Iglesia, mi familia,
recuerden que mi vida estaba ENTREGADA a Dios y a este país.Que ellos acepten que el Único Maestro de toda vida
no podría permanecer ajeno a esta partida brutal.
Que recen por mí.
Cómo podría yo ser hallado digno de tal ofrenda?
Que sepan asociar esta muerte a tantas otras tan violentas
y abandonadas en la indiferencia del anonimato.Mi vida no tiene más valor que otra vida.
Tampoco tiene menos.
En todo caso, no tiene la inocencia de la infancia.
He vivido bastante como para saberme cómplice del mal
que parece, desgraciadamente, prevalecer en el mundo,
inclusive del que podría golpearme ciegamente.Desearía, llegado el momento, tener ese instante de lucidez
que me permita pedir el perdón de Dios
y el de mis hermanos los hombres,
y perdonar, al mismo tiempo, de todo corazón, a quien me hubiera herido.Yo no podría desear una muerte semejante.
Me parece importante proclamarlo.
En efecto, no veo cómo podría alegrarme
que este pueblo al que yo amo sea acusado, sin distinción, de mi asesinato.Sería pagar muy caro lo que se llamará, quizás, la "gracia del martirio"
debérsela a un argelino, quienquiera que sea,
sobre todo si él dice actuar en fidelidad a lo que él cree ser el Islam.Conozco el desprecio con que se ha podido rodear a los argelinos tomados globalmente.
Conozco también las caricaturas del Islam fomentadas por un cierto idealismo.
Es demasiado fácil creerse con la conciencia tranquila
identificando este camino religioso con los integrismos de sus extremistas.Argelia y el Islam, para mí son otra cosa, es un cuerpo y un alma.
Lo he proclamado bastante, creo, conociendo bien todo lo que de ellos he recibido,
encontrando muy a menudo en ellos el hilo conductor del Evangelio
que aprendí sobre las rodillas de mi madre, mi primerísima Iglesia,
precisamente en Argelia y, ya desde entonces, en el respeto de los creyentes musulmanes.Mi muerte, evidentemente, parecerá dar la razón
a los que me han tratado, a la ligera, de ingenuo o de idealista:
"qué diga ahora lo que piensa de esto!"
Pero estos tienen que saber que por fin será liberada mi más punzante curiosidad.Entonces podré, si Dios así lo quiere,
hundir mi mirada en la del Padre
para contemplar con El a Sus hijos del Islam
tal como El los ve, enteramente iluminados por la gloria de Cristo,
frutos de Su Pasión, inundados por el Don del Espíritu,
cuyo gozo secreto será siempre, el de establecer la comunión
y restablecer la semejanza, jugando con las diferencias.Por esta vida perdida, totalmente mía y totalmente de ellos,
doy gracias a Dilos que parece haberla querido enteramente
para este GOZO, contra y a pesar de todo.En este GRACIAS en el que está todo dicho, de ahora en más, sobre mi vida,
yo los incluyo, por supuesto, amigos de ayer y de hoy
y a vosotros, oh amigos de aquí,
junto a mi madre y mi padre, mis hermanas y hermanas y los suyos,
el céntuplo concedido, como fue prometido!Y a ti también, amigo del último instante, que no habrás sabido lo que hacías.
Sí, para ti también quiero este GRACIAS, y este "A-DIOS" en quien te veo.
Y que nos sea concedido rencontrarnos, ladrones bienaventurados,
en el paraíso, si así lo quiere Dios, Padre nuestro, tuyo y mío. AMEN!
Insha 'Allah !
Argel, 1 de Diciembre de 1993
Tibhirine, 1 de Enero de 1994
Christian
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