Carlos Rosales, vicepresidente de la Asociación Venezolana de Clínicas y Hospitales Privados, propone la creación de un sistema único, mixto y descentralizado que abarque el sector público y privado de atención médica
"La salud no debe ser politizada, tiene que ser universal y equitativa"
En sistemas de gobiernos socialistas como el que se ejerce en Cuba, país aliado del Ejecutivo venezolano, el sector privado difícilmente tiene cabida, en especial cuando se trata de elementos tan delicados y vulnerables como la salud.
Quizás porque este aspecto es uno de los que pudieran restar o sumar en el índice de aprobación de una gestión presidencial, hay mandatarios que se aprovechan de aquellos sectores que han demostrado un buen funcionamiento siendo privados, contrario al mismo servicio ofrecido por el Estado que al ser público y producto de la ineficiencia en esta materia, no han logrado dar la talla para ofrecer soluciones al colectivo en general.
Clara evidencia de ello la perciben a diario miles de venezolanos que acuden a centros públicos de salud, donde hasta los guantes de los camilleros deben ser comprados por el familiar del paciente que aguarda varias semanas y hasta meses por ser intervenido quirúrgicamente.
Contrario a esta realidad, en el sector privado, un alto porcentaje de los habitantes de este país han encontrado la forma de solucionar su problema de salud en el más corto plazo, aunque esto genere un costo que ha sido duramente criticado también por buena parte de la colectividad y de lo cual se ha afianzado el Gobierno Nacional para ejecutar políticas que vayan en función de regularizar -en principio- la prestación de servicio de clínicas y hospitales privados.
Una buena parte de los venezolanos cuenta hoy con una póliza de seguro que al menos les da entrada a la oportunidad de ser atendidos con calidad, tal y como ocurre en hospitales públicos, pero de otros países, en su mayoría desarrollados.
¿Por qué el Ejecutivo se ha empeñado en centrar su mirada en las clínicas privadas cuando los empleados públicos y buena parte del país acuden a este sistema para ser atendidos? ¿Qué pasa con el resto de la colectividad que debe verse en los hospitales? ¿Se justifica la tarifa de precios que mantienen actualmente los centros de salud privados? ¿Qué se vislumbra para el sector privado? Éstas y otras interrogantes surgen ante el panorama que se dibuja sobre esta situación que recientemente ha saltado a las primeras planas de los diarios, toda vez que el Gobierno Nacional se ha sentado con los representantes de este sector para discutir sobre el tema de los precios y algunas premisas sobre la atención a los pacientes.
Entre los invitados al encuentro con el Ejecutivo Nacional, realizado el pasado martes 16 de agosto en Caracas, estaba el Dr. Carlos Rosales, vicepresidente de la Asociación Venezolana de Clínicas y Hospitales Privados, presidente de la Cámara de Centros de Salud de la región central del país y presidente del Centro Médico Dr. Rafael Guerra Méndez, y quien hoy es invitado al acostumbrado Desayuno en la Redacción, donde fue recibido por Ricardo J. Degwitz, presidente de Editorial Notitarde; Laurentzi Odriozola Echegaray, director del diario; María Inés Ferrero, gerente de relaciones institucionales; Alecia Rodríguez Del Valle, editora diurna de ciudad; la periodista Vanessa Carreño y quien suscribe este trabajo.
Desde 2007 el socialismo del país ya no quería a la salud privada
Para explicar cómo se llegó al encuentro entre las clínicas y el Ejecutivo Nacional, Rosales hace una breve explicación en la que recuerda que el Estado, dentro de su concepción socialista, hablaba de que el sistema de salud privado en principio debería desaparecer en la medida en que el sistema de salud público se fortaleciera.
Relata que esto ocurrió en 2007, aunque en forma breve, y agrega que en ese momento, el planteamiento venía acompañado de la afirmación de que "por los momentos somos necesarios, pero tiene que haber un control por el Estado para hacer accesible el servicio a la población, porque de paso existe un reconocimiento a que el sistema de salud público está deficiente y se necesita la complementación de servicios privados".
Este planteamiento del Gobierno Nacional no ha variado desde aquel entonces, con la salvedad de que en este trayecto han sido innumerables las variables que han ocurrido en torno al tema. En este sentido, recuerda que "hubo mucha noticia con respecto a si la idea era expropiar o estatizar las clínicas para el sistema, o si era solo una regulación o control".
Agrega que luego comenzó la discusión sobre la elaboración de una ley que regulara y controlara el sistema de salud privado; se presentó un preproyecto, se discutió, pero hasta ahora no se ha aprobado. En este sentido, Rosales es enfático al señalar que "no pueden comenzar por el sistema de salud privado para luego ir a la salud general y luego a la seguridad social, la lógica dice que debería ser al revés".
Posteriormente vino el tema de los seguros y fue cuando el sector público creó la Alianza Interinstitucional por la Salud de sus Trabajadores, la cual decidió fijar una tarifa de precios para el sector privado proponiendo una reducción de un 40%.
"A cualquier sector comercial que le bajen 40%, le comprometerían su viabilidad y operatividad. Lo quiebra en un período muy corto de tiempo, en 3 ó 4 meses no podríamos prestar servicio", explica el galeno, tras referir que ante todos estos aspectos mencionados, termina por producirse este encuentro que, no obstante, han calificado como positivo, pues finalmente se les permitió la oportunidad de que se inicie una mesa de trabajo a fin de analizar el tema de los costos.
La oportunidad de proponer el trabajo en equipo
En total cinco acuerdos fueron alcanzados. En primer lugar, garantizar la atención médica de los pacientes que tengan comprometida su vida, en las emergencias de las clínicas; ratificar la rectoría por parte del Ministerio de Salud del subsector de salud privado; congelar los cambios de tarifas de servicios y honorarios profesionales de las clínicas, extensivo a las empresas que abastecen insumos y apoyo logístico; realizar un trabajo social voluntario y una mesa de trabajo prevista para la primera semana de septiembre a fin de evaluar la estructura de costos.
"Pero la Ministra de Salud fue bien clara, tanto ella como el Vicepresidente, vamos a un sistema socializado de salud, y nos dijeron que esto es una transición donde ustedes tienen un rol, pero en el futuro desaparecen", comenta el galeno.
Sin embargo, Carlos Rosales menciona la propuesta que han elevado y que promueven ante el Gobierno Nacional: la creación de un sistema único, mixto y descentralizado de la salud.
Aclara que para ello es necesario partir de un principio fundamental: la salud no debe ser politizada, tiene que ser universal y equitativa, debe ser para todo el mundo por igual con la misma calidad.
"Para lograr eso proponemos un sistema único de salud porque es una falla que se arrastra desde hace muchos años y es que existen muchos sistemas paralelos con recursos diferentes y produce gran dispersión sin unidad de criterios", comenta, tras detallar los casos de los centros de salud dependientes del Ministerio de Salud, las Alcaldías, Gobernaciones, Seguro Social y Barrio Adentro. "Todos tienen presupuestos diferentes, eso no puede ser, eso lleva a la ineficiencia y se ha demostrado que ha sido ineficiente el sistema".
Sobre la propuesta detalla que es un sistema único porque debe existir una sola rectoría que debe ser del Ministerio de Salud, aclarando que no deben privar intereses políticos bajo ningún concepto y se deben hacer evaluaciones más técnicas que ideológicas; mixto porque se deben involucrar el sector público y el privado; y descentralizado porque los recursos deben ser manejados en cada región.
En este sentido, sostiene que "indudablemente aquí existe un problema serio en la actualidad, el sistema de salud en general está en crisis, el Estado se ha visto sobrepasado en su capacidad para dar atención adecuada a la población y el sector privado ha podido representar un complemento, pero no tiene la capacidad tampoco para suplir o sustituir la salud pública".
Sector privado ha sido más eficiente que el sector público
El Vicepresidente de la Asociación de Clínicas explica que la población ha crecido, pero la inversión en nuevos hospitales y centros de salud, tanto públicos como privados, no ha ido a la par y la demanda ha sobrepasado la capacidad de atención, por lo cual se traduce en "disminución de la calidad".
No obstante, añade que el sector privado está atendiendo cerca de 500 mil emergencias anuales y asegura que "representamos 5 mil camas de hospitalización y atendemos el 40% de la población, mientras que el Estado tiene 40 mil camas y atiende el 60%. Somos más eficientes".
Médicos de clínicas acudirán a hospitales
No es primera vez que hacen labor social y Rosales lo reafirma. Dentro del convenio suscrito con el Ejecutivo Nacional, los médicos, de forma programada, acudirán a los hospitales para prestar colaboración.
"Éste es un tema muy sensible porque la gente siente que comercializamos con la salud, por eso nos ven mal; hemos querido aclarar de dónde salen los gastos que deben pagar y es porque hemos invertido y tenemos que reponer y porque quisimos construir esos centros para atender con rapidez y seguridad a la gente. Pero si el sector público nos da las condiciones e insumos, estamos dispuestos a contribuir a resolver la deficiencia de médicos y le vamos a demostrar a la comunidad que no somos insensibles, humanizando; yo sé que no lo harán todos, pero hay un importante número de médicos que están dispuestos", concluyó.
Gran parte de los ingresos se van entre personal y tecnología
Ahora bien, ante los intentos del Estado de dañar la imagen de las clínicas, tildándolas de depredadoras y mercantilistas, resulta interesante para Rosales que la gente conozca en qué se gasta el dinero que cada aseguradora paga o que cada paciente debe sacar de su bolsillo por este servicio privado.
Tras dejar por sentado que la rentabilidad de las clínicas, en su mejor caso, alcanza el 10%, inicia su explicación.
"El factor que más influye es el personal. El 45% de los ingresos se va en pago de recurso humano porque nuestro personal es muy numeroso y altamente capacitado", señala Rosales, tras detallar que esto no incluye a los médicos especialistas.
El galeno cuenta además que de acuerdo a las estadísticas que manejan, en una clínica de 100 camas se requieren al menos 1.500 trabajadores para operar adecuadamente.
"Todo esto representa buenos salarios. Las únicas áreas que muchas clínicas mantienen con outsourcing o tercerización son el factor limpieza y seguridad, pero nuestros empleados en su mayoría son todos de otro nivel, con buenos salarios y remuneraciones, beneficios contractuales, seguros HCM, sus sueldos son cancelados puntualmente 15 y último".
En este sentido, comenta que "usted no ha visto nunca a trabajadores de las clínicas protestando en las calles porque no les hemos pagado".
Sostiene además que el segundo aspecto que incide directamente sobre la determinación de los costos, y sobre el que tampoco tienen un control directo, está relacionado con la tecnología, que incluye insumos, medicamentos, equipos médicos, y eso representa un 25 ó 30% de los ingresos.
"El 90% de lo que usamos es importado porque el país no produce nada, ni las medicinas en un alto porcentaje son de producción local, al igual que el material médico quirúrgico y los equipos médicos, todos son importados y a un alto costo", afirma.
Sobre el tema de los equipos médicos, comenta además que son adquiridos al precio que se consiguen aquí en el país, ya que ellos no los importan directamente, y detalla que un tomógrafo cuesta un millón y medio de dólares y un equipo de hemodinamia cuesta 2 millones de dólares al igual que un resonador.
"Me dicen: 'bueno, a la salud le dan dólar preferencial', y es cierto, a quien lo importa y lo trae, pero este año ya hubo una modificación cambiaria que nos duplicó el costo inmediatamente y realmente eso, independientemente del dólar oficial, estemos claros son equipos costosos al precio que le pongan", explica.
Pero el historial de gastos no termina aquí. El médico explica que luego viene el proceso de mantenimiento permanente que requieren los equipos, cuyos repuestos son importados y por ende dolarizados, "y además entramos en el mantenimiento de la infraestructura de la clínica como tal, porque tenemos la edificación, ascensores, aires acondicionados, que también tienen que mantenerse operativos y requieren un costo de mantenimiento".
"La medicina es costosa no solo en nuestras clínicas, es costosa para el Estado en hospitales públicos, pero como a la persona no le dan una factura no siente que es costosa, pero pregúntenle al Estado cuánto cuesta tener todo esto de nosotros y con el agravante que es la ineficiencia lamentable del sector público porque cuando nosotros ingresamos a un paciente en un día se opera y a los tres va a su casa, en un hospital pasa 2 y 3 semanas y eso lo hace más elevado", sostiene.
Ahora bien, Rosales termina de explicar este aspecto citando la frecuente pregunta de muchos pacientes: "¿por qué una noche en una clínica cuesta lo mismo que en un hotel 5 estrellas?".
"Yo hago una comparación muy sencilla. Agarre una clínica y la puede convertir ya en un hotel y ¿qué pasa?, más bien tengo que reducir personal. Agarre un hotel y conviértalo en una clínica, no puede, a menos que haga grandes inversiones y contrate un importante número de personal".
Recuerda que para hacer esta conversión hay que invertir en infraestructura, tuberías de oxígeno, instalaciones eléctricas, y hasta menciona el ejemplo de que "una cama clínica con posiciones eléctricas cuesta hasta más de 60 mil bolívares".
El costo financiero del retraso en las aseguradoras
Sobre el álgido tema de las aseguradoras, las clínicas llevan su propio análisis estadístico, toda vez que se ven afectados producto de una mezcla entre el retraso en los pagos y la inflación.
Al respecto explica que "en promedio cobramos entre 100 y 120 días después de prestar el servicio y en un país inflacionario eso tiene un costo muy grande, aunque tenemos que reconocer que algunos pagan rápido y a tiempo, pero son una minoría".
Ese costo producto de la inflación, agrega, "lo estamos absorbiendo".
Aunado a esto, se encuentra el factor de la incobrabilidad. "Es muy variable entre los diferentes centros de salud privados, pero viene incrementándose" y a continuación detalla que se trata de las empresas aseguradoras que "a su juicio" evalúan el costo de un proceso médico y determinan que está por debajo de lo facturado. "Esa diferencia la tiene que pagar el paciente, y aunque firme letras y compromisos de pago, muchas veces no lo cancelan".
Sistema de triaje para todas las clínicas
Sobre el tema de la atención de los pacientes en las emergencias, agrega que se está promoviendo el sistema de triaje para determinar realmente quiénes deben ser atendidos de inmediato y quiénes pueden aguardar. Esto en consecuencia podría ayudar a reducir el margen de incobrabilidad.
Rosales explica que se trata de un médico altamente capacitado que no debe demorar más de 5 minutos con cada paciente y quien con unas preguntas podrá determinar la gravedad del padecimiento.
Finalmente, y a pesar de que el futuro hasta ahora no puede vislumbrarse con claridad, en especial en torno a quien resultará exitoso en esta especie de lucha en la que los médicos de la salud privada ahora abandonan consultorios para defender sus derechos y no el mercantilismo, Rosales aclara que "una emergencia absoluta que ponga en riesgo la vida de la persona siempre la hemos atendido, la atenderemos y no esperamos por nada", tras resaltar que antes que todo siguen siendo humanos y quieren lo mejor para el país.
Acordaron escala de costos
Caracas, agosto (Jesús Castro).- Este sábado la Asociación Venezolana de Clínicas y Hospitales se reunió para tratar lo relacionado a los precios de los servicios asistenciales en sus recintos y se acordó una nueva metodología de costos.
El vicepresidente de la Asociación, Carlos Rosales, señaló a Notitarde que al encuentro asistieron representantes de más de 160 clínicas de todo el país y se logró aprobar por unanimidad el contenido de la nueva escala de precios, aunque aún falta por darle algunos retoques para que sea dada a conocer a la prensa.
Agregó que esta nueva metodología será presentada ante el Ministerio del Poder Popular para la Salud en la primera semana de septiembre, fecha en la cual proseguirán las discusiones, luego que el pasado 16 de este mes, el Ejecutivo Nacional decidiera congelar los costos de los servicios en las clínicas.
Recordó que la última reunión entre los regentes de las clínicas y el Ejecutivo en dicha fecha, día en el cual se reunieron con la titular de la Salud, Eugenia Sader, y el Vicepresidente de la República, Elías Jaua.
Ventana
35 años al servicio de sus pacientes
Vanessa Carreño Rojas
Las vivencias en la Escuela de Medicina de la Universidad de Carabobo (UC) y el ejercicio de la profesión en los hospitales hicieron que Carlos Rosales se "apasionara" aun más por la carrera, hasta llegar al punto de asumir que "iba por el camino correcto".
Hoy día, y tras una larga trayectoria, este valenciano nacido el 9 de enero de 1954 es presidente del Centro Médico Guerra Méndez, presidente de la Cámara de Centros Asistenciales para la Salud de la Región Central (Cacentro) y vicepresidente de la Asociación Venezolana de Clínicas y Hospitales.
Rosales incursionó en el campo de la medicina hace 35 años. La decisión de estudiar la carrera "fue algo muy espontáneo, no fue siguiendo a nadie", explica, porque en su familia no había médicos. Fue -como bien lo describe- una vocación que surgió de forma natural y que fue creciendo en la medida en que estudió.
El currículo de Rosales es muy amplio: realizó un postgrado de medicina interna y terapia intensiva en el Hospital Universitario de Caracas. Trabajó en el Centro Médico de Caracas y en el Hospital Ángel Larralde de Naguanagua, donde participó en compañía de otros médicos en la creación de la primera unidad de cuidados intensivos de ese centro asistencial.
Asimismo, formó parte de una comisión de la UC que hizo el primer postgrado de terapia intensiva en el Hospital Carabobo; conjuntamente con ello, se mantuvo en la docencia inclusive en estos últimos tiempos ad honórem.
Tiene 32 años de casado y dos hijos, uno de 31 años que es ingeniero mecánico y una hija de 29 años que estudia diseño. Ambos viven en Barcelona, España.
Rosales ha sido durante 16 años presidente del Centro Médico Guerra Méndez y actualmente está ejerciendo un nuevo período de dos años tras ser reelegido, "probablemente por haber sido siempre institucional por encima de cualquier interés personal". Sin embargo, agregó que "éste sí es el último período".
Sobre el porqué de esta decisión, explicó que "no es fácil combinar las dos actividades porque no me desligo de la asistencial, pues por esencia y en principio soy médico y no he dejado de atender a mis pacientes, paso consulta, atiendo emergencias y trabajo en terapia intensiva; entonces realmente llega un momento en el que hay un agotamiento físico. El dedicarles tanto tiempo a tantas cosas conlleva un sacrificio de tiempo para la familia y creo que es momento de rescatarlo".
Se graduó en el año 1976 y en ese entonces se desempeñó como médico rural en Bejuma y Montalbán. "Creo que debo haber hecho una buena labor porque 30 años después de haber trabajado allá me confirieron la orden Ciudad de Montalbán por mi trabajo de hace varios años atrás".
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