31 agosto 2011
"Queremos nuestra misa", "queremos nuestra iglesia". Eran dos de las varias consignas que acompañaban a las casi 100 personas que se postraron a las afueras de la iglesia exigiéndole el desalojo de un hombre que mantiene tomado el santo lugar, impidiendo las actividades parroquiales.
Las puertas de la iglesia La Inmaculada, en San José, se encuentran cerradas desde octubre. Los feligreses y creyentes no han podido recibir la santa misa, viéndose obligados a dirigirse a otras iglesias y parroquias de la ciudad.
Juan Carlos Quintero vive en la casa parroquial desde hace varios años, pero luego de la muerte de su tío, el padre Jairo Villamizar, se ha negado rotundamente a desocupar las instalaciones.
El padre Mariano García lamentó la situación. "Estamos apoyando a la comunidad católica organizada y creemos que esta persona se ha aprovechado de la buena fe de la Iglesia, queremos que salga lo más rápido posible, son muchos los creyentes que se han visto afectados".
El arzobispo Reinaldo Del Prette no ha podido asignar a un sacerdote a la iglesia, porque no tendría lugar donde ubicarse para realizar sus actividades diarias, señalaron las personas que protestaban.
Hace 43 años que Aura Marina Sispa ha asistido a esta iglesia y cataloga de incómoda e increíble una situación como ésta. "Necesitamos nuestra capilla porque esto no tiene dueño particular, la comunidad y la institución de la Iglesia Católica son las dueñas".
El templo se observa completamente abandonado: las paredes están perdiendo la pintura y el color, las ventanas se encuentran llenas de monte y matas que han crecido en esos lugares por la falta de mantenimiento.
Las comunidades que han sido afectadas directamente han sido Las Acacias, Kerdell y todos los edificios aledaños, pues desde hace más de 40 años este templo se ha convertido en el lugar de oración y acercamiento con Dios.
"Son varias las comunidades que hacen vida religiosa en este lugar y más de 300 personas han quedado sin misa sólo porque un sujeto ha tomado una decisión arbitraria e incorrecta", insistió Leila Pinto.
Los feligreses coinciden en que se ha tratado de manejar la situación de forma pacífica y por la vía del diálogo, sin embargo, aseguran que ya están cansados de esperar el desalojo del lugar.
Pinto informó que ya han presentado la denuncia ante los tribunales del estado pero hasta el momento no se ha logrado nada, porque se han establecido plazos de desalojo y hasta la fecha no se han cumplido.
El padre Mariano señaló que en diversas oportunidades monseñor del Prette ha dialogado con el inquilino, igualmente reiteró que estos terrenos e instalaciones le pertenecen a la Arquidiócesis y por consiguiente son de propiedad privada.
La comunidad coincide que la oración y la ayuda de Dios será la herramienta para lograr la solución del problema y de igual forma piden a los organismos que aceleren el proceso para lograr que el templo sea desocupado lo antes posible.
Ocupante alquila los puestos de estacionamiento
Juan Carlos Quintero permitió el acceso a las instalaciones de la casa parroquial al padre Mariano García, y exigió que sólo una persona podía comunicarse con él. Sin embargo a los pocos minutos el padre informó que Quintero insistía en no desalojar el lugar. Quintero tampoco quiso hablar con la prensa.
El padre Mariano García y la comunidad informaron que Quintero se lucra al rentar los puestos del estacionamiento de la iglesia. También cobra por la utilización del salón parroquial que estaba asignado a Alcohólicos Anónimos, sin embargo, este grupo no pudo seguir asistiendo al lugar por no contar con los recursos.
Diez meses sin misas por toma de iglesia La Inmaculada
LEIMAR GARCÍA LUZARDO"Queremos nuestra misa", "queremos nuestra iglesia". Eran dos de las varias consignas que acompañaban a las casi 100 personas que se postraron a las afueras de la iglesia exigiéndole el desalojo de un hombre que mantiene tomado el santo lugar, impidiendo las actividades parroquiales.
Las puertas de la iglesia La Inmaculada, en San José, se encuentran cerradas desde octubre. Los feligreses y creyentes no han podido recibir la santa misa, viéndose obligados a dirigirse a otras iglesias y parroquias de la ciudad.
Juan Carlos Quintero vive en la casa parroquial desde hace varios años, pero luego de la muerte de su tío, el padre Jairo Villamizar, se ha negado rotundamente a desocupar las instalaciones.
El padre Mariano García lamentó la situación. "Estamos apoyando a la comunidad católica organizada y creemos que esta persona se ha aprovechado de la buena fe de la Iglesia, queremos que salga lo más rápido posible, son muchos los creyentes que se han visto afectados".
El arzobispo Reinaldo Del Prette no ha podido asignar a un sacerdote a la iglesia, porque no tendría lugar donde ubicarse para realizar sus actividades diarias, señalaron las personas que protestaban.
Hace 43 años que Aura Marina Sispa ha asistido a esta iglesia y cataloga de incómoda e increíble una situación como ésta. "Necesitamos nuestra capilla porque esto no tiene dueño particular, la comunidad y la institución de la Iglesia Católica son las dueñas".
El templo se observa completamente abandonado: las paredes están perdiendo la pintura y el color, las ventanas se encuentran llenas de monte y matas que han crecido en esos lugares por la falta de mantenimiento.
Las comunidades que han sido afectadas directamente han sido Las Acacias, Kerdell y todos los edificios aledaños, pues desde hace más de 40 años este templo se ha convertido en el lugar de oración y acercamiento con Dios.
"Son varias las comunidades que hacen vida religiosa en este lugar y más de 300 personas han quedado sin misa sólo porque un sujeto ha tomado una decisión arbitraria e incorrecta", insistió Leila Pinto.
Los feligreses coinciden en que se ha tratado de manejar la situación de forma pacífica y por la vía del diálogo, sin embargo, aseguran que ya están cansados de esperar el desalojo del lugar.
Pinto informó que ya han presentado la denuncia ante los tribunales del estado pero hasta el momento no se ha logrado nada, porque se han establecido plazos de desalojo y hasta la fecha no se han cumplido.
El padre Mariano señaló que en diversas oportunidades monseñor del Prette ha dialogado con el inquilino, igualmente reiteró que estos terrenos e instalaciones le pertenecen a la Arquidiócesis y por consiguiente son de propiedad privada.
La comunidad coincide que la oración y la ayuda de Dios será la herramienta para lograr la solución del problema y de igual forma piden a los organismos que aceleren el proceso para lograr que el templo sea desocupado lo antes posible.
Ocupante alquila los puestos de estacionamiento
Juan Carlos Quintero permitió el acceso a las instalaciones de la casa parroquial al padre Mariano García, y exigió que sólo una persona podía comunicarse con él. Sin embargo a los pocos minutos el padre informó que Quintero insistía en no desalojar el lugar. Quintero tampoco quiso hablar con la prensa.
El padre Mariano García y la comunidad informaron que Quintero se lucra al rentar los puestos del estacionamiento de la iglesia. También cobra por la utilización del salón parroquial que estaba asignado a Alcohólicos Anónimos, sin embargo, este grupo no pudo seguir asistiendo al lugar por no contar con los recursos.
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