Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Carlos Delgado Niño a su libro “Mi Añorada Valencia”, con el apoyo del Concejo Municipal de Valencia en el año 2009

El Carabobeño 19 marzo 2012

De Azules y de Brumas ||

Guillermo Mujica

Mi añorada Valencia...

Este excelente título que le dio mi gran amigo y hermano Carlos Delgado Niño a su libro “Mi Añorada Valencia”, con el apoyo del Concejo Municipal de Valencia en el año 2009, es el reflejo viviente de una inolvidable añoranza, y en él retrata el humor y el gracejo de aquella hermosa época y quienes tuvimos la oportunidad de vivir en esos tiempos, recordarán con cariño los refranes, chistes, anécdotas, etc. de aquella Valencia antañona los cuales serán encontrados en sus páginas, aquellos que no tuvieron la oportunidad de vivirlos y hoy en cambio, sí tienen la oportunidad de disfrutarlos en este hermoso libro lleno de recuerdos.

La vida me unió a Carlos en nuestros primeros años en dos grandes instituciones de tiempos pasados: por un lado, los Salesianos con la escuelita “Domingo Sabio” (gratuita), y el gran Colegio “Don Bosco”. Por el otro lado, el liceo “público” Pedro Gual. La calidad docente de nuestros maestros y profesores nos hizo amar desde el primer momento el idioma y la historia. Quizás aquí nace en Carlos el arte de escribir con tanta gracia y, con el tiempo, se fue transformando en un cronista de la vida valenciana que ambos vivimos. Una Valencia más pequeña, aldearia sí, pero inmensamente grata. Un sabio, el doctor José Antonio O’Daly, definió a esta ciudad como “La ciudad en que todo el mundo se saludaba”; y no era un saludo formal ni protocolar, era un saludo humano, prácticamente no existía diferencia entre ricos y pobres, era por decirlo así como una gran familia. Recuerdo que en nuestra infancia transcurría los días en un barrio o una calle donde todos los muchachos jugábamos, nos ayudábamos y nos metíamos en cualquier casa como si fuera la nuestra.

Añoramos aquella cordialidad y estamos seguros de que en nosotros, no desaparezca nunca.

La escuelita y el colegio tenían cosas muy interesantes y de gran calidad. Hacíamos teatro (y del bueno), música y aprendíamos de una manera muy natural, cosas muy interesantes. En mi caso tuve un extraordinario profesor de Castellano a quien vale la pena nombrar en esta ocasión; el “curita” García; cuyos poemas son un hermoso recuerdo que guardamos en nuestras memorias. No es una casualidad que ambos seamos “hombres de letras” ya que aparte de las cualidades que pudiéramos tener, está el reflejo de una enseñanza tan natural como bien orientada: Valencia entre tanto ha crecido y es, hoy en día una urbe moderna (pero muy complicada) y olvidaba en su hermoso y pintoresco ayer.

A la manera de mi hermano Carlos, las páginas de este libro están llenas de historia, vivencias, gracias y picardías de lo que ocurría en la Valencia de ayer. Además, Carlos acompaña sus historias, crónicas y relatos, con excelentes fotografías hoy añoradas, acompañados por una diagramación y caricaturas de altos quilates, que hacen que el lector admire, disfrute y viva cada paso de lo que está leyendo y, casi me atrevo a asegurar, que irá creciendo su deseo de leer cada día con más interés cada página.

La portada de “Su Añorada Valencia” con el reloj de su Catedral indicando la una y diez de la tarde con los rayos del Sol embelleciendo su estructura y reflejando en las casas antañonas que están a su lado, algunas tonalidades de “oro viejo” y en las otras algo más lejanas, sus sombras van anunciando la noche valenciana.

Muchas gracias amigo Carlos por escribir este hermoso libro de recuerdos valencianos, y con la fe siempre puesta en el tiempo, continúe perdurando ese hermoso ayer de “Nuestra Adorada Valencia”.


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