Un bosque en la ciudad
Daniel Pabón | dpabon@el-carabobeno.com
La rica diversidad biológica del parque Fernando Peñalver se ve exaltada con el nuevo Sendero Bosque Centenario, un camino de interpretación de la naturaleza a través de nueve paradas. Alrededor de 600 metros de caminata ecológica, todos planos y fáciles de recorrer, son espacios representativos de lo que originalmente existió en el valle valenciano.
El objetivo de esta iniciativa es sensibilizar a la gente sobre la importancia del bosque como elemento de calidad de vida; acercarla a los servicios que nos da el bosque y a conocer qué estamos recibiendo de él en el contexto urbano, explican Luis Cornejo, jefe de Ambiente del parque Fernando Peñalver, y Verónica Flores, educadora de campo de Fundación Tierra Viva.
Con el apoyo del Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo Mundial del Ambiente y aportes de la Unión Europea Tierra Viva, en alianza con el Gobierno de Carabobo se ejecuta desde el año pasado el proyecto “Somos Biodiversidad: Estrategias Educativas para la Conservación de la Diversidad Biológica”. En este marco se inserta el Sendero Bosque Centenario instalado en el parque.
Como detalla la infografía, tiene tres puntos de entrada debidamente señalizados. Cualquiera es igual de bueno para adentrarse en esta experiencia, porque no es necesario seguir una ruta estricta o dependiente de la estación anterior.
Las nueve señalizaciones informativas fueron diseñadas de manera que no rompieran la estética del bosque ni se convirtieran en agentes contaminantes del paisaje. Adentradas en la vegetación o superponiéndose al río, su emplazamiento no pudo haber sido más acertado. Resulta descubridor el ejercicio de pararse frente al aviso: tras las explicaciones escritas, los ejemplos prácticos que desnuda la naturaleza terminan de completar el encuadre visual. “El paisaje nos sirve como escenario para desarrollar cada tema”, explican Cornejo y Flores. Estas son las nueve paradas:
1. El primer tema se titula “Fuente de agua y vida”. Con un manantial al fondo, en las mañanas el espectáculo lo ponen decenas de aves bañándose. Quiere realzar que el bosque es promotor de cursos de agua y proveedor de servicios como alimentos, medicinas, madera y resinas, sin descuidar su potencial turístico.
2. La segunda estación está dedicada al “Perfil del bosque”. Como en la ciudad, aquí también hay estructuras de diversas alturas. Los animales varían dependiendo del estrato, porque cada uno ofrece un recurso diferente. El alto puede llegar a 30 metros, y las copas de mijao lo constatan. Aves carroñeras y rapaces lo usan para ubicar presas. En el estrato medio el guayabo, el mamón y el caimito alcanzan de 3 a 12 metros. El sotobosque es el espacio de animales y aves más terrestres.
3. “Habitantes del bosque” responde al inventario de la flora y fauna. En el Peñalver conviven 75 especies de aves, 90 de árboles, 14 de reptiles y cuatro de mamíferos (una pereza, los picures, ardillas y rabipelados).
4. En la parada “Bosque urbano y calidad de vida” se puede reflexionar sobre el valor de esa barrera vegetal que separa autopista y zona residencial. “Funciona para independizar espacios y permitir que actividades contrastantes se puedan desarrollar allí sin que interfieran”, expone Cornejo.
Desde este punto se escuchan a lo lejos los carros en la autopista del Este (la vegetación sirve de barrera visual) y, aunque se llegan a divisar autos por la avenida Paseo Cabriales, no se escuchan (barrera sónica). Si ambas no existieran, el ambiente sería hostil para prácticas de fines de semana que requieren tanta concentración como el tai chi y el kung fu.
Otro ejemplo de la calidad de vida que proporciona el bosque urbano es que la vegetación funciona como una suerte de colectora de partículas de polvo que estaban suspendidas en el aire y que pudieran resultar eventualmente nocivas para el ser humano.
5. La estación “El bosque fragmentado” recuerda el drama de la desaparición de espacios verdes en ciudades como Valencia. La fragmentación es uno de los principales problemas a escala mundial que afecta los ecosistemas boscosos y dificulta las condiciones de traslado y alimentación de la fauna. El mismo parque Peñalver es una isla. Un ave con suficiente autonomía de vuelo se podrá movilizar, pero animales como la ardilla o la iguana están condicionados a vivir confinados en este espacio.
6. Moverse alrededor del sexto dispositivo, “Un clima más fresco”, ayudará a comprender sensorialmente que el bosque funciona como un gran regulador microclimático que hace más confortable la temperatura dentro del parque y en su entorno inmediato. Y es que cada hoja es un sumidero de dióxido de carbono. Un laboratorio, compara Flores.
7. Que el bosque no sólo es vegetación, sino también fauna, alecciona la estación “Bosques y biodiversidad”. Un círculo sintetiza, desde la periferia hacia el centro, en qué proporción están presentes las especies de animales: desde los más diversos, los insectos, hasta los menos por excelencia, los mamíferos.
8. “Corredores ecológicos” son pasajes o callejones de vegetación que conectan dos o más fragmentos de áreas verdes. El revelador mapa de la octava señalización pone en contexto al visitante. Enseña cómo el San Esteban y el Casupo están unidos al Peñalver a través de la red hidrológica del río Cabriales, que también es eje de movimiento de la fauna. Que las quebradas El Añil y Camoruco desemboquen justo en el tramo del parque, lo convierte en una ventana de sensibilización de las cuencas.
9. “A orillas del Cabriales” termina la caminata. La vegetación existente en las márgenes del río amortigua el efecto erosivo de la lluvia: Si las gotas se estrellaran directamente, caerían a suelos desnudos y desplazarían material al agua. Las hojas lo impiden. El también llamado bosque de galería es una barrera vegetal que le brinda intimidad a una garza para que capture peces tranquilamente, por ejemplo, amén de proteger a la ciudad de crecidas del río.
El maestro Don Pío Lara, cuando hizo el recorrido, propuso la idea de hacer cuentos de cada tema. Verónica Flores también asoma la posibilidad de incluir otros a los nueve iniciales, como el de la vida nocturna del parque, una idea que nació de la inquietud de uno de los 12 guardaparques pioneros que se forman como guías del sendero. Tiene valor: al menos una docena de especies de murciélagos visitan el Peñalver en las noches, en convivencia con algunos roedores.
Parte del proyecto es que, desde abril, el visitante cuente con una guía práctica de bolsillo que le permita identificar especies y enriquecer su experiencia de interpretación de la naturaleza. Inaugurado el 10 de febrero, el Sendero Bosque Centenario ya suma este primer mes unas 300 personas que han hecho visitas guiadas.
Aunque no descartan la posibilidad de atender a otros grupos, están dando prioridad a los docentes, para que se conviertan en monitores y usuarios principales junto a sus alumnos. Los próximos 9 y 10 así como 16 y 17 de marzo dictarán talleres gratuitos. Más información por el teléfono (0241) 8224147.
Recomiendo muy respetuosamente que se consulte a los biólogos de la FACyT, Universidad de Carabobo, para tener un poco mas de información sobre los inventarios de flora y fauna del Edo. Carabobo, Valencia y del parque Peñalver mismo. Muy probablemente fuera de tiempo pero con mucho aprecio y humildad, les ofrezco una muestra de lo que digo: http://servicio.bc.uc.edu.ve/facyt/v2n2/2-2-3.pdf. Estoy a la orden. Prof. Mario E. Palacios Cáceres. Docente Investigador Dpto. de Biología, FACyT, UC.
ResponderEliminarRecomiendo muy respetuosamente que se consulte a los biólogos de la FACyT, Universidad de Carabobo, para tener un poco mas de información sobre los inventarios de flora y fauna del Edo. Carabobo, Valencia y del parque Peñalver mismo. Muy probablemente fuera de tiempo pero con mucho aprecio y humildad, les ofrezco una muestra de lo que digo: http://servicio.bc.uc.edu.ve/facyt/v2n2/2-2-3.pdf. Estoy a la orden. Prof. Mario E. Palacios Cáceres. Docente Investigador Dpto. de Biología, FACyT, UC.
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