Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

lunes, 19 de marzo de 2012

Domenico Sirica sigue contando su vida en Valencia (II)


Notitarde 18-03-12 |

Años difíciles (II)

A mis setenta y cuatro años, puedo decir que he cumplido con casi todos mis sueños y el mensaje que les doy a los jóvenes, sin pretender de sabio, es que nunca dejen de luchar por lograr sus metas, sin importar los obstáculos que se puedan presentar en su camino. Todo comienzo es difícil, más en esta época de grandes cambios, pero solo la perseverancia, disciplina, honestidad y amor por lo que se hace, les permitirá desarrollarse en el plano personal, espiritual, familiar y profesional. Llegué a este país en abril del año 1956, con apenas dieciocho años, procedente de una Italia devastada por la guerra, sin hablar el español, idioma que tuve que aprender de manera autodidacta, por la necesidad. Contaba con la fortaleza de ser especialista en el frise, arte en el que incursioné desde que tenía catorce años. Fueron años de duro trabajo, pero el deseo de superarme me dio el impulso para seguir adelante y no dejarme vencer por la soledad y tristeza por todo lo que había dejado en mi tierra natal.

En el año 1957 conocí a mi socio y amigo (hermano afectivo) Mario De Libero y desde entonces hemos sido inseparables. Juntos hemos pasado tiempos buenos y no tan buenos. Seis años más tarde, al aumentar la demanda de construcciones, tuvimos que darle personalidad jurídica a nuestra asociación personal y nace Editeca (Edificaciones Técnicas C.A.), dedicada a la construcción de obras civiles en general. La sede de esta empresa se inició en el anexo de una propiedad del señor Guido Squillante ubicada en la calle 24 de Junio entre Soublette y Anzoátegui, tres años más tarde nos mudamos a la calle Salom, entre la Díaz Moreno y Montes de Oca, al final de la década de los 70 el grupo empresarial llego a ser uno de los más prósperos del centro del país por lo que nos vimos en la necesidad de construir una sede propia constituida por un edificio de cuatro pisos ubicado en la Av. Andrés Eloy Blanco de la Urb. Prebo hoy sede de Cadafe donde funcionaron todas las empresas del grupo hasta la década de los 90.

Puedo decir que las décadas de los 60, 70 y gran parte de los 80 fueron años de esplendor para el sector construcción en Carabobo y el país en general. En pocos años, logramos tener doce empresas y surge el Grupo Empresarial Editeca, uno de los grupos más importantes del centro del país en el ramo de la industria de la construcción. Para mí, lo más satisfactorio de esta época fue el poder proporcionarles fuentes de trabajo a miles de trabajadores que directa e indirectamente fueron cerca de ocho mil y garantizar así el sustento de sus familias.

Con el vigor de la juventud y el entusiasmo que siempre me ha acompañado me propuse crear la Unión de Constructores del Estado Carabobo, junto con José (Pepe) García Mena (†), Francisco Fraga (†), Diego Rosales, Oscar Pareles, Arturo Del Valle, Vincenzo y Antonio Pecchinenda (†) entre otros muchos constructores, con el propósito de que se representara al pequeño y mediano constructor ante las instituciones gubernamentales o privadas, garantizar a los afiliados el abastecimiento de materia prima como el cemento, la obtención de la permisología, etc.

Recuerdo que en el primer mandato de Carlos Andrés Pérez hubo escasez de cemento, lo cual se convirtió en un fuerte dolor de cabeza para la industria en la región.

Como presidente fundador de la Unión de Constructores informé sobre la delicada situación y se logró que nos trajeran cemento de Haití, trasladado en un barco de Colombia, que representantes gubernamentales de ese país habían conseguido, hasta Puerto Cabello. Así se logró suministrar material a los constructores afiliados, solventando en gran medida la situación.

En estos cincuenta y seis años dedicados a la construcción en mi tierra adoptiva, hemos tenido épocas de grandiosidad pero también etapas de dificultades como la vivida cuando a nuestro juicio fue malamente intervenido por presiones de algunos políticos el Banco de Trabajadores de Venezuela (BTV) que llevó a la paralización del sector construcción, ya que para la época el BTV financiaba más del 17,5% de los proyectos habitacionales del país, esta etapa logramos superarla.

Los últimos años han sido bastante difíciles para la industria de la construcción por múltiples factores como la escasez de materiales, la lentitud para otorgar los permisos por parte del Ministerio del Ambiente, requisito fundamental para introducir los planos de las viviendas a construir ante la Ingeniería Municipal de las Alcaldías, y otros aspectos que regulan el sector, que para la mayoría de los constructores resultan incongruentes porque consideramos que esta industria de la construcción es el eje principal de la economía del país, por ser la mayor generadora de empleos, directos e indirectos, debería recibir todo el apoyo por parte de los entes gubernamentales que tiene que ver con esta materia para impulsarlo y trabajar unidos para garantizarle a todos los venezolanos una vivienda digna. Por supuesto que alcanzar esa meta no es tarea fácil, pero sobran los ejemplos que demuestran que no hay imposibles cuando el norte es construir un mejor país, donde todos podamos convivir en paz, sin odios, a pesar de las diferencias o ideologías políticas y cito un proverbio italiano: "En tiempo de guerra se hacen los héroes y no en tiempos de paz". Hasta el próximo lunes. ¡Que Dios los bendiga a todos y todas!

sorrento@cantv.net todoloslunes@gmail.com


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