Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

domingo, 10 de agosto de 2014

Emigración venezolana, un golpe al profesionalismo El ciudadano que está dejando el país, es en gran parte un recurso humano preparado que al dejar su lugar de nacimiento va perdiendo el vínculo y con él su aporte al desarrollo de Venezuela. Lo preocupante es que aún no hay planes del Gobierno para conectar con ese talento que en muchos casos sigue formándose.

Autopista a ninguna parte

Cada devaluación lanza uno o dos millones de personas a la pobreza, de acuerdo a su magnitud

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CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ |  EL UNIVERSAL
domingo 10 de agosto de 2014  12:00 AM
Está en marcha un paquete de aumentos de tarifas, precio de la gasolina y macrodevaluaciones. Cada devaluación lanza uno o dos millones de personas a la pobreza, de acuerdo a su magnitud. De tener las clases medias más poderosas del mundo junto a las norteamericanas, hoy en Venezuela casi no existen, de acuerdo con parámetros internacionales. El desarrollo de clases medias es síntoma de prosperidad. Una vendedora de 18 años en una tienda deNY, gana siete veces más que un profesor universitario titular en Venezuela y hace veinte años era al revés. Paquete fue el estigma comunicacional del programa de ajustes macroeconómicos, implantado aquí -y en el resto del continente durante los 80 y 90- para corregir un déficit de 8 mil millones de dólares en el BCV, cuando el precio del petróleo descendió a 7 dólares. Su aplicación impidió que se siguiera la autopista del Sur de hiperdevaluaciones e hiperinflaciones de miles por ciento.

El FMI condiciona la ayuda a los países botarates con un conjunto de medidas que regresan la sensatez administrativa a los que la han perdido. Hoy le toca a Europa enderezar economías débiles y con déficit fiscales gigantescos, tal como Latinoamérica en época de bajos precios de las materias primas y gastos públicos incontrolables. En la actualidad el problema en la región es la sobrevaluación de las monedas locales, es decir, que el dólar se devalúa por su abundancia en el mercado. Pero este paquete venezolano es caso insólito, ya que con descomunales ingresos en divisas, control abrumador del Gobierno sobre los poderes y las finanzas públicas, se ven en la necesidad de devaluar y hacer ajustes. Posiblemente sea el primer caso (tal vez Holanda en el siglo XVI) de una nación que en medio del mayor auge de ingresos de su historia, digno de las mil y una noches, en vez de bienestar, servicios gratuitos, calles perfumadas y aceras mecánicas, presente escasez de leche, harina, comunicaciones y medicinas.

Paquete para peor

Los historiadores se preguntarán cómo es que tanta riqueza no convirtió a sus poseedores en Dinamarca o Kuwait, sino en el menesteroso de la familia. Y elplan no se elabora con la asesoría técnica de los organismos internacionales, sino a la vera del gobierno chino, que no cree en ayudas revolucionarias, ni Alba ni Petrocaribe, y solo le interesa que si presta le paguen. Los programas del pasado estabilizaron las economías en los ámbitos cambiario, fiscal, de precios, y años más tarde la región caminó impávida sobre la actual crisis europea. Las fuerzas democráticas deben orientar a la ciudadanía sobre lo que el Gobierno hace, va a hacer y lo que debería hacer para evitar la caída en el abismo del que hasta ahora solo se han visto los trailers. Es difícil imaginar una inflación de 5 mil por ciento, cuando una de 70 por ciento es insoportable y parece el fin del mundo, ni que el dólar pueda costar tres mil bolívares.

Pero lo que no aparece en el paquete gubernamental es la solución y más bien amenaza profundizar el drama. Las brumas ideológicas y la falta de rigor técnico y espíritu democrático, hacen que este paquete solo indique que el año que viene todo será peor. Sin una reforma económica y administrativa estructural que ataque las raíces, los aumentos de tarifas no son más que parte del castigo inflacionario, el intento de apagar el incendio con gasolina. Y en vez de solicitar nuevos sacrificios a la gente (austeridad) hay que exigir que se racionalice el gasto, que ha hecho miserable a la ciudadanía. Poner el énfasis en que se gaste bien. Decía hace años Carlos Alberto Montaner que 40% del ingreso en divisas se va por caminos ocultos, y otra gran parte en financiar revoluciones y derroche.

Juventud perdido tesoro

Las dádivas no alcanzan para vivir decentemente y condenan a la población joven a la improductividad, la miseria, la buhonería y la delincuencia en el mejor momento de su existencia. A tener una vida desgraciada y una vejez indigente por carecer de oficio productivo. Hay que convertir el despilfarro en un megaplan de infraestructura y educación que genere empleo, y hacer reformas económicas e institucionales para incrementar la productividad y las exportaciones. Captar capitales internacionales y nacionales fugados. Deberían recordar que los únicos países de la región donde hay fuga de capitales son Venezuela y Argentina, los que padecen control de cambio.

Piensan que gobernar es empobrecer "para que no los tumben" (imagine a Mandela razonar así) y con control de cambio hay pobreza y no hay inversión. Habrá si se crean condiciones legales, institucionales y políticas y cesa el latiguillo contra la mitad del país. El desarrollo de China y la India en treinta años se debe a billones de dólares invertidos por EEUU, Europa y el resto del mundo, que les han permitido abandonar la categoría de naciones famélicas. Pero en vez de hipotecar la industria petrolera por una generación, hay que invitar a las grandes empresas a invertir en ella, como hace Brasil o cualquier país normal. Lula dijo hace años: "Brasil será en dos décadas uno de los primeros exportadores de petróleo del mundo". Mientras, Pdvsa se desploma en el ranking mundial del que fue primera y se convierte en un Ministerio.

@CarlosRaulHer

Si me he de marchar

ANDRÉS F. SCHMUCKE G. |  EL UNIVERSAL
sábado 2 de agosto de 2014  12:00 AM
Hace poco estaba recordando el primer artículo que publiqué en este periódico. Fue en el año 2004 y si mal no recuerdo su título era "Perdidos", y era un paralelismo entre la exitosa serie Lost y la situación de nuestro país en ese momento. A la gente le gustó, a los editores les gustó y me quedé escribiendo aquí.

Esa oportunidad que me dieron en las páginas de opinión hace diez años es algo que se agradece, rondaba yo los 23 y no tenía muy claro qué quería hacer dentro del periodismo nacional pero sí tenía claro que quería escribir, expresar mis ideas, puntos de vista, generar discusión y controversia y creo que lo he logrado.

Aún me pregunto ¿Por qué la gente en El Universal me abrió las puertas? ¿Qué vieron ellos en mí que otros no vieron? Sea lo que sea que hayan visto tengo que decir que me ayudaron a formar un lado más crítico, más agudo, más irónico y más inteligente de mi yo profesional, y sólo puedo tener palabras de agradecimientos para ellos.

He cultivado esta ventana de opinión durante diez años, he tenido artículos buenos y artículos malos, algunos les llegan a la gente y otros no, he recibido alabanzas y críticas por igual (también su cuota justa de amenazas e insultos), le he respondido a casi todos los lectores que me enviaron un correo y me siento completamente orgulloso de mí al volver la mirada y ver cuánto he crecido como columnista en este tiempo.

Y llegan los procesos de cambio. Yo no voy a renunciar a este espacio de opinión y si los editores me piden que no escriba más no tengo porque molestarme, más bien agradecerles toda la libertad que me han dado. He escrito todo este tiempo sobre lo que he querido y como he querido y eso es algo difícil de lograr en cualquier medio. Esta tampoco es una despedida, espero seguir aquí.

@andy_schmucke

Me llegó la hora

Solo soy un pana que busca una vida mejor, vida que Venezuela no me puede dar

ANDRÉS F. SCHMUCKE G. |  EL UNIVERSAL
domingo 10 de agosto de 2014  12:00 AM
Me llegó la hora de partir. Fantaseaba con la idea desde hace algún tiempo pero nunca pensé que realmente lo haría. Nunca pensé que saldría de Venezuela buscando otras latitudes que me ofrecieran lo que mi país no puede: seguridad y una mejor calidad de vida. Pero ya lo ven, cuando hay que partir, hay que partir.

Solo con seguridad me conformaba, pero de nada vale trabajar como un burro para que en cualquier esquina un malandro te mate. Eso no es justo. Sería mejor trabajar para el malandro y ya, él se lleva una importante comisión de lo que tú ganes honradamente y al menos te deja vivir. Vaya, tremenda idea, vamos a ver qué grupo delictivo la aplica.

Tuve la suerte de salir con una oferta de trabajo que acepté sin chistar, tuve la suerte de que una empresa extranjera se interesó en mí y me está dando una oportunidad de oro. Tuve la suerte de conseguir un trabajo en lo que me formé y en lo que tengo experiencia. Tuve la suerte que muchos de los que deciden emigrar no tienen. Pensándolo bien debería darme con una piedra en los dientes.

Dejo a mis afectos más profundos, a mi mamá, a mi hermana, a mi papá, a mi segunda mamá, dejo a mis tres abuelos que aún están activos, dejo a algunos amigos. Dejo lo que conozco, mi zona de confort, y me adentro en lo desconocido. Es un reto, pero los retos hay que asumirlos y superarlos, y también me voy con la intención de que mis nuevos compañeros digan: "ese chamo venezolano sí es bueno".

No soy de despedidas, de los que se toma fotos en el piso del aeropuerto internacional, ni de los que habla mal de su país en el extranjero. Solo soy un pana que quiere progresar y que busca una vida mejor, vida que Venezuela no me puede dar. Y en realidad uno puede salir de su país, pero su país nunca saldrá de uno.

@andy_schmucke

 Encuesta Omnibus realiza por Datanálisis

10% de los venezolanos dicen hacer trámites para emigrar

Deseo de abandonar Venezuela supera los momentos críticos de los años 2002 y 2004. Hace una década (según los registros históricos de Datanálisis) apenas 10% de los ciudadanos admitía tener algún familiar residenciado de forma permanente fuera del país. Los detonadores principales para querer salir de Venezuela se encuentra en la violencia, la inseguridad personal y los problemas políticos,

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Tres de cada 10 venezolanos asegura tener algún pariente viviendo fuera del país (Archivo)
EUGENIO G. MARTÍNEZ |  EL UNIVERSAL
domingo 10 de agosto de 2014  12:00 AM
Uno de cada 10 venezolanos asegura estar buscando información o realizando trámites  que le permitan emigrar del país, según los datos de la última encuesta Omnibus realiza por Datanálisis.

La cifra supera los registros  que existen de los dos momentos críticos de emigración de venezolanos en la última década: posterior al Golpe de Estado del año 2002 y al referendo revocatorio presidencial celebrado en el año 2004.

Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, explica que en el estudio se realizan tres preguntas básicas sobre la emigración.

En primera instancia se le pregunta a los ciudadanos si tienen algún familiar que  abandonó el país. A esta interrogante 27% de los ciudadanos responde afirmativamente. Vale decir, que al menos tres de cada 10 venezolanos asegura tener algún pariente viviendo fuera del país.

Hace una década (según los registros históricos de Datanálisis) apenas 10% de los ciudadanos admitía tener algún familiar residenciado de forma permanente fuera del país.

La segunda pregunta se enfoca directamente en indagar si los ciudadanos están haciendo planes para emigrar (sin que esto signifique que un ciudadano que esté haciendo diligencias logre concretarlas porque existe una merma importante entre quienes aspiran a a salir permanentemente del país y quienes lo materializan)

Los registros de Datanálisis indican que en los momentos críticos de emigración en los últimos 14 años (2002 y 2004)  apenas 4% de los ciudadanos admitía estar realizando algún tipo de trámite personal para abandonar el país.

La tercera pregunta que se utiliza para obtener datos de los deseos de emigración de los ciudadanos se enfoca en indagar en los motivos para abandonar al país.

León explica que los detonadores principales para querer salir de Venezuela  se encuentra en la violencia, la inseguridad personal y los problemas políticos, antes que en la crisis económica.

El presidente de Datanálisis sostiene que aunque en el continente los estratos más pobres de la población suelen ser los emigrantes naturales (por razones económicas antes que políticas) en Venezuela la mayoría de quienes aspiran a vivir en otros países pertenecen a los estratos más altos de la población (AB / C)

Sin embargo, precisa que esto no significa que personas de la clase D no estén valorando la idea de probar fortuna fuera de Venezuela.  

Según los datos aportados por la última encuesta de Datanálisis el perfil natural del emigrante venezolano es el de personas jóvenes (ubicadas en  entre los 18-35 años), profesionales o tenedores de capital cuya contribución al PIB del Estado es la mayor.

Los datos aportados por el investigar Carlos Subero (se plasman en el libro "La alegría triste de emigrar") sugieren que el incremento en la cantidad de personas que aspiran a irse de Datanálisis coinciden con los datos de los dos últimos censos en EE.UU. Según Subero, del año 2000 a 2010 la cantidad de venezolanos en EE.UU. creció 135 por ciento. Mientras 91.507 venezolanos respondieron al censo 2000 la cifra llegó a 215 mil habitantes venezolanos en el año 2010. En Sudamérica representó el mayor crecimiento después de Uruguay (202,5 por ciento) y Bolivia (135,8 por ciento). Subero aclara que esta cifra no incluye los casos de venezolanos que se encuentran en el territorio de forma ilegal o como población no autorizada.

Precisa Subero que en el caso de EE.UU. "la gran mayoría de los venezolanos que intenta aventurarse a emigrar entra con visa de turista o negocios de no inmigrante. Durante el año 2010, ingresaron 527.907 ciudadanos venezolanos con visa de no inmigrante, según documento de su I-94 (Incluye turismo, negocios y permiso de trabajo).

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